[Entrevista FIC 2017] Marco Tóxico: «Los autores más interesantes están en el lado de la autoedición»
En el marco de la FIC 2017, pudimos entrevistar al artista boliviano Marco Tóxico. Si quieres saber más de él, puedes ver esta pequeña ficha que hicimos cuando se anunció como invitado. Disculpen la tardanza, pero les dejamos sus palabras sobre el panorama latinoamericano, boliviano, sus influencias y su obra. ¡Que lo disfruten!
Cuarto Mundo: Marco, para partir la entrevista, ¿cómo ves la escena del cómic chileno en comparación con la escena boliviana?
Marco Toxico: ¡Ahh, qué pregunta más interesante! Casi desconozco la escena del cómic chileno, en general la referencia más grande que tengo es Condorito porque es como un ícono a nivel latinoamericano. Digamos que cuando piensas en cómic de este país, es lo que se te viene más rápido a la cabeza. Claro que me refiero a unas épocas donde Condorito tenía algo gracioso y demás pero después es como patético, ¿no?
Si partimos de ahí creo que el principal punto de comparación entre ambos es que Chile con Condorito, Argentina con Mafalda o Patoruzú, Brasil con Mônica (Mónica y su pandilla en Hispanoamérica), México con Memín (Memín Pinguín) son países que crearon personajes icónicos para la historia del cómic latinoamericano. Bolivia no tiene eso, probablemente El Cuy de Juan Acevedo en Perú podría ser similar, pero quizás mi país, Ecuador, Colombia y Venezuela no han logrado estar en eso.
CM: ¿Y respecto a la producción?
Creo que en los dos (Bolivia y Chile) hay una movida interesante de autores más alternativos que masivos, creadores alternativos más ligados al fanzine y la autoedición. En ambos lugares hay cosas mucho más interesantes que en el panorama más comercial creo yo, eso es para mi gusto. Bolivia igual, es un lugar mucho mas chico con muchísima menos producción, con muchísimo menos autores pero creo que sí hay unos espacios similares. Los autores más interesantes están en el lado de la autoedición.
Sobre la actualidad como te digo, quizás no te podría dar una imagen porque no leo mucha historieta chilena. En general creo que conozco poco y de lo que conozco me gusta mucho el trabajo de Cristiano por ejemplo, he visto sus cosas desde hace tiempo . Me gusta Maliki, sobre todo la parte mas autobiográfica que tenía. Me gusta mucho Jorge Quien, me gusta mucho Vicho Plaza y lo que hacía Rodrigo Salinas igual me agrada mucho.
CM: Tú hablaste del ambiente latinoamericano, ¿cuál crees que es el elemento diferenciador de nuestro cómic respecto al europeo o norteamericano?
MT: Lo que nos destaca es tener que pelearla mucho en el blanco y negro. Salvo algunas casos como Argentina, que es como un monstruo y Brasil igual, generalmente la gran movida es la autoedición y las editoriales chicas. Definitivamente hacer una editorial mediana o autoeditarte tiene como marca distintiva el blanco y negro. Perú, Colombia e incluso Argentina con sus constantes crisis arrojan una nueva camada de gente que hace cosas así, entonces me parece nuestra marca más distintiva.
También es un poco una marca relacionada con lo nacional. O sea, la identidad latinoamericana que es un poco arreglártela con lo que tienes: no puedes publicar todo a colores, no puedes publicar en couché de doscientos gramos cada historia. Bueno con lo que tenemos, las fotocopias en blanco y negro, haremos algo.
CM: Viéndolo por la misma linea que mencionaste tú, ¿qué agregas a tu trabajo para que destaque como algo latinoamericano?
MT: Creo que son dos cosas diferentes. Hay varias partes de mi trabajo, una de ella es mi historieta, que al ser un poco más intimista quizás cae en el error de no ser tan latinoamericana de por sí. Podría ser de muchos lugares pero siento que no se preocupa por representar el ambiente, lugar o momento político, más bien es de introspección.
Pero sí está en mi ilustración con dos marcas fuertes. Una es el uso de la iconografía que me gusta, siempre me ha atraído todas estas deconstrucciones de las imágenes más pop. O sea, esto de tomar un Inti, un Viracocha, una mascara de diablo, una puerta del sol y transformarla. Cosas que son como especificas de una cultura como la boliviana y sus alrededores, me gusta tomar eso y mezclarlo con esa influencia que tengo de la historieta under.
