Entrevista a Álvaro Matus: «Para crear una historia, necesitas investigar, instruirte y documentarte»
Publicista de profesión, un apasionado investigador de la vida de los asesinos en serie y socio de la importante tienda de cómics Superlector. Apareció en el mapa de la narrativa gráfica chilena con su obra El Corvo Beltrán (Estratos, 2016) que reúne su material subido al blog del mismo nombre. Este año bajo el alero de la misma editorial, lanzó Monstruos Humanos, la retorcida naturaleza de los asesinos en serie, una selección de sus años de trabajo recopilando información. Acompáñanos junto a Michael Rivera Marín a conversar con Álvaro Matus y su proceso creativo, investigativo y narrativo a la hora de crear historieta.
Cuarto Mundo: ¿Cómo fue tu infancia y juventud? ¿Crees que ahí se formó tu pasión por los cómics?
Álvaro Matus: Definitivamente ahí se formó mi pasión. Crecí leyendo casi exclusivamente —y de forma compulsiva— Condorito, Barrabases y Cucalón. Dibujaba día y noche, tratando de crear mis propios personajes e historias. Posteriormente, comencé a leer otro tipo de cómics, como Tintín, Dylan Dog, Garfield, Batman, Conan El Bárbaro, etc. Junté cerros y cerros de revistas y libros, los cuales me obsesionaron a tal punto, que mi madre tenía que esconderlos durante la época de clases porque podía amanecerme leyendo.
CM: ¿Qué artistas te marcaron en tu etapa de formación como artista de cómics?
AM: La verdad es que muchísimos y de los más variados estilos. De hecho, a día de hoy, sigo siendo sumamente perceptivo a otras influencias. Entre los que más destaco, están: Richard Corben, Charles Burns, Quique Alcatena, Robert Crumb, Martin Emond, Todd McFarlane, Suehiro Maruo, Shintaro Kago, Junji Ito, Katsuhiro Otomo, Fontanarrosa, Hergé, Fernando Defelipe, Tiziano Sclavi, Pepo, Guido Vallejos y Themo Lobos. Por otro lado, pintores e ilustradores como H.R. Giger, El Bosco, Pepe Plá, Laurie Lipton, Michael Hussar, John Blanche o Matthias Grünewald los considero imprescindibles a la hora de mencionar artistas que admiro.
CM: ¿Cómo fue la invitación de Estratos para publicar tu webcómic El Corvo Beltrán, pues ya existía una versión digital? ¿Qué te motivó a tenerlo impreso en papel?
AM: La verdad es que El Corvo Beltrán era más un ejercicio creativo que un cómic con algún tipo de proyección más ambiciosa. Me acerqué, desde el más absoluto anonimato, a Mitómano Cómics y Estratos para mostrarles mi trabajo, para preguntarles si les interesaba subirlo en su página. Mi idea era contar con una plataforma para difundir este cómic y recibir algo de feedback, ni más ni menos. Los chicos de la editorial encontraron que mi trabajo era bueno y al poco tiempo me ofrecieron publicarlo en formato físico.
No podía estar más contento. Sobre todo considerando que El Corvo Beltrán no es un cómic de una temática tan popular —acá en Chile al menos— como podría ser la de superhéroes. Así que se la jugaron con mi propuesta... bien ahí.
CM: Cuéntanos de Monstruos Humanos, ¿desde cuándo te interesan los asesinos en serie?
AM: La verdad es que comencé a leer sobre asesinos seriales a los 14 años... y no he parado. Ya van más de 20 años.
CM: ¿Cómo fue el proceso de documentación para la escritura de la obra?
AM: Como dije anteriormente, comencé a instruirme sobre este tema desde muy chico y jamás dejé de investigar. A la hora de documentarme, no fue tan complejo recopilar información, pues poseo una biblioteca llena de libros sobre asesinos en serie, había visto infinidad de documentales e incluso contaba con notas de prensa de varios casos interesantes. Además, me mantengo al día con respecto a la crónica negra internacional, pues escribo un blog sobre este tema desde mediados del 2011, el cual continúo actualizando cada cierto tiempo.
Mi idea, era la de escribir un texto en el cual se presentaran las biografías de los más perversos asesinos seriales de la historia. Conseguir que fuese entretenido y fácil de leer, sin caer en tecnicismos ni tampoco en el morbo innecesario, además de contar con fuentes fidedignas. No quería que mi libro terminara siendo catalogado como material gore o algo parecido. Fue una investigación súper seria, exigente y a conciencia.
