Entrevista a Ana Estay: «El humor es pensado, es un acto reflexivo, un proceso intelectual»
Ana Estay es una creadora que le cae como anillo al dedo la definición de "autora integral". Es guionista, ilustradora, diseñadora gráfica y además, especialista en gestión estratégica de diseño. En la recién pasada Primavera del Libro 2018 lanzó la segunda edición de su libro de humor gráfico "Frida is The New Black", publicado por Aúrea Ediciones. Junto a nuestro entrevistador Michael Rivera Marín, acompañanos a conocer más a fondo a la creadora chilena Ana Estay.
Cuarto Mundo: Sé que eres amantes de los animales, ¿cómo nace la idea de escribir un cómic con un personaje gatuno?
Ana Estay: Porque Frida no es solo un personaje. Fue mi primera gata y me acompañó por casi 17 años. Con ella aprendí el carácter secreto de los gatos, sobre todo de los negros: son independientes, indiferentes y muy graciosos. Yo sé que hay personas que odian a los gatos y proyectan características humanas en ellos, como por ejemplo, la traición, deslealtad, el desamor. Para mí eso es una tontería, no es asunto de los animales. Me parece raro cargarles a ellos actitudes humanas que nos parecen poco deseables y me río de eso en la historia. Hay que aceptar la naturaleza de cada animal como es y proclamarse ignorante frente a sus instintos y formas.
Frida Is The New Black es un poco una mezcla de lo que creen las personas que es un gato y lo que realmente es un gato. Pero también es más que eso, porque no es un gato macho, a los que estamos acostumbrados en humor gráfico, y esto no lo digo con la bandera del feminismo radical anti macho sino desde la experiencia de haber tenido muchos gatos en mi vida: las hembras son más inteligentes que los machos, más ágiles, más exigentes y un poquito más esclavistas de humanos.
CM: Siempre las gatas negras se han vinculado a historias de temática más cercana al terror, ¿por qué decidiste hacer un cómic de humor?
AE: Esto va a sonar un poco cursi, pero es la realidad: Frida llegó a mi vida en un período de depresión y luto. Mi padre había muerto hacía unos 6 meses. Yo no sabía abordar el vacío que tenía. De pronto llega Frida, una cosa negrita de un mes de vida y de la nada me sentí a cargo de cuidarla, conocerla, saber sus necesidades y en el proceso descubrí todo lo gracioso que puede ser un gato. Esto significó que pasara horas con ella jugando y riéndome de sus caras, de sus carreras, de sus escaladas por las cortinas, etc. Hoy me doy cuenta que ella volvió a traer el humor y la risa a mi vida. Me es imposible verla como la acompañante de una dama gótica que hace magia negra o el avatar de una bruja villana.
CM: ¿Qué artistas del humor gráfico son tus fuentes de inspiración como autora?
AE: Me encantaría decir nombres súper sofisticados que luego la gente deba «googlear», pero no es el caso. Desde los 6 años que empecé a leer Mafalda de forma compulsiva (aunque en esa época no la comprendía a cabalidad). Más grande descubrí en los otros libros de Quino un humor más negro. Él es mi primer referente, no es casual que Frida Is The New Black tenga un formato parecido a los libros de Mafalda. Además, hace ya unos años descubrí al humorista gráfico Gary Larson, un hombre que ha sabido hacer de los temas menos usuales una comedia genial (tiene inclinación por hacer chistes de científicos, animales, insectos, dinosaurios, etc.) Otros nombres que no puedo dejar pasar y leí mucho son: Guillo, Rufino, Pepo (con Condorito), Fontanarrosa (con el genial y verborreico Inodoro Pereyra) y el gran Lukas, pocas veces mencionado porque era de derecha.
CM: ¿Cómo te sientes siendo una representante del humor gráfico nacional?
