CMM #006 - "Sub-Mariner: The Depths" (2008): un batiscafo rumbo a la locura
¡Bienvenidos otra vez, true believers! Seguimos adelante con Caballeros de la Mesa Marvel y su obstinación de revisitar las obras que dio a luz el sello Marvel Knights. En esta oportunidad nos encontramos nuevamente con el guionista inglés Peter Milligan —cuya X-Force / X-Statix ya pasó por esta sección— en una miniserie de Namor the Sub-Mariner donde… el rey Atlante casi no aparece.
De vez en cuando las editoriales de superhéroes caen en cuenta de que el inmenso abanico de personajes que poseen les permite huir de las historias habituales de buenos contra malos, y aprovechar así las oportunidades de nutrirse de su rico bagaje. Sub-Mariner: The Depths, con guiones de Peter Milligan y arte de Esad Ribic es un muy buen ejemplo de ello. Concebida como una miniserie de cinco números, este claustrofóbico thriller psicológico es una de las mejores obras publicadas en el sello Marvel Knights. El relato es un fantástico examen de lo que significa vivir en el universo del mítico Marvels de Kurt Busiek pero, a diferencia de este último, en "The Depths" exploramos el lado oculto y oscuro, enfocándose más en lo que no vemos.
La trama transcurre en la década de 1950, en la época previa al advenimiento masivo de los superheroes. El Dr. Randolph Stein es contratado por el gobierno de Estados Unidos para liderar una expedición que establezca si Atlantis y su protector Namor, The Sub-Mariner son mito o realidad. Stein y su tripulación se lanzan hacia las profundidades al mando del Capitan Marlowe, un explorador del océano que regresa a la Fosa de las Marianas luego que en su anterior expedición su esposa y tripulantes fueran misteriosamente asesinados.
Pero mientras Stein se acerca laboral y emocionalmente a Marlowe y a la verdad acerca del mito de Atlantis, él y sus hombres están al borde de un colapso psicológico, agobiados por el miedo y la abismante oscuridad del océano. Mientras más profundo avanza la expedición, más aumenta el conteo de cadáveres, la tensión, la paranoia y las misteriosas visiones.
Como se puede suponer, estamos en presencia de un cómic que, a pesar de lo que diga el título, no tiene a Namor como protagonista. Milligan reimagina al personaje como una leyenda, una especie hombre del saco o chupacabras submarino, en medio de la paranoia de la Guerra Fría. Las respuestas acerca de si Atlantis es o no real son irrelevantes, pues no son la clave del éxito del relato.
Son el miedo a lo desconocido, los mitos y los rumores transmitidos entre marinos los que guían el terror de la historia. La posibilidad de que el mítico Sub-Mariner sea real atenta contra el gran mantra de Stein de la lógica y la ciencia, enfrentándolo a su mayor temor: que alguna vez esté equivocado. Milligan realiza un gran uso de sus dudas y confusión, llevando al lector a cuestionarse de igual manera que los personajes si las visiones de misteriosas criaturas marinas son evidencias de verdaderos Atlantes o sólo son alucinaciones de hombres llevados al límite en circunstancias extremas.
Inteligentemente, Milligan mantiene la acción en los espacios cerrados del submarino y las bases subacuáticas durante la mayor parte del tiempo. Las oscuras profundidades del exterior son desconocidas para el lector y los personajes, aumentando la sensación de opresión y claustrofobia.
También hay algunas pequeñas referencias que sugieren los elementos que inspiraron la historia, como la primera página que inicia con una cita a Herman Melville, —escritor de Moby Dick— cuyo Capitan Ahab persiguió a la ballena blanca con la misma pasión y determinación demente con que Stein va a la caza de sus avances científicos. Además, el submarino de Marlowe se llama Platon, como el filosofo griego que cuestionó la naturaleza de la verdad y describió por primera vez la Atlántida.
A pesar de todo, quizá la mayor revelación de la obra sean las estupendas ilustraciones de Esad Ribic, ahora inmensamente popular debido a su trabajo en el evento Secret Wars de Jonathan Hickman. Plasmando su estilo realista, utiliza magistralmente la luz y las sombras del estrecho submarino para representar el sufrimiento mental de los protagonistas. La representación de Namor es verdaderamente terrorífica, apelando a las raíces del personaje como un monstruo de las profundidades, más que al aspecto humano como es conocido habitualmente.
La narración y el diseño de página es insuperable, pues a pesar de la difícil situación de tener ubicaciones estrechas y numerosos personajes, logra escenas perfectamente claras y fáciles de seguir. Los pinceles de Ribic abrazan el vacío de las profundidades y las pocas veces que vemos fuera del submarino su enfoque rehuye de la explicitud, obligando al lector entrar al juego de la interpretación.
Podría ser irónico que en un gran cómic de Marvel como es éste, ningún personaje de la Casa de las Ideas tenga un protagonismo absoluto. Aun así, Sub-Mariner: The Depths es un perfecto recordatorio del poder tras los mitos y leyendas que la editorial ha creado a los largo de los años. Milligan y Ribic han creado un cómic atractivo y absorbente que es una muestra de lo mejor que la Casa de las Ideas tiene para ofrecer.
En papel
La miniserie se encuentra editada por Panini Cómics con el título de Namor: En Las Profundidades, en una entrega única de la línea Marvel Graphic Novels. Estos son tomos en tapa dura, de tamaño aumentado, con un elegante diseño de portada.