"The X-Files: Year Zero" (2014): el caso que lo inició todo
Cuando la editorial estadounidense IDW Publishing comenzó a editar los cómics de The X-Files, la primera serie en salir al mercado fue The X-Files Season 10, de Joe Harris. Sin embargo, sus planes iban mucho más allá y rápidamente planificaron la publicación de miniseries y especiales que le hicieran compañía en las estanterías a aquella colección principal. Así, la primera de esas series limitadas fue The X-Files: Year Zero, en que una investigación del presente llevará a Mulder y Scully a descubrir conexiones con el primer Expediente X, aquel que inauguró dicha sección en el FBI en los años 40.
The X-Files: Year Zero es una miniserie de cinco números, publicada en el año 2014, escrita por Karl Kesel, dibujada por Greg Scott y Vic Malhotra, coloreado de Mat Lopes, y portadas de nuestro Carlos Valenzuela. Mientras buscan a un felino salvaje que parece tener la habilidad de cambiar de forma, los agentes Mulder y Scully reciben la ayuda del misterioso Mr. Zero. Mulder observa algunas similitudes sorprendentes con el primer Expediente X, registrado en 1946, que involucra ataques de animales, un agente del FBI caído en desgracia, una irrespetuosa agente femenina y un enigmático Mr. Xero. ¿Será sólo una coincidencia que dicho nombre aparezca en ambos casos, o se tratará del mismo individuo? Y si es así, ¿cómo es posible que se mantenga en activo con la avanzada edad que debería tener? Así comienza una aventura que mezcla el pasado y el presente, arrojando luz sobre el nacimiento y los primeros días de la división de los X-Files y de sus precursores, Milly Ohio y Bing Ellinson.
"El origen de la unidad de los X-Files fue solo sugerida en el show y estamos orgullosos de presentar la historia de cómo los precursores de nuestros agentes paranormales favoritos lograron establecerla a fines de los años cuarenta", declaró el editor Denton J. Tipton. "Creo que Bing y Millie se volverán muy queridos por los fans, tal como Mulder, Scully, Dogget y Reyes".
Si bien en algún momento comenté que la obra me parecía aburrida y sosa, la perspectiva del tiempo y algunas relecturas me han llevado a cambiar de opinión, pues aunque The X-Files: Year Zero no es un título perfecto, sí tiene varios puntos destacables. En global, la miniserie es funcional cuando se la toma en sus propios términos. Karl Kesel ofrece en un guion muy lúdico, lleno de diálogos chispeantes y juegos de palabras adecuados sin parecer exagerados o torpe. Los artistas Greg Scott y Vic Malhotra hacen un excelente trabajo para mantener la coherencia del cómic, cada uno dibujando uno de los periodos en que avanza la historia, haciendo que éstos se distingan perfectamente. Las secuencias actuales en día son ásperas y detalladas, mientras que los flashbacks se ilustran en un aspecto ligeramente más caricaturesco.
La obra es marcada por un inteligente comentario metaficcional, pues la historia se siente como un acompañante de la mitología más amplia de The X-Files. Si ésta puede leerse como una historia secreta de los Estados Unidos filtrada a través del folclore sobre extraterrestres y OVNIs, entonces "Year Zero" se sitúa en el origen de ese folclore, ubicando los inicios de la división de los Expedientes X en el momento en que esas narrativas comenzaron a cambiar, vinculándolo en parte a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial.
Además, es una historia que se desarrolla sin una gran dependencia de la mitología o la continuidad, marcando un contrapunto a la forma en que Joe Harris se acercaba a la franquicia en ese momento. Dado el esmero con que la editorial trató de crear y dar forma a una continuidad consistente con el canon del show en la cabecera principal, el enfoque de Kesel es muy refrescante, principalmente porque rompió la tendencia de los cómics de ese entonces de beber de forma un poco cargante del pasado, con un regreso constante de gran cantidad de personajes de antaño. La miniserie le dio a los cómics de IDW algo novedoso y emocionante en lugar de simplemente reempaquetar momentos reconocibles o personajes emblemáticos. Los personajes de Milly Ohio y Bing Ellinson pueden ser arquetipos familiares, pero representan algo nuevo e inexplorado.
Eso sí, hay muchos pequeños guiños y referencias a pequeños detalles del show, como la conexión con el episodio S01E19 "Shapes" que marcó la aventura en la montaña de los agentes Ellinson y Ohio, o líneas de dialogo relacionadas a otros capítulos como S01E79 "Pilot" o S06E19 "The Unnatural". Y hablando de este último, es imposible hablar del pasado de los X sin referirse a Arthur Dales, un antiguo agente que investigó ese tipo de casos antes que Mulder y que conocimos en S05E15 "Travelers", que obviamente también es nombrado en estas paginas. A pesar que no tenemos muchos datos de su vida, la ventana de tiempo en que estuvo en activo le hubiese permitido ser el protagonista del relato, pero seguramente el guionista prefirió crear un personaje nuevo frente al temor de cometer algún error de continuidad. Y más allá de lo anterior, también existen referencias a otros shows como The Sopranos y Twin Peaks.
El guionista Karl Kesel diría que "siempre pensé que los cuarenta son un entorno maravilloso para The X-Files, con la amenaza roja rusa, el descubrimiento de los horrores y mutaciones atómicas y los platillos voladores acechando en las sombras. Por supuesto, escribir a personajes icónicos como Mulder y Scully es un placer, y es aún más increíble para mí tener la oportunidad de introducir a sus predecesores. Aunque justamente, es de lo increíble de lo que trata el show, ¿verdad?".
