"The Last Blade" (1997) / "The Last Blade 2" (1998): el ocaso de la espada
En Cuarto Mundo nos gusta el noble arte de la katana. No sólo hemos hablado de varios mangas de la temática del samurai, (como Rurouni Kenshin o Sidooh), series de animación (Samurai Champloo o el mismo Ruroken), o incluso cómics chilenos (Justo, Samurai: Fuego y Acero), sino también videojuegos como Samurai Shodown. Y por tanto, no podíamos dejar de lado a The Last Blade y The Last Blade II, primos lejanos de SS y una de las sagas menos conocidos de la compañía SNK, pero también uno de los más elegantes.
The Last Blade: las últimas horas de una época
Mientras las espadas chocan y los pétalos de las flores del cerezo caen, los vientos de cambio soplan implacables en el paisaje japonés del Siglo XIX. Los últimos samurai deben luchar hasta el final para forjar su propio destino en un país cuya cultura y estructura social está al borde de la destrucción. Para ser el último en pié, deben convertirse en maestros de la espada y vencer a todo aquel que ose a desafiarlo.
El Bakumatsu, el periodo que comprende los últimos años del Período Edo y el Shogunato Tokugawa, y que antecede a la Restauración Meiji —todo esto familiar para fans de Rurouni Kenshin o Sidooh—, es el escenario de The Last Blade, y su secuela The Last Blade II, el impresionante canto del cisne de SNK en el género de los juegos de lucha con armas. Siendo posiblemente uno de los juegos de pelea uno contra uno en 2D más hermosos que se hayan hecho jamás, es un lienzo en movimiento que explica el porqué del guerrero samurai y su lucha constante e infructuosa por evitar caer en el olvido.
El título narra los destinos y la lucha de varios guerreros por mantener cerrada la Puerta del Infierno, un pasaje a inframundo infestado de demonios que Shinnosuke Kagami intenta abrir para dominar la Tierra, todo ello mientras Japón está sumido en una brutal guerra civil. Debemos elegir entre los doce jugadores disponibles, aprender a dominar un sorprendente sistema de combate, sobrevivir a todos los duelos y llegar a la lucha final con Kagami para evitar el desastre. Solo así habrá opción de solucionar la crisis que asola al país y también ese Bakumatsu tan dramático como melancólico.
Acá cobraría especial importancia el trío protagonista de Kaede, Moriya y Yuki, cuyo maestro Gaisei fue asesinado por el villano principal, y Shigen y Okina, que junto al protagonista son los guardianes de la Puerta del Infierno.
Una vez más, SNK estuvo muy inspirada al realizar esta secuela espiritual, aunque mucho más refinada, de su éxito Samurai Shodown, para terminar su historia de amor con el Japón feudal y todo lo relacionado con su cultura guerrera. La pasión del estudio a la hora de concebir a The Last Blade es patente y se refleja en todos y cada uno de los valores de producción del juego, ya sea en su fantástico arte, con diseños tremendamente atractivos tanto en personajes como escenarios, o en su delicada y acertada música.
Los escenarios de ambos juegos son, simplemente, obras de arte. El árbol de sakura con sus ornamentados puentes, las puertas de la ciudad cubiertas de flores, los parajes rurales sembrados de trigo, las impresionantes cascadas o los bosques de bambú bañados por la plateada luz de la luna son solo algunos de los lugares en los que se desarrollan los combates. Sus decorados destacan por ofrecer un marcado contraste entre esa plácida atmósfera y la acción frenética, como pocos juegos del género han podido.
El arte de los personajes y las animaciones también rezuman calidad y estilo clásico. Todos lucen genial, desde el héroe de la historia, Kaede, mientras lucha con destreza demostrando la fiereza de un lobo al blandir su katana frente a Keiichiro Washizuka, el lider de la unidad militar Shinsengumi, o cuando Zantetsu, el ninja verde, se acomoda su famoso sombrero de paja (kasa). Cada miembro del reparto está lleno de detalles, tanto en sus sprites como en su vestuario.
