Camino a Justice League – “Wonder Woman” (2017)
Con las esperanzas aplastadas después de las tres anteriores películas del llamado DCEU, me dispongo a ver Wonder Woman (2017), quizás el personaje menos damnificado que salió de Batman V Superman. Me paseo por un par de webs especializadas y las primeras impresiones son ¿positivas? No, esto no está bien. Alguien ha sacado la billetera y ha manipulado el boca a boca. ¿Cómo alguien como Patty Jenkins puede sacar un éxito si nunca ha dirigido un blockbuster y lleva sin dirigir desde el 2003?. No puede ser.
Camino a Justice League:
- Man of Steel
- Batman v Superman: Dawn of Justice. Parte 1
- Batman v Superman: Dawn of Justice. Parte 2
- Suicide Squad
Parte I: Por sobre el promedio
Wonder Woman abre con un plano abierto en donde se enmarca el planeta Tierra. Pero no es ni remotamente parecida a las fotos que muestra la nasa. En cambio, se nos muestra un versión de fantasía, donde las nubes son esponjosas, los mares azules y los continentes verdes. La cámara comienza a acercarse y la voz de fondo de Gal Gadot no dice que el planeta es hermoso desde lejos, pero cuando te acercas mucho, se puede apreciar la oscuridad latente.
Este es un comienzo inesperado debo decir. El personaje de Gadot está en Francia y parece trabajar en el Louvre. Se condice con lo mostrado en la película anterior. Gadot recibe un paquete de las empresas Wayne y una nota nos dice que Bruce tiene la esperanza de que algún día le cuente su historia. Una cosa más dentro del maletín: una foto de Wonder Woman acompañada de otras personas que parecen soldados. La foto es la que aparecía en Batman v Superman y el solo hecho de verla me recuerda el agrio sabor que me dejo esa película.
Pero ese sabor se disipa rápidamente. Viendo la foto, el personaje de Galdot salta a su infancia y se nos revela que se llama Diana y que es una amazona. La única niña en lo que parece una isla que el tiempo perdió de vista. Me voy a detener un poco aquí. Jenkins parece inspirada en pinturas clásicas donde la idealización de la sociedad Griega era casi absurda. Pero ese elemento absurdo aquí funciona. Las habitantes de la isla son diosas guerreras de cuerpos perfectos, de habilidades increíbles. Pero también son de varias formas y tamaños. El reparto es sumamente variado, hay mujeres de todas las razas, de varios físicos y de múltiples tamaños. Jenkins termina de venderme la escena con una de esas guerreras cabalgando en cámara lenta, mientras recoge un escudo del suelo de la forma más difícil y al mismo tiempo más delicada.
Una joven Diana mira decidida como sus compañeras entrenan arduamente y comienza a entrenar por si misma imitándolas. Esto nos dice mucho de su carácter. Pero todo es interrumpido por una mujer que grita su nombre y la persigue. Diana se ha escapado de sus clases y al final es su madre la que consigue atraparla. Hasta aquí se nos revelan dos personajes que tan solo habíamos visto: las hermanas Antíope e Hipólita. Antíope es la guerrera más fuerte y experimentada de la isla. Su cuerpo está lleno de cicatrices pero su presencia física es imponente, haciendo que el trabajo de Robin Wright destaque al solo verla. Con Hipólita pasa casi lo mismo, su presencia impone respeto y sus vestimentas son ligeramente más elaboradas que las del resto. Connie Nielsen se gana el derecho de volverse la reina de las amazonas.
Ambos personajes parecen que son los únicos capaces de domar el carácter de Diana. Porque Diana también quiere ser una guerrera pero Hipólita solo quiere que sea su niña, aunque Antíope piensa lo contrario. La reina trata de persuadir a su hija contándole el origen de las amazonas. Unas pinturas renacentistas comienzan a moverse y nos muestra como los dioses griegos fueron eliminados por Ares el dios de la guerra, por celos de la raza humana, la última creación de Zeus. En paralelo vemos que Diana entrena en secreto con Antíope mientras las palabras de Hipólita avanzan y nos revelan que el último recurso que les dejó Zeus a las amazonas, es una espada capaz de matar a un dios. En caso de que vuelva Ares.
El tiempo pasa y Diana sigue entrenando a escondidas pero al final Hipólita las descubre. Aquí hay un quiebre en el personaje de la reina, que siempre se había mostrado sobreprotectora; pero la lógica de Antíope puede más. Ares está vivo y hay que prepararse para su llegada. Tus problemas no se irán ocultándote de ellos.
