50 años de Mampato - "Bromisnar de Bagdad" y "¡Sésamo, Abre!”
Luego de una aventura en Edad Media, Themo Lobos vuelve a aventurarse junto a Mampato y abordar parte de la historia del hombre con componentes mágicos. Vamos a la antigua Arabia, con Bromisnar de Bagdad.
BROMISNAR DE BAGDAD / ¡SÉSAMO, ABRE!
Publicación original: Mampato #069-080, Mampato #081-092 (1970)
Autor: Themo Lobos
La historia parte muy simple, con un vendedor de alfombras y un comentario inocente de su madre de alfombras voladoras. De inmediato, Mampato comienza a investigar y elegir el destino de su nueva aventura. Ya que el traer a Ogú le resultó tan bien en la Edad Media, decide volver a hacerlo, luego de una pausa en el viaje al futuro. Bueno, las cosas se complican de inmediato luego de que por error terminan presos y condenados a muerte en Bagdad. Es el turno de conocer a Bromisnar...
Nuevamente, Themo Lobos toma personajes históricos y los combina con la fantasía. Trae al califa Harún al-Rashid —desde ahora, simplemente "el califa"— como parte del cuarteto principal, pero como miembro más pasivo. El verdadero foco de la historia está en Bromisnar, este casi insoportable sobrino del califa que posee un turbante mágico. El turbante puede, literalmente, cumplir cualquier deseo del que lo posea —es de notar que nunca se fijan verdaderos límites a su poder— pero el niño lo ocupa para hacer travesuras y molestar a su tío.
Bromisnar choca de inmediato con Ogú, en un principio por las molestas bromas que el primero le realiza a este último, pero más adelante las diferencias se profundizan. Hasta ahora, Ogú había tenido como compañero de aventuras solo a Mampato, quien si bien lo reprende de vez en cuando, lo hace con una actitud más paternal que realmente agresiva. Bromisnar, en cambio, no tiene empatía con el cavernícola, y suelen generarse discusiones a punto de generar un quiebre profundo en el grupo.
Y a propósito de Ogú, acá vemos su lado más infantil. Se "pica" fácilmente, ya sea con Mampato o con Bromisnar. Es egoísta a veces, básico e ingenuo, pero leal hasta el final. Además, se ve más afectado que nunca por los insultos y burlas de otros. Su debacle emocional es parte importante del desarrollo.
Y por supuesto, como contraparte a Ogú, tenemos a Bromisnar. Junto a Ogú, son los que más cambios emocionales tienen en el transcurso de la historia. En un principio, nadie le hace frente al pequeño bromista ya que tiene su turbante mágico, pero luego, desposeído de él, muestra su verdadero ser: cobarde, aprovechador, rencoroso, y debe aprender a lidiar con ello. Pero gracias a Ogú y Mampato, conoce además nuevas facetas de sí mismo, un ser sacrificado, humilde y empático. A partir de esta historia sería habitual que Mampato y Ogú tuvieran un "tercer compañero", alguien de la época que los acompaña en la aventura y es tan principal como ellos, siendo parte activa de la trama.
Por su parte, Mampato es la voz de la razón, poniendo la cuota de cordura entre los casi niños que son Bromisnar y Ogú, además de reaccionar rápido y ser el cerebro cuando se meten en problemas. Sin embargo, en cuanto a desarrollo y protagonismo se queda más atrás, cayendo el peso emocional en sus otros dos compañeros. El pelirrojo es más maduro, pero es el único que reacciona con locura ante el oro de los ladrones. Su momento de humanidad.
La aventura parte como una serie de acontecimientos que van escalando poco a poco, tal como en la Edad Media. Del robo inocente de Ogú a la cárcel, la broma de Bromisnar, la pena de muerte, el destierro, la pérdida del turbante, la separación del grupo, la insurrección del visir... Desde ahí, la historia toma un objetivo: recuperar el trono, y para ello, lo más directo es el turbante mágico. Eso los lleva a nuevas aventuras, donde vemos a los 40 Ladrones, que da el título a la segunda parte de esta macrohistoria. Pero esta vez no hay en realidad "segunda parte", como sí lo hubo de forma clara en "Morgana la Hechicera"; es una sola gran aventura, separada en dos capítulos por la cantidad de páginas.
El Themo vuelve a tocar el tema de la rebelión contra el tirano, el cual ya había abordado en "Los Verdines", y al que volvería en "Rapa Nui", "El Árbol Gigante" y otras historias. El visir tiene un rol activo en las primeras páginas, pero luego no lo vemos actuar hasta el final. Es un villano de fondo y la razón por lo que todo pasa, pero no participa activamente. Por el contrario, vemos su influencia a través de la repercusión de sus acciones, en las injusticias que vive el país, y cómo un cambio de soberano sí afecta al hombre común.
Como siempre, no puede faltar el humor, casi siempre de la mano de Ogú, pero también esta vez por las bromas de Bromisnar. Creo que cuando más me he reído fue cuando Ogú aplasta el pie de un genio por pisarle el queso. El verdugo emocionado por cumplir su función, mismo que termina volando en una tarima más de una vez, también es fuente de risa.
Las situaciones de peligro son menos intensas que en aventuras anteriores, pero siguen estando ahí. Themo sigue jugando con la idea de que al final de las 4 páginas por entrega quieras saber cómo continúa la historia. Tal vez la situación más terrible es cuando se ejecuta la sentencia de Ogú y Mampato, que gracias al todopoderoso turbante, no pasa de una broma.
El autor le da todo un nuevo sentido a la famosa frase "ábrete Sésamo". No sería la última vez que trata de explicar por su cuenta sucesos famosos, ya sea por fantasía o lógica propia.
Una muy entretenida aventura, con un Themo aún más refinado en su arte y su manera de llevar la historia.
Curiosidades
Mientras dibujaba en la mítica revista El Peneca, Themo hizo las historias de Michote y Pericón. De éstas, toma algunas de esas ideas para revisitarlas en Mampato. Ya lo había hecho con los dinosaurios en "Kilikilis y Golagolas". Acá vemos algunas ideas que tomaría para su nueva versión de Bromisnar.
Nuevas ediciones
Esta vez aprovecharé de hablar sobre unos detalles de las ediciones modernas. Me agrada el recoloreado que tiene, pero hay un detalle al principio me molesta un poco: en la reedición se resumieron 3 páginas de introducción a solo 2, incluso añadiendo más viñetas, lo que resulta en unas páginas demasiado densas. Además, se cambiaron unos pocos diálogos para hacerla, supongo, más internacional. Ogú ya no dice "Guatita llena, corazón alakú", sino que "Tripita llena...".
Inicio original:
Inicio moderno:
Eso es todo por hoy. Nos vemos mañana con otra entrega de Mampato.
PD final: Ogú vuelve con su garrote que adquirió en "La Corte del Rey Arturo". Me gusta ese sentido de continuidad, y se volvería a repetir con más garrotes del cavernario amigo.