La mecánica del juego ofrece una variación del más que probado sistema de cuatro botones de SNK para sus juegos de lucha, con una amplia variedad de espadazos, estocadas y patadas, que varían según la forma que se mueva el joystick cuando se pulse cada botón. Sin embargo, donde las cosas se ponen realmente interesantes es cuando entran en funcionamiento los modos Speed y Power, que se seleccionan después de elegir a tu personaje.
El primer modo le otorga al guerrero la habilidad de encadenar múltiples movimientos en un combo prolongado, y que este pueda ser interrumpido gracias a un comando especial. Para compensar esto, el daño recibido por cada golpe se reduce, el bloqueo de los movimientos especiales y normales no daña al enemigo, y tampoco se pueden realizar los Super Desesperation Moves. Por el contrario, en el modo Power, además de que los combos quedan descartados y el daño por golpe se incrementa, los ataques normales y fuertes causan cierto daño al ser bloqueados, y se activan los Super Desperation Moves (SDM), disponibles cuando el indicador de vida parpadea y la barra de POW está llena.
Los movimientos especiales y los combos, así como los SDM, dependen de la barra especial POW del juego, un indicador que se llena durante el combate. Mientras que los primeros son los típicos "poderes" o ataques mejorados habituales en el género, los DM y los SDM son muchos más complejos de ejecutar. Como dijimos, los DM tienen como requisito que el medidor POW esté lleno, o que el indicador de vida parpadee en rojo. Con esto, cada personaje es capaz de ejecutar un ataque que causa un daño considerable al rival. A su vez, los SDM son variaciones aún más potentes de estas técnicas, que se pueden usar solo cuando se juega en modo Power, y se den al unísono ambas condiciones anteriores. Se pueden considerar casi una ejecución, ya que causan un daño monstruoso a la barra de energía del rival. Ambos movimientos pueden bloquearse, pero aún así seguirán quitando gran cantidad de vida.
Centrándonos en el bloqueo, The Last Blade permite cubrirse en el aire, aunque solo cuando se salta en vertical o hacia atrás, y también ofrece un ataque llamado Repel asociado al botón D, que se ejecuta siempre y cuando el oponente esté lanzando un golpe. Tu personaje bloqueará a través de un parry y luego, de manera automática, asestará un pequeño contragolpe. Naturalmente, la sincronización es vital cuando se utiliza esta técnica, y ya que el parrying es una habilidad clave en el combate real con armas, queda genial en la fluidez de los rounds que nos ofrece el juego.
Respecto de las banda sonora, el tipo de melodías que podemos encontrar en el juego es la que se espera de un título con esta ambientación tan particular. Tienen un estilo muy tranquilo en general, bastante más de lo que es habitual en un juego de lucha, lo cual a veces puede resultar un poco desconcertante. Son agradables y están compuestas con muy buen gusto, pero por otro lado, no hay ninguna especialmente destacable, y aunque intentan ambientar los combates de forma satisfactoria, no acaban de cuajar al 100% debido a lo meloso de la música, y lo violento de los combates, algo que se repetiría en The Last Blade 2.
Curiosamente, a diferencia del estilo japonés tradicional utilizado en Samurai Shodown, la banda sonora de este título está basada en gran parte en el estilo romántico occidental del Siglo XIX, y por tanto, evoca la cultura foránea que ganaba terreno en Japón durante el Bakumatsu y la posterior Restauración Meiji.
Por otro lado, lo más destacado de los efectos sonoros son las voces de los personajes, que podremos escuchar durante las peleas. Encajan muy bien con cada personaje, y aunque estarán más pulidas en la segunda entrega, ayudan a definir el carácter de cada uno. No faltará el locutor, el cual anunciará los combates, así como el nombre del ganador tras las batallas. Todas las voces están en japonés, lo cual refuerza la ambientación del juego.
Los efectos de sonido también están a buen nivel, aunque palidecen frente a los de Samurai Shodown, destacando entre todos el sonido del choque de metal contra metal. Estos efectos y el ruido ambiente cobran especial importancia en algunos escenarios que carecen de música, en que los combates solo son aderezados con el soplido del viento, el crujir de las viejas maderas de algún navío, el graznido de las gaviotas o el murmullo de la población. Es esos momentos, el detalle de la sonoridad se vuelve simplemente sublime.
