Camino a Justice League - "Batman v Superman: Dawn of Justice" (2016) ¡Parte Uno!
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Llegamos al punto de inflexión. Llegamos al punto donde o te subiste al carro o lo dejaste pasar. Llegamos al punto que marca el odio o la alabanza. Es quizás la película más divisiva que un grupo de fans haya tenido que enfrentar, y estoy contando las precuelas de Star Wars. Es la película que hace al espectador lidiar con absolutos. No hay grises ni claroscuros. O es blanco o es negro. O es chicha o es limonada. Llegamos a Batman v Superman: Dawn of Justice (2016).
Prólogo: Desorden postraumático
Abrimos con el funeral de los Wayne donde Ben Affleck nos dice que en algún momento, Bruce Wayne fue feliz y todo era perfecto. Sí, yo también recuerdo esos momentos, cuando Batman era Micheal Keaton y Superman volaba por sobre las notas de John Williams. El funeral es interrumpido por el evento más icónico de la vida de Batman: la muerte de sus padres a manos de un ladrón cualquiera. Las tomas son, casi todas, postales con movimiento. Las cámaras lentas alargan los grotescos momentos de muerte y tristeza. A esta altura no me voy a quejar del recurso slow-mo de Zack Snyder, sería como quejarse de las cámaras temblorosas de Paul Greengrass o el abuso del gran angular de Terrence Malick; son recursos gráficos y parte del estilo del director. Además, los encuadres son perfectos y se alejan de caos que trató de transmitir Snyder en Man of Steel (2013).
En el recuerdo del asesinato de los Wayne destacan dos cosas: papá Wayne intenta detener al ladrón —y no queda como una simple víctima presa del miedo— y las tomas son particularmente violentas con mamá Wayne. En el fondo se ve que la próxima película que van a exhibir en el cine, será Excalibur (1981) de John Boorman, violenta reinterpretación del mito Artúrico; claramente es una pista de para dónde va todo esto. Al final, los recuerdos se nublan y el pequeño Bruce Wayne asciende gracias a una bandada de murciélagos que lo cubre. La luz cubre todo. Y eso que son solo los créditos.
El blanco se disipa y ahora vemos a un ya viejo Bruce Wayne. Antes de empezar a odiar, destaquemos algo positivo: el look de Bruce Wayne. Affleck parece un ropero vestido de Armani. El tipo tiene más torso que piernas y el traje que lleva es impecable. Parece un millonario con solo verlo, pero su físico es irreal, el de un personaje de cómic. De pronto empieza a sonar el soundtrack de Man of Steel y los edificios comienzan a caer. Como esos flashback sobre Vietnam de los veteranos, comenzamos a revivir todo el rollo “11 de Septiembre” a través de los ojos de Bruce, que llama a su oficina en Metrópolis pidiendo noticias. Jack le contesta y me hace dudar de la capacidad neuronal del personaje. Porque literalmente el mundo se está cayendo a pedazos y tú, Jack, sigues trabajando en el edificio. ¿En serio, Jack? ¿Tiene que llamarte el negrero para que evacúes?
En el fondo, Superman pelea con Zod y apenas se distinguen. Jack se ha quedado en el edificio y este comienza a caer. Jack ha empezado a rezar y chequeo en mi biblia si el rezo corresponde a algún salmo, pero no es así. Debe ser un error de traducción. Y sí, estoy viendo esta película en versión extendida con una biblia al lado y un acopio de cómics de los últimos 40 años al otro, porque parece que esos son los requisitos para verla. La pantalla se llena de humo —literal, no figurado— y el único que corre hacia él es Bruce. La toma es épica pero dura poquito.
En los escombros, Bruce ayuda a la gente que está atrapada y mi recuerdo salta a Man of Steel donde probablemente en medio de un momento así, Lois Lane besaba a Superman. Sí, soy malo dejando pasar las cosas. Todo termina con un Bruce abrazando a una niña que ha perdido a sus padres y mira desde lejos a Superman, que sigue peleando con Zod, despreocupado de lo que pasa ahí abajo. El odio se ha plantado en la cabeza de Bruce Wayne. Y lo entiendo. A mí igual se me plantó al ver a este Superman, y tal como dice al principio de la escena, esta es la forma como el mundo conoció al personaje.
Parte 1: Este primer acto es algo especial
Del océano índico se rescata un pedazo de la nave que planeaba terraformar la Tierra en Man of Steel. No se dice qué es, pero es obvio que es kryptonita, el mineral que es letal para el Hombre de Acero. Después saltamos a Lois Lane, que sigue siendo la reportera intrépida del film anterior. Amy Adams entrega mucho con lo poco que tiene; contrátenla para hacer de Zatanna, porque es la única que está haciendo magia de verdad. Lois se ha reunido con un cacique africano para hacer una entrevista y de fotógrafo la acompaña como siempre el gran James Olsen. El amigo de Superman. Vale, era hora que empezáramos a ver más secundarios del mito de Superman.