Quizá lo más difícil, a la hora de escribir esta obra, fue acotar la información y seleccionar los casos criminales más interesantes... y eso que el libro terminó siendo de más de 420 páginas. Finalmente, incluí más de 35 biografías de asesinos seriales.
CM: En tu investigación sobre asesinos seriales, ¿cuál es el caso que más te ha sorprendido?
AM: Son varios, aunque el de Andrei Chikatilo me marcó para siempre. Chikatilo asesinó, devoró y destripó a 54 niños y niñas en la ex Unión Soviética a lo largo de doce años... ¿Qué más quieres que te diga? Es una de las biografías más extensas e impactantes de mi libro, así que si alguien se anima a saber más al respecto... que vaya por él. No quiero arruinarle el almuerzo a quienes estén leyendo esta entrevista.
CM: ¿Por qué no abordaste Monstruos Humanos desde la narrativa gráfica y fuiste por un formato más tradicional?
AM: Es que son cosas muy distintas. La narrativa gráfica tiene otros procesos que se ligan más a la creatividad artística. Allí tenemos libertades que un texto como Monstruos Humanos no podía permitirse. Este libro no es ficción, trata de casos reales, los cuales documenté de la forma más fidedigna posible. Tampoco son historias noveladas. No inventé diálogos para embellecer los relatos, por ejemplo. Tampoco trabajé con un guion ni perfilé personajes a conveniencia. Convertir este tema en algo amarillista, impreciso o morboso no cuesta nada.
Recordemos que, por ejemplo, los padres de las víctimas del "Psicópata de Alto Hospicio" —caso que se incluye en mi libro— aún lloran a sus hijas y, por ende, un tema así debe ser abordado de forma responsable, pues este libro podría llegar, eventualmente, a sus manos.
En cierto momento, desde la editorial, me ofrecieron ilustrar las fotos de los asesinos que incluye la obra, principalmente para evitar problemas con el copyright. Pero me negué, pues sentí que si estoy tratando de contar historias verídicas, una ilustración, por más detallada y realista que sea, le restaba credibilidad de cierta forma a esta investigación. Buscar fuentes y fotografías sin derechos de autor fue bastante complejo; pero recibí la ayuda de bibliotecólogos expertos en el tema y creo que el resultado fue mucho mejor.
Y bueno, la idea de realizar una novela gráfica sobre un asesino serial real, siempre ha estado dando vueltas en mi cabeza. Pero el objetivo —y el tono— de una obra así, sería muy distinto al de este libro.
CM: El Corvo Beltrán trata de un sicario, y tu investigación para Monstruos Humanos te ha hecho acercarte al contexto de los asesinos seriales: ¿qué buscas transmitir respecto de la violencia?
AM: Como autor de cómic, con El Corvo Beltrán, nada en particular. La violencia ha sido una constante más en la historia del ser humano, así como el morbo por la muerte, la fascinación por el conflicto o la idealización del amor. En este caso, solo he intentado contar una historia entretenida que, por la temática, evidentemente resulta violenta; pero también coquetea con el humor negro en muchos pasajes.
En el caso de Monstruos Humanos, es distinto. En este libro, se busca evidenciar el hecho de que la violencia no solo es una consecuencia de la aparición de asesinos y criminales de este tipo sino, muy posiblemente, también la causa. Es por eso que me preocupé de documentar sus infancias, sus vidas, el contexto familiar y social en el cual crecieron, aspectos psicológicos, etc. Todo esto hace que este libro no se reduzca a un listado de hechos violentos y macabros, sino a un documento que nos permita sacar conclusiones al respecto, tomando en cuenta los perfiles de sus protagonistas y sus vivencias.
CM: Siguiendo con las mentes criminales, ¿tienes alguna hipótesis respecto del origen de los asesinos o alguna forma de mitigarlos?
AM: Muchos de los cuentos antiguos sobre vampiros, brujas, hombres lobos u ogros, nos advierten la presencia de asesinos seriales en los albores de la civilización. Siempre han estado ahí y creo que siempre lo estarán.
CM: Has sido guionista e ilustrador, además de escritor de una obra de investigación, ¿con cuál rol te identificas mejor?
AM: Amo dibujar y amo crear historias. Para dibujar, necesitas paciencia, práctica y constancia. Para crear una historia, necesitas investigar, instruirte y documentarte. Creo que todo va de la mano. Más que identificarme con un solo rol, asumo con pasión el que necesito adoptar cuando estoy en cada uno de los procesos creativos, ya sea investigando sobre un tema para darle más profundidad a un historia ficticia, buscar referencias, construir un guion, crear y perfilar personajes, dibujar las viñetas finales, etc.