Kesel reconoció que la unidad ya tenía una historia de origen, pues según la serie de tv, los Archivos X empezaron a existir cuando los casos sin resolver (unsolved) o sin explicación (unexplained) comenzaron a pasar desde el cajón "U" al cajón "X", pues este fichero tenía más espacio. El guionista reflexionaría que el "archivado en la 'X' porque ahí estaba más vacío parece una de las historias de inicio más flojas que he escuchado". En resumen, parecía que el escritor no iba a permitir que un nimio detalle de continuidad se interpusiera en el camino de una buena historia.
Después de todo, "The X-Files: Year Zero" existe en un contexto de una amplia tradición de verdades incompletas acerca de origen del departamento. ¿Comenzaron los Expedientes X con la investigación de un hombre lobo nativo americano, como sugirió S01E19 "Shapes"? ¿Los Archivos X se abrieron con una investigación ligada al Comité de Actividades de la Cámara de Representantes, como lo sugiere S05E15 "Travelers"? ¿Mulder descubrió los Expedientes junto a Diana Fowley, como se sugiere en S05E20 "The End"? ¿Fox llegó a ellos a través de una reunión casual con Arthur Dales como se retrata en "Travelers"? ¿O su fascinación es el resultado de un ataque psicótico tal como lo implica S05E03 "Unusual Suspects"?
Si bien ninguna de esas historias es incompatible y es posible estructurar los hechos en una narrativa coherente con unos pequeños ajustes por aquí y por allá, existen incongruencias que dan como resultado de que el programa nunca estableciera una historia oficial del origen del departamento X. Lejos de tratar de cubrir las inconsistencias o las brechas lógicas, Kesel las trae al primer plano, asumiendo por tanto que al parecer las verdaderas circunstancias en que surgió el interés del FBI en esos casos seguirá siendo un misterio tan incognoscible como el objeto de su investigación.
En entrevistas relacionadas al lanzamiento de la miniserie, Kesel se mostró respetuoso con la continuidad del programa sin parecer demasiado reverente. "Seguimos lo que era el canon. Admito que no soy el mayor experto en Expediente X del mundo, pero me encantaba la serie, y recordé haber visto un episodio de la primera temporada llamado Shapes. Ahí se establece que el primer Expediente X fue en 1946 e investigó a una criatura hombre lobo en Montana. Estaba hablando con Chris Ryall de IDW y le dije que un caso de hombre lobo parecía un poco pedestre para el primer expediente X, pero ¿y si eso era solo una parte de la historia? Y eso es lo que estamos haciendo. El FBI, específicamente Millie, recibe un dato sobre lo que está sucediendo en Montana con el hombre lobo. Esa es su primera aventura. Pero luego la misma fuente les da más pistas, y eso es lo que realmente están investigando".
Esta disposición a mirar más allá de The X-Files es importante. Como dijimos, gran parte del trabajo de la editorial en la franquicia hasta entonces se sentía insular y nostálgico, pues a menudo Season 10 y Season 11 de Joe Harris, a pesar de su excelencia, parecían mirar demasiado hacia atrás y hacia adentro. En cambio, The X-Files: Year Zero mira hacia el exterior, agregando un buen puñado de ideas nuevas a los mitos básicos del show. En cierto modo esto recuerda el trabajo de Stefan Petrucha en el cómic clásico noventero de Topps Comics, que trabajó dentro de las limitaciones establecidas por la productora del show, Ten Thirteen, pero logró sortearlas con éxito. Cuando se le negó el acceso a la mitología del programa, él respondió creando su propia mitología alternativa desde cero. Fue una forma osada de contar historias y muy pocos de los títulos que siguieron han cumplido tan noble propósito.
Con respecto al apartado artístico, anteriormente dijimos que el dibujo es un trabajo compartido entre Greg Scott y Vic Malhotra. El estilo de ambos es bastante similar, entregando viñetas sucias y oscuras, acordes a una historia de misterio como lo son la mayoría de las protagonizadas por Mulder y Scully. En todo momento me recordó al arte de dibujantes de impronta "urbana", como Alex Maleev o Michael Lark, ambos brillantes en obras de un ambiente noir similar. Scott dibuja el segmento de la historia que transcurre en el presente, mientras que Malhotra desarrolla los pasajes de los cuarenta.
Su nivel es bastante correcto y de calidad similar, y aunque me quedo con Scott solo por un tema de gusto personal, sí debo mencionar fallas puntuales en algunos rostros, que entregan expresiones creepy de "sonrisas falsas y exageradas", al estilo de, por ejemplo, el insoportable Greg Land. El coloreado de Mat Lopes es muy competente, utilizando una paleta de colores de tonos crudos, casi sepia. En general, el aspecto gráfico es muy similar al ejecutado por Michael Walsh y Jordie Bellaire en el inicio de la Season 10, con ambos títulos relacionados por una unidad visual que haría que los lectores de una serie se sintieran como en casa en la otra.
En resumen, en The X-Files: Year Zero tenemos una historia que ahonda en el mito de la serie y que intenta contestar preguntas que muchos ni siquiera se habían preguntado. Dudo que Chris Carter, el creador del show, lo incorpore como algo canónico —y a la luz del aparente fin de la serie de tv, quizá tampoco importe— pero eso no impide que tengamos cinco entregas llenas de diversión e intriga. Nunca está de más un vistazo al pasado para contextualizar el presente y recordarnos que Scully y Mulder no son los únicos que alguna vez han buscado esa verdad que aún está allá afuera.