Panini Chile – Quién es quién: "Infinity Gauntlet"
Continuamos repasando el material Marvel que llegará oficialmente a Chile de la mano de la gente de Panini Chile. Y la verdad es que muy agradable comprobar que no solo de material actual vive su catálogo. Para sorpresa de todos —o no tanto, si miramos la popularidad de cierta película—, en esta primera horneada de títulos nos encontramos con Infinity Gauntlet, la más recordada saga cósmica de Marvel y fuente de inspiración absoluta del film Avengers: Endgame. Así que si eres uno de los que, como nosotros, lloraron por la ausencia del Guantelete del Infinito en la colección Marvel Salvat, es hora de regocijarse.
INFINITY GAUNTLET
A comienzos de la década de los noventa, Thanos, la grandiosa creación del guionista Jim Starlin, estaba muerto. Sin embargo, fue resucitado por Lady Death, quien le encomendaría la sencilla misión de recuperar el equilibrio cósmico eliminando a la mitad de la población del universo. Para ello, el Titán Loco ha decidido buscar una fuente de poder que le permita cumplir los deseos de su amada, y nada mejor que recolectar las bolas de dragón Gemas del Infinito, seis piedras preciosas que le permiten controlar el tiempo, el espacio, la mente, el poder, la realidad y el alma. Con ellas, ha creado un guantelete que le ha dado el poder de un dios. ¿Que hará Thanos en su actual nivel de omnipotencia? ¿Podrán los héroes de la Tierra evitar la desaparición de medio universo?
Para responder a esta pregunta, el guionista Jim Starlin, principal arquitecto de la parcela cósmica de Marvel, y el dibujante George Pérez —verdadera leyenda del noveno arte que en estas páginas regresaba a la editorial—, desarrollaría la más clásica de las epopeyas cósmicas de la Casa de las Ideas. Ríos de tinta se han utilizado para escribir acerca de esta obra, y analizar hasta su más mínimo detalle, lo que demuestra que está encumbrada como una de las obras cúlmines del noveno arte.
Al igual que muchos de sus colegas que irrumpieron en Marvel en los años setenta, Starlin vivió a concho los cómics de Stan Lee y Jack Kirby de la década pasada, sintiendo una debilidad especial por las tramas cósmicas presentadas en Fantastic Four o Silver Surfer. Cuando finalmente tuvo la posibilidad de escribir y dibujar sus propios trabajos, no dudó en ofrecer su propia visión de esos tópicos mediante una serie de personajes, como Drax, Gamora, Captain Mar-Vell, Adam Warlock y, sobre todo, Thanos. En sus argumentos, nos ofreció una evolución vertiginosa en la que parecía haber un tope para la acumulación de poder.
La gran figura de este desarrollo fue Thanos, que sintiéndose rechazado por los otros titanes, acabó en los brazos de la muerte. Pero no metafóricamente: el Titán Loco se enamoró de Lady Death, la personificación de lo que conocemos como el fin de la vida en el Universo Marvel. A partir de entonces, su máximo objetivo fue agradar a su amada, en un cortejo trágico y macabro que lo llevó a recolectar distintos objetos de poder, como el Cubo Cósmico, o un sexteto de piedras preciosas llamadas las Gemas Alma, que posteriormente serán conocidas como las Gemas del infinito. En un primer momento, Thanos no supo vislumbrar el poder que estas contenían, siendo derrotado por un grupo de héroes de la Tierra, y acabando petrificado.
A finales de los ochenta, Starlin volvió a Marvel, concretamente en la serie Silver Surfer. Aquí, se ocupó de comenzar el desarrollo de una línea argumental que tenía como primer paso el renacimiento del alienígena púrpura por parte de Lady Death, lo que sería el primer capítulo de una trama que narraría el plan definitivo de Thanos para ganarse el corazón y el respeto de su amada. El segundo acto lo encontraríamos en Thanos Quest, en cuyas páginas el Titán Loco ya no parece tan orate y ha decidido que para tener éxito en sus planes debe recuperar las seis gemas, por lo que se dedica por completo a la tarea. El resultado ya pueden imaginarlo.
Lo anterior dio como resultado un panorama escalofriante: uno de los seres más peligrosos de la historia de Marvel tenía bajo su control un poder que le permitía hacer cualquier cosa que deseara. Y la historia en que utilizaría esa omnipotencia sería una serie limitada de seis números llamada Infinity Gauntlet, donde asistiríamos a una trama épica, de esas con mayúsculas, en que el guionista continuaría el desarrollo de su creación favorita.
