Marvel Salvat - Capitán América: El Nuevo Pacto
Nueva semana, nueva entrega de la Colección de Novelas Gráficas Marvel de la editorial Salvat. Y esta vez nos toca revisitar al Capitán América. Tras un excelente primer encuentro con el héroe de las estrellas y bandas, toca ir a su pasado cercano y explorar una historia ambientada en el período posterior al atentado de las Torres Gemelas, un difícil momento para la sociedad norteamericana, y que sin duda removió a su símbolo más reconocible en el mundo de las viñetas. Echemos un vistazo a Capitán América: El Nuevo Pacto.
CAPITÁN AMÉRICA: EL NUEVO PACTO
Contenido: Captain America V.4 #001-006
Guion: John Ney Rieber
Arte: John Cassaday
Colores: Dave Stewart
Rotulado: Wes Abbott, Richard Starkings
Captain America es el símbolo de la libertad y el sueño americano. De lejos, parece encarnar todo lo que muchos rechazamos de la sociedad estaodunidense: el orgullo nacionalista, la idealización de la figura militar y la aparente ignorancia de su propia hipocresía como defensores de las libertades individuales. Pero basta con acercarse un poco para descubrir que Steve Rogers es mucho más que un soldado envuelto en la bandera de USA; el bueno de Cap ha sido un constante crítico de las decisiones gubernamentales cuando éstas han estado en conflicto con los ideales que el héroe busca defender, llegando incluso a abandonar en varias ocasiones su identidad de Captain America como forma de criticar y desvincularse de lo que el gobierno de turno representa. Con esto en mente, cabe preguntarse entonces cómo se abordó el difícil tema del 9/11 en su serie regular.
Tras un período de horas bajas siguiendo el fallido experimento conocido como Heroes Reborn y una poco espectacular etapa final en Heroes Return, la editorial decidió lanzar la cabecera de Captian America bajo su sello Marvel Knights, otorgándole un enfoque con una mirada más adulta, seria y crítica de la sociedad norteamericana y el contexto sociopolítico que estaba en plena ebullición durante el 2002, tras el 9/11 hacia fines del año anterior. El elegido para este desafío fue el guionista John Ney Rieber, quien había escrito entre otras cosas la serie regular de The Books of Magic —continuación de la obra original de Neil Gaiman— para el sello Vertigo de la Distinguida Competencia. A su lado estaría el estelar John Cassaday, quien venía deslumbrando a todos como co-autor de la laureada serie Planetary.
Entrando al tomo que nos convoca hoy, “El Nuevo Pacto” se trata de los dos primeros arcos, "Enemy" y "Warlords", de tres números cada uno. El guion parte abordando de frente el trágico atentado a las Torres Gemelas, mostrando a Steve Rogers trabajando en las labores de rescate entre los escombros de los edificios. La primera mitad de este libro se lee como un intento de buscarle darle algún tipo de sentido a las muertes ocasionadas por el atentado, utilizando para ello constantes monólogos y reflexiones internas de Steve, situándonos en el punto de vista de Cap, explorando su psique al enfrentar los hechos y las repercusiones que esto produjo en la sociedad. Tras un salto de 7 meses, el Capitán América debe enfrentar un nuevo ataque terrorista en suelo americano, donde una serie de pistas lo llevarán a descubrir la mente tras estos nuevos ataques, creando un escenario donde Steve tiene esperanzas de que esta vez sí podrá a hacer algo para salvar el día.
La lectura de esta serie es veloz y eficaz. Las viñetas anchas, “cinematográficas”, mezcladas con diálogos austeros y reflexiones breves y secas, guían una lectura rápida que prefiere enviar un mensaje a través de las acciones en lugar de sermonearnos sobre lo que es correcto en una situación tan compleja como lo es la “guerra contra el terror”. El arte de Cassaday es soberbio, ofreciendo planchas de una calidad admirable y que nos recuerdan por qué este artista alcanzó tal nivel de fama en sus mejores años, con composiciones sobrias, respetuosas de la tragedia que retrata y poderosas a la hora de transmitir tan difíciles momentos, apoyándose con un juego de encuadres que le dan dinamismo a su dibujo, más cargado hacia lo estático y pictórico que a la energía más propia de los cómics superheroicos tradicionales.