Diana ahora es adulta y sigue su entrenamiento. La presión de Antíope es constante y terminan revelando una chispa del poder de Diana. Pero por supuesto, ante lo desconocido, el personaje termina aislándose. Mal que mal, Diana fue un regalo de Zeus a Hipólita, una hija hecha del barro. No es una amazona normal.
En la soledad, Diana ve un avión caer cerca de la isla. Esta es esa escena que en los comics hemos visto tan bien. Steve Trevor cae al mar y es rescatado por la princesa de las amazonas. Acá hay unos cambios en favor de la trama de la película. Trevor es un espía norteamericano involucrado en la primera guerra mundial. Ambos personajes conectan inmediatamente. Pero son interrumpidos por los alemanes que persiguen a Steve.
Ante la amenaza, las amazonas deciden atacar y la secuencia es todo lo que uno puede pedir. Armas arcaicas pero efectivas y la épica de las leyendas griegas. Toda la visión anterior del entrenamiento de estas guerreras se paga en esta escena. Pero como todo mentor que se precie, Antíope paga el precio de proteger a Diana. La escena termina de forma solemne, se llora por la perdida de Antíope y un pequeño detalle dice mucho, una desconocida amazona grita de dolor ¿Será la pareja de la caída guerrera?
Saltamos a la escena donde se revela quien es Steve Trevor. Como ya les dije, Trevor es un espía que le ha robado un secretos a los alemanes. Chris Pine entrega sus líneas con un tiempo preciso. Cuando tiene que ser chistoso cumple, cuando tiene que ser serio, pues cumple también. Hasta ahora, el trabajo de actores de Jenkins es impecable. Por medio de un racconto, se nos introducen a los antagonistas de la historia: El general Ludendorff y la doctora Isabel Maru. Ambos han desarrollado armas químicas que las máscaras de gases son incapaces de detener. Trevor roba las notas de Maru y termina huyendo y cayendo en isla Paraíso.
Hay algo en la mirada de la Doctora Maru –o doctora Poison- que inquieta. Es penetrante y perturbadora al mismo tiempo. Elena Anaya es otro acierto en el reparto de esta película y se empieza a notar un patrón en el trabajo la directora: Jenkins sabe escoger y dirigir actores.
Vamos a resumir un poco para hacer esto más dinámico. Diana grita y reclama que detrás de la guerra esta Ares y que es deber de las amazonas el combatirlo, pero su madre le dice que le da demasiado crédito a Ares, que el ser humano es perfectamente capaz de matarse por sí solo. Una posterior escena entre Diana y Steve nos muestra que aparte de guerreras, las amazonas han acumulado un montón de conocimiento histórico –costumbres, lenguas, etc.- pero que aún carecen del toque humanos debido a su aislamiento del resto del mundo. También nos entrega el mejor chiste de la película: “por sobre el promedio”.
Al ver lo decidido que está Steve con respecto de volver al frente, Diana decide desobedecer a su madre –la única que podía dominar su carácter ¿recuerdan?- y se roba la espada mata dioses, el lazo de la verdad y la icónica armadura roja y azul. Ambos están dispuesto a escapar de Temiscira y enfrentar a Ares. Hipólita los intercepta solo para dar su aprobación. Nuevamente la lógica se ha impuesto por sobre sus sentimientos de madre. Los hijos deben partir.
Parte II: En tierra de nadie
Una conversación entre Ludendorff y la Dr. Maru revela que el libro que robó Steve no es tan determinante como para detener los planes del general. La guerra parece estar a punto de terminar gracias a un armisticio que firmaran ambos bandos. Pero el general confía en que la doctora dará de nuevo con la formula y así tener la ventaja de la guerra química. En la escena la inspiración llega sobre el viento, siendo la primera pista de que quizás hay alguien superior trabajando a favor de los alemanes.
Diana y Steve llegan a Londres. Aquí la personalidad de Gadot brilla al ver un nuevo mundo. Es básicamente la historia de un pez fuera del agua, pero la actriz y la misma historia se decanta más por la ternura que por el ridículo. Y funciona. Además se introduce otro personaje, que si bien tiene poca relevancia en la historia central, tiene más que ver en cómo Wonder Woman muestra lo retrogrado del trato a la mujer en una sociedad masculina: hablo de Etta Candy. Etta es la secretaria de Steve y su mayor cómplice para lidiar con la burocracia de sus jefes. La visión tradicional con la que creció Diana respecto a la mujer choca con la visión retrograda que representa Etta. Ser secretaria o un esclavo es solo una cuestión de perspectiva. Aun así todo es en clave muy ligera, evitando el mensaje panfletero que podría llegar a quitar la diversión.
