“Cuando cae la noche, relatos del Wallmapu” (2017): necesario acercamiento de culturas
Han sido unos meses especialmente difíciles para las comunidades mapuches. El hostigamiento por parte de las Fuerzas Especiales a llegado a niveles en donde todas las semanas salen nuevos videos mostrando uso excesivo de fuerza por parte de los efectivos policiales. La gota que rebalsó el vaso para los comúnmente insensibles wingka ocurrió la semana pasada con el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca.
Con el pasar de los días, cada vez queda más clara la responsabilidad de las FF.EE. en el homicidio y posterior encubrimiento de esto. No es una situación nueva, pero nunca la investigación había avanzado tan velozmente en los otros casos. Claramente la indignación popular que se ha manifestado en las calles a ejercido cierto efecto, pero así y todo, hay muchas personas que siguen criminalizando a los mapuche y menospreciando su cultura. ¿Pero por que les estoy hablando de todo esto?
Como chilenos es bien poco lo que conocemos de la cosmovisión mapuche. No solo es por una generalizada falta de interés, sino que tampoco es muy fácil buscar un material donde empezar a informarnos. El mapuzüngun es un idioma que no tenía forma escrita hasta la llegada de los españoles, por lo que todos las historias se transmitían de forma oral. Esto nos lleva a que mucho de lo que conocemos de este pueblo provenga de diversos libros escritos por historiadores españoles y chilenos, con todos los sesgos que esto implica.
El volumen que tenemos entre manos viene a cambiar un poco esto. Cuando cae la noche es una obra que contiene 6 relatos ilustrados de la tradición mapuche. Entiéndase "relatos" no como sinónimo de leyendas, sino de historias que le sucedieron al padre del padre de mi novia, que yo podría contarle a un amigo en una noche a la luz de una fogata. La espiritualidad es un concepto fundamental en la cosmovisión mapuche, y lo que para nosotros puede parecer solo una fantasía para asustar a chicos, para ellos son experiencias que sucedieron tal y como están descritas en estos relatos.
Los compiladores del libro, Juan Carlos Painequeo y Nelson Lobos hicieron una selección bastante variada de historias. Hay unas bien largas, otras solo de 1 plana, las hay con más y menos sangre, pero todas tienen su gracia, y nos ayudan a conocer distintos aspectos de la vida de estas personas. Aunque hay un par que se sienten muy similares entre sí y creo que hubiese sido mejor quedarse con solo una y buscar algo distinto para la otra.
El punto fuerte del libro, era que no, viene de las ilustraciones de Pipe Oliva. El diseño de personajes es muy llamativo, las formas humanas son muy angulares y toscas, resaltando las fisonomías con gruesas sombras. Esto contribuye mucho a lograr la atmósfera propia de una historia de terror, por lo que el dibujo y las historias se complementan muy bien. La elección de hacer un libro cuadrado pero que todas las ilustraciones sean páginas dobles le da un look muy particular al libro, y ayuda en un apartado que creo también merece ser destacado, los fondos.
Hay bastantes obras donde el dibujante se centra demasiado en los personajes, pero aquí el fondo es un protagonista más. Y es razonable que sea así. Es muy importante no solo quien conduce el relato, sino también donde ocurre este. Al situarnos en grandes bosques llenos de araucarias milenarias, podemos imaginar la gran cantidad de eventos que han vivido los territorios al sur del río Bio Bio que son completamente ajenos a nuestras tradiciones.
Una paleta de colores limitada principalmente a azules y cafés, con el ocasional naranjo del fuego, compone el grueso del trabajo, conformando un coloreado detallado, que le otorga profundidad a los personajes y crea postales hermosas. Sin exagerar, hay varias paginas que dan ganas de borrarle el texto y mandarlas a imprimir como póster.
Pero un trabajo tan atractivo podría perderse de no ser editado con los materiales adecuados. Por suerte la gente de Novenosur decidió no escatimar en gastos en este apartado, creando un producto con materiales de gran calidad. El tomo contiene 30 hojas de buen gramaje de papel couché brillante y una encuadernación en tapa dura con lomo recto, que ha aguantado bastante bien la decena de veces que he abierto sus páginas para ver esas splash-pages, sin formar arrugas. Esto podría encarecer el producto, pero pagar CLP$10000 por un libro de 60 páginas con una edición de lujo de gran calidad suena bastante razonable. Más aún por una obra hecha íntegramente en la Región del Bio Bio, en plena comuna de Hualpén. Editar no es fácil, y menos siendo de regiones.
El público objetivo es muy variado. A pesar de la temática de terror, no hay mucho contenido gráfico, por lo que creo que recomendarlo desde los 13-14 años sería apropiado. Desde esa edad, cualquier persona con interés en conocer más del pueblo Mapuche encontrará aquí un producto de excelente factura.
Para ir cerrando quiero volver a destacar la importancia de un libro como Cuando cae la noche en el contexto que estamos viviendo. No es un trabajo que traté directamente las problemáticas que vive el pueblo Mapuche, pero si nos habla de su forma de ver el mundo. Y eso es lo que nos ha faltado en todos estos años. Buscar entenderlos, respetar su cultura y tradiciones. Aprender de ellos, sin querer asimilarlos a la fuerza a nuestra forma de vida.
Si quieren saber más del proceso detrás de la creación de este trabajo, los invito a leer la entrevista que hice a los responsables a principios de este año.
También pueden comprar el libro en el siguiente enlace