Marvel Salvat - Wolverine: Arma X
La omnipresencia y popularidad es quizá el poder más evidente de Wolverine. Y es por eso que hoy lo tenemos nuevamente de protagonista de un volumen de la Colección de Novelas Gráficas Marvel de Salvat y El Mercurio. Sin embargo, en ésta oportunidad el personaje principal no es el superhéroe miembro de los X-Men. Tampoco es el mutante cuya identidad civil es Logan. E incluso, ni siquiera es el ser de carne y hueso bajo sus ropajes. Hoy, el protagonista es la bestia tras el hombre, la criatura salvaje que emergió tras los inhumanos experimentos a los que fue sometido para forrar de adamantium sus huesos. En esta oportunidad, el menú incluye ciencia extrema e instintos viscerales en Wolverine: Arma X.
WOLVERINE: ARMA X
Contenido: Marvel Comics Presents #072 - #084
Guion: Barry Windsor-Smith
Arte: Barry Windsor-Smith
Tintas: Barry Windsor-Smith
Color: Barry Windsor-Smith
Wolverine: Arma X, Weapon X en el original, es una obra de 1991, completamente realizada por Barry Windsor-Smith, legendario artista que ya había realizado varios e interesantes trabajos en Marvel. El formato de edición sería una miniserie publicada en la revista antológica Marvel Comics Presents, a un ritmo de 8 páginas por entrega. El autor se encargó de la realización integral de la obra: guion, dibujo, tintas e incluso el rotulado. Rápidamente, la calidad del material entregado exigió una libertad casi absoluta para su autor, y una vez el editor le dió carta blanca, este respondió de manera soberbia.
En su primera aparición, Wolverine surgiría como un personaje secundario en The Incredible Hulk #181, como un tipo arrogante y con un llamativo traje amarillo,que hubiera podido perfectamente pasar sin pena ni gloria de no ser porque Chris Claremont lo rescataría para el equipo de la Segunda Génesis de los X-Men. Su popularidad fue en aumento hasta que pronto se vió que las páginas mensuales de Uncanny X-Men no eran suficientes para el hambre que el público tenía de sus historias, por lo que el mismo Claremont escribiría su primera serie limitada en solitario, titulada simplemente Wolverine (1984).
Aquella historia no sólo sería un reclamo comercial, sino que también sirvió para entregar un relato denso y complejo que transformaría la simpleza inicial de un personaje que hasta ahora era sólo un camorrero más. Así, Wolvie comenzó a transformarse en un carácter atractivo, con una personalidad dual. ¿Era un mero animal, un asesino inmisericorde o un samurái fracasado? Las preguntas eran muchas y de pronto todos sentían curiosidad por un héroe demasiado desconocido bajo la máscara.
Por tanto, este tomo que tenemos en las manos viene a responder algunas de las interrogantes que existían acerca del Hombre-X. Sabemos que los Hudson lo encontraron en errante y amnésico en las tierras canadienses pero ¿cómo obtuvo sus garras? ¿Quien le implantó el adamantium que volvió indestructible su esqueleto? Acá obtendremos la respuesta.
La maestría de BWS queda patente desde las portadas –todas espectaculares– hasta el enfoque dado a la obra, pues como decíamos, si bien lleva el logo de Wolverine en la portada, no es el pupilo de Xavier el protagonista, ni tampoco el adolescente que Paul Jenkins nos presentaría, muchos años después, en la miniserie Wolverine: Origen. El protagonista es un paria, un mero sujeto víctima de despiadados experimentos a quien se le niega cualquier rasgo de humanidad, sólo un número de serie anotado en la esquina de algún archivo. Windsor-Smith lleva la despersonalización de Logan hasta el mismo extremo que los científicos que pueblan la obra, pues mientras éstos borran la memoria y hasta el último rasgo de su personalidad, el autor lo despoja de diálogos y pensamientos, y toda la narración la obtenemos de boca de los infames El Profesor, Cornelius y Hine, quienes actúan como motor de la historia.
