La historieta chilena y Carlos Reyes: «No es tiempo de segregar ni de segregarse, es tiempo de hacer»
Ya llevamos dos semanas completas de noviembre conociendo a las personalidades del mundo y la escena comiquera nacional, camino al #DiaDeLaHistorietaCL.
Hoy conversamos con el distinguido Carlos Reyes, guionista, autor y docente. Miembro fundador del colectivo autogestionado Ergocomics, que con 15 años de trayectoria se ha dedicado a difundir, desarrollar y promover la narrativa gráfica en Chile y en el resto de Latinoamérica.
Carlos junto a Rodrigo Elgueta son los autores de la novela gráfica Los Años de Allende, que retrata desde la elección de la presidencia de Salvador Allende en 1970 hasta el golpe militar en 1973, narrando espléndidamente la situación y el contexto histórico nacional en esos años y que ganó los premios FIC Santiago a Mejor Escritor, Mejor Dibujante y Mejor Publicación Nacional durante el 2015.
Carlos nos cuenta lo inseparable que es la historieta de su vida, la maravilla del proceso creativo y el momento que está viviendo actualmente el cómic y la novela gráfica chilena.
¿Qué te ha entregado a tu vida personal y profesional la historieta chilena, como lector y autor?
Diría que la historieta es algo inseparable de mi biografía y de muchas de las decisiones que he tomado en mi vida. Es lo que me apasiona y a lo que dedico gran parte de mis actividades diarias.
Como lector me ha hecho vivir, desde muy pequeño, miles de horas de lectura apasionante y como autor (suena muy raro decir que lo soy y es porque veces me suena pretencioso arrogarse ese término, pero supongo que desde que escribes guiones que se convierten en historietas que la gente lee, te conviertes en eso) me ha permitido conocer de primera mano a guionistas y dibujantes, héroes que he admirado y de quienes he aprendido mucho.
Me ha regalado amistades, viajes que nunca imaginé y me ha permitido también compartir sueños y aspiraciones con personas de países tan distantes. Pero insisto, creo que lo más extraño que la historieta me ha dado es situarme como un creador que ha podido ver crecer ese vínculo mágico que se produce entre la obra que co-creo junto a un dibujante y el público lector que esa misma obra encuentra en su camino.
Eso es lo verdaderamente increíble. Que las imágenes que tienes en tu mente cobran vida en dibujos y que esa amalgama de palabras y trazos llegan —y afectan— a otras personas de formas que jamás imaginaste.
¿Qué autor o autora de la tradición de la historieta chilena crees que representa mejor el cómic nacional, y por qué?
Una difícil pregunta porque esa persona nunca es una sola. Creo que el mejor autor chileno, que es una mezcla perfecta entre un buen guionista y un gran dibujante, es sin duda alguna Themo Lobos. Guiones perfectos, transparentes y llenos de guiños, documentación, aventura y entretención junto a dibujos expresivos, sueltos, de una narrativa límpida (storytelling le dicen los gringos) que no han sido superados.
No puedo olvidar a otro autor integral como Máximo Carvajal por sus trabajos señeros en la mejor ciencia ficción clásica, a Julio Berrios y Mario Igor con ese dibujo tan orgánico y alucinante.
Por supuesto a mi admirado Juan Marino, un maestro y creador múltiple con personajes como Mawa, Mortis, Legión Blanca. Desgraciadamente y seguro que gracias al machismo imperante no hubo mujeres que hiciesen historietas con excepción de Lidia Jeria, pero sí hubo una mujer que fue fundamental para el desarrollo de la historieta chilena de los años sesenta, me refiero a la escritora y editora de Zig-Zag, Elisa Serrano, cuyo aporte no ha sido estudiado en profundidad y a la que le debemos mucho más de lo que se piensa en el desarrollo de los temas y autores de nuestra historieta en aquellos años. La lista es inagotable.
¿Como ves y sientes hoy la historieta chilena actual y qué autores o autoras te parecen más interesantes? ¿Por qué?
Me parece que en el mundo entero la historieta, la narrativa gráfica, está pasando por un muy buen momento. Tal vez sea porque vivimos cada vez más en un mundo digital en donde las imágenes son cada vez más fundamentales para comunicarse y al parecer, este lenguaje que ya tiene más de 100 años calza perfectamente con este actual estado de cosas.
Ahora, hablando de nuestro país, creo que vamos mejorando, pero aún estamos al debe, como en todos lados por cierto, con los típicos males de siempre: la distribución y la difusión de la historieta independiente.
Veo todo el tiempo artistas de gran calidad que no logran visibilidad, obras bellísimas que nadie conoce, pero atención, que eso no es solo responsabilidad de las/los editoras/editores y del público lector, sino también de las/los autoras/autores y de nosotros, quienes tenemos medios alternativos de difusión, pero que no hemos sido capaces de dar a conocer más y de mejor manera aquello que nos gusta para que sea finalmente el público informado quien decida qué obras va a leer… siento que esto es hoy —y de seguro seguirá siendo— una tarea prioritaria.
