¿Quién limita a Unlimited?
La semana pasada recibimos la atractiva noticia de que Unlimited Cómics reeditaría Watchmen, la celebrada obra de Alan Moore y Dave Gibbons, en una edición de doce grapas, formato en el que originalmente había sido concebida. La idea sonaba emocionante para lectores y coleccionistas, no por nada ECC Cómics en España, así como la misma DC Comics en EE.UU., ya habían hecho lo propio hace poco tiempo. Pero pese a todo lo prometedor que podía parecer, muchos aún guardábamos cautela.
Poco tardamos en comprobar que esta sería otra decepción más que añadir a la lista.
Un cómic murió el miércoles por la noche en COPESA
Antes de entrar a desmenuzar el material entre manos, me parece pertinente felicitar a la editorial por haber publicado la primera entrega un 12 de octubre. Bien jugado, Unlimited… bien jugado.
Dicho esto, entremos al matadero.
Más allá de lo que cada uno opine de Unlimited, creo que todos debiéramos concordar que el hecho de que la portada de una grapa de esta naturaleza sea del mismo gramaje que las páginas interiores es impresentable. La portada tiene como función más básica el proteger las páginas interiores, y esta edición ni siquiera cumple con ello. Que la portada se trasluzca solo evidencia la falta. Pero esto no queda ahí.
Muchos recuerdan que en la edición del 2012 la portada del primer tomo se veía pixelada. Uno pensaría que tras cinco años de publicaciones y una cantidad importante de colecciones bajo el brazo el staff de Unlimited habría aprendido de sus errores (quienes, para más inri, tienen el respaldo de COPESA como una empresa con décadas de experiencia)… pero no; la portada es idéntica, pixel por pixel. Quien sea que se encargue de revisar los originales y aprobar las pruebas de imprenta debería despabilar y comenzar a hacer su trabajo o derechamente buscarse otro, porque parece claro que este no lo hace.
No olvidemos que esto mismo volvió a ocurrir con una página de Civil War, pixelada tanto en su edición del 2012 como del 2016. Si esto viene de los originales proporcionados por DC o ECC, o bien ocurrió al momento de preparar los originales para imprenta por parte de Unlimited, es irrelevante; el error era conocido, y correspondía a la editorial el corregirlo para la nueva edición. No existe preocupación por mejorar, por aprender de los errores, por escuchar realmente lo que sus clientes (quienes están desembolsando dinero por sus productos, esto no es ningún favor al mercado o caridad para los lectores como lo pintan algunos) tengan que decir, salvo buenas palabras y sugerencias sobre qué otra colección mediocremente editada podrían venderles. Cualquier discrepancia y terminas baneado de sus redes sociales. Eso no puede ser una interacción saludable con tus clientes.
Ahora hablemos del número de páginas. Unlimited anunció sus grapas de 40 páginas a $1.990 como un elemento a destacar, tratándose de una obra que tiene originalmente 32. Cabe aclarar que los extractos de "Bajo la Máscara" no son material adicional, pues siempre han formado parte la obra publicada en 1986. Por razones que desconocemos la editorial contabilizó ‘portadas’ y ‘contraportadas’ con su respectiva cara interior (ambas con publicidad) en sus números totales, por lo que sumando las 32 de la obra con estas tenemos 36, lo que nos deja con 4 páginas “extra”.
¿En qué consisten? La ilustración de la portada con un enorme borde blanco y el logo de Unlimited; una página en blanco con los créditos; la ilustración de Gibbons utilizada en los primeros tomos recopilatorios estadounidenses, en amarillo y negro; y por último pero no menos importante, UNA PÁGINA COMPLETAMENTE NEGRA. Cuanto menos, a esta publicación le sobra una cuartilla pobremente aprovechada.
El clavo final del ataúd lo pone la contraportada. En lugar de incluir la ilustración del Reloj del Apocalipsis, que va avanzando y ensangrentándose número a número, reflejando la escalada de hechos en cada entrega (y que si bien estuvo presente en su edición del 2012, incluso ahí fue objeto de decisiones editoriales cuestionables), Unlimited decide mantener su práctica de publicitar los números siguientes de su colección.