AE: La verdad siento que «representante» es una palabra que me queda grande. Sólo he publicado un libro, aunque lleve haciendo humor gráfico por más de 5 años en las redes sociales. Mi intención es publicar muchos más sobre Frida y otras cosas, pero igual siento que a menos que seas famoso y reconocido, es difícil que alguien te reconozca como «representante» de algo. Yo hago mis guiones, pero nadie me reconoce como escritora, ni guionista. Yo hago mis dibujos y nadie me reconoce como ilustradora (salvo los lectores, porque «ilustrador» es un término que ahora se conoce por moda). A lo sumo creo que he logrado ser reconocida como autora, que es un término más amplio.
Tampoco se me llama «humorista gráfica». Ahora, estoy hablando del medio editorial, donde existen «categorías». Así como para algunos editores y lectores más doctos, la fantasía o ciencia ficción son «subliteratura», para otros el cómic y el humor gráfico lisa y llanamente ni siquiera entran en la literatura, y eso pasa de paje a rey. Yo debo admitir que para mí la «novela ligera», cuya intención es el mero entretenimiento y plantea temas que innoven, que abran caminos, que hagan reflexionar, ni den información, me parece una aberración. Algunos podrían preguntarse cómo es que me parece mal algo que es solo para la entretención si lo que yo hago es humor gráfico y frente a esa pregunta la respuesta es una sola: el humor es entretenido, no toda entretención está basada en el humor.
El humor es pensado, es un acto reflexivo, un proceso intelectual que creo que por mucho tiempo se creyó una práctica de quienes no poseían mucha inteligencia (como el dicho «La risa abunda en la boca de los tontos»). Hacer humor es muy difícil, siempre lo supe y me quedó muy claro cuando tomé clases de stand up. Las observaciones que uno haga sobre una situación, la emoción que uno le ponga a esa situación y luego configurarla de un modo en que se comunique el absurdo, el giro lógico o la exageración a un público o un lector es una tarea durísima que muchas veces falla.
Haber tomado el curso me ayudó mucho a instalar una mejor premisa en mis chistes y luego crear un remate potente. Pero mi camino recién empieza, no hay demasiadas mujeres dedicadas al humor gráfico y aunque el libro tiene muy buena recepción en los lectores, aún falta tiempo para decir qué es lo que realmente represento…si es que represento algo.
CM: Tú no solo eres la creadora de Frida, sino que además la ilustras y haces el guion. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Qué nace primero para escribir la historia?
AE: Mi proceso creativo es bien raro de describir, porque soy muy desordenada. Lo que nace siempre primero es la idea de algo gracioso. A veces ese algo tiene que ver con los gatos, a veces con otras cosas y lo hago calzar con Frida. En mi cabeza aparece una imagen, como un borrador. Para las viñetas que subo sólo a la web, lo dibujo de inmediato, pero para el libro hago una lista de los chistes y antes de dibujar debo resolver cómo contar este chiste en una, dos o tres partes. No hay más, no hay espacio, debo intentar ser precisa y plantear la premisa del chiste en el primer cuadro, desarrollarla en el segundo y rematar en el tercero. Si eso no se planifica bien el chiste puede resultar desastroso, eterno o necesitar una segunda parte. Solo cuando eso está resuelto lo dibujo a mano, aunque para las redes sociales suelo hacerlo en digital.
CM: Tus personajes se sienten tan reales, ¿cuéntanos cuál fue la inspiración para la construcción de ellos?
AE: Los personajes se sienten reales porque lo son. Salvo alguno que otro «extra» que aparece en el libro, todos existen. Está Ana, que soy yo en mi versión ampliada de vulnerable y necesitada. Luego, Frida, que es parte de como yo la veo y también la versión ampliada de mi lado malgenio y ácido. En el libro aparece mi psiquiatra, Diana, que es mi terapeuta argentina hasta el día de hoy. Ahora aparece Jaime Coloma, que ha mostrado tanto amor por Frida que me ha dejado incluirlo en viñetas e incluso aceptó presentarme para el lanzamiento del libro en FILSA.
