Especial Action Comics - Ni 200 minorías raciales pueden contra Superman
Seguimos con la revisión de los 1000 números de Action Comics, repasando nueve momentos clave: sus números centenarios. Hoy, el número #200.
ACTION COMICS #200
Editorial: National Comics Publications, Inc.
Publicación: Enero 1955
Guion: Otto Binder, otros
Arte: Wayne Boring, otros
Tintas: Stan Kaye, otros
Reseña: Oscar Cayul
Después de la sencilla pero altamente entretenida historia del número #100, los cambios se notan. En principio podemos apuntar a que Wayne Boring reemplaza a Ira Yarbrough en los lápices. El estilo de Boring es un clásico en lo que a Superman se refiere, marcando un look que mantuvo su continuidad en sus sucesores fácilmente hasta la llegada de John Bryne y el cambio de statu quo del Universo DC en los ochenta. Boring, sin desmerecer el talento de sus más que dignos antecesores, muestra una profundidad que evidencia la evolución del género: un enfoque más realista en la composición de los personajes, alejándose de lo más caricaturesco que vimos en la contraparte británica de nuestro protagonista hace 100 números atrás, así como una atención mayor a detalles estéticos como el cabello de los personajes, los adornos a las vestimentas o el espacio físico donde se desarrollan, en la que una ambientación más cuidada entrega un sentimiento de pertenencia de los personajes en su entorno.
Lamentablemente, la historia de Otto Binder es un aburrimiento sublime, además de ser esa clase de artefactos culturales del pasado, curiosos de leer por su potencial ofensivo de minorías raciales. Todo parte con la llegada al Daily Planet de un indio estereotipado hablando como solo las películas antiguas de vaqueros mostrarían a los indios, con la voluntad de hablar con el gran jefe del diario. Resulta que este indio es el hijo del Gran Jefe de su tribu, un líder positivo y pacífico. Sin embargo, ha sido cuestionado por el curandero del pueblo y llamado a realizar nuevamente las pruebas que lo determinaron líder, lo que es un problema dada la edad del Jefe, y porque este curandero busca matarle. El plan de este hijo es contactar a Superman y que este lo ayude a pasar las pruebas con su gran velocidad y habilidades. Clark Kent escucha y Superman entra a apoyar el plan.
De ahí en adelante veremos las distintas pruebas, y cómo Superman le salva de muerte segura en ellas. Excepcionalmente deja que el Jefe haga solo la domadura de un búfalo, en quizás el momento visual más vistoso e interesante del episodio. Cuando Superman es descubierto después de haber hecho llover, el curandero ocupa la oportunidad para que el Gran Jefe muera en una trampa explosiva que por supuesto nuestro héroe soluciona y deja al villano de la historia entrando en sentido, confesando y lamentándose. Su castigo es perder su cargo y ser material de burla de mujeres y niños —porque, ¿qué cosa puede ser peor que se burlen de ti el escalafón más bajo de tu sistema social… y decirlo en serio?—. Finalmente, el Gran Jefe mantiene su cargo gracias a Superman y su hijo agradece al Daily Planet por su ayuda.
Una historia aburrida, burda, intrascendente, sin contar el subtexto del super-hombre blanco superando a supersticiosos y atrasados aborígenes. Por suerte, el azuloso seguía compartiendo espacios con otros personajes, así que el dinero no sería del todo desperdiciado para los niños de la época.