Historia y memoria en la historieta hecha por mujeres
Autora invitada: Katherine Supnem
Imagen de cabecera por Desobediencia Visual
En Chile tenemos un museo dedicado especialmente a la memoria, no como el mero acto de recordar un compilado de cosas, sino como la acción permanente de almacenar, preservar y resguardar la historia. Una de las acepciones que podemos encontrar de la palabra historia es la siguiente: “Conjunto de acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social”. Sin estos datos recopilados y resguardados, tanto los individuos como las comunidades sociales pierden su pasado, las bases de sus cosmovisiones y la mayor parte de las veces, vuelven a cometer los mismos errores como sociedades: aceptar a los dictadores, creer que la democracia sólo se ejerce rayando un voto o pensar que las mujeres no hacen o no les interesan los cómics. ¡Chan-Chan! Claro, porque si se enseñara algo de historieta en las escuelas de arte, o hubiera un centro de memoria, un museo de la historieta chilena, o en las universidades donde se enseña historia del arte se hablara de las autoras de cómics, saldrían varios nombres de mujeres historietistas a la luz, editoras, guionistas e ilustradoras que hicieron cómics para las revistas a pulso que sacaron algunos artistas desde los años sesenta o incluso antes, pero en este punto me adentraré en otro post.
Un compilado o antología de mujeres historietistas cumple el mismo efecto que la memoria, permite preservar el presente, el pasado o ambos como un registro estético e ideológico (ya que cada autora posee un estilo propio para expresar una idea o cómo vivencia el mundo), para las nuevas comunidades de mujeres historietistas que vengan en el futuro y busquen su pasado y las comunidades de personas interesadas en el cómic de autor o independiente, que quieren leer estos relatos no industriales y muchas veces marginales, catalogados como “Cómic femenino” como si esa categoría existiera y fuera un género literario, pero no lo es. ¿O acaso las historietas hechas por hombres son catalogadas como cómic masculino en las reseñas o críticas de cómics? Para saber más sobre este tema les invito a leer el manifiesto de autoras de cómics al que adhiero y del que participo a la distancia con las autoras que lo formularon.
Preservar la historia, ser una vitrina de autoras no publicadas o ya no publicadas, objeto de memoria nacional, muestrario estético, relatos compilados de este siglo, como quiera llamársele, siempre su función implícita estará al servicio de la memoria y de la historia de las personas y las artistas que vengan en el futuro para decirse que existimos más allá de las labores domésticas y para ser imitadas por niñas y adolescentes.
¿Qué hay de nuevo en Chile al respecto?
Se viene Brígida, el tercer compilado chileno de historietas hechas por mujeres, impulsado autogestivamente por las dibujantes de cómics Sol Díaz y Marcela Trujillo, y las socias de la Galería Plop! Patti Aguilera e Isabel Molina, teniendo como hermana a Tribuna Femenina Cómix , revista impulsada por Melina Rapimán en el año 2009 aproximadamente y que tiene pendiente su próximo número dedicado a los monstruos, además de la hermana Tetastristes Cómics, revista impulsada por la colectiva de mujeres cis y trans que lleva el mismo nombre desde el año 2015 y que sigue vigente en el underground.
Esta revista pretende ser un compendio de autoras chilenas y latinoamericanas bajo el nombre celta de la diosa del fuego y santa cristiana Brígida, traducido también como “La Exaltada”, sin olvidar que la primera acepción que las llevó a nombrar la revista es el neologismo chileno que todos conocemos y que se usa para exaltar las características de algo, decir también que es denso, muy bueno o que da miedo, entre otros significados.
Las artistas que participarán en la revista son mujeres ilustradoras y otras comiqueras, dedicadas o no netamente a la historieta. Dentro de los nombres citados en el último capítulo de La Polola Podcast del mes de febrero son: Sol Undurraga, con la portada a color de la revista, cuyos interiores serán en blanco y negro sobre papel rosado en su primera edición. Luego viene Margarita Valdés con una doble página en medio de la revista y la guarda será realizada por Aranda Mijargos, autora mexicana y única extranjera en esta primera versión.
También participarán de ella Florencia Olivos, Catalina Bu, Katherine Supnem, Magdalena Armstrong, Camila Barrales, Sofía Garabito, Toto Duarte, Paloma Valdivia entre otras que podrán verse cuando se realice el lanzamiento en el mes de abril. Cada página de autora será una en blanco y negro, con temática libre. Las gestoras de la revista participarán en ella, a su vez, realizando edición y selección de autoras, las que ya están determinadas para los cuatro números anuales que pretende tener la revista, además de las secciones particulares permanentes. En el caso de Marcela Trujillo realizará pequeñas entrevistas dibujadas, Sol Díaz dibujará sobre música, Patti Aguilera dibujará sobre gastronomía e Isabel Molina escribirá sobre ilustración y cómics. Esta modalidad no es nueva en Latinoamérica pero sirve, como se dijo en el apartado anterior, a la memoria de la historia del arte. Esperamos también descubrir a nuevas historietistas de regiones apartadas del centro de Santiago a dibujantes extranjeras.