"Batman: I Am Suicide"/ "Rooftops" (2016-2017): justificando la Intervención
Batman decide que debe sanar a Gotham Girl, revirtiendo lo que hizo el Psycho Pirate en ella, quien estaría coludido con Bane en su país-carcel Santa Prisca. El segundo arco de Tom King nos muestra el plan suicida de infiltrarse y derrotar a un ejercito entero con un equipo pequeño pero preciso de personas. En conjunto a Mikel Janin, este arco sigue levantando un interés creciente en los lectores, y no es menor, estamos ante un excelente ejemplo de aventura superheroica, exagerada y profunda a la vez.
Las páginas previas del arco I Am Gotham lo decían, Batman invadirá una nación soberana por su propio interés personal. Y lo hará por supuesto con el beneplácito del gobierno estadounidense representado por Amanda Waller, quien le facilita la salida de criminales para esa acción, que luego se verán recompensados con beneficios carcelarios. Y no deja de ser interesante recordar que Tom King trabajó un tiempo para la CIA en países intervenidos a la fuerza por Estados Unidos.
De hecho, detalles del trabajo que realizó no pueden ser de público conocimiento, como lo que Batman decide hacer aquí. Por supuesto no nos indignamos. Sabemos que Santa Prisca es básicamente una cárcel y no más que eso, gobernado por Bane, y por lo mismo parece justificado una invasión. Las invasiones siempre son justificadas por sus invasores, naturalmente, independiente de que sea solo para sus propios intereses de problemas que ellos mismo provocaron.
I Am Suicide es quizás un arco aún más clave que el anterior, ya que el protagonismo cae en sus tres principales personajes usando distintos puntos de vista. Es así como escucharemos la voz de Bane o de Selina mientras los dibujos de Janin nos indican los caminos y las acciones que Batman realiza, así como también tenemos un espacio para la voz de Bruce Wayne, con un corazón y una reflexión mayor que el mantra del murciélago una vez llegado a la isla que se basa en hacer la petición de entrega de Psycho-Pirate o si no le romperá la "maldita" espalda a Bane. Mantra-amenaza o bati-mantra quizás.
La estructura del arco es también bastante astuta, jugando con lo que es una historia finalmente sencilla, en cinco momentos o actos. En el primero, Batman recluta a sus soldados, con Bronze Tiger como sub-jefe, a cargo de Jewel y Punchee, y a Selina a cargo de Wesker (en donde su aporte se mantiene reservado hasta el final de la historia), además deslizando una pieza vital de información: que Catwoman está condenada a muerte por el asesinato de más de cien personas, y por lo mismo esta aventura es una posibilidad de salvarle la vida. Siguiente acto vemos la infiltración y el primer round -aparentemente fracasado- contra Bane.
King aprovecha la oportunidad de escuchar la voz de Selina en una carta, una en donde empieza a figurarse el otro gran arco de toda la serie, el amor que tiene el protagonista con la Gata, y el desafío que tienen para la posibilidad de estar juntos. El tercer acto los tiene como equipo, juntos infiltrándose nuevamente, esta vez sin narración de fondo, solo mostrando lo bien que trabajan juntos, y engañando al lector respecto a una posible traición.
Como si fuera un espejo, Bruce es quien le escribe a Selina una carta que sirve de trasfondo para ver lo que, aunque parezca ridiculo, es nuevamente a Batman alejandose y combatiendo su camino hasta llegar a Bane nuevamente (en lo que puede ser un deliberado intento de emular la segunda parte). La última parte se centra en la derrota de Bane, y como el plan de Batman funciona a la perfección hasta en su último detalle.
Entendamoslo, es potencialmente un arco con un sin sentido, con Batman acercándose y alejándose de Bane. Pero siento sinceramente que es una excusa para dejar asentadas otras temáticas más relevantes a la saga. Si en I Am Gotham Bruce se consultaba si su muerte era una buena, si sus padres estarían orgullosos de esta, en I Am Suicide, la pregunta se centra principalmente en qué es lo que quiere Bruce para sí. ¿Quiere estar con Selina, aquella persona que lo entiende con máscaras y sin ellas? ¿Quiere ser como Bane y buscar la felicidad, eso que hace el Psycho-Pirate, de aparentemente curar de las adicciones y hacerte sentir mejor?
En el amor pareciera haber un punto de encuentro, después de todo, la historia tiene de secundarios a la pareja de Punchee y Jewel, amantes y siempre dados a muestras de cariño. Como dice la misma historia, es capaz de infiltrarse en Arkham por amor, que acaso no es lo mismo que Batman hizo por Catwoman. El mismo Bane pareciera inclinado en mostrar su agresividad como un acto de amor, un regalo, una potencial liberación de la adicción que es el mismo acto de ser Batman.
Y ciertamente este arco es también el inicio del otro personaje vital de la saga, Bane. Sus motivaciones ya hacen acto de presencia sutilmente, así como una filosofía interesante y provocadora, en donde el veneno no parece ser parte de la ecuación hasta el momento. Si hay algo que reconocerle a King es que volvió relevante al hombre que quebró al murciélago, que le dio un interesante repaso a sus paralelismos con Bruce, y que sencilla y simplemente es un villano interesante como deben serlo todas las contrapartes del encapotado.
Creo que me encantan las potenciales lecturas de intervención, de invasión, que otorga la historia. Batman irrumpe, conspira, engaña y triunfa con facilidad solo por su posición de poder. Es tan inapelable su victoria, que uno no puede un poco empatizar con Bane y la posibilidad de una revancha, que de hecho llega muy pronto en la revista, con una deliciosa página final clamando por el elemento para su venganza. ¿En qué sentido es suicida si está tan claro su triunfo? Quizás en que parece serlo. Quizás porque parece una misión privada del Suicide Squad, con reducciones de pena y comodidades de por medio.
