"Black Panther: Who is the Black Panther?" (2005): los colmillos de la Pantera
Interrumpimos nuestra programación habitual para traerles una nueva entrega de Caballeros de la Mesa Marvel, la sección de nuestra web que pretende analizar los títulos de la línea Marvel Knights, sello de la Casa de las Ideas en que publicaron series con un enfoque más adulto y sofisticado. Y qué mejor que colgarnos de la actual popularidad de Black Panther, personaje tocado por la varita del éxito de su versión cinematográfica, al protagonizar uno de los mejores films de Marvel Studios.
En esta oportunidad, hablaremos de la segunda participación de T'Challa, pues cuenta con dos cabeceras en el sello, la primera de Christopher Priest en 1998, y la que hoy nos convoca, de Reginald Hudlin, destacado director y escritor de cine, en el 2005. Eso sí, el artículo contiene algunos SPOILERS. Quedan advertidos.
Black Panther, creado por Stan Lee y Jack Kirby, apareció por primera vez en Fantastic Four #052, del año 1966. Tuvo el honor de ser el primer superhéroe afroamericano de raza negra de Marvel y los cómics estadounidenses convencionales, pero además es el Rey de Wakanda, la nación ubicada en África que cuenta con la tecnología más avanzada del mundo, y depósito de un raro metal codiciado por todos, el Vibranium. Como ya dijimos, T'Challa actualmente pasa por el que quizá sea su momento de mayor fama, pues además de tener una película muy exitosa, cuenta con una estupenda serie regular a cargo de Ta-Nehisi Coates, y forma parte de los recién lanzados Avengers de Jason Aaron.
Reginald Hudlin —artífice de películas como The House Party y Boomerang, y productor de la gran Django Unchained—, acompañado de John Romita Jr., daría inicio a su etapa con un estupendo aunque algo formulaico arco argumental que define al personaje y el mito del manto, recontando su origen y asociándolo a los habituales problemas geopolíticos de Wakanda, en este caso externos. Y es que, aparte de que retratar las naciones africanas como países que están eternamente en guerras civiles o víctimas de invasiones, colonialismo o explotación es un tópico muy recurrido por escritores de todo tipo —nada muy alejado de la realidad, por cierto—, no podemos concebir a Black Panther sin referirnos a Wakanda, pues al igual que en el caso de Batman y Gotham, el entorno es un protagonista, incluso quizá el más importante, de las historias.
Seremos, por tanto, testigos de un recorrido por una nación orgullosa, que jamás ha sido invadida en su historia, que siempre se ha negado a participar de guerras fuera de sus fronteras, y que nunca ha sucumbido a presiones y amenazas externas. Así, el guionista nos presentaría un panorama en que el territorio se encuentra nuevamente bajo sitio, un escenario que según se nos relata, se ha repetido varias veces a lo largo de los siglos.
El otro elemento clave del argumento es su profunda carga de crítica social y política, un punto en común con la ya nombrada serie regular actual de Coates. Y es que uno de los distintivos innegables de Marvel siempre ha sido representar el mundo que está fuera de tu ventana, utilizando sus títulos para retratar hechos históricos o cambios de la sociedad norteamericana o global. Ahí tenemos, por ejemplo, a los X-Men, cuyo principal motor es denunciar el racismo o la segregación, o la presentación de héroes negros, como The Falcon y el mismo T'Challa, a medida que las personas de dicho color de piel ganaban en derechos sociales e igualdad. Incluso, se ha utilizado al mismo Captain America, personaje que para muchos lectores despistados representa valores patrióticos fanáticos del conservadurismo, para criticar escándalos como el Caso Watergate, las prisiones de Guantanámo, o hacer un repaso del panorama político de USA en la Era Trump.
En esa frecuencia, el escritor no se corta un ápice en utilizar el argumento como una poco solapada metáfora del entorno político e histórico de la época en que fue concebido el título, con el recuerdo aún latente del 11-S, la invasión a Irak y la guerra contra Afganistán por parte de los Estados Unidos de George Bush. De hecho, es este mismo gobierno que ha reclutado a un grupo de villanos bajo la batuta de Ulysses Klaw para invadir los territorios wakandianos y así ofrecer la "ayuda" de su ejército, para colonizar el país y acceder a las riquezas de sus recursos naturales, como sus yacimientos de gas, petróleo y vibranium. Incluso, la nacionalidad del grupo de villanos es variada —los hay de Inglaterra y Francia, por ejemplo—, siendo una alegoría de una coalición invasora, tal y como ocurre aún hoy, con los bombardeos a Siria como último ejemplo palpable. También hay ácidas reflexiones acerca de la religión y el cristianismo, mencionando a las cruzadas y presentando un brazo armado del Vaticano que intentará, por las buenas o por las malas, evangelizar a ese país africano lleno de 'salvajes'.