La principal razón de que Watchmen resulte tan atractivo en un formato de entregas individual es precisamente por la cantidad de detalles que cada una ofrece; leer esta obra número a número es una experiencia única que se enriquece por los detalles que van, literalmente, desde la portada hasta la contraportada. Si no están dispuestos a cuidar estos aspectos, lo mejor es que no se arriesguen a publicar una edición deficiente. El diablo se esconde en los detalles, y son estos los que hacen la diferencia al momento de evaluar una edición en comparación a otra; lo peor es que pudieron haber incluido la dichosa publicidad en el lugar de esa incipiente página negra, y haber puesto el reloj de contraportada. Sí, la promoción de los demás números no quedaría visible para la gente que viera las grapas en los quioscos, pero era un pequeño sacrificio para realizar un trabajo digno.
La traducción es la misma que en la edición previa, más que correcta, con pequeños cambios para hacerla más localizada (utilizar ‘porotos’ en vez de ‘judías’ o ‘frijoles’, por ejemplo) lo que me parece un acierto. Por supuesto, la traducción corre de parte de ECC, por lo que era difícil fallar en este punto.
Guía de cómo NO editar en grapas
Abstengámonos un momento de compararlos con ediciones de otros países como España o México, porque el mercado en esos países es más grande que en Chile. Quedémonos en el mercado local. Caleuche Cómics, colección antológica que estuvo por años presente en los quioscos, tenía una inversión mucho menor y un tiraje más reducido, y pese a que el tamaño de sus grapas fue fluctuando a través de los años buscando abaratar costos, siempre respetó a sus lectores lo suficiente como para ofrecer un papel de gramaje correcto y una portada acorde.
Veamos ejemplos más recientes. En la reciente FIC Santiago 2017, una de las estrellas del evento fueron las grapas. 45 RPM de la alianza Dogitia-Piedrangular; la autogestionada Galvarino; Con-Troll e Injusticia de Ariete Producciones… son solo algunos ejemplos de un trabajo bien realizado, al igual que lo hecho desde hace tiempo por Mitomano Comics, ausente en dicho evento pero no por ello menos importante. Todos estos proyectos, muchas veces impulsados por la inversión de una sola persona, saben que un producto bien cuidado es valorado por el consumidor, quien agradece volviendo a comprar más de la editorial. Sí, hay diferencia de precios y número de páginas entre estos ejemplos y la grapa de Watchmen en cuestión, pero el meollo del asunto es la calidad que la editorial podría alcanzar y decide no hacerlo. Un alza de precio duele menos si va de la mano con una mejora en la calidad, y esto es un paso en el sentido contrario. Si lo que usted pretende es realmente apoyar al mercado nacional, apoye a estas editoriales, quienes llevan años manteniendo el espíritu de la historieta chilena encendida y al alcance de los lectores.
Sí, estamos claros que la realidad de una editorial pequeña imprimiendo tirajes de unas 200 grapas con un número más bien bajo de páginas cada una para vender en un circuito de ferias y venta directa no es lo mismo que una edición suplementera de un medio grande con acceso a todo el territorio nacional. Pero es precisamente esa diferencia la que resulta tan insultante; mientras los editores pequeños se rompen el lomo por hacer lo mejor que pueden con lo poco que tienen, la empresa con mayor capital para invertir y tomar riesgos parece haber conectado la impresora al notebook y puesto "imprimir" al pdf usando una resma de hojas barata.
Un cómic en papel puede ser un artefacto en sí mismo, y si bien no todos los cómics están obligados a serlo, está claro que Watchmen sí lo es; está claro que los lectores así lo quieren; y es obvio que Unlimited así lo quiso presentar. Tienen acceso a la que es probablemente la red de distribución más importante del país; el respaldo de uno de los mayores conglomerados editoriales de Chile; contando con un, por lo visto, acceso a licencias tal que pueden regodearse a gusto. Es tiempo de que Unlimited se dé cuenta que se están conformando con la mediocridad, que la baja de sus lectores es porque aun siendo parte de un mercado más grande que sus propias colecciones, donde los cómics físicos siempre han estado presentes e invadiendo de vez en cuando los quioscos, su producto está dejando de ser atractivo para el público.