Como sea, es ridícula pero bellamente dibujada. Lejos el mejor trabajo de Janin en la serie, con perspectivas inmensas, viñetas que juegan con la temporalidad y el espacio de los personajes, en perspectivas entretenidas, desafiantes. ¿Quieren acción? Janin dibuja toda una torre con Batman escalando y combatiendo a decenas de soldados, en solo una splash page, sin transpirarse, haciendo que valga la pena seguir acción ligeramente gratuita, mientras contemplamos las palabras de Bruce o de Selina que acompañan el relato de su relación y la visión que tienen de ella.
I Am Suicide es seguido por un epílogo especial: Rooftops, en los números 14 y 15. Esta historia de dos números continua inmediatamente después de la aventura previa, en donde Batman efectivamente logra salvar a Cat de la muerte, pero debe devolverla a Arkham. Ella lo convence de pasar la noche juntos a la luz de las estrellas en los callejones. El número 14 es una belleza, y ciertamente los créditos visuales los lleva el efectivo e intimista Mitch Gerads. Acompañamos una noche típica de ambos personajes, así como un pequeño desafío de cambiar, de por un momento dejar de lado la eterna lucha de cada uno contra sus propios monstruos.
Es un excelente ejemplo que como King ha logrado en Catwoman un equivalente justo para Batman, a pesar de sus diferencias, estamos ante dos personajes cortados de una misma tela. El verlos despojarse de sus rostros -sus trajes- es también verlos dándose una oportunidad de sonreír y ser felices aunque sea por una noche.
La segunda parte de Rooftops da inicio a otra de las líneas que vuelven una y otra vez en la etapa, esta es la relativa al primer encuentro de ambos personajes. ¿Fue en un barco como dice Batman, honrando la primera aparición de Cat en 1940, en el lejano Batman vol. 1 #1, por Bob Kane? ¿O fue en el barrio rojo, como recuerda Selina, en la propuesta de origen que Frank Miller otorgó a ambos en el Batman Vol1. #404? En realidad, para cualquier pareja cuya historia es larga, con variadas vueltas y cargada afectivamente, ese primer momento siempre será distinto, se sentirá interpretable, y acaso la retrocontinuidad de los cómics no es sino un reflejo claro de lo que nuestra memoria hace continuamente, re-escribe nuestras historias, para darle un sentido nuevo cada día que la rememoramos.
Mitch Gerads regala una hermosa página, en donde el amor mismo no pareciera ser suficiente. ¿Acaso no es una pareja condenada a pesar de que haya amor? La cara de profunda pena de Bruce nos muestra una vulnerabilidad escasamente vista en el personaje en sus series principales. Una pena serena, no cargada de rabia o ira, sino un dolor pasivo. Uno en que Selina quiere intervenir, irrumpir con una sonrisa, y claramente una broma que toma ribetes reales: jugar al gato y al ratón y escapar.
Es posible que Selina entienda mejor lo que está en juego, por lo que si van a volver a sus trajes reales, tomar un poco la lección del Joker parece una buena opción: no nos podemos tomar en serio estas persecuciones. Cat cumple con contar la verdad y decirnos que hay de verdad en el asesinato de 237 personas, y su relación con Holly Robinson, amiga de desventuras de la niñez y juventud de Selina.
Rooftops es una de las mejores historias cortas de la etapa, y testimonio junto a I Am Suicide de las virtudes de Tom King a cargo del murciélago. También considero que es un punto de inflexión. Los principales dados ya están tirados, así que si disfrutas estos números, tiene sentido seguir leyendo. Si por el contrario, no te provocan nada, es probable que lo que esperas de Batman sea otro tipo de aventuras y en ese caso sugiero esperar a que otro autor se haga cargo (o disfrutar las múltiples revistas paralelas comandadas por otros autores).
Ambos arcos reflejan lo que considero valioso de esta propuesta, y una buena carta de presentación para los temas que vendrá. Dado lo divisiva que ha terminado siendo, considero que estos números engloban los mejores argumentos e invitación a seguir leyendo, a la vez que también contiene los elementos que pueden causar resquemor (repetición de líneas, mayor énfasis en narrativas internas más que en tramas complejas, arte no del gusto personal con dos de sus más presentes artistas, etc.).
Al menos yo, son estos números los que me invitan a seguir leyendo, con todo lo bueno y cuestionable que vendrá. Pero también son en números como el #14 en donde veo artista y guión, diseño y emociones, unidas para entregar un producto valioso y perdurable en la mitología del murciélago.
Datos relevantes para el desarrollo de la trama futura:
Psycho Pirate es rescatado, y supuestamente podrá ayudar a Gotham Girl en Gotham (aunque eso no se ve).
Holly Robinson se revela como la culpable de haber matado a toda la célula terrorista y con Selina cubriendola para protegerla. Ella escapa fuera de Gotham, no sin antes recibir una declaración de amor por Selina de Batman mismo.
Supuestamente Bane estaba libre de la sustancia Venom, pero al final del arco clama por este para su recuperación y posterior venganza. Hasta este momento, se mantiene en Santa Prisca.
En el número #9 vemos brevemente a Saturn Girl, encerrada en Arkham, sentando la ya alargada espera por la Legion, y que conecta con los eventos de DC Rebirth (no así con esta serie).
Kite Man vuelve a hacer un cameo en el #14. Sabremos más de él en otro arco.
Primera aparición el #15 del "Fue en un barco" y el "Fue en una calle" que veremos más seguido, y que probablemente sea la historia principal, la de amor, más relevante que la del gran villano.