MR – “Dark Nights: Metal” #002: Que empiece el Bati-Twist
Aviso de Spoilers: La reseña que sigue a continuación trata los sucesos más recientes de la serie revisada, por lo que puede desvelar detalles argumentales importantes para quienes no estén al día. |
Luego de una espera extensa y un primer número que no resultó ser más que otro prólogo glorificado, Dark Nights: Metal finalmente encuentra su ritmo y empieza a extender sus alas.
DARK NIGHTS: METAL #002
Editorial: DC Comics
Publicación: 13/09/2017
Guion: Scott Snyder
Arte: Greg Capullo
Tintas: Jonathan Glapion
Color: FCO Plascencia
Rotulado: Steve Wands
Reseña: Fantasma Rojo
7 / 10
Me sorprendió bastante el salto cualitativo de un número a otro, hasta antes de hoy esta historia de Scott Snyder parecía tener déficit atencional, mostrando un interés en visitar los más variopintos rincones del universo DC, pero siendo incapaz de enfocarse en ellos, atarantándose al querer hablar sobre demasiadas cosas al mismo tiempo y sufriendo por ello. Es por ello que este número, a diferencia de la edición anterior, se siente mucho más estable y concreto en su premisa.
El gran punto a favor que permite entender esta mejora es el simple hecho que las tramas están mucho mejor contextualizadas. Un gran problema que esta serie tenía es que se mostraba tan ansiosa de demostrar lo ridículamente comiqueril que podía llegar a ser, que lo hacía a costa de la coherencia del relato y eso fue especialmente notorio en el desperdicio de espacio que fue la secuencia de la Justice League contra Mongul en Metal #001, escena que poco y nada de relevancia tuvo con la historia central. En contraste, en este número nos encontramos con algo similar, con una secuencia donde la Bat-Familia ayuda a su patriarca a distraer a la Justice League. Ambas escenas están repletas de acción, pero la segunda tiene una mejor excusa para estar presente al ser mucho más pertinente con la historia que se está contando. Como bonus se puede entender como una suerte de disculpa por el fiasco que fue el enfrentamiento que Batman tuvo con la Liga durante Endgame, al presentar una estrategia basada en el engaño y la desorientación por sobre un enfoque más físico.
Otro elemento a considerar es que luego de bastante tiempo, Snyder nos presenta a su Batman como un personaje consciente de sus limitaciones y que planifica de acuerdo a sus fortalezas en lugar de ese insufrible “Gary Stu” que todo lo puede simplemente porque es Batman. El murciélago se muestra como alguien competente, pero no en completo control de la situación. Su breve interacción con Dream es reflejo de ello y la secuencia final del número no hace sino reforzar esta noción. Siguiendo el tema de las caracterizaciones, me sorprendió bastante que Snyder por fin escribiera a Damian Wayne luego de haber pasado todos los Nuevos 52 esquivándolo como si tuviera peste, pero por sobre todo me agradó la forma en que los diálogos de corte más expositivos (como los que ocurren en la reunión de inmortales) fueron manejados de forma más concisa.
El último punto que merece unas palabras es el tratamiento que se dio al fanservice. En los números previos a éste vimos diversas secuencias diseñadas para sorprender al lector, ya sea por la participación de personajes sorpresa o por referencias a otras historias de calibre cósmico, pero no es sino hasta ahora que se sienten de buen gusto. Claro, en un número anterior la revelación de la torre de Infinite Crisis fue una imagen potente, pero su pertinencia final fue nula; en cambio en esta ocasión este tipo de referencias tienen un más de sentido, la aparición de los cuarteles secretos de la Legion of Doom es llamativa, pero tiene una finalidad última, no está ahí solo para menear una credencial de fan. De forma similar es lo que ocurre con referencias a historias pasadas, las menciones a Return of Bruce Wayne o Darkseid War no son incidentales y le dan un poco más de sustrato a una historia que hasta ahora era mucho ruido y pocas nueces. Relacionado con esto, quiero mencionar el que es quizás el elemento más ridículo que se ha traído a colación en esta serie: el bebé Darkseid. Es una idea que no se encontraría fuera de lugar dentro de historias de la edad de plata y sin duda alguna es el elefante en la habitación del que nadie se había querido hacer cargo durante Rebirth. El traer de vuelta a Darkseid en una historia que referencia de forma activa a Return of Bruce Wayne no puede ser coincidencia y su aparición en este número es increíblemente jocosa, pero quizás es el lugar y el momento, después de todo una de las promesas que se han hecho con esta serie es que no se quiere dejar piedra sin voltear.
Luego de cuatro números, por fin este evento agarró vuelo y al menos ya es mejor evento que Convergence. No es una historia que se tome demasiado en serio a sí misma, ni necesita serlo, pero por fin logra tomar la cacofonía de sonidos que la componían e hilar una playlist decente.