Especial Action Comics - Más de 800 recuerdos que parecen como si fueran míos
Corría el año 2003, en un Estados Unidos post 11 de Septiembre —el de ellos, claramente, como si les importara las intervenciones en países sub-desarrollados— y Superman ya estaba en una posición menos cómoda: ¿qué hay que celebrar de una fantasía?
La respuesta es… Mucho.
ACTION COMICS #800
Editorial: DC Comics, Inc.
Publicación: Abr 2003
Guion: Joe Kelly
Arte: Pascual Ferry, Duncan Rouleau, Alex Ross, Tony Harris, Bill Sienkiewicz, Dave Bullock, Ed McGuinness, J.H. Williams III, Dan Jurgens, Klaus Janson, Kilian Plunkett, Jim Lee, Tim Sale, Lee Bermejo
Tintas: Cam Smith, Marlo Alquiza, Scott Hanna, Duncan Rouleau
Color: Moose Baumann, Jeromy Cox, Guy Major
Reseña: Oscar Cayul
He leído muy poco de Joe Kelly, pero finalmente creo que es hora de recorrer su etapa, todo gracias a lo que es un hermoso número de aniversario. Hemos visto de todo, desde los que derechamente no les importa dar cuenta de la cantidad de números (#100, #200, #300), los que hacen poco con eso (#400, #700), y los que parecen celebrarlo más pero con pies asentados en la continuidad inmediata (#600 y el futuro #900). En este caso estamos ante una celebración en toda norma de lo que significa el personaje, y no, no tendrá un villano sacado de la nada como el #500, será un homenaje en regla y nada más.
¿En qué consiste este número? Kelly nos relatará junto Pascual Ferry cómo Superman llega a ser quien es, esto desde que el cohete llega a la Tierra y es encontrado por los Kent, hasta literalmente cuando con el traje vuela sobre Metropolis. En el camino pasan muchas cosas, entrelazadas e íntimamente ligadas a lo que autores como John Byrne o Jeph Loeb habían llenado en todo lo que es el camino de Smalville a la gran ciudad hecho por Clark Kent —trabajo que siento que se echó por la borda con Birthright de Mark Waid—.
Cada uno de esos momentos es interrumpido por pequeños relatos hechos por un tercero respecto a nuestro protagonista, generalmente en blanco y negro, historias sencillas contadas por gente común y corriente, en un mundo donde existe Superman pero en el que perfectamente puede ser el nuestro, uno donde este súper-hombre es solo un personaje de cómics. Estos pequeños momentos son los más efectivos y exquisitos del número, dibujados por un ejército de dibujantes clásicos del personaje. No deja de enternecer ver cómo crece la familia supermaniana, con artistas que 100 números atrás ya eran conocidos de sobra como Dan Jurgens, Jim Lee o Klaus Janson, pero sumados a nuevos que ya estaban dejando su huella como Ed McGuinness, Lee Bermejo o el increíble Alex Ross.
Y estos segmentos son efectivos por el hermoso tratamiento que hace de la humanidad y lo que representa la super-humanidad. ¿Qué es Superman sino solo una suma de nuestras aspiraciones más grandes? Y no podemos soñar lo que no sea posible, no podemos imaginar lo que de alguna manera no sea una opción posible en alguna forma. No podemos levantar autos, pero como humanidad hemos dispuesto los medios para levantar toneladas. No volamos, pero hicimos los medios para volar aún más allá de nuestro planeta, hazaña imposible cuando todavía Superman solo saltaba edificios. Y quizás lo más relevante, la compasión y el afecto de Superman por otros, y en especial por los más vulnerables. Para eso no necesitamos medios, en ese aspecto somos tan súper como el kryptoniano. O él es tan humano como nosotros, entendiendo nuestra humanidad como algo que nos hace buenos, cosa que no sé si es real, pero el bueno de Clark Kent lo cree… y este número invita a creerlo también.