CM: ¿Por qué Frida habla en inglés? ¿Crees que es el idioma universal de los gatos?
AE: Creo que si el inglés fuera el idioma universal de los gatos, Frida hablaría italiano o latín. A Frida no le gusta ser igual a otros gatos. Ella habla inglés porque cuando nacieron las primeras viñetas sentí una necesidad de representar una parte mía en sus pensamientos. Siempre he tenido mucho interés y cercanía con ese idioma y siento que simplemente hay frases que son mucho más acertadas y graciosas en él que en castellano. También me ayuda a plantear discretamente el hecho de que nosotros hablamos con nuestros gatos, perros, hamsters, etc., pero la verdad no escuchamos una respuesta, aunque creo firmemente que la respuesta existe. Entonces, Ana y Frida no tienen un diálogo, la primera pregunta y asume respuestas y Frida no contesta más que en su cabeza.
CM: Frida ya era un éxito en redes sociales, ¿por qué decidiste llevarla al formato físico?
AE: En realidad Frida nació como un ejercicio de un taller de ilustración de Alejandra Acosta, una querida amiga, en el que participé como alumna. En ese entonces iba a hacer algo por lo que hoy me hubiera estrangulado a mí misma. Por la complejidad de utilizar negro como relleno, Frida iba a ser blanca. Al final la procrastinación dejó en nada esa idea (menos mal) y decidí dibujar un par de chistes al mes y los subía a mis redes sociales para compartir con mis amigos.
En algún momento hace 7 años surgió la idea de convertirlo en libro a futuro, pero para testear si era un material que la gente recibiría bien —no solo los chistes, sino el hecho de mezclar castellano con inglés— comencé el fanpage de Frida. En todos estos años sólo dos fans pusieron objeción sobre las partes en inglés, pero entre 13 mil seguidores asumí que la conclusión es que el idioma no era un problema. Para ese momento ya tenía a una editorial independiente interesada (Tríada Ediciones), con la que no avanzamos en el proyecto porque su línea editorial estaba cambiando. No publicamos, pero quedamos en buenos términos y hasta hoy reconozco que ellos fueron los primeros en apostar en el proyecto y por eso les tengo mucho cariño.
El proyecto quedó durmiendo, pero en abril del 2017 Frida cae enferma y fallece. Mi dolor fue tremendo y una de las formas de amortiguarlo era hacer del libro una realidad. Cinco meses después se publicó la primera edición de Frida Is The New Black. Debutó en Primavera del Libro 2017 y fue un éxito. En abril de este año me alejé de la editorial que imprimió esa edición y después de ganar el primer puesto en Narrativa Gráfica de los Premios Lector comencé a buscar una nueva casa editorial. Providencialmente aparecieron 3 personas en el camino para recomendarme a Áurea Ediciones.
Así, me puse en contacto con ellos, les propuse una segunda edición y me recibieron muy bien. Toda esta historia es para contar que Frida, en realidad, no es un web cómic. El 98% del contenido que subo a las redes no es material que aparece en el libro. Creo que hay algunos autores que primero lanzan el material en cualquier red social y dependiendo de ese éxito lo llevan a impresión. Personalmente eso me huele a flojera, como autora me planteo hacer contenido para las redes y otro contenido exclusivo para el libro. Sino ¿para qué la gente querría la experiencia del libro si le basta con tener un celular y Wi-Fi?
CM: Tú eres diseñadora de profesión, ¿pudiste tener una mayor participación en el diseño del libro?
