Retrospectiva: cinco años desde "Before Watchmen"
En noviembre comienza Doomsday Clock, el nuevo evento de DC Comics guionizado por Geoff Johns, historia que resolverá el misterio de Watchmen en el Universo DC. Los primeros adelantos fueron bien recibidos entre los fans, quienes interpretaron esa premisa como un soplo de aire fresco en una editorial fatigada tras un infructuoso reboot de casi seis años. Curiosamente este nuevo arco argumental llega media década después de Before Watchmen, la precuela no autorizada por Alan Moore y Dave Gibbons basada en la novela gráfica de 1986.
Cabe preguntarse ahora si aquel proyecto fue verdaderamente exitoso, especialmente al considerar su polémico anuncio y la gran cantidad de autores que trabajaron para concretarlo. ¿Realmente valió la pena esta precuela o fue solo otra jugada comercial sin ningún resultado memorable?
Un poco de contexto
Hablar de Before Watchmen requiere entender el complejo momento que vivía DC Comics hace cinco años. En agosto de 2011 la empresa había iniciado The New 52, un relanzamiento editorial a gran escala que pretendía atraer nuevos fans con un reinicio total de la cronología DC. La iniciativa del editor en jefe, Dan Didio, incluía también una renumeración de todas las series regulares y el rediseño de los héroes más importantes de la empresa, quienes fueron rejuvenecidos para conectar con nuevas generaciones.
Pese a las críticas de los fans más antiguos, el proyecto —que tuvo amplio despliegue publicitario en medios norteamericanos— probó ser comercialmente efectivo y posicionó a DC en la cima de los trescientos cómics más vendidos en USA por siete meses consecutivos. No solo eso, la iniciativa de DiDio provocó un tremendo impulso en el mercado comiquero estadounidense, cuyas ventas mensuales aumentaron desde 77,2 a 86 millones de copias entre 2011 y 2012 según los registros anuales de Comichron.
Pero no todo fluyó correctamente y pronto el panorama se tornó adverso, pues la calidad en DC Comics se hundió mientras la competencia ejecutaba sus propios relanzamientos para aprovechar el boom de compradores, tales como Marvel NOW!, Top Cow Rebirth y Dark Horse Heroes, entre otros. El plan editorial no siguió una dirección clara, situación que provocó polémicos cambios en los equipos creativos y una baja general en las ventas de series menos conocidas, las que cayeron bajo las 25 mil copias vendidas (una cifra roja para los estándares de Warner).
A la altura de enero de 2012 el relanzamiento tenía pésima fama y seis cancelaciones anunciadas, cifra que se duplicó en julio siguiente. Varios títulos fueron reemplazados por series asociadas a Batman —por lejos la franquicia más rentable—, ya para septiembre el personaje representaba 23% de las publicaciones mensuales del Universo DC (12 de 52 títulos, más que ningún otro héroe). La presencia del murciélago también creció en detrimento de otras temáticas, como The Dark y The Edge, líneas de publicación con invitados de las editoriales Vertigo y WildStorm.
Fue en ese caótico contexto que la editorial anunció un recurso impensable para la época: una precuela del clásico de Moore y Gibbons sin participación de los autores originales, proyecto que supuestamente reposicionaría a DC Comics tras los fallos del reboot. “Tras 25 años los personajes de Watchmen son figuras clásicas a quienes les ha llegado la hora de recibir nuevas historias. Hemos buscado a los mejores guionistas y mejores dibujantes de la industria para seguir construyendo a partir de la mitología original”, anunciaron Dan Didio y Jim Lee en un comunicado reproducido por iFanboy.
Series de la discordia
Lo más desconcertante no fue solo la intención de ampliar una novela gráfica autocontenida, sino la magnitud del proyecto mismo. En lugar de publicar un solo Before Watchmen, que hubiera sido el paso lógico, el plan de DC Comics contemplaba nueve títulos con distintos equipos creativos (cuatro guionistas y diez dibujantes en total). Los cómics contarían historias de cada personaje original pero situadas en distintos periodos de tiempo, un total de 37 números de "precuela" para una obra cuya extensión original solo fueron doce entregas.
Pero, para ser justos, Dan Didio no mentía cuando afirmó tener un grupo competente para desarrollar el evento, pues entre los artistas convocados figuraban grandes nombres como Joe Kubert y Darwyn Cooke (ambos fallecidos en 2012 y 2016, respectivamente). De hecho, los equipos creativos también superaban la oferta de Los Nuevos 52, relanzamiento donde habían nombres cuestionables como Scott Lobdell y Rob Liefeld, ironía que colocaba a Before Watchmen entre las propuestas más sólidas que ofrecía DC Comics en ese periodo.