Aunque la relación entre Thanos y Death comenzó siendo un potencial romance —a pesar que la dama en cuestión no fuera demasiado partícipe del romanticismo de su pretendiente—, en esta obra la relación es muy distinta. El guionista ha comentado que esta pudiese verse como una relación materno-filial, la que usaría para seguir la evolución del ahora omnipotente antagonista. Asimismo, en un periodo inmediatamente anterior también asistimos al retorno de Adam Warlock, quien venía con un sentido muy concreto: en cierta forma, este héroe cósmico siempre fue una especie de representación de Jesucristo en el UM, así como Thanos lo fue de Lucifer. Por tanto, ambos tendrían vital importancia en el desarrollo y desenlace de Infinity Gauntlet.
Sin embargo, el protagonismo continuó recayendo sobre Thanos, un personaje que tras su renacimiento experimentaría una especie de proceso interior que lo llevaría hacia un final tan lógico como imprevisto, sobre todo para aquellos que lo conozcan acá por primera vez. En todo caso, el final de la obra se corresponde con su propia idiosincrasia de carácter radical, de ir de un lado al opuesto con suma facilidad. Esta es sin duda una de las características que lo hacen tan interesante, pero además difícil de manejar por otros autores.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que estos guiones tienen las peculiaridades y las muletillas del autor, como largos monólogos de los personajes mirando hacia el infinito y más allá, fuerzas cósmicas dialogando sobre el destino de la existencia, y héroes individualistas luchando por ser dueños de su propio destino en lugar de marionetas en un esquema mayor. Así que si ese estilo no es de tus preferidos, quizá esta obra no es para ti. Pero para todos los que disfruten de las epopeyas cósmicas shakesperianas de los buenos tiempos de Starlin, este tomo es muy recomendable.
Con respecto a las ilustraciones, tenemos un artista igual de importante para el noveno arte como Starlin, hablamos del dibujante George Pérez. Su trabajo se amoldó perfectamente al de su compañero, y ciertamente el hecho de que ambos sean guionistas y dibujantes les facilitó la tarea. Es importante señalar que ambos asumieron sus tareas por separado, con Starlin escribiendo un guion completo, que luego Pérez plasmaba en viñetas con su propia narrativa.
Lamentablemente, en paralelo el buen George se encontraba sumergido en otra gran crossover, esta vez de DC Comics, titulado La Guerra de los Dioses. Como consecuencia de lo anterior, y de cierta desazón que sentía por el guion, fue perdiendo interés en su trabajo en Marvel, y luego de una conversación con el editor Tom DeFalco, se decidió que el proyecto fuese terminado por Ron Lim. Como muestra de buena fe y de que estaba de acuerdo en que Lim lo sustituyera, entintó las últimas dos entregas, así que de una u otra forma, la serie mantuvo una coherencia visual y creativa hasta el final.
En el apartado físico, el tomo tiene una tapa dura digna de cualquier cartoné, además de un bonito detalle de las hojas entre portadas con el símbolo 'infinito'. Es interesante que se hayan aventurado con la portada variante a la edición original americana, dejando esta para la contraportada donde se entrega información del tomo, además de logos y precios.
La portada tiene un lacado localizado, lo que le otorga distintas texturas —brillantes u opacas— dependiendo si es el título o parte de la figura del guantelete y, siendo honestos, es todo un encanto ver que mantuvieran el título norteamericano de Infinity Gauntlet y no Guantelete del Infinito. Sí molesta que el texto y los detalles del lomo están a la española. Los textos del lomo deberían leerse de izquierda a derecha, no al revés. Esto provoca que cuando el libro se pone boca arriba en cualquier superficie, el lomo quede con el texto invertido.
El papel le hace justicia a un libro de este tipo, siendo un gramaje justo para un tapa dura y mucho más grueso que las grapas presentadas anteriormente, Spider-Man y Avengers, lo que permite rendirle honores a los colores plasmados en los dibujos de George Pérez y Ron Lim sin caer en que se transluzcan las ilustraciones. La traducción deja un poco que desear para nuestros gustos, más que nada porque al ser española, los títulos de los héroes son traducidos. Ojo de Águila o La Cosa son solo unos ejemplos, pero la narrativa en sí es más controlada. Así que si puedes ignorar este detalle, la traducción termina siendo bastante neutra en ese sentido, fuera de casos aislados.
Si bien se siente bastante acotada para lectores de antaño, considerando que solo tienen Infinity Gauntlet #1-6 —extrañándose Thanos Quest, por ejemplo— al final se adjunta material extra, como dibujos de entintados originales y una bonita portada de Jim Starlin.
En resumen, podemos concluir que Infinity Gauntlet es una de las epopeyas más épicas de la historia de Marvel, el santo grial en lo que a las historias de Thanos se refiere, y quizá el momento de mayor gloria de la Marvel cósmica. Excelentemente ejecutada, narra una profunda historia de omnipotencia y amor, que rebosa drama y emoción por los cuatro costados. Este tomo recoge un momento imprescindible del catálogo de la Casa de las Ideas, por lo que no está de más recordarte que si esta obra aún no está en tu biblioteca, ahora es tiempo de resarcir ese pecado.
Precio: $18.900