The Kingpin: desentrañando a Wilson Fisk
Gracias a su regreso en la tercera temporada de la serie de Netflix Marvel´s Daredevil, el Kingpin vuelve a estar en boca de todos debido a una soberbia interpretación por parte de Vincent D´Onofrio. Pero ¿quién es realmente Wilson Fisk? ¿Cómo se transformó de un maltratado niño al más temido líder del hampa de New York? ¿Bajo qué circunstancias se volvió antagonista de cierto amistoso vecino primero, y de aquel abogado ciego después? Todo eso trataremos de desentrañar en el siguiente artículo, de manera que conozcamos mejor al famoso villano del impoluto traje blanco.
ORÍGENES SECRETOS
El Padrino, el Capo di Tutti, el Gran Jefe. Desde los inicios de la ficción criminal, los héroes han debido luchar con distintos tipos de villanos, desde los genios del mal, hasta viles matones que solo actúan como carne de cañón. De entre ellos, destaca la figura del jefe mafioso, personaje que habitualmente posee un carisma e inteligencia que le permite organizar diversas ramas y complejos entramados destinados funcionar fuera del margen de la ley.
En el Universo Marvel, el más destacado de esta ralea es Wilson Fisk, también conocido como Kingpin, uno de los más destacados enemigos de Spider-Man y Daredevil. Nacido en las páginas de The Amazing Spider-Man #050 (1967), Fisk fue uno de los villanos característicos del trepamuros en los tiempos de Stan Lee y John Romita. Eso sí, en aquella mítica entrega pasó casi desapercibido, pues fue eclipsado por la portada y la impactante viñeta de Peter Parker dejando su traje de héroe en la basura, aunque se enfrentaría directamente al arácnido en el siguiente número.
Así, Kingpin representó una curiosa adaptación superheroica del estereotipo del mafioso. Un distinguido jefe de banda criminal conspirador y agresivo, dotado de una imponente masa física y fuerza sobrehumana tal que le permitía enzarzarse en combates cuerpo a cuerpo con el mismísimo Hombre Araña.
El diseño perteneció casi completamente a Romita, quien relataría de la siguiente forma su proceso creativo: "Lo que Stan Lee solía hacer entre 1966 y 1972 era entrar y dejar una nota en mi mesa de dibujo que decía: 'el próximo mes, el Rhino'. Eso es todo, no me decía nada de como manejarlo. Luego diría 'El Kingpin', y yo me encargaría de ponerle una especie de look distintivo. Por ejemplo, si es el líder del crimen, no quiero que se parezca a otro tipo en traje cuya silueta fuera igual a todos los demás criminales. Así que le hice un monstruo de 400 libras, esa fue mi idea. Lo hice calvo, le puse el prendedor y le di ese tipo de mirada de magnate. Facialmente, lo concebí siguiendo a dos actores: Edward Arnold, un tipo con sobrepeso con una gran cara ancha y una nariz ganchuda que era una gran estrella en los años 30 y 40, y otro actor llamado Robert Middleton, que era calvo. Tomé a esos dos y los junté ".
GRANDES ÉXITOS
Con el correr de los años, el orondo Wilson tendría una serie de encontrones con Spider-Man, a medida que conocíamos más de su entorno cercano no criminal, como su amada esposa Vanessa y su hijo Richard, quien consciente de que los lujos de su juventud fueron financiados por un imperio ilegal, se comprometió a hacer que su padre pagase por sus crímenes. A lo largo de los años lucharía contra la organización de Fisk, adoptando para ello diferentes alias. Cría cuervos, dicen.
Cuando Frank Miller comenzó a escribir la serie de Daredevil en 1981, inició una completa reconstrucción de todos los elementos del título del diablo guardián. Curiosamente, lo que menos tocó fue al mismo Matt Murdock, sino que transformó su entorno y en especial sus adversarios, de forma que adquiriesen una nueva dimensión para enaltecer la medida del héroe. Así, rápidamente se trajo a nuestro mafioso favorito para convertirlo no tanto en un supervillano como en un maquinador que tejiese una red de corrupción y crímenes que enmarcaran los movimientos del protagonista. Miller lo retiró del duelo físico convencional y lo volvió intocable tras un escritorio, y al hacerlo magnificó su poderío, transformándolo en algo más que un malvado: lo convertía en la fuente del mal.