Las series que comprendió el evento fueron las siguientes:
- Minutemen (seis números): título escrito y dibujado por Darwyn Cooke (Parker, DC: The New Frontier). Cuenta la historia del primer equipo de superhéroes de Estados Unidos entre 1939 y principios de los sesenta, narrado desde la perspectiva de Hollis Manson.
- Silk Spectre (cuatro números): serie coguionizada por Darwyn Cooke y Amanda Conner (Harley Quinn), dibujada también por esta última artista. Situada durante los años sesenta con la revolución de la flores como contexto, la trama relata los primeros días de Laurie Jupiter como superheroína.
- Comedian (seis números): historia escrita por Brian Azzarello (100 Bulllets, Wonder Woman) con arte de J.G. Jones (Final Crisis). Explora la relación que tenía El Comediante con la familia Kennedy y la participación del antihéroe en la Guerra de Vietnam.
- Rorschach (cuatro números): miniserie con guión de Azzarello y dibujos de Lee Bermejo (Joker) situada en 1977 y enfocada en el superhéroe del mismo nombre, quien intenta terminar con una red de narcotráfico y prostitución.
- Nite Owl (cuatro números): escrita por J. Michael Straczynski (Superman: Earth One, The Amazing Spider-Man) con dibujos de Joe y Andy Kubert. Esta narra los orígenes y primeras aventuras de Nite Owl II tras conocer a Hollis Manson.
- Doctor Manhattan (cuatro números): trabajo de J. Michael Straczynski y dibujos de Adam Hughes (Wonder Woman). Su premisa fue la pregunta "¿Es posible que el Dr. Manhattan haya influido en su propio accidente?" y está situado durante el octavo número de Watchmen.
- Moloch (dos números): Otra dirigida por Straczynski pero con dibujos de Eduardo Risso (100 Bullets), comprende toda la vida del villano y explicita cómo ocurrió su muerte en la saga original. Esta miniserie fue anunciada en agosto de 2012 cuando las otras miniseries estaban ya en publicación.
- Ozzymandias (seis números): título guionizado por Lein Wein (Swamp Thing, X-Men) con apoyo de Jae Lee (Inhumans) en el apartado gráfico. Narra la vida completa de Adrian Veidt desde su infancia hasta que concreta sus planes en Watchmen.
- Dollar Bill (one-shot): también guionizada por Wein pero con dibujos de Steve Rude (Nexus). Número unitario que explora la vida y muerte de Bill Brady, uno de los Minutemen. Esta historia fue anunciada recién en noviembre de 2012, a pocos meses de terminar el evento.
- The Curse of the Crimson Corsair (back-up): páginas complementarias creadas por Wein y John Higgins, presentaban historias de piratas al final de cada número del macroevento (posteriormente reunidas en un volumen compilatorio).
- Cabe mencionar que Len Wein también estaba encargado un número llamado Before Watchmen: Epilogue, edición que finalmente fue cancelada según reportó Bleeding Cool a principios de 2013.
Lamentablemente estos equipos creativos no lograron satisfacer al público, el cual manifestó sus críticas en redes sociales e incluso a través de medios oficiales. Como era de esperarse, una de las respuestas provino del mismísimo Alan Moore, quien se refirió al asunto en la web Fast Company.: "Luce un poco desesperado ir tras un libro famoso por su integridad artística. Es una serie terminada, Watchmen fue hecha para entregar un alternativa a los superhéroes como una eterna teleserie".
Por supuesto todos los autores implicados justificaron su participación en el proyecto., pero quien hizo la defensa más férrea de las precuelas fue J.M. Straczynski. El guionista valoró el desafío de hacer nuevas historias y desestimó las críticas de Moore, pues aseguró que éste mismo había rechazado un ofrecimiento oficial para hacer su propia precuela de Watchmen.
"Ni Alan ni nadie han sugerido nunca que sólo a Siegel y a Shuster se les tenía que haber permitido escribir sobre Superman. Alan no dejó pasar su oportunidad cuando le ofrecieron escribir La Cosa del Pantano, y luego hizo un gran trabajo. Pero no dijo 'No, no, no puedo, es un personaje de Len Wein', así que tampoco deberíamos hacerlo nosotros", explicó categóricamente Straczynski a CBR.
Tipo de historias
Las críticas no hicieron retroceder a DC Comics y la precuela comenzó con Minutemen #001 el 6 de mayo de 2012, pero con un método de publicación totalmente anómalo. La empresa editó un Before Watchmen semanal en lugar de publicar un número mensual de cada serie, lo que por extensión generó intervalos irregulares entre las fechas de lanzamiento de un mismo título. Por ejemplo, entre Silk Spectre #1 y #2 solo hubo treinta días de diferencia, pero el tercer y cuarto episodio demoraron hasta dos meses en llegar a comiquerías.