The Last Blade II: subiendo el nivel
Debido a los buenos resultados, prácticamente de inmediato vio la luz la secuela, llamada The Last Blade II. El primer juego mostraba tan bien el Bakumatsu que rápidamente llamaba la atención del jugador, pero la verdad es que su segunda parte ofrece un juego de lucha que es mejor en todos los aspectos. La trama tiene lugar un año después, con las Puertas del Infierno empezando a abrirse, y presentando a tres nuevos personajes, Hibiki, Kojiroh y Setsuna, más el nuevo jefe Kouryu.
El argumento es continuación directa de TLB. Después de que Kaede lograse frustrar el intento de Shinnosuke Kagami de abrir las Puertas del Infierno a las almas de los guerreros que descansan en él, el dragón Seiryuu despertó los poderes que dormían en su interior, convirtiéndolo de esta manera en el nuevo cuarto guardián de la Puerta. Sin embargo, las cosas están lejos de tranquilizarse.
Una fuerza desconocida a quien muchos asocian al dios Hades, resucita a su maestro Gaisei, y le hace olvidar todos los valores y filosofías que defendió en vida. De esta forma, el guerrero reunió en su cuerpo los poderes de los Cuatro Guardianes del Portal, lo que lo convertirá en una especie de semidiós que vaga por el mundo haciéndose llamar Kouryu, el dragón amarillo. Ante el peligro que entraña esta nueva amenaza, los pecados de Kagami son perdonados y éste saldrá del Averno para aliarse con Okina, Shigen y Kaede con el fin de librar al mundo de su más que probable destrucción.
El juego ofrece más en términos de mecánica, afinando los sistemas Power y Speed, y añadiendo uno nuevo, el Modo EX, que combina las mejores cualidades de ambos, pero con la desventaja de que nuestro personaje caerá con muy poco castigo, así que si seleccionamos este modo, debemos cuidar sobretodo la defensa. Con esto, cada batalla sea aún más tensa, desafiante y dinámica que antes.
Por si lo anterior no fuera suficiente, TLB II también expande el arte y la partitura musical de su predecesor, convirtiéndolas en algo impresionante, pues técnicamente hablando el juego es muy avanzado. Los escenarios, incluso más ornamentados que en la primera parte, son una verdadera obra de arte. Podemos ver un Japón en todo su esplendor y decadencia, a través de ciudades llenas de gente, campos de batallas en ruinas, casas incendiándose, impresionantes cascadas, un bello camino de montaña (con un puerto de fondo) y el escenario final, que inspira un gran terror y se acopla perfectamente a Kouryu. Verdaderamente pocos juegos pueden jactarse de tener unos escenarios tan bien cuidados y descriptivos de un periodo histórico tan polifacético como el Bakumatsu.
Si hay una palabra que describe la ambientación, esa es la tristeza. Ya desde el opening se siente, especialmente enfatizada por la música, inclusive en el ending y los créditos. Los escenarios finales también tienen ese rasgo. Y sobre todo los endings y sus diálogos, que pondrán a los personajes en situaciones muy desdichadas. Desde luego tendremos personajes y situaciones cómicas que nos sacarán alguna sonrisa, pero no lograrán romper ese ambiente decadente propio del fin de una era.
La naturalidad mostrada por los luchadores al mezclarse con sus escenarios es prácticamente perfecta. La velocidad de los movimientos eran sólo equiparables a la del King Of Fighters '97, y ésta, al contrario de lo ocurrido con otros videojuegos de lucha similares, lejos de perjudicar, beneficiaba a la hora de ejecutar los combos. También, los personajes están representados con todo lujo de detalles, y los efectos gráficos de cada golpe están perfectamente diseñados y animados. Quizás los diseños de los sprites no hayan cambiado demasiado del juego original, pero es un detalle sin importancia dado que el acabado es sublime.
Los personajes
Por muy impactante que sea su apartado técnico, para que un juego de peleas sea exitoso, debe tener personajes interesantes. De eso hay mucho en TLB y TLB II, con luchadores de diseños estimulantes y atractivos, exceptuando quizá a Kaede, que para mi tiene el dudoso honor de ser uno de los protagonistas menos carismáticos de los videojuegos.