Diana nunca sermonea a Etta, mientras que tratan de buscarle un atuendo que la haga pasar desapercibida en medio de Londres, a fin de cuentas, tiene la apariencia de una diosa. Una pequeña chispita de crítica de Etta hacia Diana sale a la luz cuando esta última le pregunta por qué usaría un atuendo que le haga esconder su figura. Claro, Etta Candy no se ve como una diosa griega, pero algo de razón lleva Diana al cuestionarlo. La solución para hacer pasar desapercibida a la princesa amazona es tan simple como genial: la visten de Clark Kent. El detalle de que los lentes que usa son los mismos que usaba Linda Carter en su versión de Diana Prince, no hacen más que derretir mi corazón.
Lo que sigue es una delicia. Camino a entregar el famoso diario al alto mando, Diana y Steve son emboscados por espías alemanes que buscan el famoso diario de la Dr. Poison. Los matones pierden la cabeza y atacan, pero Diana para las balas como si se tratara de Clark Kent salvando a Lois Lane en el Superman (1978) de Donner. Jenkins me tiene en sus manos, lo admito. La escena que sigue es ya un choque de frente entre Diana y el mundo de los hombres. Steve entrega el libro y sugiere a los Generales en jefe que se debe encontrar la fábrica de Ludendorff lo más pronto posible, pero nadie le hace caso. El armisticio es más importante. Al escuchar esto Diana se encoleriza. No se explica cómo vidas inocentes no tienen el suficiente peso para las decisiones que toman los generales entre cuatro paredes.
Diana a esta altura ha demostrado ser capaz de todo, pero nunca es escuchada. ¿Quién es esta mujer? Es lo único que escucha en respuesta a sus alegatos y Steve Trevor solo atina a ocultarla. La escena es un poco más seria, pero causa risa al ver lo retrograda que es, o al menos eso quiero creer. Lo que viene es aún más divertido pero también revelador: Diana encara a Steve por no plantar cara a sus superiores y este le dice que van a ir al frente de batalla a pesar de la negación de sus generales. ¿Mentiste? Le responde la princesa. La conversación entre ambos tiene tanta química como comedia, pero establece que la verdad para Diana es lo más sagrado. Wonder Woman es la verdad.
Steve decide buscar ayuda de viejos colegas de misiones. Aquí se nos presentan a Sameer, un espía marroquí que habla múltiples idiomas y a Charlie un francotirador escocés. Ambos personajes son introducidos rápido y de forma relativamente efectiva. Todo se desarrolla en un bar –ambiente muy masculino por aquella época- y el grupo es interrumpido por Sir Patrick Morgan, uno de los superiores de Steve. Parece que el burócrata a pesar de no ser mayoría, está de acuerdo en volver al frente de batalla y tratar de sabotear los planes Ludendorff, así que proporciona los medios para hacerlo.
En el viaje hacia el frente de batalla se va toda la comedia. La visión de paraíso donde vivía Diana choca con las filas de soldados que vienen de vuelta, heridos y mutilados. ¿Qué clase de arma mata inocentes? Pregunta la heroína y Trevor responde con un certero “todas”. La siguiente escena aun no me la explico. Ludendorff llega a una reunión de altos generales alemanes y les dice que el armisticio es una pérdida de tiempo ya que él tiene la ventaja que les hará ganar la guerra. Obviamente nadie lo escucha a lo que llega la Dr. Maru y usa el gas en ellos. Ambos personajes se ríen al hacer saber que los generales que están muriendo no saben que la máscara de gas que les han dado, pues no funciona. Es como una versión reversa la misma reunión de Steve y Diana con los sus superiores.
En el viaje de Diana se ha unido un último aliado: el Jefe, un nativo americano que parece traficar diferente tipo de cosas entre los países involucrados en el conflicto. Hay un poco de camaradería y en algún momento Diana y el Jefe quedan hablando solos. ¿Por qué estás aquí? Pregunta la amazona. “Porque no tengo tierra donde vivir” responde el indio. Dice que sus tierras se las han quitado gente como Steve, gente blanca. Acá parece conflictuarse Diana, ¿cómo dos hombres que deberían estar peleándose, son aliados y amigos? La raza humana es demasiado compleja para entenderla en tan poco tiempo.