La publicación tampoco siguió un orden cronológico particular, el único eslabón de conexión entre las precuelas eran los complementos The Curse of the Crimson Corsair, historia que solo podían seguir apropiadamente quienes coleccionaban todas las cabeceras. Claramente la intención de DC Comics era obligar a los lectores a comprar todo el evento para aumentar las ventas de todas los títulos, pero esto no llegó a reflejarse en cifras reales.
Irónicamente, esa falta de articulación se debió a la libertad creativa de los guionistas, pues Before Watchmen no tuvo ni pretendió tener la sofisticación del Watchmen original. En su lugar los guiones apostaron por las fórmulas tradicionales del cómic moderno y desecharon recursos fundamentales del clásico de 1986, como los suplementos en prosa al final de cada número. Sin embargo, las historias mismas tuvieron tres cortes bastante definidos que se movieron entre "el tributo irrelevante" y la "reinterpretación irrespetuosa":
- Periféricos: tramas situadas en el universo de Watchmen, pero con escasa o nula influencia en la historia original. No son precuelas sino ejercicios narrativos con los personajes de Moore y Gibbons, quienes son presentados en ambientes desconocidos por los lectores. Entre ellas clasifican Comedian, Rorschach y The Curse of the Crimson Corsair.
- Profundizaciones: narraciones que ahondan y explicitan hechos ya conocidos en la obra original, como los orígenes de algunos héroes. Son precuelas pero entregan poca información nueva o relevante, también funcionan de forma retroactiva y asumen un amplio conocimiento del texto original por parte del lector. Estas son Nite Owl, Ozzymandias, Moloch y Dollar Bill.
- Reinterpretaciones: historias que revelan "hechos no contados" y nuevas perspectivas de los personajes, son las tramas más interesantes pero también las más divergentes respecto a Watchmen. Este grupo lo componen Dr. Manhattan, Minutemen y Silk Spectre (las dos últimas podrían ser llamadas "precuelas netas").
El apartado artístico tampoco siguió un criterio establecido, decisión que rompió con el definido esquema trabajado previamente por Dave Gibbons (incluyendo el formato de páginas con recuadros de tres por tres). Cada ilustrador siguió su propio patrón de dibujo y viñetas, cuyo resultados fueron diferencias irreconciliables entre estilos tan distintos como los de Andy Kubert y Adam Hughes.
No obstante, algunos artistas plantearon un formato "interno" para sus historias: Jae Lee se alejó de los clásicos cuadrados y trabajó viñetas circulares en todos los números de Ozzymandias; Amanda Conner ilustró paneles de diferente tamaño y las intercaló con caricaturas e imágenes de pinturas clásicas para representar la interioridad de Laurie en Silk Spectre, mientras que Darwyn Cooke incluyó cuatro recuadros con figuras semicirculares acordes al guion en cada número de Minutemen. Esto compensaba —al menos en algunas series— el descuido general que Before Watchmen tuvo por la estructura visual.
Lógicamente ningún proyecto tuvo el impacto cultural de Watchmen más allá de la polémica, pero tampoco sería justo llamarlos trabajos de "bajo nivel". Varias series lograron imponerse por sobre la calidad ofrecida por The New 52, ya sea por su guion o su apartado artístico. Curiosamente las obras reinterpretativas —las más temidas por los fans— terminaron por ser las apuestas más sólidas, aunque esto no evitó el rechazo de los lectores puristas que prefirieron los relatos periféricos y de profundización por ser más respetuosos. De hecho, la respuesta a "¿Cuál fue el mejor Before Watchmen?" se redujo simplemente a una cuestión de expectativas.
Crítica y ventas
Como era de esperarse, las primeras ediciones fueron un éxito comercial que ubicó a Before Watchmen entre los diez cómics más comprados de norteamérica, ranking que durante esa época dominaba Avengers vs X-Men con 190 mil copias vendidas. Sin embargo, la propuesta no retuvo el interés del público, situación traducida en una pérdida del 54% de los compradores entre junio de 2012 y abril de 2013. Sin perjuicio de lo anterior, es importante mencionar que los títulos no tuvieron malas ventas y lograron mantenerse dentro de los cien cómics más solicitados de EE.UU.
