MR – "X-Force" #001: una vez más, con violencia
Aviso de Spoilers: Las reseñas que siguen a continuación tratan los sucesos más recientes de las series revisadas, por lo que pueden desvelar detalles argumentales importantes para quienes no estén al día. |
¡Los mutantes marvelianos más violentos y mala leche están de regreso! Coincidiendo con la nueva etapa del Homo Superior, que se encuentra en pleno relanzamiento de su serie madre, tenemos el debut de la nueva iteración de X-Force, cabecera nacida en los '90 y que ya tiene un buen recorrido a sus espaldas, en esta oportunidad a cargo de Ed Brisson y Dylan Burnett.
X-FORCE #001
Publicación: 26/12/2018
Guion: Ed Brisson
Arte: Dylan Burnett
Tintas: Juanan Ramírez
Color: Jesus Aburtov y Brian Reber
Rotulado: Cory Petit
Reseña: Camila Villanueva
6 / 10
Luego de casi 4 años desde su última serie, el equipo mutante que inició solo como una moda noventera, para evolucionar lentamente en un drama de adolescentes hiper hormonados con grandes armas y emociones más grandes, ha regresado desde las cenizas del mini-evento Extermination. Pero la pregunta es, ¿responde a lo esperado? Vamos a descubrirlo.
El número inicia con el equipo conformado por la mayoría del roster original —Domino, Warpath, Shatterstar, y Canonball— buscando información sobre el asesino de Cable, quien resulta ser una versión alterna de él, y que al parecer tiene una conexión con una facción mutante en un país ficticio de Europa llamado Transia. El grupo logra salvarlo, junto a Deathlok, revelando que una facción militar ha logrado la posesión de armas futurísticas…..y ya.
Si describo la trama tan ligeramente, es porque es así. Este #001 se lee más como un #000 o un prólogo que un verdadero primer número. La mayoría del episodio es solo acción sin más, aunque ofrece subtramas interesantes -como el tema de la inmigración mutante a Transia, el tráfico de armas futuristas, X-Force siendo culpados de asesinato, o la química del grupo con buenos diálogos- pero no son profundizadas lo suficiente para enganchar a muchos lectores a la primera.
El arte de Dylan Burnett, si bien con diseños de personajes que pueden no ser del gusto de algunos, y a pesar que ha tenido mejores coloristas —como Antonio Fabela en Cosmic Ghost Rider—, se luce con las escenas de acción, así como con el diseño de los fondos, haciendo el comic más fácil de leer aunque la historia no sea la gran cosa.
Sobre la historia de complemento, siento que ha debido ser la principal. Boom Boom es siempre un amor, y verla en tal situación llegando tarde fue agradable de ver, ya sea por el diálogo con esos toques de humor ligero de Brisson o el cómo se complementa con la historia principal, sumado al gran arte de Juanan Ramírez, que se luce.
En resumen, no fue un mal primer número, pero dejó algo que desear para varios fans —incluyéndome—, pero los cimientos de la serie ya están en su lugar, y habrá que ver cómo se desarrolla a futuro.