"The Vision" (2016): ¿sueñan los sintezoides con familias eléctricas?
Tom King es el guionista de moda en Estados Unidos. Y a pesar que su fama pudiese deberse a ser el escritor de Batman, la verdad es que su prestigio se lo ha ganado a pulso, firmando algunas de las obras más interesantes del panorama comiquero actual, como The Sheriff of Babylon y The Omega Men. Para Marvel, en tanto, trabajó en la multipremiada maxiserie The Vision, que además de servir como actualización del concepto del vengador robótico, introdujo nuevas capas en su ya compleja personalidad.
El sueño de una vida normal generalmente se define como con esposa, hijos, casa y un trabajo normal de 8 a 5. Sin embargo, para muchos conseguirlo resulta ser un verdadero reto, sobre todo cuando eres un androide superhéroe miembro de los Avengers. Después de los acontecimientos de Secret Wars (2015), el robot casi humano busca crear un nuevo mundo para sí mismo, uno más familiar, que lo acerque a su objetivo de una vida feliz y normal.
¿Quién es The Vision?
The Vision debutó en The Avengers #057 (1968), de la mano de sus creadores, Roy Thomas y John Buscema, y de inmediato significó un punto de inflexión y novedad en la colección. Este hombre artificial, que heredó su nombre y parte de su aspecto de un personaje de la Edad de Oro, se convirtió en el primer vengador en ser presentado en la serie y ver reflejadas sus vivencias en ella, pues hasta entonces el título venía siendo sólo una reunión de las grandes estrellas de la editorial o repositorio de otros secundarios, pero cuyo desarrollo de personajes ocurría en sus series propias.
Desde un principio, el nuevo héroe se presentaría como un personaje conflictuado, siempre en la línea que separa su naturaleza robótica de su faceta “humana”. La Vision es un sintezoide, un ser humano construido de forma artificial. Es decir, es un robot, pero compuesto por órganos que funcionan como los de un ser humano. Fue creado por Ultron, que además lo dotó de emociones y la personalidad de Simon Williams, alias Wonder Man, que por entonces estaba muerto. Entonces, una máquina que desarrolla emociones humanas, ¿sigue siendo una máquina o pasa a ser un humano?
Así, para él fue todo complejo, en casi todos los aspectos que definían su existencia: la adaptación al equipo, pues algunos Vengadores no confiaban en él cuando se unió al grupo; su vida entre la población humana, que lo veía más como un artefacto que como el héroe al que aspiraba ser; las emociones, pues no sólo corresponden a estímulos que no pueden ser catalogados y procesados como cualquier máquina lo haría, sino que además no estaba seguro si esos sentimientos eran suyos o de Simon Williams; y para colmo, debió lidiar con la más hermosa y difícil de las emociones, el amor.
Y hablando de amor, quizá el factor más llamativo de su historia sea su matrimonio con Scarlet Witch, más aún cuando la pareja concibió 2 hijos, nupcias que se convirtieron en una defensa de que el amor no conoce barreras y que los prejuicios están ahí para derribarlos.
Su relación con Wanda Maximoff le otorgó una de las redes de lazos familiares más complejas del Universo Marvel, peligrosamente cercana a cualquier telenovela. Al haber sido creado por Ultron, considerado entonces como su padre, tendría como abuelos a Henry Pym y Janet Van Dyne. El hecho de que sus pautas mentales estén basadas en Simon Williams lo convierte en su hermano y, a su vez, en hermano de Eric Williams, el villano conocido como Grim Reaper. Debido a la convulsa historia de su amada, tendría tres suegros: Whizzer, Django Maximoff y Magneto, contando además con Quicksilver como su cuñado. Fruto de su unión con Scarlet Witch nacerían 2 hijos, que acabaron desapareciendo para revelarse años mas tarde como Wiccan y Speed, de los Young Avengers. Para rematar, en tiempos recientes se unió al reparto Víctor Mancha, otro hijo de Ultron, que tras vivir diversas aventuras con los Runaways recaló junto a su hermano en Avengers A.I.
"The Vision" (2016)
The Vision fue un personaje fundamental en la trayectoria de los Avengers durante las décadas de los setenta y ochenta, y aunque en los años posteriores pareció verse relegado al olvido, su inclusión en el film Avengers: Age of Ultron y su integración en la formación de los Héroes Más Poderosos de La Tierra de Mark Waid lo han traído de regreso a primera plana.
