"Las vacaciones de Jesús y Buda" (2006): experiencia religiosa
El cómic japonés es uno de los más ricos en imaginación a la hora de crear tramas, pues en sus páginas nos encontramos con espadachines, niños detectives, extraterrestres hiperpoderosos, asesinos en serie y un larguísimo etcétera. Y sin embargo, cuando me enteré que había un manga protagonizado por las aventuras mundanas de las deidades de dos de las religiones con más seguidores del mundo, mi curiosidad se avivó de inmediato. En efecto, en Las vacaciones de Jesús y Buda, esas famosas figuras religiosas se pasean por la tierra, como unos mortales cualquiera. Y finalmente, ¿por qué no, si Sean Murphy y Rob Liefeld lo hicieron primero?
Las vacaciones de Jesús y Buda, conocido en su Japón natal como Saint Oniisan, y Saint Young Men a nivel internacional, es un manga de corte seinen, escrito e ilustrado por Hikaru Nakamura. Se publica en la revista mensual Morning 2 de la editorial Kodansha desde 2006, abarcando hasta el momento 16 tomos recopilatorios.
Por estrafalario que parezca, su premisa gira alrededor de Jesús y Buda, fundadores del Cristianismo y el Budismo, que después de pasar miles de años trabajando sin descanso alguno en las alturas, reciben unas vacaciones pagadas al lugar que deseen. Sin embargo, elegir el destino no será fácil, pues donde se dirijan deberán dar ofrendas a los dioses del lugar. Por ello es que deciden ir a Japón, donde hay tantos dioses que la imposibilidad de llevarles regalos a todos sería una disculpa perfecta. Así es como los protagonistas empiezan su época estival viviendo como dos jóvenes amigos en un mismo departamento ubicado en Tokyo, pasando divertidos momentos intentando ocultar su divinidad a las demás personas que los rodean.
Ajenos a las costumbres del mundo contemporáneo, el binomio se enfrentará a todo tipo de situaciones normales para nosotros, pero totalmente nuevas para ellos, y que por su inocencia y curiosidad, se convertirán en verdaderos retos que se complicarán aún más al tratar de mantener oculta su verdadera identidad. Por supuesto, las referencias a sus respectivas religiones aparecen continuamente durante la historia, siendo el pilar fundamental de un manga plagado de situaciones hilarantes propias de su carácter costumbrista, que tratan con gran sentido del humor las creencias que los protagonistas representan. Aunque podríamos pensar que en estas páginas encontraríamos una parodia en sentido ácido de sus religiones, lo cierto es que presenta un humor muy blanco, mostrando en todo momento un respeto por lo que estas doctrinas significan.
Al tratarse de un slice of life, con una narrativa ligera y amena, el pasar de ambos protagonistas no cuenta nada grandilocuente, pues se dedican a tareas cotidianas como turistear o ir de compras. Los únicos acontecimientos que rompen su rutina se derivan de su condición divina y su torpeza al actuar como humanos comunes. A pesar de que ponen todo su empeño en no bajar la guardia, se exponen constantemente a situaciones que están a punto de revelar su identidad, como alguno que otro milagro de Jesús o artimañas de Buda, que se aprovecha de su armoniosa aura para engatusar a los vecinos. Como decíamos, los chistes a costa del budismo y el cristianismo son muy recurrentes, pero todo en un marco coloquial y liviandad.
Si bien descubrimos que ambas deidades siempre han sido amigos, y comparten ciertos rasgos en común -sus caracteres son más bien inocentes, asustadizos e impresionables-, el contrapunto entre sus personalidades es interesante, y a la vez también es un punto fuerte del encanto de la obra. La autora describe a Buda como a un ahorrador compulsivo, amante de las buenas gangas y de los animales, quizá como reflejo de la austeridad que pregona el budismo. Jesús, por su parte, es todo lo contrario, derrochando el dinero y siendo un apasionado de las nuevas tecnologías, a tal punto de tener un blog donde reseña capitulos de anime, y jugar en línea. Nakamura no trata de ridiculizar a ninguno de los dos, sino de dar una visión divertida de los personajes, acercándonos y haciendo que nos encariñemos con ellos.
Así mismo, la trama recupera constantemente pasajes bíblicos y budistas a través de las vivencias del ambos en el mundo moderno y actual, lo que significa que quienes conozcan las escrituras puedan captar más sutilezas que algún lector más despistado. Eso no significa que haya que saberse la Biblia o la vida de Buda al detalle, pero saber de qué se está hablando puede enriquecer la experiencia, más aún pues la mayoría de gags hacen referencias a las religiones, existiendo una gran cantidad de juegos de palabras basados en las mitologías de los personajes centrales.
Durante los primeros capítulos, ambas deidades se comportarán como los típicos jóvenes que no saben bien como comportarse fuera de su ambiente, viviendo su dia a dia sorprendidos por las nuevas tecnologías y las costumbres japonesas, de las que son fans. Asimismo, tampoco son muy hábiles en las relaciones sociales y amistades, al punto de apenas hablar incluso con su arrendadora. No obstante, al pasar de los episodios se volverán más extrovertidos, aumentando actividades sociales que a menudo los meterán en líos, que serán solucionados por arcángeles que descienden de los cielos para arreglar los desaguisados, dando pié a todo tipo de situaciones jocosas.
En estas páginas también se pasearán muchos otros personajes bíblicos, más o menos conocidos por todos. Así, nos encontraremos con los discípulos de Buda, que lo aman con locura y se comportan como groupies; a los apóstoles, siempre dispuestos a medirse en juegos online contra su maestro; o a Judas, que aunque vive en el infierno no pierde la oportunidad de venir a saludar. Entre todos ellos podemos notar una profunda camaradería, con encuentros que van siempre de la mano de buenos recuerdos de experiencias pasadas.
El dibujo, en tanto, es de un trazo más bien sencillo, pero muy personal. Los escenarios están bien trabajados, llenos de detalles que enriquecen el ambiente, y que en muchos pasajes nos llevan a creer que estamos ahí, en los mismos parajes que recorren los protagonistas. La autora, aunque tenga un estilo algo caricaturesco y desenfadado, domina a la perfección las perspectivas, las tramas y las sombras, y acostumbrarse a su estética toma solamente un par de páginas.
Es importante puntualizar que la obra, merecedora de un Premio Osamu Tezuka a la Mejor Obra Corta en 2009, cuenta con varias adaptaciones al medio audiovisual. En el terreno de la animación, podemos nombrar un film de larga duración, dirigida por Noriko Takao y escrita por Rika Nezu. También existen dos OAD (original anime DVD), creados por el mismo equipo, y lanzados a la par del octavo y noveno tomo recopilatorio. Por último, también existe una adaptación de imagen real, dirigida por Yūichi Fukuda y protagonizada por Ken'ichi Matsuyama y Shōta Sometani, cuyo estreno fue en octubre de 2018 en el servicio de streaming Piccoma TV.
Para cerrar, podemos concluir que Las vacaciones de Jesús y Buda es una obra amena y liviana, sin otra finalidad que entretener al lector y sugerir que la religión también puede ser interesante. Con uno de los argumentos más originales del último tiempo, es un soplo de aire fresco en el panorama del manga, pero que sin embargo puede no ser del gusto de cualquier aficionado, debido a su curiosa premisa, referencias religiosas y estilo de humor. Sin embargo, te recomiendo dejar los prejuicios de lado y darle una oportunidad, pues aunque quizá leyendola no nos ganemos el cielo, sí que nos sacará más de alguna carcajada. Amén.