Kaede
Kaede es hijo de Gaisei, un viejo guerrero maestro de la espada que lo entrenó junto a un par de niños huérfanos: Moriya Minakata y Yuki. Con el paso de los años Kaede se convirtió en un excelente espadachín. Un día, cuando iba a visitar a su padre acompañado de Yuki, descubrió que estaba muerto y que junto a él estaba Moriya. Enfurecido, Kaede atacó al presunto asesino, que resistió el ataque y se marchó en silencio.
Tras pasar cinco años buscando a Moriya para vengarse, descubre que en realidad el asesino es uno de los cuatro guardianes de la puerta del infierno, Shinnosuke Kagami, al que derrotará al despertar en él un poder que permanecía oculto: el legendario dragón Seiryū, que cambia su aspecto y fuerza, ya que el propio Kaede es uno de los guardianes de la puerta demoníaca. Su arma es la katana y utiliza el estilo Kasshin Ittou.
Moriya
Moriya fue unos de los huérfanos acogidos por el maestro guerrero Gaisei, aprendiendo junto a Kaede y Yuki a manejar la espada bajo la filosofía del bushidō. Un día descubrió a su maestro muerto, sin rastro del asesino por ningún lado, cuando de repente aparecieron Kaede y Yuki. Kaede lo atacó, creyendo que era el asesino. Moriya resistió los ataques y se marchó, buscando al verdadero asesino para limpiar su nombre, aunque este es finalmente derrotado por Kaede. Pasado un tiempo y tras fracasar en su intento de vengarse de Kagami, Moriya vive recluido mejorando sus habilidades y técnicas por medio del entrenamiento. No obstante, algo en él hace que deje a un lado su rutina diaria y acuda a la Puerta del Infierno para tratar de encontrar la verdad.
Yuki
Yuki es hija de un familia de comerciantes que hacían negocios en Japón. Desgraciadamente, su familia murió en un accidente marítimo, siendo adoptada por el guerrero Gaisei, entrenando junto con otros dos estudiantes: Moriya y Kaede. Al contrario que estos, Yuki se especializó en el uso de la naginata, una lanza larga de gran poder de ataque. A la edad de 13 años, regresa con Kaede para descubrir a su maestro muerto y a Moriya cerca de su cuerpo sin vida. Guiado por una furia ciega, Kaede atacó a Moriya y este se marchó en silencio tras el suceso.
Luego de que el asesino de su maestro fuese derrotado, Kaede y Yuki se ponen en camino para localizar a Okina para sellar el portal demoníaco. Sin embargo, descubren que es necesario ejecutar un ritual de sellado, que debe ser realizado por una doncella especial, y pronto reconocen que ella es la doncella, por lo que Kaede se ofrece para protegerla.
Washizuka
Washizuka es líder de una unidad Shinsengumi, un grupo policíaco durante la era Bakumatsu dedicado a proteger a los débiles de las injusticias. Firme creyente en restaurar el orden feudal en Japón y en las viejas formas samurai de la lucha con espada, es una persona muy seria. Es muy leal a su unidad y gran amigo de Kojiroh Sanada, y es el único miembro en la unidad consciente del gran secreto que guarda aquel personaje.
Washizuka está basado en Hajime Saitou, personaje histórico real japonés, muy conocido por la versión de él aparecida en Rurouni Kenshin. De hecho, su estilo de esgrima recuerda poderosamente al Gatotsu que vimos en esa serie, que a su vez se basa en técnicas reales utilizadas por el Shinsengumi.
Kojiroh
Kojiroh Sanada fue el capitán de la unidad Shinsengumi que investigó las fuerzas demoníacas en Japón bajo la mentalidad del bushidō. Después de que Kojiroh muriera tratando de investigar la Puerta del Infierno, su hermana Kaori se disfraza de él, utilizando su identidad con el fin de investigar el mal del portal demoníaco, así como para restaurar la fe en el Shinsengumi. Otros de los motivos de su viaje es acabar con el antiguo Shinsengumi Shikyoh, ahora Mukuro. Washizuka es la única persona que conoce su verdadera identidad.