AE: Sí, y eso me parece que es algo a lo que los editores no están tan acostumbrados, pero es buenísimo y les ha acomodado mucho. Orgullosamente puedo decir que Frida está hecha de punta a cola por mí. Incluso yo misma la edito, aunque obviamente espero y acato sugerencias de los editores. Soy muy cuidadosa con mi material y aunque escucho muchas veces cosas como «Podrías hacer un chiste donde Frida haga…» o «¿Y si ahora le metes otro personaje como un perro?» yo conozco bien a mis personajes y sé lo que harían y lo que no. Con Áurea Ediciones me siento en la libertad de manejar mi material a mi gusto y sin pies forzados. Además ellos reconocen mi labor de autora en su amplitud: guionista-ilustradora-diseñadora.
CM: Tengo muchos amigos “catlover” y son muy sensibles cuando se habla sobre gatos, ¿cómo ha sido la recepción de tu obra con esos lectores?
AE: Ha sido mucho mejor de lo que jamás imaginé. Los FridaLovers son súper leales y apoyadores. Los CatLovers que no conocen a Frida, se acercan en las ferias, hojean el libro y se sienten representados y se ríen a carcajadas. Siento que los amantes de gatos somos como una cofradía misteriosa y nos sabemos reconocer. Por otro lado, también existen los lectores que me dicen «A mi no me gustan los gatos» o «Yo soy más de perros», pero Frida es tan ácida que he logrado que la compren igual. Creo que a algunos les refuerza el «odio» por los gatos de una forma graciosa.
CM: ¿Crees que en un futuro puedan incluirse otros guionistas o ilustradores para contar historias de Frida?
AE: No lo he pensado nunca. Debe ser por lo que mencioné anteriormente, soy muy cuidadosa con mi material y leal con mis personajes y siento que nadie los va a conocer tan bien como yo. Ahora, tampoco es que yo sea conocida entre autores de humor gráfico, así que no es como que tenga guionistas e ilustradores haciendo fila para colaborar con Frida. Sí me han ofrecido llevarla a la animación y me he rehusado a la oferta porque no quiero que a la gente le pase lo que me pasó a mi cuando escuché la maldita voz que le pusieron a Mafalda, a Condorito, a Papelucho, etc. Además, Frida no habla, ni siquiera dice «Miau».
CM: ¿En qué nuevos proyectos estás trabajando actualmente?
AE: ¡En Frida II, obvio! Frida será siempre mi prioridad en proyectos editoriales, pero también tengo ideas para otra tira cómica que probaré primero en redes sociales, esa será una apuesta un poco más complicada porque quiero abordar temas de actualidad, debatibles, incluso políticos y eso no cae bien a todo el mundo. Por otro lado, también estoy trabajando en definir los personajes de una novela. Sí, quiero hacer mi primera novela y me muero de miedo, pero es un desafío más interesante que un “Kiki Challenge”. Ahora mismo también estoy ilustrando un libro de cuentos infantiles hecho por dos autores, que no puedo revelar todavía. Tengo ambiciones grandes para el lanzamiento del segundo tomo de Frida en abril, así que espero que vean sorpresas ahí.
CM: ¿Unas palabras para motivar a quienes ven en su mascota una inspiración para contar alguna historia?
AE: Todos pueden dibujar. A principios de este año hice un taller llamado «Dibuja a tu gato con humor» y logramos que un grupo de chicas, que no esperaban poder dibujar ni poder contar un chiste, lo hicieran y bastante bien. Creo firmemente que no es necesario dibujar bien para hacer humor gráfico. Eso sí, después de la experiencia de estar haciendo humor gráfico por ya casi 7 años, un curso de Stand Up y presentar un programa de radio sobre comedia, lo que me queda claro es que no todo el mundo puede ser gracioso y no siempre se puede enseñar. Si no eres gracioso, no intentes el chiste, intenta otra historia, una que te salga natural. Si tu familiar peludo te inspira (perdón, pero no me gusta la palabra mascota), es porque hay una conexión, un vínculo, algo que viene del alma. Si algo viene del alma, sácalo, cuéntalo, píntalo, actúalo, lo que sea. Y como Frida diría: “Just do it!”