"The Magic Order" (2018) de Millar y Coipel: Abracadabra, Mark Millar lame cabras
La gigante del entretenimiento Netflix se expande de manera exponencial, dándonos productos que si bien tienen una calidad discutible, son exactamente lo que sus usuarios quieren ver. Todo esto gracias a su elaborado algoritmo que rastrea todos los clicks que sus usuarios hacen, denotando sus gustos cinéfilos y sus series preferidas. Probablemente sea Netflix la única empresa del entretenimiento que tiene completamente mapeado a sus usuarios, dándole una preciada información para mantenerse renovada en contenidos sin decepcionar a sus suscriptores.
Por su puesto que la trasnacional quiere un pedazo del deseado pastel que es el género de superhéroes en el cine. La inevitable salida de todos los contenidos de Marvel Studios de su parrilla –debido al inminente servicio Disney+ de la dueña de Marvel- ha hecho que la empresa tome el toro por las astas y se haga con Millarworld, el pequeño sello con el que Mark Millar ha tomado al mundo del cómic por sorpresa.
Millarworld no juega a los mismos niveles que las editoriales grandes, pero posee una pequeña ventaja en cuanto a variedad de contenidos, dando historias diversas en fondo y no solo limitándose al género de superhéroes y supervillanos. Es bien sabido que a pesar de su corta vida, Millarworld ha tenido éxitos arrolladores gracias a la pericia de Millar para hacer negocios. Creando guiones cinéticos, de fácil acceso y mucha acción, rápidamente un par de creaciones de Millar han saltado a la pantalla del cine –Kingsman y Kick-Ass- dejando a Millarworld en una envidiable posición para ser adquirida por la transnacional dominadora del VOD.
The Magic Order es el primer cómic de Millar que sale bajo el sello de Netflix. Como casi toda la producción del sello, Millar se ha hecho cargo de los guiones y ha reclutado un artista “hot” del momento, en este caso el francés Olivier Coipel. Como siempre, el guion de Millar es de fácil acceso, llenando la historia de momentos de acción que hacen que el lucimiento del artista una completa justificación para adquirir el tomo.
The Magic Order cuenta la historia de una familia de magos que viven en una sociedad que subyace a la normal. Algo muy similar a lo que hemos visto en Harry Potter. La idea de esta sociedad es mantener a las fuerzas del mal a raya y dejar a los mortales vivir una vida normal, sin las preocupaciones como las constantes invasiones de dioses primigenios ancestrales, por poner un ejemplo. El conflicto salta cuando uno a uno, los integrantes de dicha orden son asesinados, dejando en jaque a todos los que no saben quién está detrás de los ataques.
Millar se preocupa de caracterizar a sus personajes con diferenciadas personalidades que son atractivas para el lector. Similar a lo que hace en Kingsman, los integrantes de la orden son personajes etiquetados en un singular estilo de vida lleno de reglas y excentricidades que son muy seductoras para alguien no acostumbrado a este tipo de caracterización. De igual manera, Millar pone énfasis en la creación del mundo en que viven estos personajes, dejando claves para entender como esta sociedad mágica opera a la par con nuestro mundano mundo.
Las ideas del autor resultan atractivas gracias a su notable cómplice de aventuras. Coipel llenan las páginas de viñetas espectaculares donde los personajes y sus diseños exudan originalidad visual. Cada actor que aparece en la obra esta cuidado hasta en el mínimo detalle, incluso los que se suponen que no pertenecen al extravagante mundo de los magos, lo que me hace pensar que Millar y Netflix también están mirando el mercado de los juguetes con ojos de ambición.
Quizás el mayor problema que se le pueda achacar a The Magic Order es justamente el hecho de que Millar siempre está pensando en la adaptación al cine. Parte de su estilo de escribir se restringe para cuadrarse en lo que es un “pitch” glorificado para algún estudio. Tras el acuerdo con Netflix, hacía parecer que Millar dejaría atrás un poco este singular pero limitante forma de crear historias, pero The Magic Order está lleno de esa estructura de Millar que crea una historia a partir de espectaculares escenas y un par de momentos concebidos explícitamente para choquear al lector, descuidando el texto y el subtexto de la aventura.
No es algo malo per se, todos disfrutamos una historia que no pretende más que entretener durando un par de horas. El problema es que Millar tiene las capacidades para entregarnos algo más, pero prefiere quedarse en la espectacularidad y los fuegos artificiales. Probablemente es por eso que su producción es tan abundante y por eso ficha a los mejores artistas del momento, tratando de darle un valor agregado a sus cómics.
The Magic Order es un cómic entretenido. El arte de Coipel es espectacular y claramente el guion de Millar sabe eso y le da espacio para lucirse. Probablemente veamos la adaptación de la historia en un par de años más, lo que me hace preguntarme ¿Por qué no crear el guion directamente para el cine? Supongo que ahora todo producto de entretenimiento tiene que estar basado en una novela, cómic o videojuego para ser exitoso. Este es el mundo en el que vivimos y no hay truco de magia que lo cambie.