Shikyo / Mukuro
Shikyoh era un viejo miembro del Shinsengumi, una organización cuyo deber era proteger a los débiles. Sin embargo, simplemente se unió por su gusto por matar. Cuando sus superiores y compañeros lo descubrieron, decidieron expulsarlo y castigarlo, pero escapó antes de que pudieran tomar medidas. Poco después y alentado por Kagami, se dirige a la Puerta del Infierno, pensando que era una oportunidad perfecta para continuar su matanza y saciar su sed de sangre.
Después quedar atrapado en el inframundo y morir, Shikyoh fue reanimado en la forma de un zombie llamado Mukuro. Con los recuerdos frescos de los asesinatos en su mente, junto con otros vagos recuerdos y su estilo de lucha, Mukuro deambula por la tierra, sin dejar de matar a inocentes. Shikyoh aparece en TLB, mientras que Mukuro lo hace en TLB II.
Juzoh
Juzoh Kanzaki es el hermano adoptivo de Akari Ichijou, aunque a pesar de esto, él y su familia adoptiva mantienen una gran relación. De carácter perezoso y de espíritu libre, aprendió a usar la maza durante su tiempo libre gracias a su fuerza bruta. Fue arrastrado por su hermana adoptiva a encontrar y descubrir el monumento conocido como la Puerta del Infierno. Después de su aventura, su hermana Hikari cae enferma y tanto él como Akari se preocupan por su salud. Cuando Juzoh está visitando a Hikari, descubre que Akari se había escapado a La Puerta del Infierno de nuevo para encontrar una cura para su maldición. Deseando la tranquilidad, Juzoh se marcha para encontrarla.
Akari
Nacida y criada en Kyoto, Akari procede de un familia dedicada al Onmyōdō, la cosmología esotérica tradicional japonesa. Su padre le pidió que sellara y luchase contra el portal demoníaco cuando este se abrió, y cumpliendo sus órdenes se marchó para encontrarlo. Cuando su hermana mayor, Hikari cayó víctima de una extraña enfermedad, Akari se preocupó y sospechó que la Puerta del Infierno tenía algo que ver. Antes de que su padre le diga lo que tiene que hacer, Akari se marcha de nuevo para sellar la puerta del infierno e intentar curar a su hermana.
Amano
De carácter extravagante, Hyo Amano vive como un bohemio hedonista rodeado de cerezos mientras bebe sake y busca mujeres a las que seducir. Cuando descubre que los pétalos de los hermosos árboles de cerezo se caen de sus ramas, es presa del pánico y decide que debe ir derrotar a los oponentes para resolver el «problema». Al final, descubre que era simplemente el cambio de estación.
Después de enterarse de la causa por la cual los cerezos pierden sus pétalos, Hyo queda devastado al enterarse de que el cielo se está volviendo gris debido a la reapertura de La Puerta del Infierno. Saca su espada, pero le resulta extrañamente opaca y frágil. Para solucionarlo, decide pedirle a su amigo Takane Genzo, un maestro herrero de espadas, que la repare. Sin embargo, su amigo había muerto. Amano descubre que tuvo una hija, Hibiki Takane, que había salido recientemente del hogar. Preocupado por la espada y por Hibiki, decide localizarla.
Lee
Lee es oriundo de la dinastía china Qing, donde aprendió un arte marcial que permite al usuario controlar el fuego mediante un abanico. Un día, fue testigo de una «estrella roja» (la apertura de La Puerta del Infierno). Sabiendo que es un indicio de un gran mal, viaja desde su tierra natal para detener la amenaza antes de que extienda el mal por todo el mundo. Tras el cierre de la puerta, se quedó en Japón. Continuó estudiando y mejorando sus habilidades en las artes marciales, mientras se ganaba la vida de manera modesta en una granja cercana. Cuando detecta la reapertura de la puerta del infierno, detiene su formación para luchar contra el mal una vez más.