En efecto, durante años el Kingpin no fue más que un gángster de fuerza descomunal que gozaba luchando cuerpo a cuerpo con sus enemigos, y que veía como cada uno de sus planes -casi siempre de opereta-, eran desechos por el enmascarado de turno. Esos eran los tiempos en que su némesis era principalmente Spider-Man, un personaje alegre, colorido, y de plano fantástico. Pero un viraje hacia el más prosaico y grisáceo mundo de Daredevil propició un cambio en sus métodos criminales. Más solapado, agudo y cauto, ahora rehuía del enfrentamiento directo, repartía su crueldad por medio de emisarios y amasaba grandes cantidades de dinero, poder e influencias. Un personaje más abrupto y dudoso, y por tanto, un enemigo plausible para Murdock.
Enfrentado al Hombre Sin Miedo viviría sus más memorables momentos. Además de su ya de por sí destacada participación en la primera etapa de Miller en Daredevil, hay que resaltar el papel que desempeñó en dos obras maestras: Daredevil: Love and War, también del buen Frank, y la segunda venida del guionista a la cabecera regular, en una etapa que ahora se conoce como la monumental Born Again.
Love and War fue una obra publicada en el lujoso formato Original Graphic Novels de Marvel, que sería la primera colaboración de Miller con el legendario ilustrador Bill Sienkiewicz. Acá, gracias al curioso y personal estilo pictórico del artista, Kingpin se desmaterializa más que nunca, abandonando por completo su condición de pseudo-supervillano para convertirse en un ideograma del mal, representado por una masa plana y apenas humana que invade todas las viñetas donde aparece.
El título es ante todo un psicodrama, la representación dramatizada de los conflictos psicológicos de los protagonistas. Es un relato romántico, un cuento de hadas analizado en un diván de un psicoanalista, un relato donde un villano se hace grande cuando se hace humano. Y es, sobre todo, la historia de Wilson Fisk, el demonio que cree que todos son como él, pero que debe aprender que finalmente él es como todos. Porque en el amor y la guerra, ya se sabe.
A pesar de su inmortal primera etapa en Daredevil, a Miller aún le quedaba algo que decir, y tenía ideas para contar una historia que cerrara el círculo que inició cuando comenzó a dibujar la cabecera. Para ello crearía Born Again (Daredevil Vol. 1 #227-233), un relato en que aprovechando la excelente caracterización desarrollada durante su anterior etapa, profundizaría en temáticas recurrentes en su bibliografía, obligando al héroe a enfrentar un desafío que bien podría terminar con su existencia, ya sea de forma concreta con su muerte, o metafórica con la pérdida de los rasgos que conforman su personalidad.
¿Y a quién podríamos señalar como responsable de este verdadero vía crucis del diablo de Hell's Kitchen? Por supuesto a Kingpin, el temido rey del hampa, que en un intento por orquestar la venganza definitiva contra su gran enemigo, se aprovecha de una vieja conocida de Matt, Karen Page, para literalmente, destrozarlo. Fisk arrasaría como un coloso el castillo de naipes del delicado equilibrio emocional del abogado ciego, que aprendió por las malas que lo que no te mata, te hace más fuerte.
TIEMPOS MODERNOS
La figura de Kingpin se ha mantenido inamovible en los bajos mundos neoyorquinos desde su aparición, solo con dos excepciones. La primera sería entrando en la década de los 90, en el transcurso de la saga denominada la Caída de Kingpin (Daredevil v1. #297-300, 1991), donde asistimos a la revancha de Born Again. Ahora es Daredevil quien buscaría a su adversario, con el convencimiento de que si logra derrocar al Kingpin la ciudad será más segura, pero con la sombra de duda de si ese será realmente su motivo, o si se mueve por la sed de venganza.
El guionista D.G. Chichester rebuscó en las profundidades de la personalidad de ambos contendientes, y utilizó prolijos textos de apoyo tan propios de los 90, que favorecían la visión subjetiva de la acción, huyendo acertadamente del ambiente romántico de Born Again. En el sucio New York de Chichester, un hombre es apenas una voluntad a veces inútil y desesperada en medio de una vorágine humana, cuyos actos solo se miden por sus consecuencias hacia los demás.
La segunda vez que el masivo villano estuvo fuera de circulación fue durante la etapa de Brian Michael Bendis al frente del título del Diablo Guardián -cuando la serie del abogado ciego perteneció al sello Marvel Knights-, cuando acabaría traicionado por sus colegas, derrotado por Daredevil y con sus huesos en la cárcel. Esta etapa sería muy dura para Fisk, pues a su período entre rejas hubo que añadir la muerte de su esposa y de su hijo, ya en los tiempos de Ed Brubaker en guiones. Este segundo desahucio también se vio acompañado de un exilio, que lo llevó lejos de la luz del reflector.
