"Excalibur" (1994) de Warren Ellis: el fin de la inocencia
El escritor inglés Warren Ellis es una de las superestrellas del cómic, que a estas alturas no necesita ninguna presentación. Llevan su firma obras que son clásicos indiscutidos del noveno arte, como Planetary y The Authority. Para Marvel, resaltan títulos como Nextwave y Thunderbolts. Sin embargo, todo camino a la grandeza tiene su inicio, y todo gran autor tuvo que pasar por series menores antes de lograr obras maestras. Es por eso que haremos un pequeño repaso a uno de los primeros trabajos del escritor en el cómic estadounidense: veamos qué se trae el Excalibur de Warren Ellis.
Como dijimos en un artículo anterior, Excalibur es una de las tantas series que han formado parte de la franquicia mutante. El título nació de la mente de Chris Claremont, legendario escritor de la mejor etapa que haya existido de Uncanny X-Men, en un momento en que la familia mutante estaba en franca expansión. Entre las series nuevas, había una que brillaría con luz propia, por su idiosincrasia especial y acento inglés: Excalibur.
Tomando como punto de partida la saga "Fall of Mutants", tras la cual la mayoría de los X-Men fueron dados por muertos, Nightcrawler, Kitty Pryde, Lockheed y Rachel Summers deciden trasladarse al Reino Unido y formar un nuevo grupo junto a Brian Braddock y su novia Meggan Puceanu. El debut del grupo sería en 1988, en el especial Excalibur: The Sword is Drawn. Para la creación de tan prometedora serie, que pronto se ganaría el beneplácito del publico, contaría con la ayuda del sensacional dibujante Alan Davis, que firmaría uno de los mejores trabajos de su carrera.
Después de dos monumentales etapas, una a cargo del tándem Claremont/Davis y otra con el buen Alan como autor completo, la serie caería en un período insulso, con una calidad cuestionable y poca relevancia.
Correrías de un bastardo inglés
Sin embargo, la entrega #083 (1994) sería el debut de un nuevo escritor regular, nacido en la tierra de Churchill, pues Marvel debió pensar que nada como un autor inglés para una serie que transcurría en dicho territorio. Warren Ellis, que en ese momento era prácticamente un desconocido, pues venía de realizar sólo algunas colaboraciones en la editorial, reencaminó el título hasta un lugar bastante honorable. Los aficionados notaron que la serie retomaba una creciente calidad y coherencia, y los personajes recuperaban su antigua identidad, a la par que introducía unos nuevos. Ellis hizo suya la cabecera, dotándola de una seriedad que hábilmente rompía con un humor negro clásico, marca registrada de su pluma. Bajo ella, Excalibur se volvió uno de las series mejor dialogadas de Marvel.
En ese tiempo, el grupo estaba formado por Kitty Pryde, Nightcrawler, Meggan, Brian Braddock, Amanda Sefton y Douglock, con su base de operaciones en el centro de investigación de la Isla Muir en la costa de Escocia. A ellos se unió una creación nueva de Ellis, Peter Wisdom. Éste era una especie de John Constantine mutante, pues era mal hablado, cínico, fumador y bebedor empedernido, y dueño de un pasado misterioso y trágico. Su presencia, desagradable para algunos de los miembros, fue especialmente antagónica con el positivismo y luminosidad del carácter de Kitty Pryde. Pero como los opuestos se atraen, la relación de ambos evolucionó hasta un polémico romance, sellado con un beso bellamente dibujado por el español Carlos Pacheco. En USA, muchos lectores levantaron la voz en protesta, al ver que la eterna niña que conocimos en Uncanny X-Men daba un salto a la adultez mediante el amor de un hombre mucho mayor que ella y con hábitos con los que dudosamente podría ser catalogado de héroe, o de buen ejemplo para juventud.
La influencia de Wisdom no se detuvo ahí, sino que sus actividades como miembro de la agencia gubernamental de espionaje Black Air sirvieron como excusa para que Ellis llevara las aventuras del grupo hacia el terreno que más le acomoda: espionaje, misiones de operaciones encubiertas, conspiraciones gubernamentales y tramas de bio-horror del tipo The X-Files. Acá encontraríamos todos los elementos que a la postre harían famoso a Ellis. El tono y la jerga británica es muy utilizada por los personajes, y aunque quizá sea el título de superhéroes más tradicional de su carrera, ya hay atisbos de su "verdadero" yo: ingenio, astucia, ideas locas y, sobre todo, el clásico antihéroe de Ellis.
El espía que vino del Támesis
Wisdom es el bastardo prototípico de Ellis. Como ya dije, es fumador y amante del whisky, con un cáustico sentido del humor y un pasado que lo atormenta. No es necesariamente un héroe, y aunque ha hecho muchas cosas malas, en el fondo es un buen tipo. Su mantra de "hacer lo que se necesita hacer" es una forma de justificar con su propio cinismo el bien que hace por los demás. En él hay elementos de Spider Jerusalem, Jenny Sparks, Elijah Snow y todos los otros personajes con gabardinas escritos por el guionista en momentos posteriores de su carrera.