Llegamos a la mejor escena de la película. El grupo ha llegado al frente y se encuentra en “tierra de nadie”, es decir el punto muerto, donde ambas fuerzas en combate están en equilibrio. Nadie quiere arriesgarse a avanzar y tomar más terreno por que las perdidas serian muchas. La escena desprende miseria y todo está lleno de barrio y suciedad. Diana escucha a una refugiada que le implora que la ayude, que la guerra le ha quitado todo y sus seres queridos son esclavos de los alemanes en Veld, un pueblito detrás de lineas enemigas.
A Diana esto le termina de colmar la paciencia. Se quita su disfraz y se transforma en Wonder Woman. Steve le explica que es una locura salir de las trincheras, pero la lógica del espia no nubla lo importante que es para Wonder Woman el proteger al inocente. Esta es la escena que durante tres películas nadie me dio, ni Superman, ni Batman ni nadie en este DCEU: el héroe plantando cara por los desprotegidos.
La escena es épica, no por su factura técnica –debo admitir que hay algunos efectos especiales que no son tan buenos como deberían- si no porque todo lo que ha sembrado hasta ahora el film ha funcionado. Porque nos importa la visión que Diana tiene del mundo y sus ideales, por básicos que sean, son hacen importantes para nosotros. Puede que no haya subtexto político o religioso fuerte en Wonder Woman, pero hasta ahora Jenkins ha sabido filtrar y darnos las lecturas que necesitábamos.
La escena termina por la liberación de Veld y con los alemanes replegándose. Diana ha hecho lo que ningún hombre había hecho hasta ese momento: cambiar las tornas y defender sus líneas morales. Esta escena es la encapsulación de todo un concepto.
Parte III: Este es el camino
La moral de todos está por las nubes gracias a la batalla ganada. La positividad de Diana se empieza a colar dentro de todos y parece que ahora pueden comerse el mundo. La celebración sirve para atar más las relaciones entre este grupo de guerreros que hasta ahora tenían motivos diferentes a los de Diana. Steve claramente esta por motivos ideológicos: su misión por sobre todo. Y es resto estaba por la plata que podían ganar. Se suponía que era un trabajo de dos días. Pero Diana se los ha ganado. Incluso Charlie el francotirador ha encontrado la paz y ya no sufre de las pesadillas inducidas por el estrés post traumático.
La celebración también ayuda a conectar más a Diana con la humanidad. Ver gente celebrando y compartiendo sin los peros sociales o el terror de la guerra da una mirada distinta a la amazona respecto a la gente que ha de proteger. Esto es lo que la gente hace cuando no hay conflictos. También hay un encuentro romántico entre Diana y Steve que está plenamente justificado y es donde la amazona es la que lleva la guía. Algunos tienen mucha suerte.
Día siguiente. Todo es grupo se ha unido y deciden seguir la pista que les deja Etta Candy respecto al paradero de Lundendorff. Etta es el contacto con Steve y la unión entre Sir Patrick y el espía. El general alemán parece que asistirá a una gala en un castillo para demostrar la efectividad del gas de la Dr. Maru, situación perfecta para que Steve y Sameer muestren sus dotes de actores y se infiltren. Steve, disfrazado de oficial alemán, se encuentra con la doctora. La conversación es casi sexual y los ojos de la villana parecen comerse a Steve y sus halagos. Pero son interrumpidos por la propia Diana que se niega a quedarse en la banca. Para ella, Ludendorff es Ares y es su deber usar la espada matadioses con él.
Diana está a punto de cumplir su objetivo pero Steve la interrumpe. Si mata a Ludendorff nunca sabrán donde está la fábrica del mortal gas y millones morirán, pero Diana está convencida de que si Ares muere, el conflicto acabará. Pero todo sale mal y el gas es disparado en Veld, la aldea que habían salvado minutos atrás. Diana vuelve al pueblo y ve la destrucción de primera mano ¿Cómo son capaces de hacerse esto? Es obvio que Ares no solo ha corrompido a los alemanes, sino a todos los bandos en la guerra. La prioridad es eliminarlo.
