Marvel Salvat - Thunderbolts: Fe en los monstruos
El laureado guionista Warren Ellis vuelve a aportar una pequeña gema a la Colección de Novelas Gráficas Marvel de Salvat. En esta oportunidad, tenemos la presencia de un grupo clásico que empezó como un puñado de villanos que se hacían pasar por héroes, pero que posteriormente abrazaron su legado heroico. Ahora, sin embargo, en sus filas militan asesinos y personajes malos hasta la raíz. Psicópatas, homicidas y otros seres de igual ralea en Thunderbolts: Fe en los monstruos.
THUNDERBOLTS: FE EN LOS MONSTRUOS
Contenido: Thunderbolts #110 al 115 y material de Civil War: Choosing Sides
Guion: Warren Ellis
Arte: Mike Deodato Jr.
Tintas: Mike Deodato Jr.
Color: Rain Beredo
Thunderbolts fue una de las grandes sorpresas y de las series más representativas de la Marvel de los 90, donde se alzó como un título de culto sorprendentemente sólido para una década donde muchas iniciativas parecían no tener mucho sentido. El tándem formado por Kurt Busiek y Mark Bagley asombró a todo el mundo con un proyecto cuya original propuesta vino en el momento justo.
Tras la desaparición de los Avengers y los Fantastic Four debido a los hechos de la saga de Onslaught, irrumpía un nuevo grupo de superhéroes, que eran en realidad los villanos de los Masters of Evil, convenientemente disfrazados de justicieros que tratarían de apoderarse del mundo. Liderados por el Barón Zemo, en sus filas también encontrábamos a Moonstone (la villana conocida como Karla Sofen), Tecno (Fixer), Mach-1 (El Escarabajo) y Atlas (Goliat).
Los T-Bolts eran una pequeña mentira en sí mismos, pues sus miembros no eran más que marionetas en el plan maestro de Zemo. Sin embargo, Helmut no contaba con que algunos de sus colaboradores comenzaron a sentirse cómodos en el papel de héroes, hecho fundamental para que finalmente su plan fracasara por completo.
Posteriormente, el concepto de malosos en busca de redención sobrevivió a lo largo de una década, con algunos cambios y baches en el camino. Ya a comienzos del 2007, con Marvel en la cima de la popularidad gracias al evento Civil War, la compañía decidió una remodelación absoluta del título, con un equipo creativo excepcional, al frente del cual estaría Warren Ellis (Excalibur, The Authority, Nextwave), un escritor inglés irreverente, politizado, erudito del cómic y fanático de la tecnología, que se encargaría de dar una voz distintiva a la serie.
Civil War removió los cimientos del Universo Marvel, con lo que el grupo sufrió una metamorfosis completa. Los Thunderbolts se convertirían en el perfecto brazo ejecutivo de la nueva política del gobierno de los Estados Unidos, pues el equipo sería asignado a capturar a todos aquellos enmascarados que decidieron no acatar el Acta de Registro de Superhumanos. Pero la administración del país del norte no actúo a medias tintas ni con miramientos de ninguna clase, y decidió añadir algunos elementos nuevos al equipo, como Venom, Penance e incluso Bullseye, quienes se unirían a Songbird, Moonstone, Andreas Von Strucker y al Radioactive Man. Todos ellos a las ordenes de nada menos que Norman Osborn, el famoso criminal conocido como Green Goblin.
El equipo resultante sería toda una galería de peligros públicos, pues encontraríamos, por ejemplo, un sanguinario monstruo masoquista, un despiadado asesino en serie y una manipuladora profesional, comandados por un desequilibrado obsesivo bipolar. Sin duda, un heterodoxo grupo que es una auténtica bomba de relojería esperando estallar.
El resultado es una de las series que mejor representó la idea de la "era de la incertidumbre" de Marvel, nombre por el que se conoce a la etapa entre los eventos Guerra Secreta / Vengadores: Desunidos y El Sitio, y que se caracterizó por una desconfianza de la ciudadanía hacia los héroes y tramas que discurrían por miedos, paranoias y conspiraciones. En sus páginas, Warren Ellis desarrolló un brutal guión sin concesiones en que la tonelada de patologías mentales de los protagonistas campan a sus anchas, guiados por una historia de ardides, manipulaciones y relaciones con el poder.
En concreto, Thunderbolts: Fe en los monstruos incluye el primer arco argumental de la etapa Ellis en la cabecera, más uno de los capítulos del especial Civil War: Choosing Sides, en que se nos relata el reclutamiento de Mac Gargan, portador actual del simbionte Venom. Como decíamos, la trama arranca durante la guerra civil, en que Norman Osborn aceptó la petición de Tony Stark para formar un nuevo equipo de Thunderbolts, con la asignación de hacer cumplir la ley de registro de superhéroes. Sin embargo, a diferencia de otras encarnaciones de este equipo u otros mashups de antihéroes, el equipo que actúa es salvaje e intransigente.
