50 años de Mampato - "El Planeta Maligno"
Camino al cumpleaños número 50 de la Revista Mampato, ya llevamos doce historias reseñadas de su más icónico personaje, el homónimo Mampato. Esta semana continuamos con su decimotercera aventura, "El Planeta Maligno", que vuelve a reunir a Óskar Vega y su creación original, Xse.
EL PLANETA MALIGNO
Publicación original: Mampato #197-205 (1973)
Autor: Óskar Vega
Esta es la parte personal y latera que le corresponde a cada reseñador en su primera entrega del especial 50 años de Mampato. Yo fui de esa generación que no vivió la época de la Revista Mampato, pero que sí creció con ella. Mi mamá tenía una enorme colección de revistas, que por alguna razón siempre se mantuvo en la casa de mis familiares de Mulchén —siendo yo de Temuco—, por lo que era mi gran distracción cada vez que iba de visita en las vacaciones de invierno. Y como toda colección de aquella época que se precie, estaba a medias; historias sin su conclusión, inicios sin su desarrollo, cliffhangers de infarto de los que nunca supe su resolución.
Hoy, revisando “El Planeta Maligno”, me reencuentro con una de esas historias que conocí a medias. Los malvados baracros, esos soldados similares a escarabajos con largas lanzas y cascos, entretuvieron mi infantil mente preguntándome qué peligros debería sortear nuestro héroe, sin tener una respuesta en aquel entonces. La historia dice así: Mampato, en esos ratos de ocio antes de dormir en los que la mente vaga por misteriosas corrientes, recuerda a su amigo Xse y decide darle una visita tras un largo período sin verlo; al llegar, el xaguso le cuenta sobre la delicada salud de su rey y de su misión para recuperar una elusiva flor en el peligroso planeta Verd que podría salvar su vida, misión a la cual nuestro pequeño protagonista decide unirse... porque Mampato al parecer es un adicto a la adrenalina. Pero para esta misión primero deben miniaturizarse y así evitar ser detectados por los verdines, hoy limitados en poder tras la disolución del Imperio Verdín en su última aventura juntos. Dicha reducción de tamaño será la principal raíz de los peligros que deberán sortear para lograr su objetivo.
Esta es una historia bastante corta, especialmente si la comparamos con el díptico que la precedió, el cual fue publicado originalmente a o largo de 30 números de la revista, mientras que “El Planeta Maligno” no alcanza las dobles cifras con apenas nueve entregas. Y este es uno de los principales problemas de la historia, pues cada obstáculo y peligro al que se enfrentan Mampato y Xse es resuelto con rapidez y sin tener mayores consecuencias en los sucesos posteriores. El retorno del principal villano verdín, el despiadado Mong, se convierte en un trámite más con el que lidiar en una rápida sucesión de peligros y salvadas que poco logran ofrecer, más allá de darles algo que hacer a la dupla aventurera en su camino hacia la dichosa flor. Los baracros, una interesante propuesta de Óskar Vega para ampliar el abanico de amenazas para nuestros protagonistas y que se condecía con la reducción de tamaño, incorporando una raza de soldados insectoides bajo el servicio de Mong y los verdines, se diluyen en unos meros lacayos perfectamente intercambiables por cualquier otro soldado verdín; peor aún, los gentiles vermios, potenciales símiles de los cuics vistos originalmente en “Los Verdines”, se reducen a una aparición de no más de cinco viñetas, sirviendo solo de puente para sacarlos de una situación y llevarlos a otra. Incluso un concepto tan interesante como una flor / mina terrestre —aunque algo repetida, símil de la fruta / granada de la aventura antes mencionada— es desaprovechado al no tener incidencia alguna en la historia. ¡Ni siquiera les significan un problema! Despachan la potencial amenaza con la que se enfrentarían haciéndolas explotar con una pistola atómica verdín.
Como señalaba anteriormente, esta historia es tan breve que no se permite el tiempo de desarrollar sus personajes y conceptos. Cabe preguntarse la razón por tan corta intervención de su autor; si es que acaso este reducido espacio fue todo lo que se le ofreció en su momento a Óskar, o si este mismo no se creía capaz —o no tenía el tiempo— de llevar a cabo una historia más extensa. Porque las ideas estaban, solo necesitaban una mayor profundización para convertir a los baracros en dignos y divertidos adversarios, para volver a los vermios en una entrañable y carismática raza de gusanos humanoides aliada de nuestros héroes, para volver a ese "gigante" gallinogro en la mayor amenaza a la que que Mampato y Xse pudieran enfrentarse, para mostrar el verdadero peligro que representaban las plantas tronadoras.
En el apartado artístico nos encontramos con las mismas fortalezas y vicios de Óskar que definirían sus historias mampatinas. Tras la incorporación de Themo Lobos como el artista principal del personaje y la rápida transición de la propuesta estilística presentada originalmente al estilo característico de este último, Vega se ve obligado a adoptar el estilo de Lobos, y en consecuencia, depender mucho de sus trabajos previos para utilizar como referencias. Esto le da una fidelidad estilística que sin duda es de agradecer, pero también limita la innovación que podría haber ofrecido este consumado artista, especialmente cuando se trataba de solucionar poses más complejas utilizando viñetas antiguas de Themo como guía.
En definitiva, "El Planeta Maligno" es sin duda una aventura clave en la historia de Mampato e incorpora divertidos conceptos para darle variedad a los mundos extraterrestres que conocíamos de antes, pero que su brevedad traiciona estas ideas al no otorgarles el espacio suficiente para respirar. Algo que rescato es la recuperación del concepto de reducción de tamaño, presentada en la aventura original de Mampato y Xse, dándole el protagonismo total en esta ocasión. También se agradece el volver a incorporar a Xse y regresar a los planetas Verd y Xargus, ampliando la continuidad del personaje y profundizando en la historia de los secundarios. Lamentablemente, esta sería la última historia en que veríamos a Xse, Mong, los xargusos y verdines; Themo se centraría en sus personajes Ogú y Rena, mientras que Óskar, en sus breves intervenciones posteriores, incorporaría al nuevo personaje Kolofón como compañero de aventuras de Mampato. Pese a todo, una aventura esencial para los completistas, sobre todo para los fans de Xse.
Retomando mi triste relato de historias incompletas, por alguna razón nunca supe de la existencia de Cucalón, y las posteriores reediciones en cartoné y rústica se escapaban de mi adolescente y pobre bolsillo, así que pasaron muchos años sin poder revisitar estas historias en su completitud... pero cuál fue mi sorpresa al darme cuenta que en estos hermosos tomos recopilatorios habían historias faltantes, específicamente las de Óskar Vega. En la colección familiar habían varias revistas de su autoría, así que siempre supe de él y de las aventuras de su colaboración en el mito de Mampato, y no entendía su ausencia… hasta años después. Malditos derechos de autor, arruinaron a los autores.
Por suerte, para los completistas como yo, el próximo mes Planeta Cómics publicará en dos volúmenes la recopilación de todas las historias de Mampato realizadas por Óskar Vega —incluyendo esas elusivas 8 páginas primigenias de su historia inaugural— por lo que al fin podremos releer, como corresponde, aventuras como esta que nos convocó el día de hoy, “La Atlántida” y tantas otras, partes de la rica historia del pelirrojo.