Y específicamente quizás como boliviano, e incluso como paceño, creo que son los colores. Es algo que muchas personas me hicieron notar, que mi trabajo tiene mucha influencia de los tonos propios de la estética andina. Me refiero a los aguayos, ese tejido tradicional. Tiene mucho contraste, muchos colores chillones, vibrantes y eso también se replica en la calle. Si caminas por La Paz verás muchos banners, gigantografías, impresiones fuera que dicen "dentista", al lado se cambian dolares y se copian llaves ¡Se forma una ensalada de colores que te revienta la cabeza! Parece, no sé, Tokio, hay como un gusto por esas combinaciones.
CM: ¿Es un referente arquitectónico?
No sé si acá llegó a hablarse de lo que hace Freddy Mamani, un arquitecto boliviano, trabaja en algo llamado "cholets" o "arquitectura cohetillo". Se dedica a casas y sobre todo a salones de fiesta, pero lo hace como si los pintara algún tipo con psicosis encerrado en un psiquiátrico. Otorga un color distinto a cada pedazo, todos son fluorescentes en interiores, espejos y luces led de colores. ¡Es famosísimo! Decora casas carísimas, pero con toda esa estética "chola" del gusto por los tonos chillones.
Hay una estética general que nos cubre a todos, nunca ha sido mi intención llegar a eso y no es que lo deteste, pero implícitamente está en mi trabajo y la gente lo ve. Precisamente parte del gusto que alguna vez tienen por lo mío es porque ven un uso del color raro, distinto al que están acostumbrados. Me parece que funciona por eso lado.
CM: En ese sentido, ¿cómo podría definir tu estilo si tuvieras que darle unas palabras breves o un nombre?
MT: Bueno, justo hoy vino un chico y me dijo que mi estilo le recuerda mucho a la psicodelia. Creo que mucha gente lo asocia a la experiencia psicodélica, al ácido, a toda esta cosa de los viajes con droga. Lo mío bebe de dos lugares: la primera es toda la influencia de la historieta under, alternativa o indie, principalmente de los años sesenta en adelante como Robert Crumb, Charles Burns y sobretodo Daniel Clowes. Son gente que dibuja otra cosa pero me gusta mucho su estética de lo grotesco.
Por otro lado yo estudié diseño y arte, en esto último me especialicé en grabado. Ahí está presente Goya, José Guadalupe Posada y un montón de artistas que tienen un dibujo muy potente, es una estética que da para mucho debido a la "inversión del trabajo". En la pintura vas añadiendo luz, en cambio en el grabado vas "quitándole imágenes a la sombra" porque trabajas con el oscuro. Quizás eso da lugar a la cercanía estética de ese estilo con la oscuridad, lo feo, lo grotesco y lo pesadillezco.
CM: ¿Por qué te acomoda tanto este estilo en sí y este formato? Porque podemos ver en tus trabajos que la edición es en una página más pequeña.
MT: El formato del papel es simple, básicamente porque es el más barato de imprimir, simple y llanamente eso. Es un tamaño de más o menos "medio oficio" donde es sensato manejar esto. Si quisiera ser una cosa tipo cómic americano podría hacerlo, pero saldría muchísimo más caro por ser un formato más grande. Se desperdicia más papel y todo.
Hay ediciones en Bolivia de gente que publica en formato comicbook, pero claro, sale mucho más caro y es una editorial la que esta detrás. La misma empresa que publica Marvel en Bolivia los edita a ellos, entonces pueden pagar una edición mas grande. Como me edito yo mismo me apego a los formatos que más me convengan y así lo trabajo.
CM: Queríamos preguntarte cuál era tu influencia, en qué te fijabas para inspirarte al hacer ilustraciones y cómo das uso a la paleta de colores
MT: Mi trabajo del color es relativamente más sencillo por un lado. Tengo mucho de autodidacta en la parte digital, entonces cuando yo trabajaba en la computadora no me gustaba que a veces yo coloreaba y se veía bien, pero cuando salía impreso los colores estaban opacos. Los pigmentos son sustractivos y mientras más se van cubriendo, se ponen más opacos. Se van ensuciando y se van opacando, mientras más puros estén son mas fuertes.
Yo que había aprendido eso comencé a poner los colores puros, magenta al 100% y lo demás los más limpios posible y me gusta mucho más la impresión. Sin duda el color es bestialmente más intenso, entonces dije que para mí esa era definitivamente el camino y comencé a trabajar por la misma línea en base a eso
Si ves muchos de mis trabajos tienen una paleta muy limitada, lo que busco es el alto contraste, por eso el verde, el rojo, el cyan y el amarillo. Trato de crear esta sensación visual que te llame la atención, es indudablemente una cosa potente .
CM: Volviendo un poco al tema de Bolivia, ¿cuál es tu autor boliviano favorito? ¿Cómo podrías definir tu favoritismo por tus colegas?