CM: Cuéntanos de Superlector, la tienda de cómics que tienes a pasos de Metro Tobalaba, ¿cómo ha sido formar parte de la cadena de distribución de cómics nacional?
AM: Bueno, junto a dos socios fundamos la tienda Superlector, en la cual nos hemos especializado en traer cómics y manga desde España, muchos de ellos descatalogados, ediciones especiales y colecciones escasas, además de material actual. La verdad es que ha sido una experiencia muy grata. He conocido a gente súper buena onda, que lleva muchos años en el mundo del cómic nacional.
A algunos ya los ubicaba, porque siempre frecuenté ferias de cómics y otros eventos. A otros, los estoy conociendo recién. Con todo ellos, he tenido una muy buena relación.
Pero también he conocido realidades un poco injustas, sobre todo la de las editoriales más pequeñas. Muchas veces, sus obras son relegadas a estanterías escondidas en las librerías más grandes del país, lo que no les ayuda en lo absoluto. Es improbable que estas editoriales pequeñas aspiren a tener una de sus publicaciones en vitrina por ejemplo, aunque hayan ganado concursos, premios y fondos con sus obras, como de hecho ocurre... Y para qué decir los independientes.
En Superlector, nos hemos preocupado de difundir parte de su trabajo. Evidentemente no contamos con los recursos ni las instalaciones de tiendas más grandes, pero intentamos ser un aporte. Procuramos tener sus obras constantemente en vitrina. Hace poco, habilitamos un mueble que mejora la visualización de los cómics nacionales que tenemos en stock. También estamos viendo la posibilidad de realizar reseñas para compartir en nuestras redes sociales. Son pequeñas cosas que muchas de estas editoriales nos agradecen y que planeamos seguir implementando.
CM: ¿Crees que los creadores y editoriales de cómics deben acercarse a las tiendas también y no solo preocuparse de tener presencia en eventos?
AM: Ambas instancias son trascendentales. A los eventos, la gente va dispuesta a conocer nuevos talentos nacionales, editoriales y sus propuestas. Al mismo tiempo es la oportunidad perfecta, para los autores, de mostrar su trabajo, generar vínculos con el público, lograr fidelización, etc.
Pero tener presencia en distintos puntos de venta, como comiquerías y librerías, también es esencial. Si se promociona mucho una obra y el stock es demasiado limitado, es un problema grave. Si cuentas con un stock amplio, pero nadie difunde tu trabajo, también resulta complejo.
CM: Como parte de toda la cadena de creación y distribución de cómics, ¿cuál sería tu mensaje para nuestros lectores apasionados por la narrativa gráfica?
AM: Más que nada, incentivarlos a ser más curiosos a la hora de leer. Algunas personas, por ejemplo, solo leen manga. Otras, no salen de su zona de confort con Batman o Superman. Existen obras increíblemente buenas que se pierden en las estanterías, porque muchas personas no se toman el tiempo de conocerlas o no se arriesgan a leer algo distinto, como el cómic europeo o el argentino.
En el caso del cómic nacional, también hay obras buenísimas que merecen ser leídas no por simple compromiso. Yo soy muy poco condescendiente. No apoyo al cómic nacional simplemente "porque es chileno y hay que apoyarlo". Aún así, creo que el crecimiento de la novela gráfica nacional ha sido más que notable. Hace poco estuve en la [FIC Santiago] y quedé gratamente impresionado por el talento y el trabajo que he visto por parte de varias editoriales chilenas. Creo que van por buen camino, solo falta que algunos lectores de cómic se abran un poquito más y le den la oportunidad.
CM: En tu cuenta de Instagram has subido un adelanto bastante freak, ¿puedes adelantarnos algo sobre ello? ¿Es alguna obra en la que estás trabajando?
AM: Efectivamente, aunque aún queda trabajo por delante. Estoy realizando una nueva novela gráfica, en la cual contaré cinco historias reales de personas deformes que trabajaron en circos de fenómenos entre 1900 y 1965, en Europa y los EE.UU. Los freak shows eran bastante populares en aquellos años, y las vidas de algunos de los hombres y mujeres que trabajaron en ellos, son realmente conmovedoras. Sometidos a la burla, la discriminación e incluso la mala suerte, me parecieron historias dignas de narrar en una novela gráfica. Se trata de un enorme desafío tanto a nivel de dibujo como de guion; pero estoy de cabeza en ello.