"Mampato" (1968-1978): el esplendoroso retorno de la revista infantil
Autor invitado: Moisés Hasson
El año 1968 sale a la venta en quioscos una nueva revista infantil llamada Mampato, la que encanta a los niños y padres que pueden encontrar entretención y educación en sus páginas. Fue idea del artista Eduardo Armstrong el crear una publicación de este estilo, y la encauza en la Editorial Lord Cochrane. En sus primeros ejemplares queda plasmada su orientación que entretiene en cuentos e historietas, y con elementos educativos a través de textos, fichas y material de apoyo escolar a todo color, muy útil en un tiempo en que no existía Internet y las enciclopedias eran un elemento presente en pocos hogares.
La novedosa revista logra un éxito inmediato y llena de trabajo al pequeño grupo de cuatro personas que se encargaba de su edición quincenal: Eduardo Armstrong en la dirección e ilustraciones, y a Isabel Allende en la redacción, Óscar Vega (Oskar) con la historieta Mampato, y Jorge Galasso en la diagramación. Muy pronto Óscar Vega asume otro puesto y deja la historieta, que es asumida ahora por Themo Lobos, mientras Erna Borneck se suma apoyando a Isabel Allende. También se suma Juan Cano, dibujante y diseñador.
Lanza además una serie de concursos y busca profundizar la relación con los lectores. Un primer concurso regalando seis caballitos enanos. Una sección que muestra a los niños y sus colecciones: monedas, servilletas, cajas de fósforos, etc. Posteriormente otro concurso regalando un viaje a Disneylandia.
Con la llegada de Themo Lobos, la sección historieta comienza a mostrar mayor dinamismo al incluir otros trabajos de este autor, especialmente Máximo Chambonez en un primer tiempo, y luego Nick Obre —ambos ya presentados antes en la revista Barrabases—, así como nuevas historias del personaje Mampato, incorporando la compañía del personaje Ogú, una muy sabia decisión de Themo que ya comprendía la importancia que tiene un acompañante al personaje principal para el desarrollo de las historias. También Themo aprovecha de reciclar historias que antes ya mostrara, con otros personajes —Michote y Pericón, y Sapolín el niño rana—, en la etapa final de El Peneca.
En el área ilustración se suma luego al equipo de dibujantes Jorge Pérez del Castillo, que retorna de una estadía de 20 años en Argentina, donde trabajó junto a su hermano Arturo del Castillo. Dado el éxito consistente de la publicación, la periodicidad de la revista aumenta a semanal, y más tarde se integra Ricardo Güiraldes especialmente ante la ausencia de Armstrong, quién fallece producto de un cáncer. Isabel Allende asume dirección de la revista por el período de un año.
En cuanto a producción de historietas, se inclina fuertemente por la producción franco-belga aún cuando en su primer tiempo incluye un par de trabajos de origen norteamericano que la Editorial Lord Cochrane había comprado sus derechos el año 1968: Tippy Teen, Agente Submarino (“U.N.D.E.R.S.E.A. Agent”), y Agentes TRUENO (“T.H.U.N.D.E.R. Agents”). De la producción europea, la lista de obras y personajes es larga, abarcando todos los géneros, en especial predilección por la aventura. Citemos algunos: Max el Explorador ("Max L’explorateur"); Tunga (Tounga); Corentin; Vincent Larcher (Le zoo du Dr. Ketzal); Michel Valliant; Dan Cooper; Tintin; Los Pioneros del Espacio; El Espejo de Tres Caras (Le Miroir à trois faces, de Olivier Rameau).
Luego del alejamiento de Allende, asume la dirección el connotado artista plástico Vittorio di Girólamo, quien trae consigo nuevos integrantes al equipo. Dirige la revista por 27 semanas, —poco más de un año a cargo— quedando en su reemplazo el gran Lukas, Renzo Pecchenino, quien además trajera a Miguel Arteche como subdirector de la revista.
