"Multiple Man" (2018): crisis en los Madrox múltiples
Jamie Madrox, el mutante de segunda línea a quien Peter David elevó al estrellato, está de regreso. O eso parece, pues entre la maraña de duplos, triplos y viajes en el tiempo que nos ofrece Multiple Man de Matthew Rosenberg, no es fácil saber cuál es la verdad. El ex- arquitecto de la franquicia X-Men factura una una divertida miniserie, la que quizá sea su mejor trabajo en Marvel.
Jamie Madrox no es un tipo con suerte. Sabemos que la vida de un Homo Superior no es fácil, pero la estrella del pobre Multiple Man parece brillar con menos intensidad que la del resto de sus compañeros X-Men. Nacido como un villano en las páginas de Giant-Size Fantastic Four #4 (1975), rápidamente cayó en la categoría del maloso circunstancial destinado a reconvertirse del lado de los buenos. A pesar de su llamativo poder de crear copias de sí mismo, ningún autor pareció interesarse en utilizarlo. El guionista de aquella entrega del cuarteto fantástico, el patriarca Chris Claremont, se acordó de él y lo recuperaría en la Saga de Proteus, de Uncanny X-Men, quedándose en la Isla Muir en una situación muy similar a la que lo vimos por última vez en Death Of X.
Luego de unas cuantas apariciones por aquí y por allá, entraría a formar parte de X-Factor, una de las numerosas series mutantes de la época de los noventa, título que pasaba por una transformación total respecto de su planteamiento inicial. El encargado de dicha labor fue el escritor Peter David, a quien le bastó sólo un contacto con el personaje para despertar todo su potencial, al manejar con maestría las compleja personalidad de un tipo capaz de autoduplicarse. Una vez acabada la etapa de David, Jamie caería víctima del Virus del Legado.
Ya en el siglo XXI, David volvió a reinventar el concepto de X-Factor en forma de una agencia de detectives, un movimiento cuyo prólogo fue Madrox, una miniserie protagonizada por Jamie, y que continuó en forma de aquella colección abierta. Multiple Man se alzó como nuevo líder del equipo y un personaje al que el guionista, otra vez, sacó todo el partido imaginable: dobles con distintas personalidades, embarazos con finales desastrosos, viajes en el tiempo, más muertes de duplos, emparejamiento con Layla Miller y una suerte de final feliz, coincidiendo con la entrada en juego de un equipo totalmente distinto.
Después de aquello, volveríamos encontrar al buen Jamie nuevamente en la Isla Muir, donde tendría el dudoso honor de ser la muerte más inútil de la trama de las Nieblas Terrígenas, de cuando estas fueron liberadas al ambiente por Black Bolt, resultando ser tóxicas para los mutantes. Y aunque se suponía que este fallecimiento fue el del verdadero, y no uno de sus duplos, ya sabemos que nada permanece demasiado tiempo bajo tierra en los cómics, y más temprano que tarde volvería a caminar entre los vivos. O quizá no.
Multiple Man es una miniserie de 5 números, publicada el pasado 2018, escrita por Matthew Rosenberg, dibujada por Andy MacDonald, y portadas de Marcos Martin. Cualquiera podría suponer que este es otro de los ya cansinos regresos de personajes muertos, pero eso queda en segundo plano cuando devoramos el trabajo de Rosenberg, ya que acá estamos hablando de una miniserie que se vuelve endiabladamente entretenida y dinámica, y una fuente constante de humor, acción, viajes en el tiempo, realidades alternativas y generalidades extrañas. Si tuviéramos que definirla con una sola palabra, sin duda sería locura.
Rosenberg es uno de los autores que renovó Marvel, y miembro activo de la tropa a la que C. B. Cebulski encargó la compleja pero necesaria misión de devolver a los Hombres-X su esencia, al menos antes de la llegada de Jonathan Hickman. Para ello, acometería varios trabajos previos en la franquicia, como rescatar a Jean Grey de las garras de la muerte en Phoenix Resurrection, rehabilitar a Kaos en Astonishing X-Men, o reintroducir a los Nuevos Mutantes en su última miniserie, titulada New Mutants: Dead Souls. Y sin duda, es un fanático hasta la médula de los X-Men, pues las páginas están plagadas de referencias y homenajes a distintos hitos de la historia mutante.
El argumento arranca cuando el equipo de Illyana que ya vimos en Dead Souls encuentra vivo al último duplo de Madrox, que es llevado al Instituto donde Beast trata de crear un suero que estabilice la degradación de su cuerpo, y así obtener respuestas. La trama se complica cuando Jamie roba a Bishop su dispositivo de teleportación, y más aún con la aparición de un Jamie del futuro preguntando por el suero, y otro intentando detenerle y absorberle. Todo termina yéndose al carajo cuando una serie de dobles con poderes vienen para llevarle a un futuro gobernado por un Jamie Madrox dictador y que tiene un ejército de réplicas como policías. Es posible que nuestro protagonista sea la causa y la solución de ese futuro oscuro, aunque resolver el problema no será sencillo.