Por su parte, la crítica especializada tuvo una reacción mixta ante las precuelas. Actualmente califica con 7.1 de 10 en Comic Book Round Up, sitio web que recopiló y promedió un total de 368 reseñas sobre las distintas series. Los títulos mejor rankeados fueron Minutemen (8.6) y Dr. Manhattan (8.3), dos reinterpretaciones que convirtieron a Darwyn Cooke y J.M. Straczynski en los grandes vencedores del evento. En el otro extremo figura Brian Azzarello, guionista que no pudo repetir su gran momento creativo en Wonder Woman —publicada en la misma época— y obtuvo apenas un 5.4 por su trabajo en Comedian.
Las historias fueron reunidas en 2013 en cuatro volúmenes recopilatorios, tomos duramente criticados por el teórico y ganador del Eisner, Douglas Wolk, galardonado en 2008 por su trabajo Reading Comics: How Graphic Novels Work and What They Mean. El experto incluso acusó en Los Ángeles Times que los creadores fueron forzados a "extender un trabajo innovador a una franquicia brillante pero sin vida" en vez de recibir indicaciones para crear algo nuevo y fresco.
En cambios, los lectores mismos parecen ser más condescendientes con los resultados: todos los compilatorios tienen un promedio de 3.5 de 5 en Goodreads, mientras que en Amazon las historietas recibieron entre tres y cuatro estrellas por parte de los compradores angloparlantes. Estas calificaciones parecen registrar una leve mejoría en la percepción del evento, aunque se mantiene la tendencia de evaluar positivamente las obras reinterpretativas de Cooke, Conner y Straczynski por sobre las periféricas de Azzarello (el tomo Rorschach/Comedian marca las puntuaciones más bajas en ambas webs).
El factor Darwyn Cooke
¿Hay siquiera una precuela digna de leerse en Before Watchmen? La respuesta es sí. Primero conviene reconocer que detrás de todas estas series había una motivación puramente comercial que traspasó los límites de lo ético, pues desarticular una obra emblemática en diez títulos distintos finalmente no probó ser artísticamente necesario. Una vez dicho eso, sería injusto no destacar los aciertos de Minutemen y Silk Spectre, títulos que estuvieron entre los últimos trabajos de Darwyn Cooke previo a su muerte.
La ventaja de estas propuestas fue su coherencia literaria: mientras los otros Before Watchmen son historias dispersas en el tiempo, Silk Spectre es una secuela directa de Minutemen (indiferente de haber sido publicada al mismo tiempo). Sus tramas logran presentar tres décadas consecutivas de aquel universo y convergen en un momento clave de Watchmen, por tanto ambas series son las lecturas más inmediatas entre todas las precuelas editadas desde 2012 hasta 2013. Estos relatos también evitan spoilear momentos claves de la obra original a nuevos lectores, error cometido múltiples veces por los guionistas de Dr. Manhattan, Ozzymandias y Moloch.
Entre ambas historias hay un cambio de tono que avanza desde la perspectiva biográfica y panorámica de Hollis Manson a la profundidad intimista de Laurie Jupiter, transición que el escritor logró gracias a personajes "bisagra" presentes en ambos trabajos. No menos importante es la presencia de Amanda Conner, quien aparte del dibujo también moldeó la voz femenina de Silk Spectre, una perspectiva narrativa que Darwyn Cooke practicó poquísimo en vida.
No está demás destacar el trabajo de los coloristas Paul Monts y Phil Noto. El primero de ellos comprendió perfectamente la intencionalidad de Conner, cuyos dibujos fueron coloreados con tonos brillantes y vivos que realzaron las turbulentas emociones de Laurie. El segundo trabajó con colores opacos sobre los dibujos de Cooke, lo que terminó por aumentar ese toque "retro" tan propio del dibujante (cuyo estilo basado en los años cincuenta no podía ser más apropiado para Minutemen).
Conclusión
Por supuesto cada persona puede elegir por sí misma cuál fue el Before Watchmen más apropiado, incluso si ninguno estuvo a la altura de Alan Moore. Como se advirtió previamente, esta precuela fue apenas un cash grab antiético que pretendía beber de un éxito vanguardista con tres décadas de antigüedad, objetivo que consiguió apenas en términos relativos y con una fría recepción de la crítica especializada. Pero, puesto en perspectiva, sus componentes no fueron malos y algunas historias lograron brillar justo cuando la calidad en DC Comics estaba en un estado crítico.
Quizás la percepción de este evento haya cambiado en el tiempo, según se desprende de las críticas positivas otorgadas por lectores y reseñadores. Recientemente Joshua Yehel de IGN se refirió al asunto con motivo de "Doomsday Clock" de Geoff Johns: "Tuvimos unos pocos ejemplos —más notablemente los Minutemen trágicos y retro de Darwyn Cooke— y fue difícil admitir que quizás, solo quizás, continuar haciendo cómics de Watchmen no era la peor idea del mundo". Probablemente tiene razón.