"Samurai: Fuego y Acero" (2018) de Claudio Muñoz: en busca de sentido
Cuando pensamos en el ethos que rodea a los samuráis, nos enfrentamos ante una de las figuras más fascinantes de la cultura japonesa. Desde las películas hasta el anime, pasando por los videojuegos y, por supuesto, el manga, el símbolo del samurái ha sido explorado hasta el cansancio con innumerables enfoques, traspasando la barrera idiomática y cultural para encantar a generaciones de niños y jóvenes occidentales. Cabe preguntarse, entonces, si realmente hay algo nuevo que se pueda hacer con samuráis, particularmente en el último rincón del mapa mundi.
Pero primero, una aclaración. No pretenderé ser experto en la cultura japonesa o la época en que esta obra se ambienta, por lo que mi apreciación viene más bien de alguien que conoce el tema únicamente a través de la sabiduría popular, y es un lector habitual de cómic. Si solo viste Samurai X, estamos en las mismas.
El relato que se nos presenta en Samurai : Fuego y Acero es breve y directo. En un formato de 24 páginas en blanco y negro, Claudio Muñoz nos lleva por la historia de un samurái que, tras perder la guerra con el ejército de un señor feudal rival, se encuentra de pronto sin su daimio y sin un propósito. "Samurai" es una historia sobre la familia y la pérdida, disfrazada de peleas con katanas, que refleja la crudeza de un mundo regido por el honor y la muerte, a la vez que reflexiona sobre cómo darle sentido a tus acciones tras perder a un ser querido.
"Samurai" surge del declarado amor de Muñoz por el cine de Akira Kurosawa, y la influencia del legendario cineasta se hace notar desde las primeras páginas. El uso de transiciones entre páginas, la transmisión de emociones y movimiento a través de las multitudes, y el uso de objetos habituales como símbolos para representar lo que los personajes están sintiendo y las decisiones que se van tomando, enriquecen la excelente técnica de tintas y aguadas que retratan el Japón feudal y dan un buen juego narrativo que suma puntos al conjunto. Juegos tan simples como pasar de una escena soleada a otra nublada para remarcar un cambio de tono o el uso de la lluvia para amplificar la tristeza de un personaje funcionan porque están integrados en la narración de forma orgánica y sin llamar la atención hacia estos elementos, enriqueciendo las posibilidades del relato. Otra influencia citada por el artista oriundo de Temuco es Marcos Mateu-Mestre, artista conceptual y animador español, con una habilidad para la narración de la que Muñoz toma nota para lograr un resultado satisfactorio.
Muñoz ha trabajado en otras obras nacionales como Zombies en la Moneda y La Senda del Errante, y es en "Samurai" que se puede apreciar una evolución y maduración que logra hacerlo una figura distintiva dentro del panorama nacional. Se trata de un artista con 11 años de experiencia como dibujante profesional, explorando temáticas de su interés e integrando nuevas técnicas a su arsenal. Además de esto, la experiencia de una pérdida personal en la vida del autor permite darle un peso de autenticidad a las emociones retratadas en el interior de la obra. La cabecera Fuego y Acero nace como una propuesta por parte de Muñoz a Ariete Producciones, una colección antológica presentando historias unitarias centradas en la figura de diversos guerreros de la historia de la humanidad; esta vez se trata de un Samurái, pero en entregas futuras podremos esperar historias de Legionarios o Vikingos. Esta colección pretende ser un escaparate para desarrollar y asentar su presencia como dibujante en el medio nacional, tras años de trabajar en el mercado extranjero.
Samurai: Fuego y Acero será uno de los grandes lanzamientos en la FIC Santiago, a realizarse desde hoy viernes 7 hasta el domingo 9, por lo que los invito a acercarse al stand de Ariete Producciones y darle una oportunidad a un proyecto muy personal de un autor nacional con un gran talento y quien por fin se decide a ofrecernos su calidad como corresponde en el mercado local.
Finalmente, volviendo a la pregunta original, ¿logra "Samurai" ofrecer algo realmente nuevo en el vasto mundo ficticio de los sámurai? Quién sabe. Al menos a mí me cautivó, y eso es lo que realmente importa.