Así, nuestro enano canadiense funciona más bien como un contexto, un trasfondo, un escenario. Wolverine nacería en estas páginas, al menos parcialmente, pues conoceríamos como se le implantó el indestructible metal en sus huesos y cómo adquiría esas garras capaces de cortar el acero como mantequilla, o eso es lo que se creía en aquel entonces. Sobre él recaen todas las miradas, pero sin permitirle ir más allá: el sujeto no es una persona o un ser humano, sólo es un cobaya experimental más, por quien sus captores no parecen mostrar el más mínimo rasgo de compasión.
A raíz del experimento, Logan se convertiría en un amasijo de nervios tensados al extremo, y un conjunto de músculos sin voluntad propia azuzados por el dolor. Su vida sería arrebatada junto con el uso de las palabras, sus derechos civiles e incluso su nombre. Como un animal, su nueva forma de relacionarse con el mundo que lo rodea será a través de los instintos primarios de todo ser vivo: hambre, sed, sueño y dolor, reaccionando a todo el resto de sensaciones desconocidas con una furia desatada, siendo esta su único lenguaje gracias a su desconexión de todo raciocinio.
Por tanto la serie limitada, dividida en cortos capítulos que se fusionan como uno solo con absoluta naturalidad, nos cuenta una versión de lo que pudo ocurrir antes de que un hombre desnudo fuese encontrado en las nevadas montañas de Canadá con una marcada amnesia, afasia y confusión mental, armado con cuchillos retráctiles capaces de rajarte con facilidad.
El control que tuvo BWS sobre su trabajo, más el mimo con que se nota fueron realizados todos sus aspectos, hacen de esta miniserie una pieza tremendamente personal y emotiva. El autor no sólo es un gran ilustrador, sino que también es un soberbio narrador visual, gracias a lo cual el dolor y sufrimiento de Logan trasciende el papel, y la empatía que logra con el lector hizo que aumentara aún más su popularidad e impacto.
Las viñetas están diseñadas con un cuadriculado convencional, pero variando en tamaño y disposición según la velocidad e importancia de las escenas. Sin embargo bajo ese aparente orden subyace la anarquía, como adelantando que en cualquier momento la situación se descontrolará, mediante la superposición y colocación intermitente de los globos de diálogo y textos de apoyo, que a veces ignoran por completo los límites de los cuadros. Así mismo, el entintado masivo y la utilización de colores muy intensos contribuye a sentir el ambiente opresivo que destila la historia.
Entonces, de las 4 obras de Wolverine que encontramos en esta colección, Arma X quizá sea la menos mediática, pero sin duda, es la que más valía artística tiene. Barry Windsor-Smith demuestra el porqué está considerado toda una leyenda del noveno arte, entregando una obra sólida, emotiva y profundamente importante en la cronología del popular mutante. Sin quitar el mérito a El Viejo Logan, Wolverine y Origen, si quieres evitar una sobredosis de adamantium, o sólo puedes comprar uno de los tomos del personaje, que sea éste.
Comparación con otras ediciones
A pesar de ser un imprescindible de la bibliografía del mutante canadiense, no tenemos tantas alternativas para conseguir esta obra. La referente, como siempre, es la editorial Panini Cómics España, quien la reeditó hace un tiempo en su formato 100% Marvel HC, un bonito tomo en tapa dura, a un valor de EUR 15, o sea, entre CLP $15.000 - 18000 en tiendas locales.
- PANINI CÓMICS | 100% Marvel HC. Lobezno: Arma X
En el plano nacional, también existe una edición de la extinta Unlimited Cómics, en su ya clásico formato de tomitos en rústica.En este caso, abarca 3 tomos a un valor total de CLP $10.470, aunque como todo el material de la editora chilena, quizá puedas encontrarlo más barato.
- UNLIMITED CÓMICS | Wolverine: Arma X