La obra que nos convoca es una maxiserie de 12 números, publicada a partir de enero de 2016, de Tom King en guiones y Gabriel Hernández Walta en dibujos. La serie parte de la premisa de que recientemente The Vision purgó todas las emociones asociadas con los recuerdos en su disco duro para que su sistema funcionara bien. Pero las consecuencias de ese acto aún no son exploradas en profundidad. Y mientras trata de formar una familia con esposa, hijos y un perro incluidos, puede que ese hard reset no fuese tan hard como se piensa…
Nuestro héroe de tez rojiza ha creado su propia familia de sintezoides, mudándose a un tranquilo barrio residencial en Washington. Allí, pretende cumplir su sueño de ser un individuo normal. Pero no lo es, pues a pesar de tener sentimientos humanos y estar creado a partir de órganos de tal lamentable especie, no deja de ser un personaje sintético, y así es tratado por sus vecinos. Por ello, intenta crear un entorno normal para ser aceptado como tal y creará a su propia esposa y a sus dos hijos adolescentes a los que matricula en una escuela de la zona.
Esa aparente normalidad no tardará en verse alterada cuando los vecinos se muestren reacios a tener una familia de robots al lado de sus casas, y cuando surjan determinados problemas que afectarán a la integración, como la visita de un viejo enemigo, problemas en el Instituto con otros alumnos y un escabroso asesinato. Todo esto ocurrirá mientras La Visión se desempeña tanto de Vengador como de enlace con la Casa Blanca. Esta es una historia hermosa y ominosa, que no nos cuenta las aventuras superheroicas de The Vision, sino que las tragedias de su familia, los planteamientos y la moralidad de las inteligencias artificiales y sus responsabilidades.
La capacidad de Tom King de transmitir esa escalofriante tranquilidad artificial de los protagonistas, los dilemas morales que plantea y la disyuntiva a la que se verá sometido el héroe de Marvel va in crescendo. De más está decir que difícilmente podría calificarse a este título como de superhéroes, pues las batallas son relegadas a un segundo o tercer plano, y donde el peso se traslada al desarrollo y relación de los personajes.
Lo que más baña las páginas es el drama y tensión, con la sensación de que en cualquier minuto todo se irá al carajo, pero dosificadas de manera ingeniosa para compensar ese estilo introspectivo que domina la serie.
Impresiona y aterra la capacidad de King de armar escenas a través de personajes artificiales dominados por la lógica binaria, sentimientos programados y protocolos matemáticos. La frialdad de los protagonistas nos mantiene siempre incómodos, aunque sin impedirnos empatizar con ellos a través de las situaciones que les ha tocado vivir. Efectivamente, se intuye que el choque que se produce entre esta familia robótica y el entorno humano sólo puede acabar en desastre y la sensación de dirigirnos a un abismo sin poder hacer nada es desoladora.
El dibujo corre a cargo del español Gabriel Hernández Walta. Recién acabada su etapa en la serie Magneto, el dibujante hace un trabajo absolutamente elogiable. Su narrativa acompaña perfectamente la paz y rigidez propia de las máquinas, retratando perfectamente esos movimientos lentos, firmes y mecanizados. La personalidad extra y su estilo característico terminan por darle al cómic el toque que cierra el paquete de forma perfecta, alejándose de los estándares mainstream, pero sin llegar a perderse en excesos experimentales.
El trazo es capaz de dotar a las viñetas con un gran ambiente de sentimientos e intimidad, sumergiéndonos en la cotidianidad de este extraño grupo familiar. También es importante señalar la impecable colaboración de Michael Walsh (The X-Files, Secret Avengers) en el #7, entrega que además rompe el esquema de la narración al centrarse en un flashback hacia el pasado de nuestro protagonista. El color corre a cargo de Jordie Bellaire (The X-Files, The Manhattan Projects), completando así un tándem creativo de auténtico lujo.
Resumiendo, sin duda que esta obra es desde ya un clásico. Algunos giros de guion más tarde, ya no sabemos dónde está la línea que separa la supervivencia de la ética, o lo humano de lo robótico. Al final, se trata de adaptación, de hacer lo que sea necesario para seguir adelante y conservar lo que uno quiere. Si algo nos enseña este cómic es que en nombre del amor se pueden hacer las mayores atrocidades. Y en eso, la Visión es escalofriantemente humano.
En papel
The Vision ha sido publicada en Estados Unidos en los tradicionales formatos de grapa y trade paperback, pero además en una edición Director's Cut, que actualmente va por el #004, que incluye 2 números tradicionales por entrega, con extras y detalles agregados
En español fue editada por Panini Cómics en 2 tomos recopilatorios de la línea Colección 100% Marvel, de tapa blanda con solapas, que incluyen la serie completa.