Especial Action Comics - 300 yardas detrás de los rusos
Llegamos a la década de los sesenta en nuestras revisiones de Action Comics. Concretamente, a mayo de 1963. Action Comics ya se había vuelto una publicación dedicada completamente a la figura de Superman, donde el personaje compartía páginas con Supergirl, la miembro más famosa de su familia. El macartismo había sido dejado atrás y la caza de los miembros del partido comunista en Estados Unidos había disminuido, pero la Guerra Fría seguía latente en la cultura norteamericana.
ACTION COMICS #300
Editorial: National Periodical Publications, Inc.
Publicación: Mayo 1963
Guion: Edmond Hamilton, Leo Dorfman
Arte: Al Plastino, Jim Mooney
Tintas: Al Plastino, Jim Mooney
Reseña: Oconowoc
Action Comics #300 se divide en dos historias con diferentes protagonistas y diferentes tonos. Como se dijo más arriba, la revista albergaba a Superman y Supergirl, mostrando el deseo de National Periodical Publications de captar la atención de niños y niñas para que compren sus publicaciones. Ya en esta época empezamos a ver nombre conocidos en los créditos de la revista, como el de Al Plastino, uno de los artistas que más dibujó al Hombre de Acero. Vamos a tratar de repasar ambas de acuerdo al tiempo donde fueran publicadas, porque me parece ver cierto eco social reflejado en ambas.
"Under the Red Sun!" es una historia bastante particular. A modo de resumen, les cuento que gracias a una trampa del Superman Revenge Squad —un grupo de alienígenas cuya existencia está dedicada a acabar con el Hombre del Mañana—, Superman queda atrapado 1.000.000 años después de Cristo en una Tierra devastada por la radiación de su sol que está muriendo, y donde todo está rodeado por una radiación roja. Como sabrán, Superman necesita del sol amarillo para obtener sus poderes, por lo que estar bajo un solo rojo moribundo lo hace completamente normal y vulnerable.
En su estancia en el futuro, nuestro heroico protagonista aprende del destino de la Tierra y cómo la humanidad abandonó su planeta de origen en busca de un mejor pasar —una versión espejo del mismo origen del personaje— y enfrenta un planeta que ha desarrollado fauna completamente distinta. La trama es la de un viaje desolador, mostrando un Superman completamente vulnerable no solo en lo físico, si no en lo mental. La soledad llena por completo la historia, y a pesar de que el Hombre del Mañana está acompañado en su viaje, no son personajes reales para él. La historia me recuerda bastante al primer episodio de The Twilight Zone –llamado "Where is Everybody?"— emitido en 1959, por lo que estimo que Edmond Hamilton, el guionista, haya tomado la premisa de la serie de Rod Serling. Al final, Superman encuentra el camino a casa, pero esta no es una historia de aventuras común y corriente, pues abunda más el pesimismo y el miedo al futuro, no por nada la sombra del miedo al comunismo se traduce en un sol rojo que le quita todo su poder al icono norteamericano.
La historia de Supergirl, "The Return of the Super-Horse", está más en sintonía con los niños de la época. Comet, el Super-Caballo que pertenece a Supergirl, aparece amnésico en la granja de una familia normal. La aventura llega de todas formas y eventualmente Comet recupera su memoria para salvar a la niña que lo esta cuidando, quedando la historia en un continuará gracias al llamado de ultima de hora de Superman, quien dice que necesita de las habilidades del caballo. Lo curioso de la historia no es el tono de la misma —desenfadado e infantil— sino que se revela el origen del animal. Y no, no es un caballo que llegó en un cohete desde Krypton. Comet en realidad es un centauro llamado Biron que vivió en la antigua Grecia. Enamorado de Circe, la hechicera decide convertirlo en un humano completo, pero la poción falla y se vuelve un caballo inmortal con los poderes de los dioses griegos.
Como ven, es una historia mucho más juvenil sin ánimo de generar dudas sobre el futuro —como sí lo hace la historia de Superman—. No quiero decir que sea una historia más enfocada para niñas, dado que está protagonizada por Supergirl, pero ciertos elementos en la historia me hacen pensar que quizás en esa época, este era un intento de captar más al público femenino sin caer en publicar un romance juvenil. Si vemos el origen de Comet, es un romance trágico muy alejado de las aventuras puras y duras de la época. También pasa mucho en cómics protagonizados por Lois Lane, donde estos elementos románticos están más presentes, aunque a veces al mismo Superman se le han dado buenos romances —como el de Lori Lemaris—. Prefiero creer que los creativos estaban enfocados en simplemente darnos una buena historia protagonizada por Supergirl y un caballo telepático.
Eso es todo por esta entrada, pero estén atentos, porque muy cerca deberíamos estar brindándoles una revisión de Action Comics #400. Y eventualmente, ese preciado numero mil.