50 años de Mampato - "Tantán en la Ciudad Perdida de los Incas"
Comienza una nueva semana de octubre y continuamos con nuestro especial dedicado a los 50 años de la Revista Mampato. Y hoy, porque la revista iba mucho más allá de su personaje titular, quisiera aprovechar este día feriado para salirnos de nuestra programación en homenaje al pelirrojo y abordar una historia de otro pequeño aventurero que la revista vio nacer y que comparte el mismo padre que Mampato: me refiero a Tantán, de Óskar Vega.
“TANTÁN EN LA CIUDAD PERDIDA DE LOS INCAS”
Publicación original: Mampato #259-264
Autor: Óskar Vega
El destacado artista nacional fue un activo miembro del equipo de la Revista Mampato, contribuyendo con decenas de portadas donde hacía lucir su admirable dominio de la acuarela, además de innumerables ilustraciones interiores que acompañaban los diversos artículos y actividades ideadas para los niños. En dichas ilustraciones teníamos ocasión de disfrutar del particular estilo de Óskar Vega donde, libre de la necesidad de emular el estilo de Themo Lobos para retratar a Mampato y su mundo, podíamos ver un distintivo estilo de autor, el cual se ve afinado y puesto a prueba en la primera y única aventura de Tantán.
Pero ¿quién es Tantán? La historia que nos convoca hoy fue publicada originalmente en medio de un hiato que se tomó el Themo durante la serialización de “Dos Ases del Aire”. Desconozco si esta historia fue creada para “rellenar” la ausencia de Mampato en los números posteriores, si es que aprovecharon el espacio para insertar un proyecto que ya estaba en desarrollo, o si se trata de una mera coincidencia. Lo cierto es que “La Ciudad Perdida de los Incas” corrió durante seis entregas, y en esta aventura podemos ver a Óskar dar rienda suelta a su estilo e ideas particulares.
El nombre de Tantán es un homenaje a la pronunciación francesa del famoso personaje de la historieta francobelga Tintín. Nuestro protagonista es un pequeño hijo de, aparentemente, un explorador y aventurero; Óskar es mesquino en el trasfondo de su personaje, entendible por el escaso espacio del que dispone, pero además no lo necesita realmente pues las circunstancias lo llevan a comenzar una nueva vida. Como es casi tradición en las historias de aventura, el pequeño protagonista queda huérfano tras precipitarse la avioneta en que viajaba junto a su padre, salvando ileso del accidente pero quedando varado en medio del Amazonas, lo que da inicio a su odisea personal.
Tras sobrevivir por días en la selva junto a los restos del avión y habiendo consumido las provisiones que llevaba su padre, el pequeño moreno se arma de una honda artesanal y decide viajar para hallar la forma de volver a su hogar. Al poco andar conoce al pequeño Tambo, un niño inca con el que rápidamente hace buenas migas y que lo lleva a su ciudad oculta, el Valle del Sol, el último refugio escondido del Imperio Inca.
Esta es una historia bastante breve, narrada en apenas seis entregas y utilizadas las primeras dos para lo antes descrito, por lo que su argumento es más bien directo: un par de incas planea usurpar el trono del Valle del Sol, Tantán los escucha así que intentan eliminarlo pero sobrevive, y junto a Tambo deciden detenerlos, logrando apresarlos y entregarlos ante el rey inca, tras lo que finalmente Tantán se despide para continuar su búsqueda de una forma de volver a casa.
El dibujo de Óskar es mucho más libre y se le ve más cómodo que en sus trabajos previos en Mampato, donde debía emular el estilo del Themo. Las figuras en Tantán son ovaladas y su trazo tiene una cualidad curva y orgánica, ofreciéndonos algunas planchas dignas de admiración por lo lisérgico de sus paisajes que bien recuerdan las carátulas de YES del artista Roger Dean. Se puede apreciar que las inquietudes de Óskar estaban más en sintonía con la aventura, el drama y la exploración de mundos fantásticos que en la exactitud histórica y la enseñanza. Pese a esto, aprovecha de enseñar sobre los distintos animales que habitan el Amazonas, compartiendo esta característica educativa con Mampato pero manteniéndola a raya para centrarse en la historia misma.
La falta de espacio fue un problema constante en el trabajo de Óskar en la Revista Mampato, pero aquí lo resuelve de mejor manera al centrarse en el crecimiento de Tantán como individuo que en los entretelones de los antagonistas de turno, abordando el conflicto como un peldaño para la progresión y maduración del personaje titular. Sin duda, algunas páginas extra hubieran beneficiado el impacto de este relato inaugural, pero lo hecho tiene suficiente valor en sí mismo.
La ambientación temporal no es determinada, pero pareciera ser contemporánea a su publicación, es decir, alrededor de 1975; la principal pista podría ser el modelo de la avioneta, pero mi desconocimiento del tema hace que dicha especulación se escape de mis manos, y al transcurrir todo en medio del Amazonas y en una ciudad perdida inca, al final poco importa este dato.
Como adelantaba más arriba, lamentablemente esta fue la única historia publicada de Tantán. Su hijo, Félix Vega, me comentó en privado que su padre realizó algunos bocetos de un Tantán adulto, por lo que pareciera que las intenciones de continuación alguna vez existieron, pero desconocemos las razones por las que esto no se llevó a cabo.
Tantán representaba una atractiva alternativa a Mampato, más alejada de la ciencia ficción y el humor que reinaba en este último, para adentrarse en una historia más seria que explorara otros aspectos de una niñez interrumpida por el trágico accidente de origen. Nunca sabremos cómo hubiera continuado la historia de Tantán... pero quién sabe, tal vez algún día Félix nos cuente qué fue de ese inquieto y valiente niño.