Por otro lado existe también un montón de otros autores que han logrado llegar a ser más conocidos y están ayudando a fijar la idea de que en Chile existe una historieta de calidad creciente. Soy un convencido (y no espero que todos coincidan conmigo en esto) que, en la medida que abramos mucho más el espectro temático de nuestros trabajos y no hagamos historieta para nosotros, para el mismo reducido público de siempre, vamos a conectar con nuevos sectores del público, lo que también es una tarea pendiente por ahora.
Sin embargo soy un eterno optimista. Yo comencé escribiendo sobre historieta en Ergocomics e intentando hacer guiones en serio desde 1997 y veo que la situación es inmensamente mejor que en esos años. Hoy también se da una saludable relación entre quienes hacen literatura y quienes hacemos historieta. Es sumamente interesante porque el mundo literario mira a la historieta con detención y hay varios casos de quienes juegan en ambos bandos o que quieren pasar de uno al otro sin hacer distinciones.
Esa dualidad me gusta mucho y solo puede hacernos crecer. Hoy tenemos muchas editoriales ultra y mega independientes que solo publican historieta chilena; hay además un universo fanzinero más potente que nunca; hay mujeres empoderadas haciendo trabajos feministas y de identidad de género; hay historieta lésbica y homosexual; hay muchos buenos festivales; hay historieta que pasa por la aventura, el terror, el documental y la ciencia ficción; hay trabajos agringados, manguescos y otros clásicos y algunos pocos ultra experimentales.
No hay que olvidar que en Chile existe una importante producción de historieta que está a cargo de las grandes y medianas editoriales y eso, es algo que se debe destacar porque no siempre se da en otros países y esas mismas casas editoriales tienen mucho interés en lo que estamos haciendo.
Como ven, se han abierto puertas que antes eran infranqueables. Yo trato de leer todo eso que mencioné, todo lo que veo y consigo. Soy un busquillas y mucho de lo que conozco lo sé porque me las ingenio para hallarlo, no porque me llegue siempre la información, sino porque yo salgo a buscarla y eso entronca con lo que decía antes sobre la difusión.
Ya no es tiempo de improvisación, sino de trabajo duro y constante, de hacernos visibles, de mostrar lo que se hace sin esperar a que me "descubran", sin llorar, sin esperar nada, solo haciendo, creando, produciendo. Si no te gusta lo que otras personas hacen, haz lo tuyo, y que tus pares, tus iguales, en lugar de criticar todo, ayuden a difundir lo que les gusta.
Me molesta y me apena ver talentos que no se ven porque nadie (ni ellos mismos) hacen nada por ser visibles, por decir: "Miren lo que se está haciendo aquí". No es tiempo de segregar ni de segregarse, es tiempo de hacer. Por eso en Ergocomics o en el programa Viñetas del Fin del Mundo o en mis redes sociales no van a encontrar solo a los mismos de siempre, sino también a creadoras/creadores que estoy seguro que muy pocos conocen.
No hago distinciones entre amistades o gentes que no conozco, o si me caen bien o mal, o entre libros de lujo o fanzines, para mí nada de eso es relevante, solo me importa la calidad del trabajo.
Creo que hoy en Chile tenemos muy buena historieta bajo y sobre la línea de flotación. Tenemos una historieta que está creciendo, pero a la que aún le falta una identidad propia, una voz particular. Estamos en esa búsqueda.
¿Qué autores/autoras prefiero? La lista es enorme y variopinta. Me da miedo dar nombres porque sé que voy a olvidar a un montón, pero voy a intentarlo. De los más viejos, de los más cercanos a mi edad y que siguen activos me gustan Vicho Plaza, Gonzalo Martínez, Félix Vega, Martín Cáceres, Nelson Dániel, Gabriel Rodríguez, Rodrigo Elgueta, Christiano, Ronny Tobar, Juan Santapau y muchos más. De la gente más nueva destaco a Supnem, Germán Valenzuela, Sofía Garabito, Gonzalo Oyanedel, Rebeca Peña, Garvo, Dago, Ximena Rodríguez, Carlos Carvajal, Francisco Muñoz, Malaimagen, Cata Bu, Karlo, Daniel Bernal, Karla Díaz, Javier Rodríguez, Rodrigo López, Ignacio López, Juan Pablo Olivos... y ya paro porque de otro modo esto va a ser interminable.
Nota del Editor: Carlos en sus respuestas originales usó el arroba '@' para la integración de género en varios sustantivos, como por ejemplo "autor@s". Estos fueron modificados (ej: autoras/autores) con su consentimiento para mantener la línea formal editorial.
Pueden conocer más de Carlos Reyes siguiendo su incansable cuenta de Twitter en @CAReyesG, además de seguir a Ergocomics en su sitio, su cuenta de Twitter @ergocomics y en la fanpage.