Diana le echa la culpa a Steve y decide llevar a cabo su plan sin ayuda de nadie. Sigue a Ludendorff a la fábrica de veneno y en un encuentro mata al que se supone que es Ares. Y nada se detiene. Las cajas de veneno siguen siendo cargadas a un avión que saldrá para Londres. La maquinaria bélica sigue su curso. Es lo que Steve había estado advirtiendo desde un principio. Con o sin Ares, la gente es así. Steve lo sabe y se lo hace saber, pero Diana no puede procesarlo.
A continuación viene lo que menos me gusta de la película. Su resolución. Steve y sus comandos siguen su misión solos para detener la producción del gas venenoso. Pero a Diana se le revela que Ludendorff nunca fue Ares, si no Sir Patrick. ¿Qué? No me termina de convencer esta revelación. Entiendo las intenciones, hasta ahora Ares era simplemente un mito y la guerra era únicamente responsabilidad de la humanidad. Pero al poner a Ares frente a Diana, se vuelve todo más claro y esa ambigüedad del hombre se pierde. Ares se transforma en el chico expiatorio de la raza humana.
Ares trata de convencer que sus acciones están justificadas y que en el interior, la raza humana es malvada y corrupta. Paralelamente Steve y sus comandos están saboteando la fábrica de gas. El conflicto entre Ares y Diana estalla y es algo descafeinado. Es una pelea llena de efectos especiales donde poco se aprecia. Diana y Ares se tiran cosas pesadas y es un duelo de fuerza. La verdad es que es bien aburrida la resolución, pero una chispa se deja entrever en una escena. Steve ha decidido que para detener el avión cargado de veneno sin matar a nadie más, deberá hacerlo estallar en el aire, lejos de la base. Steve se ha comprometido con algo y parece querer pagar el precio más alto. Pero aun así decide confesar que se lamenta no poder compartir más tiempo con Diana. Steve salvará el día para que Diana salve al mundo.
Steve funciona como el ideal del hombre, pero quiero pensar que al principio no era así, y es la influencia de las acciones de Diana las que han potenciado esta faceta del personaje. Diana lo ve irse a lo lejos y ve como sus amigos tratan de seguir peleando a pesar de las perdidas. Así que de aquí saca fuerzas y vence a Ares, rechazando el odio que el dios de la guerra profesa sobre la raza humana.
La misión se ha completado. Y se ha pagado el precio.
En las calles de Londres se celebra el fin de la primera guerra mundial, pero los pensamientos de Diana siguen con Steve, el hombre que la amó por sobre su patriotismo o sus órdenes.
El film cierra con Diana en su despacho en el Louvre, agradeciendo que la foto que fue tomada en la celebración de Veld, le haya sido de vuelta, porque parte de Steve volvió con ella. Wonder Woman está lista para volver al mundo, porque esa chispa de amor ha vuelto a aparecer. Una patada al cinismo imperante, si me lo preguntan.
Wonder Woman fue una sorpresa. Una grata sorpresa. No solo porque rompe la mala racha de críticas del universo DC, sino porque realmente se contrapone completamente con la visión de Superman y Batman que se nos había entregado en este universo cinematográfico. La película se aleja de cualquier alegoría religiosa o política y se dedica a mostrar a un héroe que cree en cosas tan básicas como la verdad y el amor, y lo contrapone en una realidad que parece no tener tiempo para creer en lo mismo. Y funciona. Los mejores pasajes es cuando estas visiones chocan y el heroísmo se agranda, se ve más épico, y quita el aliento.
El film tiene problemas, y está lejos de ser perfecto. No me gusta la resolución de Ares y sus motivos son básicamente un cliché andante. Se debió trabajar más al villano para hacerlo sentir más original. Me gustaría que la historia fuese más ingeniosa para cerrar los nudos que se han estado trabajando y la necesidad de una “gran batalla final” se impone ante lo que podrían ser ideas nuevas. Pero Jenkins y su equipo hacen un gran trabajo para hacer funcionar un héroe clásico, con motivos que a simple vista son mundanos, pero que dan mucho juego cuando se saben ocupar. Wonder Woman es todo lo que Man of Steel nunca logró ser. O lo que nunca trató de ser.
Además, este film parece que marca un cambio de la aproximación de Warner para adaptar a los héroes de DC Comics. Algo necesario ante la acumulación de malas ideas y ejecuciones fallidas que se venían dando por tratar de meter una visión que nunca fue la original en los cómics. Eso es todo un logro de parte de la directora y los guionistas. Nunca más dudo de Patty Jenkins. Nunca más dudo de las capacidades de una mujer.
Ahora solo queda ver si Justice League sigue esta tendencia.