En Marvel Knights: Daredevil también deben destacarse dos momentos de importancia en su lucha contra el cuernecitos. Primero, es Wilson quien está detrás de la aparición de Maya López, la heroína conocida como Echo, a quien manipula para llegar al corazón de Matt, y mediante eso, destruir su vida nuevamente. Y segundo, se nos cuenta una parte importante de su origen, desvelando que en su infancia Fisk fue un niño que sufrió maltrato psicológico y físico en su hogar y en el colegio debido a su peso. Fue en respuesta a esa rabia y miedo que se convirtió en agresor, y aprendió que lo que era importante en la vida es el dinero y el poder, y a pura fuerza de voluntad avanzó hasta el día de hoy.
PROTAGONISTA ABSOLUTO
Pese a su importancia en el entramado marveliano, solo fue en tiempos recientes en que el buen Wilson ha protagonizado algunas cabeceras propias, en realidad miniseries que tienen a su haber algunos elementos de interés. En 2003, gozó de una serie a cargo de Bruce Jones y Sean Phillips que, a pesar de nacer con vocación de regular, no pasó de los siete episodios. Eran los primeros tiempos de Joe Quesada como Director Editorial, una era en que una buena historia primaba sobre la continuidad y de ahí que los hechos que en ella se narraban no acabaran encajando con los del Universo Marvel.
Kingpin #001-007 es una especie de repaso de su historia, de cómo va ascendiendo de un gangster del montón a rey del crimen a base de traicionar, engañar, reclutar y jugar con las diferentes bandas, y cuyo objetivo parece ser asesinar a los jefes de las cinco familias mafiosas de la zona. Fisk no tarda en relacionarse con un senador y ofrecerse para hacer el trabajo sucio, cosa que todos sabemos solo puede jugar en su beneficio. Extorsiones y secuestros dentro de la alta política son un paso más en su carrera como Kingpin. La serie no es nada del otro mundo, y aunque cuenta con Spider-Man como antagonista, se enfoca más en lo sádico que podía llegar a ser Fisk, en todo caso nada nuevo o que no nos imaginásemos ya.
En tiempos más recientes, se le dedicó una miniserie con motivo del evento Civil War II. Escrita por Matthew Rosenberg, su Civil War II: Kingpin fue interesante al narrar una historia sobre la naturaleza de la paranoia en la mente criminal. Además, en sus páginas fuimos espectadores de una entretenida batalla entre Kingpin y Punisher, y la participación de SHIELD. Pero sin duda su mayor momento de gloria llegó con el crossover Secret Empire, cuando se hizo cargo de forma rauda de la ciudad de Nueva York cuando esta quedó aislada por la cúpula de fuerza oscura. De esa manera aparecería en entregas de Secret Empire y Doctor Strange.
Coincidiendo en el tiempo con el ataque del Capitán Hydra, pero sin relación alguna, se puso a la venta una nueva miniserie de 5 entregas centrada en nuestro malote, a cargo del mismo guionista de la ya nombrada Civil War II: Kingpin, Matthew Rosenberg. Enmarcada en un extraño experimento en que Marvel apostó por miniseries de Fisk, Elektra y Bullseye bajo el paraguas de la mini-franquicia Running With The Devil, en Kingpin: Born Against veríamos al criminal tratar de limpiar su nombre, publicando para ello una autobiografía.
Sarah Dewey, una periodista caída en desgracia, sería la escritora de un texto que no omite los detalles truculentos del calvo, bajo la premisa de que sacarlos a la luz es la única manera de purgar sus errores y que la opinión pública sobre él cambie. Después de todo, si se va a presentar a alcalde, nada mejor que un historial limpio. Lo que Dewey descubrirá, tras aceptar no sin pocas reservas, es un Wilson Fisk contradictorio, tan encantador como brutal, capaz de las mayores obras benéficas como de conspirar y acabar con los que no sigan sus reglas.
Y la jugada le saldría mejor de lo esperado, pues contra todo pronóstico, efectivamente se convierte en el alcalde de New York. Las implicancias de ésta situación las veríamos en números actuales del Daredevil de Charles Soule, y otras series Marvel como Old Man Logan. Como nunca, Fisk se encuentra en una plataforma que podría cambiarlo otra vez, quizá para siempre.
Como vemos, Wilson Fisk es mucho más que un mafioso o un jefe criminal. A lo largo de su historia ha mostrado matices que lo han convertido en el enemigo por antonomasia de la liga de héroes urbanos, como Spider-Man, Punisher y sobre todo, Daredevil. Siempre agudo y sagaz, su inteligencia solo rivaliza con su fortaleza física, rasgos que lo hacen un hombre extremadamente peligroso, sádico y que no se detiene ante nada en pos de sus objetivos. Definitivamente, si los héroes se miden por la categoría de sus villanos, el diablo de Hell´s Kitchen no podría pedir de adversario a alguien mejor. que al Kingpin.