MR – “Dark Nights: Metal” #001: metal maldito
Luego de dos números de prólogo y una campaña mediática relevante, finalmente empieza el gran evento del verano norteamericano de DC Comics, "Metal". ¿Es una gran épica estrambótica de superhéroes o un voladero de luces? Para ser sincero, un poco de ambas.
DARK NIGHTS: METAL #001
Editorial: DC Comics
Publicación: 16/08/2017
Guion: Scott Snyder
Arte: Greg Capullo
Tintas: Jonathan Glapion
Color: Francisco Plascencia
Rotulado: Steve Wands
Reseña: Fantasma Rojo
6,5 / 10
Dark Nights: Metal #001 ciertamente es un cómic ambicioso. Sin temor extiende lazos hacia historias de los más diversos rincones del Universo DC para redescubrir elementos cosmológicos que habían sido cubiertos por el polvo hace bastante tiempo, reinterpretándolos a su propio ritmo. No es labor sencilla tomar los elementos más esotéricos de "Batman: The Return of Bruce Wayne" y hacerlos parte integral de un universo post-Rebirth; tampoco lo es crear toda una narrativa que gira alrededor del concepto de que los metales especiales del Universo DC comparten un origen común y secreto. Y es precisamente porque todo esto no es fácil de digerir, es que este primer número tambalea.
Metal en su núcleo es un cómic que tiene una premisa interesante y que juega con un truco clásico de este medio narrativo: tomar un concepto científico y correr a lo loco con él. La razón por la cual esta serie y sus prólogos llevan el adjetivo “Dark” proviene de la idea detrás de la Materia Oscura, una teórica sustancia que no es ni materia ni antimateria, pero que llena todos los espacios que se creen vacíos. Este enfoque sci-fi es algo que puedo respetar. Lo que se me hace más difícil de respetar es que se desperdicie la primera mitad del número en una secuencia “cool”, pero que nada tiene que ver con los temas de fondo.
Entiendo la idea de Scott Snyder y Greg Capullo de abrir con una secuencia dinámica para marcar el ritmo de esta miniserie, pero resulta tan inconexa con los números que sirvieron de prólogo y con lo que viene después que no se logra entender por qué está ahí. Hasta uno de los personajes dice que no tiene sentido y eso es porque, para sorpresa de nadie, no lo tiene. Es divertido ver cómo Mongul neutraliza a la Justice League, pero sale tan de la nada y es tan poco relevante que solo termina ahogando al número. Si querían poner un Megazord en la serie, bienvenidos sea, pero para la próxima se agradecería que fuera porque de alguna forma va a ser importante o que narrativamente tenga sentido en lugar de solo estar ahí porque sí.
La segunda parte del número es donde, en mi humilde criterio, empieza lo bueno. Normalmente se le puede hacer la crítica a Snyder que a veces abusa del texto expositivo, pero en esta ocasión es un mal necesario. Blackhawks, fisuras espacio-temporales, Barbatos y un misterio ancestral en la casa de Bruce Wayne son algunas de las ideas que borbotean en esta historia y que al lector habitual de DC probablemente le tocarán alguna fibra, pero que puede resultar ser un tanto incomprensible para un lector más novel que se involucra en este evento por casualidad. Quizás por esta razón es que Dark Nights: Metal #001 tiene dos mitades tan marcadas, una dedicada al lector curioso y otra al más avezado, pero no parece ser el enfoque correcto, ya que en lugar de ofrecer una historia que todos puedan disfrutar en distintos grados, ofrece compartimentos distintos y muy separados.
El otro punto algo timorato es la dirección artística. Greg Capullo sin duda fue la cadena que mantuvo a flote a la serie de Batman de The New 52 aun en sus momentos más… cuestionables; sin embargo, acá no lo vemos al tope de su capacidad. Luego de leer los dos primeros prólogos y tener que soportar los horrendos lápices de John Romita Jr., esperaba algo con un poco más de sustancia cuando iniciara esta serie, pero me encuentro con un dibujo que raya en lo “correcto”. De Capullo se espera más y sinceramente deseo que el un tanto flojo trabajo de este número se compense en aquellos venideros.
A modo de conclusión puedo decir que "Metal" como idea no es un desastre; tiene una premisa interesante y con un cliffhanger que levantará muchas cejas, pero su ejecución es deficiente. Lo que debería haber sido la gran inauguración, se siente como un tercer prólogo. Metal #001 no es una canción de un gigante del rock, es la canción interesante, pero algo temerosa del grupo telonero local.