Unlimited Cómics en tapa dura: el peor en lo que hace
Estamos en la final de la competencia de clavado olímpico. El último contendiente es Unlimited Comics, representando a Chile, quien hará un salto de estilo Tapa Dura. 3, 2, 1... ¡Es guatazo, señores, guatazo!
Algo así es que lo sintieron cientos de lectores que concurrieron al quiosco hoy en busca del tomo Wolverine: Enemigo del Estado, colección que llegó de la mano de la editorial nacional Unlimited Comics, y primera entrega de su flamante línea en tapa dura. Pero, lamentablemente, la única palabra con la que podemos describir nuestras impresiones luego de hojear el volumen es desilusión.
Y es que si bien en muchas oportunidades la editorial ha cometido errores que han hipotecado la confianza del comiquero nacional, generalmente se ubicaban en una zona intermedia dada tanto por esos fallos como por otros aciertos. En esta oportunidad, sin embargo, los yerros son tantos, tan notorios y tan aplastantes que es una edición que significa un rotundo fracaso.
Seguro que desde temprano has visto en tus redes sociales —y si no, te remito al Facebook de Unlí, como le decimos los amigos— una avalancha de reclamos, que se enfocan principalmente en la hoja y el encuadernado deficiente. Pero luego de analizar detenidamente el tomo, la verdad es que es mucho peor de lo que pudimos pensar al principio.
Empecemos por lo bueno. Las portadas son, como ya sabíamos, en tapa dura, con detalles en laca sectorizada en portada y contraportada, que imprime brillo al logo y las ilustraciones. El diseño es sobrio, y deudor absoluto de los tomos de la línea Marvel Deluxe de Panini Cómics España, con el detalle de que el logo de la editorial no está presente, lo que para muchos es mejor. La contratapa, en cambio, recuerda poderosamente a los tomos de la Colección de Novelas Gráficas Marvel de Salvat, con una ilustración rectangular en el centro de la superficie, y un pequeño texto bajo ella. El lomo incluye una miniatura del logo de Unlimited, y el título del volumen, lamentablemente en sentido inferosuperior, lo que hace que al dejar el libro sobre la mesa se lea al revés, tal como pasa con entregas de la gran mayoría de editoriales en español.
Pasemos a lo malo. Lo más obvio al abrir el tomo es percibir la calidad del papel, de 100 gr., sumamente delgado al estilo de sus ediciones en grapa actuales. Si bien la impresión es impecable en color y definición, el principal problema es que las hojas se han ondulado, con el aspecto de haber sido expuestas a la humedad, lo que hace que se vea horrible. Aunque esto puede deberse a que efectivamente los libros fueron almacenados en un ambiente húmedo previo al embolsado, lo más probable es que sea producto de que el bajo gramaje del papel no fue capaz de absorber la cantidad de tinta, por lo que la integridad del material se vio mermada.
El otro aspecto notoriamente deficiente es el encuadernado. Si bien afortunadamente las hojas están cosidas entre sí en cuadernillos, como corresponde, el volumen que forman con el encuadernado tipo hot melt no está unido a la parte interior del lomo de ninguna forma, ni pegado a éste ni cocido como debería ser un libro de este tamaño, lo que da una sensación de fragilidad. Esto permite que tengamos un amplio ángulo de apertura del espesor, lo que sería bueno para apreciar los dibujos al completo, si no fuese porque es excesivo y permite que se vean hasta las costuras. Por el contrario, esto no es así en las guardas, las que se van al otro extremo al estar demasiado adheridas al cuerpo del libro, en un exceso de aproximadamente 1 centímetro de ancho. Los problemas de materiales y encuadernado hacen que la elegancia de la portada poco importe, entregando un aspecto descuidado y poco prolijo al libro.
Lamentablemente, los problemas no se detienen ahí. Contando las guardas, antes del texto de los créditos hay nada menos que 5 páginas en blanco —o bueno, en negro— absolutamente perdidas, donde no les ocurrió ni siquiera poner una ilustración o alguna portada variante, sin mencionar alguna introducción o texto ad-hoc. Y hablando de los créditos, también están errados, pues se nos indica que el tomo contiene Wolverine #20-22 y 24-26, cuando en realidad también está incluido el #23. Pero espera, ¿no se supone que el arco "Enemy of the State" dura hasta el #25? En efecto, acá también contamos con Wolverine #26, el primer capítulo de "Agent of S.H.I.E.L.D.", arruinando así los planes de alguien que, por ejemplo, ya tuviera "Enemy of the State", y/o por alguna otra razón planeaba comprar únicamente el tomo 2.
