"Sidooh" (2005) de Tsutomu Takahashi: hermanos de armas
La temática de samuráis es quizá las más popular de las ramas del cómic del país del sol naciente. No es nada extraño, si consideramos que el periodo feudal japonés, donde más auge tuvo el arte de la katana, representa el rasgo más característico de la cultura nipona. Existen innumerables títulos basados en aventuras de espadachines, e incluso muchos autores han cimentado su carrera en obras de ese tipo, como Kazuo Koike y Goseki Kojima.
Si dejamos de lado obras que abrazan la fantasía absoluta, hablar de samuráis es hablar de historia japonesa, pues es común que los mangas de ese tipo estén enmarcados, beban de hechos o de plano incorporen figuras históricas reales. Ahí tenemos, por ejemplo, títulos como Rurouni Kenshin y Shinsengumi Imon Peacemaker, que retratan la época de forma un poco más amable, o Vagabond y Sengoku, que son más apegados a la realidad mostrando toda su crudeza y brutalidad. A éste último grupo pertenece Sidooh, serie de la que hablaremos hoy.
Sidooh es un manga de categoría seinen -orientado a un público adulto-, obra de Tsutomu Takahashi (Sky High), que actúa como autor completo. Originalmente, la serie fue editada por Shueisha en la revista Weekly Young Jump, y comenzó a publicarse en el año 2005, aunque hoy se encuentra finalizada con un total de 25 tomos recopilatorios. La historia está ambientada en 1858 en Japón, desarrollando un manga histórico que se centra en la vida de dos niños que crecen y se preparan para convertirse en samuráis de pleno derecho, prevaleciendo en un ambiente injusto en que el fuerte vive y el débil muere.
Durante las convulsiones políticas y las luchas sociales al final del Shogunato Tokugawa en Japón, dos hermanos sin padres, Shotaro y Gentaro Yukimura, luchan por sobrevivir en estos tiempos turbulentos. Con la espada de su padre fallecido como su única posesión, y aferrándose al deseo de las últimas palabras de su madre, los hermanos buscan embarcarse en el Camino del Guerrero. Desde el principio, sabemos que la vida de ambos protagonistas no será fácil, pues la historia comienza de inmediato con la muerte de su madre presa de la epidemia de cólera que asoló la isla luego del Gran terremoto de Ansei, en 1855.
Luego de conocer a un joven llamado Kiyozou Asakura y luchar para sobrevivir, se unen a una extraña facción liderada por un sádico hedonista llamado Rugi, que a la postre integrará un grupo guerrillero que combate a los corruptos invasores occidentales que ansían apoderarse del país luego de la llegada de los Barcos Negros estadounidenses. Este aspecto es bastante único ya que la mayoría de los mangas históricos japoneses tratan acerca de las guerras civiles, pero esta vez se trata de luchar contra un enemigo externo, los invasores extranjeros.
Todos los personajes están bien perfilados, pero los protagonistas se roban casi toda la atención. Shotaro es el hermano mayor, y de cierta manera el principal protagonista. Él es responsable y maduro, por lo que su trabajo es cuidar a su hermano menor que siempre se mete en problemas. Como hermano mayor, se encarga de estar siempre un paso por delante en todo lo que hace, y eso incluye su manejo de la espada y su rudeza. Si bien su hermano es bastante débil y, a menudo, apenas puede pelear, siempre será él quien intervenga y termine las cosas antes de que se descontrolen.
Gentaro, por supuesto, es todo lo contrario de su hermano mayor. Su paciencia y compostura es muy escasa y si ve algo interesante, echará un vistazo, incluso si eso significa ir directo a una base enemiga. Su falta de autocontrol y cierto egoísmo rebelde es lo que podría comprometer las misiones que se le encomiendan. Incluso, su arrogancia va en aumento a medida que se convierte en un espadachín consumado.
Cómo podemos deducir a partir de su categoría como seinen, Sidooh es un manga cruel y áspero, que no sólo se contenta con representar las penurias propias de la gente de esa época de caos, sufrimiento y enfermedad, sino que además los hermanos se topan con una serie personajes perturbados cuyas acciones están en el escalafón más infame de las conductas humanas, y que los llevan a perder rápidamente su inocencia de niños. Por ejemplo, son obligados a presenciar una violación frente a sus ojos, dónde Sho se ve obligado a tomar su primera vida. Incluso, el mismo Gen casi es abusado sexualmente por un grupo de mujeres prisioneras.
Afortunadamente, el elemento dramático se ve bien complementado con elementos de acción y las inevitables batallas, por lo que no es algo que se vuelva empalagoso y cargante. Así, el título tiene un adecuado equilibrio entre entretención y pesadumbre, obteniendo una esencia muy estimulante.
El estilo visual utilizado por Takahashi se compone principalmente de pinceladas muy enérgicas, poco amigo de utilizar líneas demasiado rectas o definidas. Pero eso es justamente lo que hace que el arte complemente tan bien la historia y lograr la atmósfera opresiva que inunda las páginas. La historia es sombría, no agradable ni alegre, así que los trazos fuertes son un reflejo exacto de esto, con el autor tocando la tecla exacta para crear un estado de ánimo adecuado para estas emociones y sentimientos.
Especialmente notables me parecen las escenas nocturnas, en que las sombras parecen salirse de las viñetas, haciendo que la visión sea difícil, tal y como la que tienen los personajes que sólo se alumbran a la luz de velas. La historia está lejos de la luminosidad del sol o del arcoiris, y nada mejor que una buena cantidad de tinta negra para representarlo.
Así mismo, Takahashi demuestra una habilidad tremenda para plasmar las escenas de batallas, dotando a los personajes con un dinamismo que hace que la acción sea fluida y adrenalínica. Sí, acá no tenemos personajes que se muevan a la velocidad de la luz o con superpoderes, pero la solemnidad de las posturas y la fuerza que transmiten los golpes, hacen que los duelos se sientan cercanos, dramáticos y trascendentes, lo que se ve acrecentado por la ya nombrada crudeza y realismo de una historia con personajes imperfectos y "perecibles". También es importante señalar que, al tratarse de un título para adultos, el autor no duda en mostrar desnudos y mutilaciones, las que en todo caso obedecen a la trama y no al fanservice inútil.
Raya para la suma, Sidooh es un título poco amigable para lectores que busquen solo diversión, batallas, y técnicas de espada imposibles. Peleas hay, pero el elemento narrativo más presente, al menos en la primera parte, son las dificultades y los extremos a los que tienen que llegar los protagonistas para sobrevivir, por lo que somos testigos de escenas aptas sólo para lectores con criterio formado. Teniendo eso en cuenta, es una lectura muy interesante y recomendable para quienes tengan un paladar un poco más sofisticado. Y esas lecturas que hacen reflexionar siempre son necesarias.