“Fairy Tail” (2006): once años de aventuras mágicas
Este mes comenzó a emitirse la última temporada de Fairy Tail, la cual adaptará los capítulos finales del conocido manga de Hiro Mashima. Con motivo de su emisión parece adecuado revisar la obra original que comenzó en 2006, cuya publicación en la revista japonesa Shonen Magazine se extendió por casi once años consecutivos. ¿Es perfecta? Por ningún motivo, pero la historieta asegura muchísimas horas de comedia y acción con personajes memorables.
No resulta exagerado decir que la saga marcó a una generación de lectores, pues si bien comenzó a publicarse posteriormente a One Piece (1997) y Naruto (1999), en algún momento tuvo casi la misma popularidad. Su éxito también estaba respaldado por la anterior creación de Mashima, Rave (1999), editada durante seis años.
El manga aborda la historia de Fairy Tail, la más prestigiosa y escandalosa institución de magos profesionales del continente ficticio Ishgar. Si bien sus integrantes figuran entre los más poderosos del reino, son también vistos como un peligro público, puesto que cada uno de sus trabajos terminan con alborotos y explosiones donde no corresponde. Sin excepción.
La narración se extiende a través de 65 tomos -contando la precuela Fairy Tail: Zero- donde el lector descubre la vinculación del gremio con Zeref, un brujo que azota al mundo hace cuatrocientos años junto al dragón Acnología, cuyo poder amenaza a todo el planeta. Lo anterior mediante una fluida narración visual y épicos combates protagonizados por a los hechiceros más revoltosos del título.
La historia de una familia
Fairy Tail no es precisamente una fórmula nueva, de hecho su estructura imita constantemente tanto a Dragon Ball (1984) como a otros shounen de peleas publicados hace dos décadas. Su protagonista, Natsu Dragnell, bien podría definirse como una “versión mágica de Gokú que escupe fuego”. La saga también incurre en los típicos power ups, aumentos espontáneos de poder utilizados por los héroes para vencer a sus enemigos.
¿Entonces para qué leerlo? La respuesta está en la comedia y su tremendo cast de personajes. En efecto, el manga posee una batería inagotable de personalidades atractivas, sostenidas tanto en trasfondos trágicos como en muletillas cómicas. En serio, hasta el lector más amargado esbozará una sonrisa con las apariciones de Ichiya, un enano metrosexual obsesionado con la palabra “men”.
Pero a diferencia de Dragon Ball, Fairy Tail no es la historia de un mero protagonista sino de una familia completa. Esto evita una lamentable costumbre de otras historias con power ups, las cuales tienden a excluir paulatinamente a sus participantes hasta convertir los últimos capítulos en un cementerio de secundarios. El tópico principal de la saga es la amistad, por tanto, los integrantes del gremio tienen a evolucionar como conjunto.
A no confundirse, Natsu es sin duda la principal fuerza bruta de la historia, pues tiene la progresión más relevante y suele cerrar las batallas. Sin desmedro de ello, Mashima siempre deja espacio para que otros personajes brillen incluso hacia el final del manga. Los poderes mágicos son sumamente diversos, lo cual permite que en varios arcos múltiples gremios mágicos se unan para vencer a pocos enemigos.
Errores dignos de magia negra
Fairy Tail es una saga que recomiendo profundamente, pues incluso si Naruto tiene mayor drama y One Piece un mundo más elaborado, esta historia compacta toneladas de diversión en menos capítulos. Sin embargo, no pasaré por alto sus puntos bajos: un status quo casi inamovible, un universo más bien reducido y una vocación por el fanservice femenino.
No es que la historia no avance, pero la tendencia cómica y sentimental del manga refrena al autor de generar cambios drásticos. Debido a ello, se introducen personajes nuevos pero no suceden muertes relevantes (o bien pasan pero son inmediatamente revertidas). Además, durante 545 números apenas vemos dos continentes y un universo paralelo, pero sin explorar mucho sus pueblos o configuración política.
La saga también cuenta con excelentes personajes femeninos, quienes rara vez quedan atrás respecto a otros hombres. No obstante, hay una sexualización descarada -aunque nunca obscena- de trajes y poses, rara vez argumentalmente justificadas. Si bien no perjudica la historia, la utilización de este recurso es visualmente molesta.
Dibujo y estructura
Pese a dicho problema, la narración visual de Mashima suele ser fluida y detallada a nivel de fondos. Otra particularidad del autor es insertar diseños de mangas previos como Rave, pero con funciones diametralmente diferentes. Esta decisión consciente apunta claramente a sus fans antiguos y fue recientemente repetida en Eden's Zero (2018).
El manga original está compuesto por 16 arcos argumentales, cuatro menos que la animación, y en su mayoría corresponden a historias autoconclusivas donde los personajes se enfrentan a otras magos oscuros. Paulatinamente el lector recibe pistas respecto a Zeref y Acnología, muchas de las cuales son aclaradas en el spin-off Fairy Tail: Zero, una precuela situada cien años antes de la fundación del gremio.
La estructura del manga cambia en su último tramo, informalmente llamado “Alvarez Arc”, cuyos relatos componen una macrosaga narrada en más de cien números. Estos describen los últimos enfrentamientos librados en Ishgar contra el brujo Zeref, por lo mismo resulta recomendable leer Zero antes de comenzar este evento.
Conclusiones
Si bien Fairy Tail tiene defectos evidentes, la serie se levanta como un buen representante del género y su época. Tanto sus personajes reconocibles como carismáticos logran afirmarse plenamente en una historia llena de acción, la cual desperdicia secundarios como ocurre frecuentemente en el shounen. La animación hasta ahora ha sido totalmente fiel al espíritu original del manga, cuyos excelentes combates se benefician del formato televisivo.
Hoy los protagonistas continúan sus aventuras en una historieta dibujada por otro autor, Fairy Tail: 100 Years Quest, similar como ocurre hoy con Dragon Ball Super. No obstante, la historia central de Natsu Dragnell fue despedida por su creador original, cuyo cierre pronto veremos en la pantalla chica. Sin dudas será el fin de una época.