“The League of Extraordinary Gentlemen” Volumen 2, de Moore y O’Neill: amanecer rojo
La amenaza criminal que se gestaba dentro del mismísimo Londres parece ya erradicada y sus perpetradores castigados en justa medida. Pero las aventuras y desventuras de esta League of Extraordinary Gentlemen están lejos de acabar.
Parece ser que The League of Extraordinary Gentlemen es la colección en la que se nota más interesado a Alan Moore. No por nada, el primer volumen fue el caballito de batalla para su emergente linea editorial nacida bajo el seno de Image Comics, la tristemente desaparecida America's Best Comics. Con la ayuda del dibujante Kevin O’Neill, el oriundo de Northampton había creado un concepto tan atrapante, descabellado y a la vez sumamente entretenido y lleno de contenido, por lo que no era de extrañar que ambos autores regresaran a ese universo habitado por personajes literarios de comienzos del 1900 e impulsados por tecnología de vapor.
El año 2002 sería el que vería el primer número del llamado Volumen Dos publicado por bajo el ala de Wildstorm, el sello de Jim Lee que se había separado de Image y ahora estaba amparado bajo DC Comics. Y este nuevo comienzo no podría ser más extraño. En un número asombroso y que demuestra el inagotable talento de Moore para crear mundos completamente creíbles a través de vehículos tan particulares como el uso referencias, somos testigos de la liberación del planeta Marte por parte de una alianza rebelde comandada por John Carter y Gullivar.
Tengo una anécdota que contar al respecto. Por años pensé que el Gullivar que aparece en este primer número era en realidad "Los viajes de Gulliver" del escritor y clérigo irlandés Jonathan Swift. En las numerosas novelas que protagonizó el personaje, concretamente “Viaje a Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y Japón”, se describen particulares personajes con avanzadas tecnologías, como el grupo de personas viven en una isla flotante que tiene forma circular y que poseen un conocimiento astrológico tan avanzado, que han recopilado un catálogo con más de 10.000 estrellas –no olvidar que todo esto fue publicado en 1726- y donde se describe el planeta Marte con dos pequeñas lunas que lo orbitan. Las verdaderas lunas de Marte -Phobos y Deimos- fueron oficialmente descubiertas en 1877 por el astrónomo Asaph Hall, dándole al autor Jonathan Swift una capacidad clarividente para ver el futuro a lo menos increíble (pueden aprender más del incidente en cuestión por aquí).
Pero a pesar de la entretenida y acertada que sonaba esta referencia estaba equivocado. Años después aprendí que el protagonista del primer número de este nuevo volumen es Gullivar Jones, protagonista de la novela "Lieut. Gullivar Jones: His Vacation de Edwin Lester Arnold". Todo se me aclara aún más al comparar los años de publicación -1726 para Gulliver y 1905 para Gullivar- y dado que todos los referentes que usa Moore son alrededor del 1900 no deja de evidenciar mi error. Dato aún más curioso, Gullivar y John Carter comparten orígenes similares: militar que por medio de un poder mágico llega a Marte –proyección astral en el caso de John Carter y una alfombra mágica en el caso de Gullivar- dejando demostrado el nivel de referencias en el que se manejan los autores. De ese tipo de trabajo de investigación estamos hablando cuando leemos The League of Extraordinary Gentlemen.
Pero las referencias no se quedan ahí. La mayor fuente del que bebe este número es nada más y nada menos que Lawrence of Arabia (1962) de David Lean. Desde el diseño de vestuario, la sospechosa apariencia del mencionado Gullivar –que básicamente es Peter O´Toole- y el uso de viñetas alargadas para mostrar ciertos parajes y escenas en específico como si se tratara de verdadera Panavision son la mayor prueba que ambos autores no se toman esta secuela como un trabajo por encargo, y están con hambre de generar una obra con mucha más ambición que la mostrada en el volumen anterior.
Hasta aquí no hemos desvelado mucho acerca de la trama medular de este nuevo volumen, ni pretendo destripar las numerosas sorpresas y referencias que alberga. Pero no es justo para ustedes, querido lector, dejarlos navegando sin brújula en este amplio mar literario. A modo de resumen les digo que de la liberación de Marte se desprende una nueva amenaza para Inglaterra. Impulsados por la misma tecnología que se usó en “De la Tierra a la Luna” de Julio Verne –otra genialidad en sí misma- los invasores del planeta rojo, ahora se convierten en el problema número uno del imperio británico al llegar a la Tierra.
Es aquí donde entra nuestra conocida Liga de Caballeros, enviada como agentes de reconocimiento a punto de aterrizaje marciano. La invasión a gran escala se convierte en la prioridad número uno para un imperio que ahora no es la superpotencia tecnológica superior del planeta. Como siempre, toda esta ambientación sirve como pretexto para apuntar con certeros dardos los difíciles y a veces anticuados conservadurismos de la sociedad británica actual.