La trama de la miniserie está muy bien tejida, aunque el punto utilizado es muy enrevesado, obligando a poner mucha atención a los diálogos y viñetas para no perdernos detalle. Así mismo, el humor aplicado por el guionista hace que tengamos una obra hilarante, que en todo momento nos tendrá con una sonrisa en el rostro. En ese sentido, Rosenberg hace un trabajo estupendo canalizando al mejor Peter David, y con él, una exquisita representación del protagonista. De hecho, a lo largo de la historia Madrox resulta tremendamente divertido, ingenioso y sarcástico, y no sólo él, sino también sus extravagantes duplos, como aquellos que tienen poderes similares a Cloak, Dr. Strange, Hulk, Warlock, y aquel vestido como Deadpool, pero con garras como las de Wolverine.
De igual forma, el guionista se las arregla para bromear y enviar pocos discretos mensajes que hacen referencia a la actualidad marveliana ("¿te refieres al otro Jamie y su grupito de héroes mezclados? En esta época eso gusta mucho, ¿eh?", en una clara referencia a Infinity Warps) o al manejo editorial ("Creo que después que esa estúpida nube matara porque sí al idiota de mi marido...", restregando en la cara los hechos de Death of X), lo que entrega una impensada dosis de coherencia interna y temporal a la miniserie.
Rosenberg está de acuerdo con nosotros, al afirmar que este es el mejor trabajo que haya firmado. Respecto de la concepción de la serie, en una entrevista al portal Comicbook.com afirmó que "Si fuera más inteligente, probablemente diría cómo la serie se trata de la dualidad del hombre y de los arquetipos jungianos que existen dentro de nosotros, cómo son a menudo opuestos y cómo las ideas de quiénes somos existen desde antes de nosotros, y continúan más allá. Quizá el libro sea sobre lo que dejamos en el mundo para las personas que nos aman y para las que no, y cómo esa historia nunca es una imagen completa. Pero, honestamente, me gusta mucho Jamie Madrox y levanté la mano en una reunión en Marvel y dije: '¿Qué pasa si él no estaba muerto?' y luego me pidieron que inventara cómo funcionaría eso. Y así ... aquí estamos".
"Lo que me encanta de él como personaje, es que se presta para muchas cosas diferentes", continúa el escritor. "X-Factor de Peter David fue una gran influencia para mí porque pasa muy bien de la comedia a una historia de detectives, o del horror corporal al superhéroe, y viceversa. Es algo que todos intentamos lograr aquí, esos cambios que te mantienen atento. También hay muchos elementos de comedia, es definitivamente la cosa más absurda que he escrito. Pero el libro también trata sobre personas que dedican toda su vida a luchar contra el mal, a las personas que enfrentan la oscuridad dentro de sí mismas, los problemas con el viaje en el tiempo, la moralidad de los clones, el fin del mundo y lo geniales que son los Hulks".
Si bien el ritmo de la historia es vertiginoso, el guionista hace que funcione gracias a su hábil narración, en la que, aunque sucedan muchas cosas, se puede seguir todo perfectamente prestando la atención necesaria. La química propuesta para los personajes, los diálogos y el encanto con el que Rosenberg trabaja es algo que destacar, haciendo la interacción de cada personaje con Jamie única. Es llamativo que el escritor es capaz de delinear con solo algunas lineas las diferentes personalidades de los dobles, haciendo que en definitiva las mejores interacciones se produzcan entre Jamie y si mismo. Resulta que el protagonista es por naturaleza contradictorio, solitario —irónicamente, su única compañía ha terminado por ser él mismo— y poco confiable, pues nunca sabes si estás tratando con él o uno de sus dobles.
A nivel artístico, Andy MacDonald es el encargado de ilustrar las cinco entregas de la miniserie, efectuando trazos que encajan perfectamente con la historia que Rosenberg trata de contar. Los personajes son expresivos y con diseños muy acertados, mientras que los fondos son detallados y estimulantes en las escenas que corresponden, y deprimentes en ese futuro apocalíptico. Las escenas de acción, muy bien tratadas, se siguen fácilmente, siempre retratadas de una forma que refuerza el humor del guion. Por su parte, el coloreado de Tamra Bonvillain, es efectivo en transmitir las características de los lugares donde transcurre la acción, como los laboratorios, el Instituto Xavier, o los paisajes abiertos, cambiando la paleta de colores según sean locaciones más duras o cálidas.
En definitiva, considero que Multiple Man es una miniserie absolutamente recomendable que viene a redimir al personaje luego de lamentables decisiones en que se vió envuelto con anterioridad, e introduciendo justo a tiempo para el gran rol que está cumpliendo el el volumen actual de Uncanny X-Men. Su guión es elaborado, energético y humorístico, con un desenlace a la altura de lo propuesto, y el arte acompaña a la perfección a la aventura.
Teniendo en cuenta lo querido del personaje, y lo añorado de su regreso, espero que su futuro sea igual de impecable que el trabajo plasmado en estas páginas. Como nunca, para los autores y para el propio Jamie, el futuro es una pregunta de selección múltiple.