El estilo de escritura del guionista incorpora perfiles psicológicos del mundo real para sus personajes, lo que agrega un elemento extra de horror, y de hecho cada miembro tiene su identidad sociopática única que se revela en las entrevistas con cada participante del equipo. Bullseye, por ejemplo, obtiene una oleada de euforia cada vez que mata, no importa quién sea o la razón por la que lo hace, actuando de una forma perversa que carece de sentido moral. También tenemos a Swordsman, quien tiene un perturbador e incestuoso fetiche al envolver la empuñadura de su espada con la piel de su hermana muerta. Podríamos seguir con aquella psicóloga sádica que disfruta llevar sus pacientes hacia el suicidio, el ex-héroe torturado adicto al dolor o el desequilibrado portador del simbionte, pero la idea se entiende.
Lo más interesante es cómo Ellis es capaz de llevar al lector el mundo morboso y opresivo de estos asesinos, plasmando una trama de manipulación en que tanto Osborn es el títere de estos sociópatas, como viceversa. Entonces, ¿por qué el gobierno de los Estados Unidos permite que tal equipo de monstruos tenga lugar? Utilizar villanos contra los empijamados es otra arista de la vieja pregunta de libertad versus seguridad, como una metáfora de los métodos muchas veces amorales de la lucha contra el terrorismo post 11-S. Así mismo, el guionista se adelantó a su tiempo y emplea el uso de noticias sensacionalistas, la post verdad y el marketing como armas contra la comunidad de superhéroes.
Por otra parte, la primera misión de los Thunderbolts consiste en detener a un grupo de héroes prácticamente olvidados, lo que eleva la tensión pues realmente no sabemos cuál será el destino de esos enmascarados. Sabemos que si su objetivo fuese Iron Man o Wolverine, dichos héroes no morirán. Pero cuando hablamos de American Eagle, Jack Flag o Steel Spider, no podemos dar nada por sentado. Y es que en realidad a través de la pluma de Ellis, los métodos turbios y perversos chicos de Osborn dan catedra de como debiese ser un cómic centrado en villanos, dejando mal paradas a otras etapas de esta misma serie o escuadrones suicidas de otras editoriales.
Sin embargo, un guion impactante como éste no sería efectivo sin un arte acorde. Y aquí es donde el nombre de Mike Deodato Jr. encaja ideal, pues su estilo oscuro y feísta transmite de forma plena el ambiente opresivo y claustrofóbico de la base de la montaña Thunderbolt. A pesar de un uso masivo de la tinta, los dibujos son muy detallados, combinando perfectamente el fotorrealismo con un trabajo más caprichoso y estilizado, creando un mundo macabro que parece estar habitado por personas reales. También tiene un buen sentido del ritmo adaptándose perfectamente a los tiempos y las escenas de acción.
En resumen, Ellis nuevamente ha dejado una obra muy destacable dentro de su trabajo en Marvel. Thunderbolts: Fe en los monstruos es una reinterpretación única del equipo, entregando un guión crudo y sin concesiones plagado de encapotados malos de verdad, retratando a los personajes de manera cruda, violenta y sádica, tal como el grupo de psicópatas que son. Ellis se enfoca en una historia oscura en la que los personajes heroicos han sido dejados de lado en favor de dementes, asesinos o manipuladores que son aclamados por el público porque brindan ese falso sentido de seguridad, y son capaces de fingir que ellos sí pueden hacer cumplir la ley. Destaca además su brillante tratamiento de Norman Osborn, retratado acá con una compleja personalidad que explota la paranoia de una sociedad obsesionada con la seguridad y sometida a los medios.
COMPARACIÓN CON OTRAS EDICIONES
Espejito espejito, ¿dónde puedo encontrar este material si es que por alguna razón no lo quiero en Salvat?. Como podemos suponer, para hallarlo debemos mirar hacia la península ibérica, donde la editorial Panini Cómics España publicó íntegra la etapa de Ellis y Deodato Jr. en un tomo de su línea Marvel Deluxe.
En efecto, Thunderbolts: La ascensión de Norman Osborn recopila Civil War: Choosing Sides y Thunderbolts #110-121, a un precio de EUR €29,95, o sea, entre CLP $30.000 y 36.000 en comiquerías nacionales. Es un precio algo elevado, pero es la única opción de tener la etapa completa, a menos que rastrees las grapas que incluyan el segundo arco y final, llamado "Caged Angels".