MR - "Saga" #054: el fin del mundo como lo conocemos
Saga nos tiene acostumbrados a cosas chocantes. A Brian K. Vaughan y Fiona Staples les encanta hacernos sufrir con los giros de la historia. Después de más de 50 números los lectores ya deberíamos estar acostumbrados a estas cosas. Pero la última entrega supero con creces la brutalidad de los números anteriores. Fue tan radical que después de todo los creadores se tomaron un intermedio de un año. Por eso hemos dedicado esta entrada a analizar lo que pasó y lo que pasará.
Publicación: 25/07/2018
Guion: Brian K Vaughan
Arte: Fiona Staples
Rotulado: Fonograkis
Reseña: Diego Saenz-Laguna
10 / 10
Si ya leyeron la última entrega de Saga ya sabrán que se cerró un ciclo en la serie. Nada volverá a ser igual. Me imagino que muchos de ustedes quedaron perplejos con las últimas páginas. En lo personal quede mudo por al menos media hora. Tenía un nudo en la garganta y una angustia terrible. Cuando me recupere del shock un pensamiento se anclo en mi mente como un parásito: ¿Por qué una historia ficticia me afecto tanto?
Quizá para explicar por qué quede tan afectado les debo contar mi historia con la serie. Empecé a leerla allá por el año 2012. Me llamo la atención dado que Brian K Vaughan era el guionista. Ex Machina, su thriller súper heroico-político me voló la cabeza. Cuando me sumergí en la lectura los trazos de Fiona Staples me cautivaron inmediatamente. Los personajes eran muy extravagantes: monos parlanchines, un robot antropomorfo con una televisión por cabeza, un tipo con cuernos, una aterradora mujer-araña. Podría seguir pero la lista es infinita. Más allá de lo interesante de los diseños lo que llamó la atención era como se expresaban. Staples es una increíble directora de actores. Las palabras que imprime Vaughan se refuerzan con las expresiones faciales de los personajes. Están dibujados de manera caricaturesca, pero sus emociones eran poderosamente reales. Me devore los primeros cuatro números y cuando me dispuse a buscar el quinto me di cuenta que faltaban semanas para su publicación. Me había enganchado a una droga que se me entregaban por raciones de veintidós páginas al mes. Seis años y cincuenta números después creo que fue la mejor forma de leer la serie. Es una historia que trata sobre crecer y definitivamente crecí mientras leía la serie. Uno podría pensar que el tema central es la familia, pero hay que recordar que la historia siempre ha estado contada desde el punto de vista de Hazel, la hija. La familia nuclear y los personajes que orbitan en torno a ella son el escenario que nos presenta una historia. Cada uno de ellos aparto en algo a la crianza de la pequeña, pero al final es ella quien pone la voz a la narración.
Ojo que se vienen SPOILERS
Saga está representado nuestro mundo. Es verdad que hay una guerra interplanetaria y un abanico de alienígenas, cada uno es único en su rareza. Pero la historia gira en torno al tópico de como el amor es capaz de derrotar al odio y la intolerancia. Aceptar la otredad y celebrarla en vez de aplastarla. En un mundo que está cada día más inmerso en el miedo y el belicismo, Saga constituye un manifestó político. Una carta de amor al pacifismo. Hablando de pacifismo ya es hora de que hablemos de lo que paso en este número.
Matar a un personaje solo por causar shock es un truco barato. Cualquier acción en una historia ficticia tiene la intención de narrar algo. Significar algo. Y es en ese punto que los autores dan en el clavo. Hay un momento preciso en que Marko pudo haber ganado la pelea, decapitado a su enemigo para terminar con el asunto de una vez por todas. Pero el duda, en el fondo de su ser ha querido vivir como un pacifista, quiere ser una mejor persona. Es la forma de construir un mundo donde su hija pueda vivir. Pero adivinen que: el mundo es una puta mierda ¿Quién les dijo que tenía que ser justo? Obviamente The Will, una persona que solo conoce el lenguaje de la violencia aprovecha esta oportunidad y atraviesa a Marko con su guantelete mecánico
La mirada de un hombre que decide no seguir el ciclo de violencia
¿La lección de todo esto? Puedes tener tus ideales claros, vivir en concordancia con ellos y tratar de cambiar la sociedad. Pero nada te asegure que las cosas vayan a cambiar. El mundo es una vorágine de caos y violencia, a veces no se puede escapar de ella. Pero no por eso hay que dejar de intentar. Puede que las cosas no cambien, pero no por eso vamos a dejar que el mundo nos cambie a nosotros. Es un tema complicado, honestamente tengo muchas más preguntas que respuestas. Además de estar excelentemente contada, lo más importante es que nos deja pensando sobre la vida. Puede ser una mierda a veces, pero hay cosas por las que vale la penar vivir…creo. Los narradores decidieron tomarse un interludio de un año, así que tenemos mucho tiempo para reflexionar y tratar de buscar las respuestas a los dilemas que plantea la historia.
Nos leemos en un año más cuando se inicie otro capítulo de esta Saga. Mientras tanto solo nos queda releer y volver a releer, quizá aprendamos algo nuevo. Espero que ustedes y yo hayamos crecido como personas para esa fecha.