Marvel Salvat - El Sitio
Hoy asistimos a un doble final. Por una parte, llegamos a la conclusión de la primera patita de la Colección de Novelas Gráficas Marvel, que cierra su tanda inicial de 60 entregas. Y por otro lado, el tomo El Sitio contiene el evento que finaliza la macrohistoria que Brian Michael Bendis inició por allá por Avengers: Separados. Veamos que hay en sus páginas.
EL SITIO
Contenido: Siege: The Cabal, y Siege #001 – #004
Guion: Brian Michael Bendis
Arte: Olivier Coipel
Tintas: Mark Morales
Color: Laura Martin
Como decíamos en la introducción, El Sitio —Siege, en su original— no sólo fue el gran evento del año 2010, sino que además fue el fin de la 'Era de la Incertidumbre', período marveliano comprendido desde la llegada del guionista Brian Michael Bendis a la franquicia vengadora en Avengers: Separados, hasta esta historia. Dicha era se caracterizó por estar plagada de conspiraciones, traiciones, desconfianzas y un cuestionamiento constante al estatus del héroe y su real servicio a la sociedad. Como tal, bebe de muchas líneas argumentales creadas tanto por Bendis en sus New Avengers y eventos respectivos, como por tramas que también provienen de otras esquinas del universo de la Casa de las Ideas, que por entonces se mostraba muy cohesionado.
Básicamente, El Sitio relata el asalto a Asgard por parte de Norman Osborn y el aparataje de defensa que maneja desde que fue investido como policía supremo de los USA tras los hechos de Invasión Secreta. En específico, este arco viene a resolver principalmente las tramas de Dark Reign, etiqueta con la que se conoció el estado del cosmos marvelita bajo la bota de la seguridad férrea y obsesiva ejercida por el hombre tras la máscara del Duende Verde.
Los principales brazos armados de Norman fueron sus Dark Avengers, en que un grupo de psicópatas se hacían pasar frente a la opinión pública como los Vengadores; y los Thunderbolts, serie que otrora narró las peripecias de malosos que buscaban la redención, pero que en esta oportunidad exhibe en sus filas un equipo de sociópatas en muchos casos peores que los Dark Avengers. A aquellos los conocimos en Thunderbolts: Fe en Monstruos, aunque su serie es un poco más larga que eso.
Mientras tanto, los New Avengers lo pasaban muy mal. Con Steve Rogers sin el manto del Capitán América y el grupo totalmente proscrito y perseguido por H.A.M.M.E.R. —agencia de seguridad que sustituyó a S.H.I.E.L.D.—, Luke Cage, Bucky Barnes y compañía dividían su tiempo entre proteger a los ciudadanos y huir de la cacería de Osborn, en una época en que Bendis aún mantenía la serie en un nivel decente.
Pero el otro gran factor que confluye en El Sitio es la presencia de Asgard en las llanuras de Oklahoma, hechos narrados en Thor de J. M. Straczynski, y de Kieron Gillen, argumento que inició en Thor: Renacido. Una vez superado el último Ragnarok, Thor fue capaz de traer a los dioses asgardianos a nuestra bola de barro, donde entablaron una extraña pero pacífica relación con los lugareños, lo que dió a lugar a algunas tramas secundarias de la cabecera.
Esta suma de factores, sumado a la cada vez más evidente pérdida de cordura de Norman, llevarían que el ahora Iron Patriot desatara toda su furia psicótica contra Asgard, invadiéndola con el chivo expiatorio de un desastre causado por Volstagg, pero orquestado por el maloso. Como no puede ser de otra forma en un evento de esta magnitud, gran parte de los héroes marvelianos se verían involucrados, conformando el gran blockbuster de aquel año.
Y como toda obra palomitera, responde a la premisa de la entretención y espectacularidad. Como en Invasión Secreta, Bendis permite a los personajes sacarse la represión e incomodidad que venían viviendo en sus series locales para dejar que toda la tensión explote en grandes batallas, pues el evento no oculta su intención de ser un prototipo de un festival de combos de buenos contra malos, mientras más visualmente estimulante mejor.
Aunque los 4 números están bien construidos, el evento tiende a cojear por su necesidad de conocer hechos previos para captar a cabalidad el cuadro completo. No es una historia recomendable para regalar a un nuevo lector, pues como decíamos, sirve como el capítulo final de una saga mucho más larga, e incluso apoyándose en los tie-ins de Dark Avengers y New Avengers —también escritos por Bendis—, nunca se tiene la sensación de tener toda la historia.
Sin embargo, en su mayor parte, el escritor maneja bastante bien el buque, ayudado por la fluidez que le da ser una miniserie relativamente breve y comprimida, de solo cuatro entregas esencialmente dedicadas a un conflicto masivo entre las fuerzas del bien y el mal. Es una historia simple y directa, cuya principal motivación es —spoiler— servir para que los Vengadores reclamen su autoridad moral por sobre sus malvados doppelgangers.