Lo que diferencia a Wisdom de tantos antihéroes de finales de los ochenta y principios de los noventa es su genuina renuencia a volver a matar. La primera vez que lo vemos, se encuentra en un campo de terroristas muertos, a todos los cuales ha masacrado, en medio de una crisis nerviosa que lo derrumbó en lágrimas. De ahí en más, realmente quiere encontrar una manera de mejorar las cosas, y la encuentra uniéndose a Excalibur. No es un asesino impenitente como The Punisher, y las cosas que hizo en su sombrío pasado no pueden atribuirse al control mental como con Wolverine. Hizo todo lo que hizo como agente de la inteligencia británica, y ahora quiere dejar eso atrás. En el fondo, sólo quiere redención y paz.
Peter encontró esa redención en Kitty Pryde. Kitty se unió a los trece años a la escuela de Xavier y era la hermana pequeña de todos. Pero Ellis la llevó al siguiente nivel, retratándola segura de sí misma, con una inteligencia por sobre la media, un temperamento desagradable que hacía todo lo posible por mantener a raya y con un sentido del humor acorde con el hosco de Wisdom. Y entonces, se enamoraron. Nunca fue una relación fácil, pero trabajaban brillantemente como pareja. Eran el corazón y el alma de Excalibur, y funcionaron tan bien que obtuvieron su propia miniserie spin-off.
Protagonistas y reparto
Por supuesto, no sólo de Pryde y Wisdom vive Excalibur. Los miembros fundadores Nightcrawler, Meggan y Captain Britain aún estaban allí, pero cada uno había cambiado desde aquel número inicial. Kurt Wagner se había convertido en el líder del equipo, tomando una actitud proactiva, haciendo lo posible para guiar al grupo en la dirección correcta. En esta etapa, junto a Carlos Pacheco, le dieron a Nightcrawler el primer gran cambio de imagen que el personaje tuvo en sus casi quince años de historia. Brian Braddock, en tanto, había regresado recientemente de un periplo por la corriente temporal y había asumido un nuevo nombre código, Britannic. Megan solía ser sólo personaje de apoyo para su novio, pero Ellis amplió su poder, centrándose en sus habilidades elementales, convirtiéndola en uno de los miembros más poderosos del equipo.
Además, Ellis heredó un par de adiciones recientes al grupo, como por ejemplo, la Dra. Moira Mctaggert, genetista que buscaba con ahínco la cura para el Legacy Virus, una enfermedad que había sido diseñada para matar mutantes, pero que ya había sido contraída por su primera víctima humana: la propia Moira. Junto a ella está Rory Campbell, un psicólogo que trabaja con algunos de los mutantes problemáticos en la isla, y que es perseguido por una visión del futuro donde se convirtió en el villano odia-mutantes Ahab. También está Douglock, un ser tecno-orgánico con un pasado enrevesado digno de un cómic de X-Men, y que ahora era una figura de tipo Pinocho, el pequeño chico de metal que quería ser real. Y finalmente, Daytripper, la novia y hechicera de Nightcrawler, hija de Margali Szardos, una de las peores enemigas del grupo.
Si eso no fuera suficiente, durante la estadía del guionista se agregaron dos personajes más. Rahne Sinclair, mejor conocida como Wolfsbane, ex-miembro de X-Factor y New Mutants, que regresó a la Isla Muir cuando supo que Moira, a quien considera su madre, estaba enferma. La otra adición fue el famoso hombre-x Colossus. Recientemente, Piotr Rasputin había abandonado a los X-Men para unirse a los Acolytes de Magneto, aunque luego de la destrucción del Asteroide M vino a Muir para reavivar su relación con Shadowcat, sólo para encontrarla con un nuevo amor. En uno de los momentos más dramáticos de la serie, un herido, desorientado y desgarrado Colossus casi mata a golpes a Wisdom. Ellis trabajó para redimirlo, trabajando en algunos de los problemas que condujeron a su deserción y su comportamiento errático en los últimos años.
Aventuras en la Eurozona
Uno de las mejores aspectos de la etapa es la cantidad de tiempo dedicado a la interrelación de los personajes, con varios episodios donde apenas hay acción o villanos, y con conflictos que se basan en el carácter. Las misiones de campo, como dije anteriormente, están principalmente dirigidas hacia el espionaje, y a llevar al equipo a transformarse en una fuerza de paz más que de lucha. Ellis construyó una gran trama que abarcó desde el #086, con una misión en Genosha, hasta el #100, que rozó tangencialmente al evento "Onslaught". Las pistas estaban ahí desde el principio, y fueron reveladas poco a poco. En ella, involucró a Black Air, la agencia británica que investigaba lo paranormal, la rama londinense del Hellfire Club y la hechicera Margali Szardos, la madre adoptiva de Nightcrawler. Fue una gran historia que ató todos sus cabos sueltos, con míticos demonios ocultos debajo de Londres, un Club Fuego Infernal completamente nuevo, conspiraciones y ciertas revelaciones sobre la mascota de Kitty, el dragón Lockheed.