MT: Creo que en el mundo de la historieta hay cuatro autores que son el canon de la historieta actual en Bolivia. Frank Arbelo, que si bien es cubano vive hace 20 años en La Paz, tiene una carrera como historietista, ilustrador, cartelista,diseñador ¡Es super respetable! Otro es Alejandro Salazar (Al-Azar), humorista de prensa quien también hace historieta y mucho humor político en periódicos, como en el diario "La Razón". Es glorioso y un tipo muy, muy clave.
Álvaro Ruilova es como uno de los casos más raros de autores bolivianos porque hace una historieta muy clásica: escribe y dibuja él mismo sus cosas, muy bien hecha. Es un artista hípereealista que casi no diferencia entre una foto y los dibujos que tiene. Es muy claro pero por azares del destino o la vida es prácticamente desconocido afuera de Bolivia. Tuvo una edición de Glenat con la cual no le ha ido muy bien que digamos. De hecho, vivimos en la misma ciudad y no tengo idea de lo qué ocurrió con la edición italiana de sus trabajos.
Ellos son uno de los íconos junto con Susana Villegas, les dicen "la dama de la historieta boliviana", pues es una de las que empezó la movida. Una persona muy trabajadora que tiene un trazo muy claro, es increíble lo que ella hace, pero cada vez se distancia más de la historieta hacia otras cosas. Los demás son gente que produce, las personas de Haters hacen cosas muy lindas, como Oscar Zalles y Jorge Siles, un dúo de La Paz. Hay mucha gente trabajando pero creo que ellos son una especie de pilares.
CM: ¿Cuáles son los espacio para trabajar y para mostrar el trabajo del cómic en Bolivia?
MT: Creo que los espacios más grandes para presentar son las Ferias del Libro: las de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Son los eventos donde se vende, donde la gente va a a buscar esto y los autores se esfuerzan para tener una obra lista que presentar en alguno de ellos. Esos son los ejes centrales de Bolivia, tres ciudades grandes que están conectadas de alguna manera, entonces creo que es ahí donde todo se mueve.
Hay un festival de historietas en La Paz que se llama “viñetas con altura” que tuvo momentos muy buenos donde la gente trataba de presentar cosas pero que fue quedando desplazado, volviéndose cada vez mas chico. También hubo unas semanas del cómic en Cochabamba y Santa Cruz donde se hacía eso, pero la primera creo que ha desaparecido y la semana del cómic de Santa Cruz aún intenta moverse.
Pero creo que en general es en las ferias del libro donde la gente va a buscar historietas, donde los autores quieren sacar historietas y en donde hay como cabida para todo. La gente busca tanto la historieta más conocidas como las cosas que llegan de Panini, ECC y los autores más comerciales que no son muchos. Básicamente Alvaro Ruilova es quien tiene como un gancho comercial en Bolivia, además de autores más alternativos y lo que hace la gente de Haters. Todos estamos presentes de alguna forma, yo no voy pero si mis libros están es como un espacio donde todos nos hacemos presentes.
CM: ¿No hay nada más?
Los espacios autogestionados son los mejores porque en realidad a veces uno comete el error de estar esperando que los demás te llamen y hagan todo por ti, te busquen a ti y quieran y todo. Son pendejadas al final. Mejor buscar uno, si quieres hacer un festival donde se vea historieta puedes armar el tuyo. Por ese lado nosotros tenemos la suerte en La Paz de tener un espacio, un colectivo que llamado la Perra Gráfica con Daniela Rico, Merlina Anunnaki, Antonio Vera y Fabiola Varnoux. Somos como un grupo de gente que hacemos ilustración, grabado, serigrafía, etc.
Es como un pequeño espacio en el centro de la ciudad donde hacemos fiestas, charlas, presentaciones, festivales y ferias. Todo muy independiente, chico y autogestionado, pero bueno, es lo que nos funciona y con eso estamos retranquilos Es fácil ahora armar como cosas solo: puedes necesitar una casa, que alguien te preste un espacio y una conexión a Internet y con una cuenta de Facebook o Instagram puedes convocar gente. Quizás hace veinte años ese mismo espacio hubiera muerto porque hubiera sido mas difícil llegar a cierta gente
CM: Para finalizar, ¿qué más hace la Perra Gráfica?
Bueno en el espacio de la Perra Gráfica hemos aprovechado siempre el paso de otros autores por La Paz para hacer talleres. Luciano Espeche, un ilustrador Argentino dio un taller ahí, también la venezolana Lucía Borjas dictó uno. Entonces aprovechamos eso para generar cierto tipo de movimiento. La gente responde muy bien pero también es porque tenemos a las redes de nuestro lado como para difundir.
Puedes ver más de Marco Tóxico en su página de portafolio, visitar su página de Facebook. ¡Le agradecemos mucho su tiempo y sus palabras!