Sin ir más lejos, yo mismo comencé a coleccionar cómics el año 2011 con la primera colección de Batman y agradezco el haber tenido acceso en ese entonces a ediciones tan atractivas y convenientes… pero ya se ha vuelto costumbre esperar para cada colección anunciada una seguidilla de errores y chambonadas reportados en las redes sociales. El precio, sí, parece atractivo. Pero el valor tan pobre que termina ofreciendo Unlimited por dicho precio no se justifica. Las excusas ya no son sostenibles, que sea “barato” no justifica la mediocridad. Y esto nos lleva al siguiente punto.
Defendiendo lo indefendible
Es innegable que la gran masa crítica de consumidores de estas colecciones es poco exigente, siendo estos probablemente los únicos cómics que compran y con los cuales satisfacen su necesidad de lectura semanal. Pero que existan estos clientes no hace que los problemas y errores dejen de existir. Cada vez que sale al mercado una nueva colección, las redes sociales se dividen entre los que critican justificadamente a la editorial y los que la defienden, esgrimiendo argumentos recurrentes como "agradezcan que devolvieron las grapas a los quioscos", "por ese precio no se pueden quejar", "hay que apoyar el mercado nacional o los cómics físicos van a desaparecer". La mayoría de estos argumentos son falaces o caen en el conformismo mercantil, aceptando cualquier cambio que la empresa decida implementar, como subir los precios, cambiar a un papel de menor calidad, no hacerse cargo de los errores de imprenta, entre tantos otros.
Hay un caso que me parece particularmente grave en todo este asunto. Rodrigo Pulgar, medianamente conocido en el pequeño mundo del cómic nacional, en numerosas ocasiones ha defendido a través de sus plataformas (su fanpage Yo Leo Cómics y su canal de youtube Comic Youth) las colecciones de Unlimited, ofreciendo consejos a sus seguidores como opiniones imparciales y objetivas.
Rodrigo tiene una agencia de publicidad llamada Adversa, y Unlimited es uno de sus clientes. Su agencia lleva la publicidad de Unlimited, se ha encargado de manejar las redes sociales de la editorial, y además oficia personalmente como consultor para asesorarlos sobre qué colecciones podrían publicar; si bien no toma decisiones administrativas, admite sin tapujos tener un grado de influencia en éstas.
Esto se llama conflicto de interés. Me parece vergonzoso que alguien disfrace sus dichos de consejos bienintencionados, objetivos y con altura de mira cuando lo que realmente está haciendo es asegurarse de que el trabajo de su empleador venda bien, y me resulta especialmente grave cuando su fanpage tiene más de 90.000 seguidores y su canal de youtube más de 10.000 subscriptores. Tiene una responsabilidad hacia su público, ante el cual se presenta como alguien que conoce del tema y busca orientarlos, la gran mayoría lectores casuales o recién llegados al medio. Él no se preocupa de ti. No cuida tu bolsillo.
Esto quedó particularmente claro el día de ayer, cuando en un livestream donde defendía descaradamente la nueva colección de Watchmen (con incoherencias como que la edición Vintage de ECC Cómics no le había gustado porque “dejaba bastante que desear en algunas cosas”, pero no tiene problema alguno en defender la de Unlimited), al ser consultado sobre dicho conflicto de interés estalló en ira, baneando a quien “puso en duda su credibilidad”… y finalmente eliminando el stream.
Finalmente, quien parece limitar a Unlimited es la propia Unlimited. Parecen estar mal asesorados en sus decisiones, quien sea que les haya dicho que editar Watchmen en un formato tan pobre era una apuesta segura les metió el dedo en la boca. Algunos de mis compañeros y yo sacrificamos $1.990 para poder hablar con propiedad en esta ocasión. Felicidades, Unlimited, las ventas del primer número deben ser excelentes. Aún está por ver cómo venderán los números restantes, pero si son bajas esperemos que funcionen como un tirón de orejas de parte de su público, que sí está interesado en este formato pero no con esta calidad. Es importante dejar una conclusión muy clara: quiero que Unlimited mejore, todos queremos eso, y ojalá sea esta crítica la que finalmente funcione como el llamado de atención que tanto necesitan. A todos nos motivó en su momento que "volvieran los cómics a los quioscos" y los "precios convenientes", pero ese norte se perdió hace rato.