Una de las cosas que jugó a favor del escritor y de nosotros los lectores, es que sus planes se vieron muy poco afectadas por las dos grandes sagas mutantes que transcurrieron en ese período, la ya mencionada "Onslaught" y "Operation: Zero Tolerance". Si la primera apenas fue factor en la construcción del primer macro-arco, la segunda sólo fue nombrada por los personajes, sin su actuación en alguna batalla. De todas formas, fueron sagas que golpearon fuertemente en el estado anímico de Kitty, Piotr y Kurt, dada su cercanía con el Professor X. De lo que no se salvarían fue de la cristalización del cristal M'Kraan y de la participación del título en "Age of Apocalypse", periodo durante el cual la cabecera pasaría a llamarse X-Calibre. En esta realidad paralela, Kurt dirige un equipo en busca de su madre, Mystique, pues es la única que conoce el paradero de Destiny, mutante precognitiva que es una de las claves para derrocar al tirano Apocalypse, mutante que asfixia al mundo y la humanidad con su darwinismo salvaje. Nightcrawler es acá un personaje endurecido e implacable, capaz de cualquier cosa con tal de cumplir con su misión. De hecho, una de las escenas más recordadas es cuando decapita a Deadpool, teleportando su cabeza lejos de su cuerpo.
Si tuviésemos que hablar de aspectos negativos, estos sin duda pasarían por el dibujo. La parte artística fue, por decir lo menos, problemática, al punto de que en el transcurso de veintiún números de la serie regular, hay hasta doce dibujantes, con algunas entregas en que participan hasta cuatro ilustradores. Ni siquiera fue el caso de que un episodio hubiese un artista, y al siguiente otro, sino que a veces las mismas escenas se dividían entre dibujantes. Por ejemplo, una escena de lucha que comenzaba con el estilo superheroico clásico de Ken Lashley, terminaba en la altamente estilizada, y odiada, obra de Larry Stroman. Aún así, hay algunos artistas muy notables involucrados. El ya mencionado Ken Lashley, que al día de hoy a vuelto a trabajar en Marvel, fue el nombre más habitual al principio de la etapa. Terry Dodson, posteriormente artista superestrella, hizo algunas páginas por aquí y por allá. El también mencionado español Carlos Pacheco fue a su vez un habitual desde los números #095 y #103, y aunque no participó en todos ellos, su trabajo fue deslumbrante, especialmente en el diseño de los nuevos uniformes de Kurt y Meggan. El artista que hizo la mayoría de las páginas durante su estadía fue Casey Jones, que hizo un trabajo que, a pesar de no ser santo de mi devoción, tenía un estilo que confirió al título una personalidad definida.
Y para redondear su trabajo, Ellis también escribió Pryde and Wisdom, miniserie de 3 números en que los protagonistas, cual Mulder y Scully, deben detener a un asesino en serie que parece utilizar técnicas de alquimia para sembrar el terror en Londres. En ella, descubrimos más del pasado y relaciones familiares del mutante de los cuchillos de fuego, y donde se afianza aún más su relación con Kitty.
En palabras de despedida en el último número de la serie, el #125, Ellis diría que "los dos años en que escribí Excalibur fueron en los que más crecí en el aspecto creativo. También han sido los más difíciles en mi carrera hasta la fecha. Me entristece ver la cancelación del título, pero me quedan dos años de coloridos recuerdos en mi escritorio, de trabajar con la editora Suzanne Gafney, con excelentes artistas como Casey Jones y Carlos Pacheco, y tantos otros que estuvieron conmigo e hicieron lo mejor posible. Los recuerdos son demasiado buenos. Adiós, Excalibur. Adiós a ustedes, la audiencia. Nos vemos."
Resumiendo, la etapa está compuesta de 28 números en total, desglosados en Excalibur #083-103, X-Calibre #001-004 y Pryde and Wisdom #001-003.
Para finalizar, hay que decir que Excalibur de Warren Ellis fue un título diferente al de la mayoría de sus contemporáneos noventeros. No se empantanó ni perdió el rumbo en crossovers y eventos, y sirvió para forjar el carácter del escritor y su grupo de eclécticos mutantes. Combinó la acción con el drama y la comedia para crear una serie agradable y memorable. Sin duda, un gran recuerdo para los aficionados a los X-Men, y una joya en bruto a descubrir para quienes quieran conocer los primeros trabajos de Ellis.