"Thor" (2010) de Kieron Gillen: al asedio y más allá
Como dijimos en un artículo anterior, en el 2007 J.M. Straczynski fue el artífice del relanzamiento de Thor, y de la actualización moderna de los conceptos y personajes asgardianos. Sin embargo, debido a desavenencias con Marvel, su etapa quedó truncada, con apenas un apresurado e improvisado final en el especial Giant-Size Thor Finale, que en realidad dejó casi todas las tramas abiertas. La Casa de las Ideas asignaría la responsabilidad de continuar con la historia al inglés Kieron Gillen (The Wicked + The Divine, Star Wars: Darth Vader), que para aquel entonces era más o menos nuevo en la editorial, pero que después explotaría en brillantes etapas en Journey Into Mystery, Uncanny X-Men y Young Avengers, entre otras. El británico debió asumir la incomoda labor de construir su relato en bases ya asentadas, aunque de todas maneras se las ingenió para crear elementos de su propia cosecha. Lo más destacado sería, sin embargo, la participación del Dios del Trueno en Siege, el macroevento en que Norman Osborn y sus Dark Avengers cargarían contra Asgard, pues el Duende Verde no veía con buenos ojos la presencia de los heroicos dioses nórdicos en territorio estadounidense, tanto pos sus malvados planes como por un pacto secreto que tenía con el Dios del Engaño.
Así, el guionista perpetraría una corta etapa que abarcaría Thor #604-614, y el one shot Siege: Loki. Dicho villano sería el término común a todas las historias acá contenidas, pues desde la etapa de Straczynski venía tejiendo sus intrincadas maquinaciones en todos los niveles de la existencia de Thor. Desde Asgard hasta Oklahoma, desde Latveria hasta Hel, el Dios del Engaño ha involucrado a personas como el Dr. Doom, Hela, Norman Osborn e incluso Mephisto para cumplir sus siniestros objetivos. Pero cuando sus planes se descontrolan, culminando en el asedio de Asgard y el regreso de un mal antiguo tan terrible que significa la perdición para cualquiera que pronuncie su nombre, le tocará a Thor y sus compañeros salvar el día.
Su etapa está claramente dividida en tres actos. El primero viene a cerrar la trama de los asgardianos en Latveria, ya que gracias a las maquinaciones de Loki, y mientras Thor se encuentra exiliado, el actual líder Balder el Valiente ha llevado a su pueblo al corazón de aquel país gobernado a hierro por el Dr. Doom, dejándolos a merced de las garras del villano. Por supuesto, el infame dictador tendría una oscura razón para aceptarlos en su reino, el que eventualmente es descubierto por nuestros héroes, quienes deberán enfrentarse al Destroyer y a un terrorífico ejército de monstruos humanoides.
Gillen hace un excelente trabajo con estos personajes, incluso con el Dr. Doom, quien a pesar de estar siempre muy cerca de caer en la ridiculez del supervillano arquetípico, es inquietantemente espeluznante y se muestra como un oponente formidable para los asgardianos. El inglés aprieta el acelerador y muestra una importante diferencia con su antecesor, entregando números basados en la acción más clásica de genero superheroico, en un movimiento bastante lógico si consideramos que JMS construyó lentamente las tramas, y Gillen debe dedicarse al clímax.
El segundo acto abarca los tie-ins de Siege. La verdad, estos números se sienten un peldaño por debajo que los del primer arco argumental, aunque es debido a que al ser cruces con aquel evento, funcionan más bien como números unitarios mas que como una historia continua. Por una parte, son algo difíciles de comprender a cabalidad para quien no ha leído ni tiene la retroalimentación de la serie central del evento, y más aún para un lector nuevo o casual. Así, las entregas muestran el comienzo del asedio, luego saltan a la mitad y después a sus secuelas, ya que todos los hechos principales ocurrieron en Siege. Sin embargo, su principal gracia es que no se centran en Thor, sino que en héroes de su entorno como el ya mencionado Balder, Tyr el Dios de la Guerra, Heimdall el Vigilante Eterno, Fandrall el Apuesto, y por supuesto Volstagg, quien de cierta manera es catalogado como el responsable de las represalias de Osborn.
El tercer acto nace a raíz de lo narrado en Siege: Loki, y transcurre entre los números #611 y 614, etiquetados como "Siege: Aftermath". En este arco, Loki, torciendo la voluntad de dioses y hombres para su propio entretenimiento, ha desatado a un poderoso grupo de mujeres no-muertas que se alimentan de espíritus de dioses caídos, y a menos que Thor y Tyr las detengan, incluso las almas inmortales de los dioses se extinguirán para siempre. Thor y su compañero deben descender al Infierno de Mephisto para encontrar la única manera de matar a estos monstruos. De esta manera, el cómic se traza de la manera más tradicional posible: un héroe, una búsqueda, una revelación, un talismán. Incluso esta fórmula obvia no impide que la historia sea divertida de leer, pues la gran cantidad de demonios del infierno asegura un buen puñado de entretenidas batallas.
Si bien esta es una serie de Thor, y obviamente él aparece en la mayoría de los números, recalco que la estrella principal del libro no es otro que su hermano. Los trucos, mentiras, manipulaciones y esquemas de Loki llevan todos los argumentos de principio a fin. Si bien no aparece físicamente en todas las entregas, incluso cuando está ausente parece que es su presencia la que se hace sentir como el motor que revuelve a los héroes. Si consideramos que los cruces con Siege están centrados en personajes menores, la etapa adquiere un especial cariz de "antología", donde Gillen, además de tomar las tramas, también asume la herencia espiritual de JMS, al dar espacio para que brillen otros secundarios aparte del héroe del casco alado.
Para terminar, y si bien tanto Gillen como nosotros asumimos que ésta fue sólo una etapa de transición, la forma en que se construye la conclusión de la historia del escritor previo, cómo sortea los tie-ins con Siege y, finalmente, la historia original que aportó el guionista hacia los últimos números, dejan en evidencia su gran capacidad de escritura para hacer que todo funcione. Los diálogos son muy adecuados, con la clásica elegancia asgardiana, que se mezclan con una buena cantidad de acción. Igualmente interesantes son los planes y maquinaciones de Loki, además de ver cómo todo se desarrolla junto a Hela y Mephisto, también grandes manipuladores, es siniestramente agradable.
Como guinda de la torta, hay que mencionar que acá se siembran las semillas de una nueva iteración de Journey Into Mystery, también de Gillen, y protagonizada nada menos que por Loki.