La obra es exitosa en presentarnos una nueva historia de origen de Black Panther, que es mucho más que el superhéroe estándar. T'Challa es el líder del gobierno, pero también guía espiritual, brillante estratega y símbolo del orgullo de una nación, representando valores que van más allá del universo del cómic, como el empoderamiento negro, la libertad e individualidad, y la independencia frente al imperialismo, la esclavitud y el apartheid cultural. En general, el guion está bien escrito, entregando una historia moderna y cerrada que se mueve con gran ritmo y una acción atrapante, que hace que los episodios sean interesantes, y se lean con mucha rapidez. Mediante flashbacks, sitúa al lector, explicando lo que significa Wakanda para sus habitantes y la comunidad internacional, que ansía su tecnología y recursos al mismo tiempo que temen a un país que nunca ha sido derrotado.
Lamentablemente, lo que en global es una historia muy interesante y que sin duda moderniza al héroe y su concepto, es lastrado por algunos errores que se vuelven dolorosos. Para empezar, en algunos pasajes, Hudlin escribe diálogos que son completamente anticlimáticos, casi ridículos, o chistes que no tienen asidero por el contexto o circunstancia. Por ejemplo, se hace inverosímil que miembros de una tribu africana del siglo V usen expresiones como "stay cool" o "Kiss my butt, Wakanda". Asimismo, la unión de los villanos no tuvo ningún trasfondo de peso, más allá de ser mercenarios al servicio de la venganza de Klaw; no había un plan trazado o una estrategia elaborada, sólo malosos tratando de romper cosas sin más, y algunos siendo derrotados de forma lamentable. ¿De verdad, Klaw dio todo por perdido y a la porra sólo por no poder hackear un cortafuegos informático wakandiano?.
Y por último, lo que podía dar más juego, la invasión disfrazada de ayuda por parte del ejercito del país del norte, que incluso desplegó un batallón Deathlok para llevar a cabo su misión, fue resuelto en apenas dos páginas, y en rigor, con sólo una frase de T'Challa. O sea, toda la conspiración orquestada por el despacho oval fue deshecha por un par de palabras y una mirada profunda de nuestro héroe. Raro.
En el apartado gráfico, el arte de John Romita Jr. (The Amazing Spider-Man, The Eternals) es fantástico, ofreciendo impresionantes retratos de la Wakanda antigua y moderna, y secuencias de lucha dinámicas y poderosas, incluyendo una impecable splash page que cubre el encuentro de Black Panther con el Captain America en la Segunda Guerra Mundial. Su T'Challa es altivo y distinguido, y aterrador y amenazante cuando viste el traje de la Pantera. Su porte rezuma poder y solemnidad, robándose la atención cada vez que aparece. El dibujante acá se presenta en plena forma, apoyado por su entintador habitual Klaus Janson y los colores de Dean White, conformando un equipo de lujo para un personaje de igual adjetivo.
En resumen, en la primera saga de su etapa frente a Black Panther, el autor actualiza y moderniza el mito del héroe desde su origen, definiendo en pocas páginas pero de forma certera cómo funciona Wakanda, su gobierno, ritos, tradiciones y tecnología, y estableciendo su lugar de cara al resto del mundo. A pesar de que peca de algunos errores que lo alejan del podio de obra maestra, sigue siendo un trabajo en general bien escrito y dibujado, recomendable para quienes se aventuran por primera vez con un cómic del héroe africano o para aquellos que busquen una versión moderna del personaje.
En papel
La obra acá analizada es fácil de localizar en la actualidad, pues gracias a la película del Rey Pantera, Panini Comics España se ha apresurado a editar mucho de su material clásico, noventero y actual. En este caso, el que nos interesa es el primero de su línea Marvel Collection, colección destinada a recopilar etapas completas de títulos modernos, en tomos de gran cantidad de páginas, y precio proporcionalmente conveniente.