Esperen. Todo es una trampa y Jimmy es ¿agente de la C.I.A.? ¿Qué? ¿Cómo pasó esto? Y le pegan un tiro al descubrirlo. Detengámoslo un poco aquí. Jimmy Olsen es agente de la C.I.A. Okay, puedo lidiar con eso. Jimmy Olsen, es asesinado a sangre fría. Eso no está bien. El mejor amigo de Superman, el personaje que ha sido parte del mito desde 1941, el personaje que refuerza la idea de que Superman es un buen ejemplo para la sociedad, el personaje con que los niños podían identificarse porque también se sienten amigos del Kal-El, ha muerto. De un balazo en la cabeza. Y recién llevamos 15 minutos de película. Denme un puto respiro por favor.
Todo esto desencadena una balacera entre los africanos y los mercenarios que tenían contratados como seguridad. A lo lejos tratan de intervenir unos militares estadounidenses para que quede claro que la milicia, en estas películas, siempre son los buenos. Pero la malula C.I.A. va a tratar de encubrir todo con un bombazo. Aquí entra Superman, salvando a Lois de la manera más violenta posible. Pero el daño ya está hecho.
Ahora el gobierno de los EE.UU. cree que Superman asesinó a todos los rebeldes africanos y no ayuda que una “sobreviviente” de la aldea esté testificando en su contra.
Saltamos a Gotham, donde se introduce a Batman de una forma mucho más simple. Un par de policías deciden que deben atender un llamado y en el sótano de una casa encuentran un montón de mujeres escondidas por voluntad propia. Arriba, lo policías se encuentran con Batman, con el que parece nunca se entendieron —y no los culpo— y todo esto es para establecer que Batman “marca” a los criminales que atrapa, lo que es igual a matarlos, pues todo marcado es asesinado en la cárcel por otros criminales. Okay, me trago esto por ahora.
Tenemos una escena donde Lois y Clark discuten un poco sobre las consecuencias de intervenir en asuntos internacionales por motivos personales. Igual parecen felices y Amy Adams rellena toda la escena. Compro.
Mejores noticias a continuación. Aparece el Alfred Pennyworth de Jeremy Irons. El actor británico da en el clavo con su interpretación, dejando fuera al mayordomo y decantándose más por el camarada de armas de Batman. El personaje aporta un poco de humor entre tanta densidad, y las líneas sarcásticas calan como el cuchillo de un vendedor de zapallos. Ambos personajes discuten sobre un caso en particular: “quién es Portugués Blanco”, pero terminan hablando de cómo todo cambió con la llegada de Superman. Algo de razón llevan.
Llegamos a la introducción de un personaje polémico. Lex Luthor es una mezcla entre un millonario de Sillicon Valley y ¿el Joker? El Luthor de Jesse Eisenberg es un poco chocante tanto para entendidos como para ignorantes del cómic. Es empresario como el de los noventa, pero también es científico loco como el de la Edad de Oro y además es excéntrico. De todas formas, me queda claro que Luthor se mueve por propias intensiones en todo esto. Sabe lo de la kryptonita y la quiere. Destaco más su silente ayudante, una asiática que viste impecable y de miradas cómplices. Esta escena introduce a la senadora que será la futura piedra en los planes del maniático empresario. Aun así, Luthor consigue acceso a los resto de la nave krytoniana.
Voy a resumir un poco porque hay un montón de escenas inconexas que se supone repercutirán en el final del film. O en algún momento. Superman ve por la tele cómo la opinión pública cuestiona el entrometerse en asuntos de estado y uno de los sobrevivientes que Bruce Wayne rescató de su edificio, y que ahora es un inválido, vandaliza una estatua en honor a Superman y los caídos en Man of Steel. ¿En serio le hicieron una estatua después de lo que pasó en esa película? Difícil de tragar, pero está ahí. Viendo todo esto por televisión —un recurso que abunda en esta película es que los personajes se enteren de cosas por la televisión— Clark Kent recibe la orden de cubrir el juego de fútbol en Gotham de parte de Perry White. Me voy a detener un poquito aquí, porque Perry es un pesado. Cada vez que habla con Clark, tiene que decirle una pesadez. Creo que tienen la intensión de vendernos a Perry White como un jefe de carácter pero llega a ser molesto el cómo aborda a Clark.
Otro lote de escenas. Bruce Wayne metido en un club de la pelea para ricos donde ha seguido al líder de los mercenarios que incriminaron a Supers en África. Se supone que todo esto tiene que ver con el caso del “Portugués Blanco”. Es bueno ver un poco de trabajo detectivesco en Batman. Clark en vez de reportar los deportes en Gotham, ha tratado de encontrar a la mujer africana que testificó en contra de Superman, pero los habitantes de la ciudad le advierten que el murciélago ha vuelto y tiene hambre. Clark trata de venderle el reportaje del vigilante a Perry de vuelta en Metrópolis y ¿adivinen qué? Recibe otra pesadez de parte de su editor. ¡Qué lugar más sano para trabajar es el Planet!