En una entrevista al portal Comic Book Resources, Bendis diría que El Sitio "es el gran y nuevo capítulo de la tradición de los Vengadores. Es un cambio tan grande para la franquicia como lo fueron Avengers: Desunidos y New Avengers, y eso no es por exagerar. Lo que me gusta de esto es que es un cambio muy grande para una franquicia que estaba funcionando bastante bien, y no necesitaba cambiar nada, pero la historia se estaba contando por sí misma y, fuimos por ella. Está protagonizada por todos los equipos de los Vengadores, los Guerreros Secretos y los Jóvenes Vengadores. Además, también tenemos todas las fuerzas de Norman, incluida la Iniciativa y todo lo que eso conlleva"
El guionista hace un gran trabajo al fundamentar las razones de Norman Osborn para atacar a Asgard, y configura bien su pérdida de cordura, pero la invasión parece salir de la nada. Más allá de las maquinaciones de Loki, no hay indicios de que la presencia de la ciudad-estado lo haya estado molestando —aunque podemos suponer que ciertas autoridades podrían ver a la ciudad flotante con desconfianza, o que para la cábala de villanos dirigida por Osborn no era favorable tener todo un panteón de héroes tan cerca de casa— y no hay una sensación de una acumulación gradual, o de preparar el conflicto a fuego lento.
Por otra parte, es interesante el uso metanarrativo que hace Bendis del Duende Verde. En su estadía en la franquicia, el calvo de Cleveland se dedicó a deconstruir la esencia del cómic de superhéroes, tratando de determinar qué los hace funcionar y sacándolos de su zona de confort. En ese sentido, con sus cuestionamientos Norman refleja las dudas y desconfianzas que los lectores podríamos habernos planteado luego de leer el material previo.
Por ejemplo, además de sugerir a los villanos como alternativas más prácticas a héroes anquilosados e ineficaces, aquí el autor utiliza al personaje para atacar el tejido conceptual del mundo ficticio compartido. "Se supone que los dioses no deben vivir entre los hombres, se supone que los inmortales no viven con mortales”, diría Osborn. Eso es un ataque sobre la base misma del Universo Marvel, o de cualquier cosmos superheroico, pero aceptar esa lógica de que la magia, la tecnología, la ciencia y los dioses tienen un lugar en los cómics, es básico para poder disfrutarlos.
Además, Bendis es siempre consciente de trazar paralelos con el mundo real. Esto incluye un análogo del 11-S en el ataque al Estadio Soldier Field, y es difícil no leer el hecho que el Duende insista en que necesita una causa justa para invadir Asgard, como un comentario bastante explícito sobre el gobierno de Bush y su actitud hacia la guerra contra el terror.
En ese sentido, la conflagración final sirve para reafirmar que aunque tratar de aterrizar el concepto del héroe a la realidad para dar matices humanos a los personajes es un ejercicio interesante, estas historias y estos universos siempre formarán parte de la fantasía. Por tanto, y a pesar de haber llevado al Universo Marvel por sus días más oscuros, su historia tiene un final un tanto feliz. No importan los conflictos entre ellos, no importa que la opinión pública les de la espalda, y no importa las conspiraciones de los poderes fácticos: al final del día, los héroes son héroes, y siempre estarán ahí para salvar el día.
En labores artísticas, tenemos al francés Olivier Coipel, cuyo trazo se ajusta de manera brillante a historias de superhéroes. Sus splash pages y escenas de batallas multitudinarias son geniales, la mayoría de las cuales tienen un amplio e impactante enfoque cinematográfico. Respecto a trabajar nuevamente con Coipel, Bendis declaró que "Lo amo. Creo que hemos hecho un trabajo increíble juntos, y él ha hecho un arte excelente en Thor. "Desde 'House of M', nos hemos estado muriendo por trabajar juntos otra vez, y a medida que pasaron los años, y esa obra siguió siguió vendiendo, nuestra determinación de colaborar también creció".
Para concluir, podemos establecer sin duda que El Sitio no es una obra perfecta, pero es un capítulo de cierre más que apropiado para la historia río del escritor en la columna vertebral de Marvel. Siege reafirma la importancia de los Vengadores como concepto, e incluso si este tipo de heroísmo no es necesariamente realista, se busca reclamar la importancia de estos símbolos icónicos para el mundo moderno.
Si en Vengadores: Separados destruyó al grupo, y si en Guerra Civil, Invasión Secreta y Dark Reign puso en tela de juicio su papel de héroes, este evento sirve para reunir al grupo que es el corazón y alma de este cosmos de ficción. Prepárense villanos, porque nuestros héroes favoritos han vuelto en gloria y majestad.
Comparación con otras ediciones
Al tratarse de un evento con todas sus letras, El Sitio ha sido editado por las dos licenciatarias de Marvel que podemos encontrar en Chile. Panini Cómics España la posee en su catálogo como parte de su línea Marvel Deluxe, en un bonito tomo que incluye lo mismo que este tomo Salvat, más algunas páginas de bocetos y extras. Su valor es de EUR 18.95, o sea, entre CLP 19.000 y 24.000 en comiquerías nacionales.
- PANINI CÓMICS | Marvel Deluxe. Asedio
Por su parte, los argentinos de Ovni Press también la publicaron, pero en una edición en grapas muy antigua, y que a día de hoy es muy difícil de localizar.
- OVNI PRESS | Avengers: Asgard bajo Sitio