Zantetsu
Debido a la disminución del número de ninjas, la población civil japonesa comienzan a considerar el título de «ninja» algo inferior y de lo que poder burlarse. Decidido a probar la superioridad de su pueblo, Zantetsu desafía a guerreros una y otra vez para probar su fuerza y la de los ninjas. Cuando se entera de la apertura de un portal llamado La Puerta del Infierno, se pone en marcha para derrotar a los enemigos cercanos con el fin de demostrar su fuerza.
Tras el cierre temporal de la Puerta, Zantetsu reside en su pueblo y enseña a su nieto el camino de los ninjas con el fin de continuar su legado. Sin embargo, es consciente de que él morirá en un futuro cercano y quiere demostrar su fuerza una vez más antes de su eventual muerte. Así que cuando presiente la reapertura del portal demoníaco, se desplaza hasta él para experimentar una gran batalla.
Shigen
Junto a Kagami, Okina y Kaede, Shigen es otro de los guardianes de La puerta del infierno. No obstante, fue traicionado por Kagami, que lo encerró mágicamente en una piedra gigantesca durante 10 años, por ser considerado una amenaza en las aspiraciones de éste en liberar el portal demoníaco. Finalmente Shigen consiguió escapar, pero su mente estaba nublada por el odio; buscaba venganza contra Kagami.
Tras el cierre temporal del portal, Shigen recupera el sentido y recordó que tenía una hija, Kotetsu. Para expiar sus diez años de ausencia, viajó a las montañas para pasar tiempo con ella durante el entrenamiento. Durante este periodo, se dio cuenta del aura maligna que emanaba de nuevo de la puerta del infierno. Como uno de sus guardianes, se dispuso a cerrarla, dejando a su hija durmiendo en la oscuridad de la noche. Sin embargo, no era consciente de que su hija sabía de su salida y que lo seguía a cierta distancia.
Okina
Okina es un viejo ermitaño y uno de los cuatro guardianes del portal demoníaco, que durante años velaron por evitar su apertura. Okina se resignó a una vida pacífica y tranquila como pescador, aunque su encuentro con Kaede lo alejó del tiempo de ocio: le enseñó todo lo que sabía, mejorando sus habilidades. Presintiendo que algo malo iba a ocurrir, sigue al muchacho desde las sombras. A pesar de que Kaede evitó la apertura de la puerta, aún no había sido sellada correctamente. Como guardián más antiguo, Okina estaba al tanto de eso y sabía que para sellar correctamente el portal era necesaria que una doncella realizase un ritual, por lo que se embarcó en un viaje para eliminar el mal de una vez por todas.
Hibiki
Hibiki es hija de Genzo Takane, un renombrado herrero de espadas en el Japón de la era Bakumatsu. Genzo se había retirado a una zona aislada en el campo con su hija, pero continuó su trabajo con varios espadachines de todo el país. Un día fatídico, Setsuna se acercó a Genzo y le pide forjar una nueva y poderosa espada. Aunque el hombre irradiaba un aura de pura maldad, el maestro herrero se encuentra incapaz de rechazar la petición. Pasó un tiempo de casi 3 meses para forjar esta espada, que él llama la «Yaso Magatsu Hi no Tachi» (Hoja de 80 días empleados de mala gana), que detalla la cantidad de tiempo que invirtió en el arma. El trabajo lo lleva a estar enfermo, y pronto queda postrado en cama de forma permanente.
Genzo le dice a su hija que un hombre de cabello plateado era la causa de su condición, y que debía perseguir tanto al hombre como la espada que había forjado. Con una Hibiki preocupada a su lado, pronuncia sus últimas palabras: «Lo que vi…, lo que sentí, incluso tú debes entenderlo.» A pesar de que estaba confundida por la críptica petición de su padre, Hibiki reúne sus pertenencias y se marcha en busca del hombre del cabello plateado. Varios días más tarde, un hombre llamado Hyo Amano se detiene, esperando que Genzo reparara su arma, y cuando se entera de su muerte, comienza a buscar a su hija.