Ante la crisis, el gobierno de su majestad pretende mantener la calma al tratar de operar de manera clandestina y evitando revelar cualquier opinión o información alarmante a la ciudadanía. Moore es bastante certero a la hora de apuntar como el gobierno británico es especialmente tozudo al tratar sus conflictos "internos", tratando de dar siempre una apariencia de calma, aunque las cosas no sean así en la realidad. Este tipo de crítica sale incluso de forma no tan sutil. Por ejemplo, en una conversación entre Nemo y Quatermain, Moore apunta a la rebelión mahdista, una de las tantas sangrientas guerras coloniales de Inglaterra.
Siempre con un ojo agudo en el aspecto social, el escritor inglés no descuida a sus personajes y su desarrollo. Mina sigue siendo la menoscabada líder del grupo, donde la presión social debido a ser una mujer divorciada ha mermado incluso su sexualidad –otro tabú británico al parecer- dejándola en una posición incómoda para desenvolverse, relegada siempre a acatar órdenes de otros hombres.
Quatermain parece seguir y camino similar dado a su pasado glorioso como hombre imperial a pesar de su naturaleza más bien torpe. Simplemente ya no esta a la altura de su propio mito. Es de Quatermain de donde salen los diálogos más críticos a la sociedad británica –“Fingiendo se consigue todo, Nemo. Es el gran entretenimiento británico”- y parece cansado de Inglaterra y sus esfuerzos para mantener su apariencia de superioridad.
Nemo trata de empatizar un poco con sus empleadores –mal que mal es un tecno terrorista que trabaja para sus enemigos- pero pronto se verá obligado a volver al punto en que estaba antes de pertenecer a la liga, dejando claro las intenciones de los autores respecto a darle otra mirada al imperio: es inútil, este te va a decepcionar de alguna otra forma.
Jekyll es completamente dejado de lado y es Hyde el que aparece casi por completo en este volumen. Es el personaje que más gana y su desarrollo da respuesta tanto de su estado físico como psicológico –es básicamente malvado hasta la médula- pero hasta el mal tiene una semilla de redención. Deber ser el personaje con el que Moore más se divierte al escribir.
Griffin es la extrapolación de lo planteado en el primer volumen. Es un personaje traicionero, rastrero y de malos sentimientos. La invasión y la posible aniquilación le harán mostrar sus verdaderos colores, dando una de las escenas más escalofriantes del volumen.
Conforme la invasión marciana avanza –dejando claro que se trata de una versión remozada de “La Guerra de los Mundos” de H. G. Wells- las referencia al relato original se van mezclando con las capacidades de Moore para incluir más personajes de la literatura victoriana sin abandonar su esencia literaria base. Este es uno de los aspectos que más disfruto de The League of Extraordinary Gentlemen, saber que cada personaje que aparece en sus páginas tiene todo un origen literario y que no es traicionado al incluirse dentro de esta nueva aventura.
Es hora de hablar del dibujo de Kevin O’Neill. O’Neill se caracteriza por usar la deformidad para ilustrar sus personajes, sus fondos y casi cualquier elemento en las historias que le encargan. Esto no es una sorpresa para quienes lo han seguido desde sus tiempos en 2000 A.D. o en esta misma colección. Y creo fervientemente que ese estilo tan particular hace que esta saga sea tan única en sí misma. Porque a pesar de lo “feo” en que se pueda catalogar el arte, no deja de tener una ejecución acertadísima tanto en su lenguaje narrativo como en la creación visual de cada elemento de la historia. Los mismos trípodes de la invasión marciana lucen fieles a las descripciones de Wells pero únicos respecto a sus versiones en otros medios. Este nivel artístico en el que opera O’Neill da a la colección ese carácter único y fresco.
El color corre a cargo nuevamente Benedict Dimagmaliw y que aquí se nota mucho más experto que en el volumen anterior. Su paleta es servicial a la historia y el uso de degradados ya no se sienten tan digitales como en el volumen anterior. Su capacidad para dar volumen al dibujo de O’Neill también está mucho más afinada y hace destacar secuencias tan bien narradas como el capítulo introductorio en Marte o la defensa del río Támesis.
Como es costumbre Moore anexa otro documento de apoyo para dar aún más credibilidad al mundo que rodea a la liga. “El Almanaque del Nuevo Viajero” es un apéndice que recopila las aventuras de distintos miembros de la liga alrededor del mundo, detallando todos los continentes y los distintos lugares extraños que visitan Mina, Roldán, Quatermain y Nemo. Es otro testigo de cómo Moore es capaz de escribir bajo diferentes perspectivas, metiéndose en el pellejo de los personajes y dando cierto grado de tridimensionalidad a sus personalidades.
En definitiva, este segundo volumen abordado por sus autores como todo un reto del que salen muy bien parados. La increíble capacidad narrativa de Moore, su interminable conocimiento de la literatura, su innata capacidad para usar dichas referencias, sumando al único estilo de dibujo de O’Neill y su impecable narrativa hace de este volumen un recomendado viaje. Como siempre, si quieren saber más de la referencia literarias de The League of Extraordinary Gentlemen, pueden pasar por aquí.