50 años de Mampato – "El Árbol Gigante" y "La Rebelión de los Mutantes"
Mampato es contactado por Rena para ayudarla a descubrir el peligro que se cierne latente sobre su pueblo. El colorín personaje no tiene lugar para dudas y gracias a su cinto espacio-temporal llega al siglo cuarenta en lo que es el comienzo de una aventura llena de acción y comedia, con tintes políticos y sociales. En honor a los 50 años de la Revista Mampato, hoy nos adentramos a una de las historias más fascinantes del personaje titular de la mítica publicación.
EL ÁRBOL GIGANTE / LA REBELIÓN DE LOS MUTANTES
Publicación original: Revista Mampato #172-196 (1973)
Autor: Themo Lobos
La excusa de una aventura situada en el siglo cuarenta parece algo antojadiza por parte del Themo Lobos, pero no lo es tanto si sabemos mirar más allá. El autor nunca ha escondido su deseo de usar a Mampato como vehículo de aprendizaje enfocado hacia los niños. Gran parte de la aventura del personaje y su misma concepción hacen gala de esa filosofía: el personaje puede viajar hacia cualquier época, a casi cualquier distancia y la mayoría de sus aventuras se desarrollan en el pasado. La Revista Mampato era un excelente complemento para el estudio de la cultura universal y el propio personaje no podía ser menos que eso en sus aventuras.
Claramente es Themo Lobos el mayor responsable de que esta aproximación tuviera el buen desarrollo que al final tuvo, y sus propios intereses como autor con conocimiento enciclopédico quedan demostrados en casi todo su trabajo detrás del personaje. Pero el mismo autor fue lo suficientemente ingenioso para alternar estas aventuras “históricas” con relatos situados en ese desconocido futuro que a veces mostraba a través de su querida Rena: el siglo cuarenta.
"El Árbol Gigante" y "La Rebelión de los Mutantes" forman una historia completamente ambientada en este hipotético futuro, donde los telépatas viven en una frágil paz. Rena, preocupada por un posible peligro futuro, pide ayuda a un Mampato siempre dispuesto. Y si está Mampato, pues Ogú tiene que está presente de igual forma. La fuerza y el intelecto.
Rena marca el camino y nuestros personajes descubren un pueblo esclavizado por una raza amarilla, también telépata, que usa un árbol gigantesco como ciudad. Los mutantes víctimas son seres trabajadores, con cualidades para el trabajo fino y la técnica, muy superiores a los de sus tiranos. Incluso el Themo les da seis dedos para diferenciarlos y exponer esa avanzada capacidad manual. Ferjus, el villano de la historia, vive rodeado de lujos en un trono que seguramente se sitúa en lo más alto del árbol. Posee un hijo torturador y caprichoso, y tiene un cuerpo de espionaje leal encarnado en ratas mutantes que se mueven silenciosamente por túneles dentro del árbol.
El árbol es una simbólica sociedad podrida hasta las raíces. Nótese cómo los mutantes trabajadores viven en la base del mismo, sin poder mirar el sol a pesar de que son la fuerza obrera que mueve la maquinaria bélica de los amarillos. Siento que el Themo Lobos nos está diciendo algo más aquí.
Como ya deben intuir, la aventura sigue con la dosis de humor y peligro con la que Lobos perfeccionó su capacidad como narrador. Ambos álbumes están llenos de esa magia tan propia del autor, que bordea la inocencia y la oscuridad de forma brillante. Porque hay escenas inquietantes —como descubrir que el hijo del regente tortura personas por diversión— y hay otras que son puro humor gráfico —el gag permanente de los villanos que caen del árbol y son tapados por el agricultor es brillante— y es esa mezcla la que hace tan disfrutable ambas historias.
Mampato, Ogú y Rena logran crear una unidad con todos los mutantes esclavizados, e incluso logran convertir a los que una vez fueron leales al dictador, e inician una revolución. La anarquía llena las páginas de la historia y los mutantes, ahora consientes de que ellos siempre han tenido el poder, abandonan sus puestos y deciden cortar el mal de raíz. Cortan el árbol, cortan la podrida sociedad de raíz y comienzan desde cero. Una nueva sociedad sin ratas espías o amarillos dictadores.
Themo Lobos a estas alturas era el padre de Mampato, y era el maestro narrador que siempre recordé. A mi gusto esta no es su mejor historia, creo que pierde un poquito el norte hacia el final y apresura un poco las cosas, pero su dibujo está a punto. Se sabe de memoria a sus personajes y los alarga o achica a placer de acuerdo a sus necesidades. También me encanta como ser reserva el uso de viñetas más grandes para mostrar espectáculo como si se tratara de una película.
Al final, este conjunto de historias son las inquietudes político-sociales del autor. El sacrificio de enseñar historia universal se hace en pos de mostrar a los niños que el poder lo tiene la gente y no los amarillos. El Themo se definía a sí mismo como un hombre de izquierda. Un hombre del pueblo. Y usó su arte para enseñarnos un poco de historia y un poco de valores. Y por eso, estas historias me son tan valiosas.