La etapa Di Girólamo y Lukas es donde podemos encontrar la mayor parte de las grandes obras de historietas a cargo de artistas nacionales, más allá del trabajo de Themo Lobos. Justamente en este mismo período el trabajo en las revistas locales de historietas había decaído fuertemente producto del Golpe Militar en el país, con el subsiguiente quiebre de la producción editorial, y en donde muchos artistas quedan sin medios económicos para sustentarse la vida. Se pueden encontrar trabajos de todos los dibujantes que antes trabajaban para Editorial Zig-Zag: Lincoln Fuentes, Máximo Carvajal, Germán Gabler, Juan Francisco Jara, Julio Berríos, Mario Igor, Santiago Peñailillo sumada a la habitual de Themo Lobos y Óscar Vega.
La influencia del director se muestra en los contenidos de la revista, incluso en las historietas. En la época de Lukas la historia de Mampato y Ogú ocurre en la época de oro de la caza de ballenas, pasando los protagonistas por Valparaíso año 1850, tema de la mayor predilección del director. En el caso del subidrector Miguel Arteche, quien obtiene posteriormente el Premio Nacional de Literatura, y que había llegado desde España, encarga una adaptación del clásico de la literatura española Amadís de Gaula a Santiago Peñailillo y que aparece en forma destacada en la revista.
Al retirarse Lukas asume la dirección Isabel Wachholtz, quien, según expresa Máximo Carvajal en varias entrevistas, no tenía mucho respeto por la creación artística ni comprendía mucho de historieta. De todas formas, la producción local ya se había establecido en las páginas de Mampato, y supo mantenerse a la par con obras extranjeras.
El último director es Nicolás Velasco del Campo, a contar del ejemplar número #381 y hasta la final del 25 de enero de 1978, con el número #418. Tal vez lo más destacable en esta época fue la labor de Mario Igor como ilustrador, por ejemplo de una versión ilustrada del gran clásico de la ciencia-ficción Crónicas Marcianas de Ray Bradbury. Ya la cantidad de ejemplares que se vendían si bien eran altos, al parecer no eran lo suficiente para la editorial, y sin aviso ni alerta, descontinúa la revista con varias series sin completar, por ejemplo una recién comenzada de Astérix.
Se comenta que la editorial evaluó la conveniencia de seguir con Mampato o imprimir guías telefónicas, optando por esto último en el año 1978.
La revista muestra durante su publicación siempre el mismo tamaño, semejante a las revistas de noticias de la época (21 x 28 cm), y un buen papel, aún cuando un tiempo por problemas de abastecimiento del material opta para la portada por un cartoné no muy dúctil.
Así como El Peneca logra encantar a una generación, también lo hace Mampato y hoy la nostalgia de la revista permite que el personaje central sea editado y reeditado, y se haya realizado una película de dibujos animados, el primer largometraje animado en la historia del país. Una muestra de aquello es el exitoso lanzamiento de la biografía de Themo Lobos, La gran aventura de Themo Lobos, realizada por Rafael Valle hace unos meses, así como la permanente reedición de las aventuras de Mampato y Ogú en libros individuales.
En general, se menciona que la motivación para la creación de Mampato radica en la idea de Eduardo Armstrong de revivir la revista El Peneca, hipótesis que no compartimos. El Peneca estaba dirigido a abrir la imaginación de sus lectores, nunca tuvo intención didáctica, ni entrega de material de ayuda escolar. Esa intención, por ejemplo, sí estuvo presente en publicaciones como El Cabrito o El Colegial. Nos parece más bien que la motivación de Armstrong estuvo influenciada por la publicación francesa Tintín, desde donde rescata todo —o casi todo— el material de historietas extranjeras, además de reproducir su tamaño y presentación general. A este modelo le incorpora un elemento de El Peneca, que es las novelas seriadas y muy ilustradas, y a esto le suma todo el aporte educacional, basado en los planes educaciones vigentes, por lo que asegura ser de entretención y valor educativo.