"Daredevil: Redemption" (2005): en la oscuridad del alma humana
Marvel Comics siempre ha asegurado que una de sus características es que en sus páginas trata de reflejar la realidad. Daredevil: Redemption, obra que hoy nos convoca, ha ido un paso más allá, pues su trama está basada directamente en un hecho real.
Marvel Knights' Daredevil: Redemption, es una miniserie de 6 números, con David Hine (X-Men: The 198, District X) en guion, Michael Gaydos (Alias, Jessica Jones) en dibujos y Bill Sienkiewicz en portadas, que fue publicada en el año 2005. El argumento nos narra la visita de Matt Murdock a la ficticia Redemption Valley, Alabama, un perdido pueblo del Estados Unidos profundo, donde el asesinato de un niño es responsabilizado casi sin pruebas a unos jóvenes diferentes a la cultura ultraconservadora que rige al resto de los ciudadanos del pueblo.
Efectivamente, la serie limitada basa su trama en hechos que tuvieron lugar en mayo de 1993 en la localidad de Robin Hood Hill, al oeste de Memphis, donde un niño fue brutalmente asesinado. Al igual que Redemption Valley, se trata de un típico pueblo de la cara más oculta de Estados Unidos, donde el fanatismo religioso y la mentalidad intransigente están a la orden del día en cada mente y rincón. Todas las miradas acusadoras apuntan a un trío de jóvenes seguidores del heavy metal y su estética comúnmente considerada como "satánica", que rápidamente despiertan las sospechas de los conservadores vecinos de esa población perdida en la ignorancia e intolerancia.
Como puede suponerse y en un caso similar a, por ejemplo, Magneto: Testament y Silver Surfer: Requiem, éste no es un relato de superhéroes. Claro, tenemos la aparición de Daredevil, pero su faceta como abogado tiene más importancia que las acrobacias del Diablo Guardián. Incluso, se llega al extremo que el mismo Matt Murdock sólo es un mero acompañante y Daredevil parece sobrar por completo. David Hine desarrolla este drama triste y amargo utilizando una atmósfera claustrofóbica (sensación que se ve incrementada por el trabajo de Michael Gaydos, que vuelve a lucirse en esta obra) y endogámica, pues su retrato es escalofriante, duro y sin concesiones. El guionista británico juega con gran habilidad con la dicotomía de justiciero/abogado.
En el clímax del relato, asistimos con impotencia a la terrible decisión que debe tomar nuestro protagonista, que vuelve a enfrentarse con la contradicción casi esquizofrénica de un personaje que pese a rozar la ilegalidad cuando se enfunda su traje de mallas, respeta con fe ciega al sistema judicial, o quizá esté atrapado en él. Estoy seguro que si cualquiera de nosotros fuese el guionista, hubiésemos escrito dicho pasaje de forma opuesta, lo que no es más que la prueba concreta de la valentía de Hine al enfrentar el relato y de la tremenda carga que Murdock carga sobre sus hombros.
La investigación del caso, el juicio del crimen y las escabrosas revelaciones y confesiones de los principales vecinos implicados en el asunto son utilizadas por el guionista para escribir un cómic que ahonda en las bases sobre las que se asienta la psique y la esencia misma de este magnífico personaje, todo en perfecta concomitancia con un relato crudo y adulto, que atrapa desde el inicio y no da respiro hasta el final. Otro de los puntos fuertes es la resolución del drama, y aunque es algo previsible, no es para nada complaciente, dejando en el lector la incomodidad y pesadumbre de la que sólo las buenas obras pueden jactarse.
Tenemos, entonces, un título redondo y sin miramientos a la hora de arriesgar con los temas de abusos sexuales, maltratos, alcoholismo, religión, entre otros, que elevan la miniserie a un nivel de madurez y crudeza propio de la línea más madura de la editorial.
Esta pequeña obra maestra no sería tal si no tuviese un equipo artístico capaz de plasmar el tono rancio y decadente del guion. Por esto es que el estilo de Michael Gaydos, con coloreado de Lee Loughridge, se antoja ideal. Gaydos es un gran narrador y cumple excelentemente reflejando expresiones y sentimientos, lo que es aún más evidente debido al uso de planos cercanos a los rostros de los personajes. Su estilo feísta y rico en claroscuros es perfecto para transmitir la oscuridad y tristeza inherentes a un relato de este tenor, donde el miedo, la represión y la congoja llenan cada viñeta. Es interesante, además, el efecto macabro que se logra al rellenar de negro los bordes de las páginas, en uno de los aciertos artísticos.
En resumen, tenemos una trama dura y cruda, que no teme en jugar con los aspectos más ocultos de la cultura y psiquis humana. Una muy buena historia y uno de los cómics que mejor impresión me han dejado últimamente, cuya lectura recomiendo a todo el que quiera pasar un rato enganchado a un argumento que atrae desde la primera página. Apta tanto para quienes no tengan mucho interés en títulos de superhéroes, como para aquellos curiosos de comprobar los distintos matices que puede alcanzar dicho género.
En papel
Daredevil: Redemption fue editada en Estados Unidos en 6 números en formato grapas, y en su correspondiente tomo recopilatorio de tapa blanda.
En español, fue publicada por Panini Cómics en un tomo de tapa blanda con solapas, de la Colección 100% Marvel, en el año 2006.