También nos llevamos las manos a la cabeza al ver el diseño y maquetación interior, por ejemplo la separación entre episodios. El capítulo 1 empieza con una gran página en negro, donde no pensaron en poner nada. ¿Qué tal reproducir la portada, si de todos modos decidiste imprimir la página en negro? En el interior del tomo solo encontraremos dos portadas ubicadas en su lugar correspondiente, pero sin ninguna etiqueta que nos indique qué es —sí, a pie de página no cuesta nada poner una línea de texto que nos diga qué número USA es—. El resto de separaciones entre números es inexistente, excepto entre Wolverine #22 y 23, donde una vez más hay una imagen random. Otra vez, salta la exclamación: ¡qué les costó poner la portada del número correspondiente!
Y así nos quedamos, perplejos y desilusionados frente a la posibilidad de Unlimited de tapar bocas, y entregar un producto de gran calidad y precio accesible. En los créditos se indica que los derechos pertenecen a Panini Cómics, pero este volumen no es ni una réplica de los Marvel Deluxe —menos aún el Integral— de dicha editorial, ni tampoco de los tomos recopilatorios estadounidenses de la obra. Cuesta imaginar qué pasó por la cabeza de los encargados de dicha sección del Grupo Copesa, o por qué no hicieron una prueba de impresión para saber el resultado final del libro, o peor aún, si es que se hizo por qué rayos fue aprobada, pero con todo lo anterior, nadie podría recomendar la compra. Quizá el único aliciente sería que las otras ediciones en español cuestan el doble en tiendas nacionales, pero aún así debemos sugerirte que lo pienses antes de adquirirlo; si solo te interesa leer el material en papel y no tienes grandes aspiraciones más allá eso, adelante. Si no, advertido quedas.
Por último, les escribo a ustedes, señores de Unlimited. Recuerdo como si fuese ayer cuando con sorpresa me topé con un tomo de Batman de su primera colección, allá por el 2011. Por entonces, su llegada marcó una revolución en el mercado comiquero, pues su propuesta ofreció buenas series, con gran relación precio/calidad—¿cuatro números de Green Lantern por $1.990? Perfecto—. De ahí en más, además de ampliar su oferta y aciertos, también comenzaron a cometer una seguidilla de errores que hicieron que sus detractores aumentaran.
No pretendo fingir que conozco los entresijos y la escena tras bambalinas respecto de derechos y aspectos técnicos de impresión, pero ¿de verdad es tan difícil buscar un buen asesor, que los guíe en los títulos, contenidos, aspectos estéticos y control de calidad de sus publicaciones? Muchos de sus errores no son más que metidas de pata fácilmente subsanables gracias a una planificación previa. ¿Era, por ejemplo, tan difícil corregir aquella ya legendaria página pixelada de Civil War de cara a su segunda edición? ¿O cortar las especulaciones acerca de cuestionables decisiones estéticas contándonos las imposiciones que reciben de las editoriales?
Podría seguir, pero creo que la idea es clara. Solo un poco de esfuerzo y amor por el cómic es todo lo que se necesita para aprovechar el nicho y excelente distribución de quioscos y recuperar la confianza que aún no pierden por completo. Lo de hoy es un patinazo absoluto —peor que las grapas de Watchmen, la verdad—, pero tocar fondo no es más que una oportunidad para tomar nuevo impulso, y mejorar. Lo bueno de estar abajo, es que la única dirección posible es hacia arriba.
Para cerrar, les dejamos una galería de otros detalles que encontramos para que se hagan sus propias impresiones.
ACTUALIZACIÓN
Un par de días después del lanzamiento, Unlimited Cómics emitió un escrito para reconocer la calidad deficiente del tomo en cuestión, prometiendo analizar el asunto y plantear una posible solución. Pues bien, ayer 6 de noviembre nuevamente publicaron un comunicado en su fanpage de Facebook, ésta vez para informar que se encuentran retirando de los quioscos los tomos deficientes, para ser reemplazados por una nueva edición. Lo mejor es que todos quienes hayan comprado el volumen podrán cambiarlo por uno de la tirada final, y no solo aquellos que tengan una falla evidente. El mecanismo exacto y las fechas están por confirmarse, pero valdrá la pena la espera pues la nueva edición debería contener, según aseguran, varias mejoras y adiciones.
Sin duda que es un buena noticia. Por mucho que fuese la obligación de la editorial hacerse cargo del problema, asumir y rectificar es de valientes, y que hayan tomado medidas denota un interés y respeto por el cliente. Esperemos que de acá en más, esa sea la norma.