Setsuna
Setsuna era un espíritu del inframundo con una necesidad imperiosa de matar. Cuando Shinnosuke Kagami abrió la puerta del infierno, Setsuna escapó al mundo de los humanos. Vagando, encontró a un bebé en el campo de batalla y lo poseyó, creciendo hasta edad adulta por medio de su poder. Mató a muchas personas, hasta que decidió hacerse con un arma. Buscó a un renombrado maestro herrero, Genzo, y le pidió que le hiciese una espada imbatible y poderosa. Durante 80 días, Genzo se dedicó en cuerpo y alma en la espada. Cuando la terminó, falleció. Setsuna continúa con sus masacres mientras busca a la doncella capaz de sellar la puerta del infierno para matarla y así permanecer en el mundo terrenal, asegurándose de no tener que volver al infierno.
Shinnosuke Kagami
Shinnosuke es uno de los guardianes de la Puerta del Infierno, un portal que permite a los demonios y a la energía maligna llegar a la dimensión humana. Después de vivir en su posición y encontrar que los seres humanos que protegía eran débiles e inferiores a él mismo, decide liberar el cierre del portal demoníaco. Además, inicia una horrible matanza, asesinando a varios guerreros entre los que se incluyen Gaisei, el padre y maestro de Kaede.
Después de cinco años de acciones preparatorias para quitar el sello de la puerta, incluyendo el encarcelamiento del guardián y amigo Shigen Naoe, Shinnosuke es finalmente localizado por Kaede, quien tiene el poder del Seiryu, revelándose que es otro de los guardianes y lo derrota. Humillado por su derrota, Shinnosuke se arroja a las profundidades de la puerta del infierno como castigo eterno. Sin embargo, pronto se reencarna en una nueva forma para cumplir con su papel de guardián, ya que el portal se abre por otra fuerza. Shinnosuke se dispone a cumplir su destino, buscando la expiación.
Musashi
Musashi es un espadachín legendario que una vez viajó por el país, perfeccionando sus habilidades y desafiando a oponentes dignos por el camino. Durante una de sus batallas fue asesinado por otro espadachín. Cuando Shinnosuke Kagami comienza su plan para abrir la puerta del infierno y lograr un nuevo orden mundial, resucita Musashi para que contribuya a sus planes y matar a personas inocentes. Sin embargo para disgusto de Kagami, Musashi es derrotado durante uno de sus viajes. Honorable al igual que lo fue durante su vida, se despide de su oponente, antes de desaparecer.
Mushashi sólo es accesible en la versión Neo Geo CD y Dreamcast, bajo determinados modos de juego.
Kouryu
Bajo la apariencia de Kouryu (Dragón Amarillo en japonés), se esconde en realidad Gaisei, el padre de Kaede y tutor de Yuki y Moriya, que murió a manos de Kagami. Gracias a una fuerza maligna, Kouryu resucita y vuelve de entre los muertos con un increíble poder que le hace controlar las fuerzas de los cuatro guardianes: Seiryuu, el dragón azul del Este y de la primavera (Kaede); Byakko, el tigre blanco de Occidente y del otoño (Shigen); Genbu, la tortuga negra del Norte y del invierno (Okina) y Suzaku, el Fénix del Sur y el verano (Kagami). Su misión es liquidar a la sacerdotisa/doncella capaz de sellar el mundo demoníaco: Yuki.
Como ya se ha dicho, este cartucho es más oscuro, más realista y más melancólico que su primo Samurai Shodown. Su aire sombrío, tristón y pseudo-romántico impregna incluso los finales de los personajes, ya que solo unos pocos ofrecen un desenlace cómico o dejan una sensación agradable. La historia nos los muestra regresando a lo que queda de sus vidas, o se centra en como se ven obligados a avanzar hacia un futuro incierto, algo que también es uno de los temas que se desprenden desde el juego. Todo ello le da una seriedad que le sirve para fundamentar lo fantástico de su ficción dentro de un periodo de la historia en que se derramó muchísima sangre.
Pero si por algo se recordará a la saga The Last Blade por siempre, eso sería sin duda la forma en que consiguió que un juego de luchas alcanzara unas cotas artísticas nunca antes vistas. Muchos otros juegos estuvieron cerca, varios obra de la propia SNK, pero ninguno lo hizo de esta forma, y menos en un título de 2D. The Last Blade y The Last Blade II son bellos lienzos que cobran vida a merced de un sistema de combate magnífico y profundo, difícil de dominar, pero muy divertido de jugar.