Más escenas. Wayne conecta al ruso malo con Lex Luthor y decide que debe investigarlo. Menos mal que el mismo Luthor lo invita a la inauguración de la ampliación de la biblioteca de Metrópolis… o algo así. Hay otra escena donde es Clark el que recibe la invitación de prensa a la misma gala que Bruce. Esto es o una genialidad muy grande o una tontera de proporciones místicas. Entremedio hay más escenas de sueños de las cuales no vale la pena hablar y otro diálogo de Luthor con la senadora donde le niega el permiso para importar la kryptonita desde el extranjero.
Llegamos a la gala. Luthor da un discurso un tanto fuera de lugar y Clark trata de sacarle una cuña a Wayne respecto a Batman. Aquí se lanzan en un gallito de palabras que es interrumpido por Luthor, en una clara alusión de que él sabe. Sabe quiénes son ambos y los quiere allí para… no sé para qué, pero Luthor sabe. Es la única conclusión que saco. Entremedio de todo esto se aparece el personaje de Gal Gadot que también está interesada en Luthor, y Bruce tiene que seguirla con la mirada. En realidad, quién no. Wayne sigue haciendo de detective e interviene el servidor de la casa del magnate extravagante y cuando va a recuperar la información pues ya no está. Lo ha engañado Gadot. Superman también trata de hacerlas de detective pero es interrumpido, nuevamente, por la tele.
Aquí vemos un montaje que a ratos me gusta. En realidad, creo que me gusta más la intensión que la ejecución. Superman es mostrado como un salvador mesiánico del pueblo, mientras que distintas personalidades tratan de dar lógica a su comportamiento. ¿Por qué dios ha bajado hasta muestra Tierra y nos ayuda? ¿Debería seguir las políticas de las naciones? ¿Es Neil Degrasse Tyson un Carl Sagan wannabe? Todo queda en nada.
Parte 2: Muñeca Rusa
Clark se sigue torturando viendo la tele. ¿En serio? El recurso de la caja idiota se agota demasiado rápido en esta película, así que llama a su mamá para que le dé un consejo. Hay que establecer de alguna forma que Clark ama a su mamá, pero la madre no dice nada significativo. Luego saltamos a Lois, que ha seguido el rastro de una bala que recogió en el incidente en África. Miren, no voy a volver a mencionar nada de esto porque es claro que toda esta subtrama de la bala perdida es un intento para tener a Lois ocupada y no tener que lidiar con ella en la trama principal. Si sacas todos los insertos, al final no influye en nada relevante que pueda dejar la película coja. Ese es el peor pecado de esta película, dejar a Amy Adams de relleno.
Luthor sigue moviendo piezas en su “plan maestro”. Hace que asesinen al criminal que Batman marcó en el primer acto —para encolerizar a Supers— y saca de la cárcel al ex-empleado de Wayne, dándole una silla de ruedas equipada completa, que hace que la silla de Charles Xavier parezca hecha en China. Bruce continúa en su búsqueda del personaje de Gal Gadot y de los datos que le robó, encontrándola en una especie de fiesta en un museo. Gal dice que es un pendejo y le devuelve los datos para que los desencripte.
Y tenemos otra escena que es un puto sueño. Veo el tiempo y llevamos una hora de película donde aún no hay objetivos claros. El sueño se supone que son los miedos de Batman si es que Superman se vuelve malo. Snyder saca estéticas de Mad Max y todo es más estilo que substancia. Salen unos bichos raros que se suponen que son “parademonios”, pero el diseño es tan feo que creo que el mismo Jack Kirby se ha quemado en una pira de Apokolips. Todo tiene que ser negro y contrastado. Superman se ha convertido en Pinochet y esto es Caravana de la Muerte versión Omega.
Antes de que el Superman malo mate a Bruce, el sueño es interrumpido por ¿The Flash? Es difícil reconocer a Flash entre las luces, el diseño raro, los bigotes de chicano y el sonido, pero parece que es Flash. Una mirada al lote de cómics me confirma que Flash puede viajar a través del tiempo si es que corre muy rápido y este parece que ha venido a advertir a Batman sobre eso: el futuro. Bueno, pues te atrasaste dos películas, mi buen amigo. Más me da lata que en algún momento en el futuro, esta escena tendrá que justificarse.
A Clark le llega una carta con pruebas de que Batman es el responsable indirecto de la muerte del criminal en la cárcel, mientras que Bruce al fin averigua qué es, y no quién, el “Portugués Blanco”. Si vieron Lethal Weapon 2, sabrán que el "Portugués Blanco" no es una persona, sino un barco. Alfred interviene y parece que es el único que tiene dos neuronas funcionales en esta historia. ¿Por qué llevas todo este tiempo planeado en contra de Superman, Bruce? ¿Quieres ir a la guerra? Por supuesto las preguntas quedan en eso, la rabia es más grande y Alfred es dejado de lado.
Continuará...
* Suena Roundabout de Yes *