Ney Nieber aprovecha la ocasión para hacer que sus lectores se enfrenten a ciertos cuestionamientos éticos y morales sobre lo que el aparato armamentista de EE.UU. causa alrededor del mundo, planteando la incómoda pregunta de cuánta responsabilidad tienen ellos mismos como sociedad ante este tipo de atentados. Para ello, el guionista aprovecha el concepto de la compra-venta de tecnología militar para discute la moralidad del negocio de las armas, mostrando a sobrevivientes de campos minados como soldados en búsqueda de retribución al tomar como rehén a todo un pueblo donde se fabrican componentes para bombas, así como cuestiona, a través de la figura de Nick Fury, la labor estadounidense al guardar secretos por conveniencia al momento de adquirir y vender tecnología hacia y desde países en guerra, y la forma en que éstos se enfrentan a quienes son tildados como enemigos del estado.
Además de esto, Ney Nieber es lo suficientemente inteligente como para no enviar al Capitán América a golpear a Osama Bin Laden en la quijada. La Edad de Oro ha quedado atrás, y las exigencias de los lectores han ido cambiando, particularmente en un sello de corte más maduro como lo era Marvel Knights. En cambio, crea una amenaza terrorista internacional que permite crear paralelos con la situación surgida por el 9/11, configurando a ésta como una entidad anónima, sin país ni afiliación política o religiosa específica, para no apuntar con el dedo a nadie ni caer en comparaciones burdas. A título personal, esta etapa fue mi introducción oficial al personaje, y por aquel entonces cargaba de los mismos prejuicios que mencionaba más arriba, llevándome una grata sorpresa en el proceso y cambiando mi impresión de lo que podía esperar de Cap.
Cabe aclarar un punto que podría causar cierta confusión en los lectores poco familiarizados con la continuidad de Steve Rogers. En una de las entregas contenidas en este tomo, Cap se enfrenta a una cámara de televisión y se quita la máscara, harto de todo lo que habían estado viviendo como sociedad y tomando las consecuencias de lo que había ocurrido en su enfrentamiento contra los terroristas a título personal, revelando así su identidad secreta a todo el mundo. ¿Identidad secreta? Efectivamente, hasta este punto la identidad de Cap siempre había sido un secreto de cara al público, y este cambio surge como un planteamiento desde la editorial, ya que los héroes deberían mantener sus identidades públicas en lugar de ocultarse como los criminales y terroristas a los que enfrentaban. Una mayor reflexión de este tema se erguiría durante Civil War, pero eso es tema para otra ocasión.
En definitiva, “El Nuevo Pacto” es un giro necesario en el tono de la serie Captain America, dada la realidad a la que la sociedad norteamericana se enfrentaba por aquel entonces. Atrás quedaban los villanos más coloridos para dar paso a amenazas basadas en los temores que la gente se enfrentaba cada vez que encendía la televisión. Hacia el final del volumen la historia se vuelve algo sermoneadora y tal vez entrega un mensaje demasiado ingenuo para lo que sabemos hoy en día de los esfuerzos militares de Estados Unidos, pero aún así se perfila una lectura reveladora, dinámica y entretenida. Y pese a que en entregas posteriores la serie regular perdió su rumbo y empuje con retrasos en las entregas y diversos cambios de guionistas de diversa calidad, funciona como un buen antecedente de lo que sería la posterior etapa de Ed Brubaker, con la que el personaje alcanzaría su gloria moderna.
Comparación con otras ediciones
En cuanto a sus ediciones en español, Salvat corre nuevamente con ventaja. Esta etapa fue editada en España el 2003 por Planeta DeAgostini —para que se hagan una idea lo descatalogada que está, Panini aún no tenía la licencia de Marvel—. Posteriormente, fue editada en la línea Best of Marvel Essentials de Panini Comics España alrededor del 2007, y costaba EUR€18,95. Ambas ediciones son casi imposibles de conseguir hoy en día, al menos en Chile, por lo que la edición de Salvat se convierte en la mejor opción para nuestro mercado. No pierdan la oportunidad.