Camino a Avengers: Infinity War – "Iron Man 3" (2013)
¡Bienvenidos a la Segunda Fase del Marvel Cinematic Universe! Con The Avengers cerrando la Fase Uno en un completo éxito a nivel mundial, Marvel Studios se convirtió en una de las compañías más redituables en Hollywood y el nuevo eje de referencia para las películas de superhéroes en la industria. Su primera entrega para el año 2013 fue el cierre de la trilogía cinematográfica de Iron Man, con Robert Downey Jr. de nuevo al frente liderando el camino. Iron Man 3, este primer paso en la nueva fase, es tal vez el film más divisorio que ha lanzado el estudio en términos críticos.
Empecemos con una breve retrospectiva de ciertos aspectos básicos para entender dónde debemos posicionar a Iron Man 3 dentro del gran entramado del MCU. Cronológicamente, la película sucede aproximadamente entre 8 y 12 meses después de los hechos acontecidos en The Avengers, y su lanzamiento creó un nivel de expectativa increíblemente alto en la comunidad lectora, principalmente porque el antagonista de turno era The Mandarin, el clásico archienemigo de Tony en los cómics, cuya aparición fue aplazada hasta esta tercera entrega.
Marvel realizó un marketing inigualable en torno al film. El casting de Sir Ben Kinsgley como The Mandarin y su aparición como el líder de The Ten Rings en los trailers nos prometía un filme centrado en la acción pura y dura, donde nuestro héroe recibiría la máxima prueba a su temple desde los hechos acontecidos en la invasión de New York.
El resultado final no podría ser más alejado de lo anunciado. Y aunque el consenso general de los fans es que Iron Man 3 es la peor entrega de la trilogía, el film fue un éxito comercial a nivel mundial, igualando por poco la recaudación en taquilla de Los Vengadores.
Es bien sabido que éxito comercial no es sinónimo de calidad en lo que se refiere a las entregas de los estudios; sólo hay que revisar las cifras de recaudación de las películas ganadoras al Premio de la Academia para entender esta idea. Iron Man 3 ha sido golpeada por todos los frentes, por fans y la crítica, que se sintieron decepcionados ante su premisa y el giro de su trama. Aunque no pretendemos redimirla en estas líneas, nos parece correcto decir que la historia de la cinta tiene un sabor diferente y una propuesta riesgosa que apela más al entretenimiento del fan casual que al respeto por la continuidad preestablecida por los cómics del personaje. Y eso no es algo necesariamente malo.
Con un cambio completo en la dirección, en esta ocasión tenemos a Shane Black, reconocido por sus trabajos anteriores en la franquicia de Lethal Weapon (Arma Mortal) y por el film independiente Kiss Kiss Bang Bang. El director recibe las riendas de Jon Favreau, quien se separa del frente citando las clásicas diferencias creativas, pero que se mantiene en su rol como Happy Hogan, el ahora cabeza de seguridad de las Empresas Stark. Shane no solo dirigió el film, también escribió el guion y es el total y absoluto responsable del giro de trama que sufrió The Mandarin.
La estructura de la historia es completamente original, pero toma elementos de historias clásicas de los cómics tales como “Extremis”, “World’s Most Wanted”, “Armor Wars” y “Enter The Mandarin”. Todo inicia con un flashback en el que Tony conoce a Maya Hansen (interpretada por Rebeca Hall) y ésta le da a conocer su trabajo en una fórmula de regeneración con propósitos médicos. Tony y Maya se cruzan con Aldrich Killian (interpretado por Guy Pearce), el CEO de la naciente A.I.M. quien también quiere intercambiar conceptos técnicos con Tony. Siendo fiel a su patrón de comportamiento, Tony se deshace de Aldrich y tiene una aventura de una noche con Maya.
De vuelta al presente, Tony se ha desentendido de Stark Industries, delegando todo el trabajo a Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) y a su nuevo jefe de seguridad Happy Hogan. A pesar de tener una relación modestamente estable con Pepper, Tony pasa los días encerrado en su taller diseñando y ensamblado nuevas variaciones del Iron Man sin poder dormir. La primera armadura que le vemos usar en el film es la Mark-42, la cual es bastante reminiscente de la armadura Extremis de los cómics, ya que Tony puede llamarla usando sensores estratégicamente inyectados en su cuerpo. Una figura del pasado regresa cuando Aldrich Killian reaparece en Industrias Stark para invitar a Pepper a unir esfuerzos con A.I.M. en el desarrollo de tecnología neuronal, lo cual no sienta bien con Happy.
Mientras, el mundo recibe constantes amenazas del líder de The Ten Rings. The Mandarin interviene las señales televisivas constantemente para lanzar un ultimátum al pueblo americano y ofrece aleccionar a su presidente si no retira sus fuerzas de ocupación del medio oriente. Happy decide investigar un poco por su cuenta qué se trae entre manos Killian, y su curiosidad lo lleva a tener contacto directo con Extremis de una manera que casi le cuesta la vida. Tony toma el ataque a Happy como algo personal y amenaza directamente a The Mandarin, diciéndole su dirección en señal abierta. La reacción natural de Pepper es asustarse y exigirle a Tony una segura retirada, mientras Maya Hansen regresa para darle un aviso a Stark.
La llegada de Maya coincide con un ataque a gran escala de los esbirros de The Mandarin, quienes destruyen por completo la mansión de Tony. Éste logra poner a resguardo a Pepper usando el Mark-42 y luego Jarvis usa la misma armadura para ponerlo a salvo, llevándolo a Tennessee siguiendo un plan de vuelo precargado en el sistema. A partir de este momento nos toca a ver a Tony sobrevivir con la tecnología más básica, mientras descubre la verdad sobre The Mandarin. Su investigación lo lleva a Florida, donde descubre que el villano sólo es una fachada creada por Killian para obtener financiamiento militar para completar el trabajo con Extremis. Maya estaba alineada con él desde un principio y su rol fue capturar a Pepper para obligar a Tony a trabajar con Killian.
A nivel visual, la película logra impactar mucho con sus escenas amplias, llenas de efectos visuales que muestran los usos más creativos para el Extremis como arma y la capacidad de Tony para manipular el Mark-42. Puntos adicionales para la vistosidad del “House Party Protocol” en el que las 42 armaduras de Tony le ayudan a desarticular la operación de Killian, a la vez que su fiel amigo Rhodey Rhodes le ayuda a rescatar al presidente de los Estados Unidos mientras recupera su armadura de Iron Patriot.
En líneas generales podríamos decir que Iron Man 3 es un inicio competente para la Fase Dos del MCU, pero que realmente sirve como epílogo a la Fase Uno. No hay una visión general hacia el desarrollo de las otras franquicias y ni siquiera la escena post-créditos hace algo por revelar qué viene a futuro. Este film fue muy vapuleado en su momento, pero su factor de entretenimiento es alto si dejamos de un lado el puritanismo que nos identifica a los lectores. Luego de este film, Robert Downey Jr. coqueteó con la idea de retirarse del personaje, pero el posterior anuncio de su renegociación de contrato con Marvel Studios aseguraría que lo veríamos repetir su actuación unas cuantas ocasiones más a futuro. ¡Nos vemos la semana que viene para conversar de Thor: The Dark World!
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