"Wonder Woman and the Justice League of America" (1993) Volume 1: los años ignorados
DC Comics ha estado recuperando algunas etapas de la Liga de la Justicia de finales de los ochenta y principios de los noventa, principalmente ese extraño período entre dos momentos particularmente exitosos, la Liga “Internacional” de Keith Giffen y J.M. DeMatteis, y el renacimiento que supuso la Liga de Grant Morrison y Howard Porter. Efectivamente es una etapa algo desconocida, cuya reputación se vio mas bien afectada con múltiples spin-offs que parecían mostrar lo más extremo y radical de la década (Justice League Task Force y Extreme Justice).
Pero antes de eso, la revista mantenía una línea tradicional con relativo éxito, primero comandada por Dan Jurgens, cuyo material fue recogido en los recopilatorios Superman and the Justice League of America y que destaca por conectar con la muerte del kryptoniano; y continuada con la etapa que nos convoca con Dan Vado en guiones, Mike Collins y Kevin West al dibujo, color por Gene D'Angelo y un ejército de entintadores. Esta época sobresale principalmente por contar con Wonder Woman al timón de la Liga de la Justicia.
Diana asumió el peso de dirigir la Liga cuando Jurgens estaba a cargo de la serie, después de la pérdida de Superman como líder. En ese sentido, tiene que hacerse cargo tanto de miembros ya clásicos en la serie, así como nuevas incorporaciones recientes. Entre los más antiguos nos encontramos con Guy Gardner, que ya no pertenecía al Green Lantern Corps, Booster Gold y Blue Beetle, ambos aún lidiando con las secuelas de la pelea con Doomsday, el primero debido a la necesidad de una nueva armadura, el segundo dudoso de seguir adelante tras despertar de su coma.
Otros personajes que lidian con la muerte de Superman son Fire y Ice, una sin poderes debido a la pelea con el mismo Doomsday y la otra fuera de la Liga regresando a su pueblo aislado de la sociedad. El equipo se completa también con Maxwell Lord y Oberon como secundarios y algunos rostros nuevos que había sido introducidos en la etapa de Jurgens, la poderosa Maxima, Bloodwynd —ya separado de Martian Manhunter— junto al novato y noventero The Ray.
En los números presentados —que incluyen Justice League America V.1 #078-085, un tie-in de Guy Gardner V.1 #015 y Justice League America Annual V.1 #007— vemos una misión que se complica con la llegada de los nuevos Extremists, un conflicto nacional e intergaláctico que pone al gobierno contra la Liga, un Guy Gardner incontrolable y homicida, un conflicto monárquico en el reino de hielo de Ice y una historia individual de un parásito o virus alienígena que desencadena locura en un individuo particular. Todo esto cruzado por diversas dinámicas y relaciones entre los personajes.
En una Liga donde el desarrollo de los personajes era más relevante que las amenazas enfrentadas, la tarea de delinear a Diana es compleja debido a lo solitario de su cargo y la ausencia de relaciones previas con muchos de los personajes. Superman, en la etapa previa, también tuvo que lidiar con el peso del cargo, y además quedó en medio de un —bastante cursi— triángulo romántico con una Ice enamorada y un Guy Gardner celoso. En cambio, Wonder Woman no recibe espacio para el desarrollo de sus relaciones con sus compañeros de manera clara, sino que principalmente se le dibuja como un personaje aparte, incluso solitaria, pero noble y preocupada de mantener un liderazgo claro, destacándose con ideales fuertes.
Si bien Diana carece de la camaradería de Ted Kord con Michael Jon Carter o la inexperiencia encarnada por The Ray, es su sentido moral lo que la define en un aspecto en que ningún otro personaje ve desarrollado o puesto a prueba. Sabemos que Ice es una buena persona y está preocupada por el ascenso de su malvado hermano al reino familiar, por lo que no están desafiados sus valores, ni tampoco los de otros componentes de la Liga que acuden a ayudarla. En cambio, tras la llegada de dos extraterrestres acusados de criminales por otra raza alienígena, Diana decide acogerlos y no entregarlos de inmediato, pensando en que podrían ser refugiados y necesitar de protección.
Eso implica echarse encima no solo a Maxwell Lord, sino que al gobierno completo de Estados Unidos, cuya manifestación a nivel de fuerza bruta fue el Captain Atom. Wonder Woman mantiene su firmeza, incluso con la Liga no del todo convencida. Luego, Vado da una vuelta de tuerca de guion al mostrarnos que los dos extraterrestres en efecto son malignos, escapando de una justa prisión. Aun así, Wonder Woman insiste que eso no cambia su punto, que tiene que crearse un sistema de extradición que apunte a la justicia, independiente de lo reprobable de sus refugiados. Conflicto interesante, que finalmente no deja ser resuelto por otro drama más estratosférico y que le quita el peso de llevar a cabo la idea propuesta —que tiene que ver con la posibilidad de cierto ex Green Lantern volviéndose loco—.
Por otro lado, la faceta de líder de Diana es fortalecida precisamente por entregar palabras de apoyo a todos sus compañeros, incluyendo a los más problemáticos y orgullosos como Guy o Maxima, su preocupación por el trabajo en equipo y el enfoque en el diálogo y protección antes que en la pelea fácil. Varios de estos aspectos ya están presentes en los primeros dos números de la colección, donde aparecen los nuevos Extremists —que habían sido supuestamente destruidos al final de "Breakdowns", último arco de Giffen y DeMatteis— por lo que inicialmente resulta insultante que en el mismo número se traiga a Jay Garrick para apoyar en la misión en base a su experiencia. Eso no le hubiera pasado a Superman, a pesar de contar con el mismo nivel de experiencia, e incluso menos, dado el bagaje militar de Diana en la isla.
Sin embargo, a pesar de mostrar un ligero descontento —sintiéndose disimuladamente insultada— ve lo positivo de ello como una posibilidad que finalmente resulta en aprendizaje para el resto del equipo. Y eso es solo mérito de Wonder Woman, de encontrar un resultado positivo de lo que en general son malos ratos, lo que la va transformando rápidamente en una muy efectiva líder. Es por eso que en donde más se extraña es en su escasa relación con otros miembros del equipo fuera del campo de batalla, pues es en lo cotidiano y en lo humano que esta Liga ha cimentado su interés a lo largo de más de 70 números, y donde Diana podría ser aún más necesaria. De todas formas, es mucho más destacada que Bloodwynd, que tiene un mínimo aporte grupal, más centrado en plantar semillas de futuras tramas, y que The Ray, quien principalmente se nos presenta a través de discursos mentales internos acerca de sus inseguridades de ser el “nuevo”.
Es fácil atribuir ese tipo de dificultades de caracterización al personaje, que históricamente ha sido considerada difícil de escribir. Pero es también culpa de una timidez al momento de enfrentar o querer darle una voz más definida a Diana. Por ejemplo, Ted Kord pasa por un período largo de estrés postraumático, cuestionándose si quiere o no seguir como Blue Beetle, y para eso se toman un par de páginas de cada número que, por supuesto, permiten entender cómo y por qué decide hacer algo al respecto, en una historia que venía incluso desde números previos al autor de esta etapa. Wonder Woman carece de este tratamiento, que no requería mayor enfoque, aunque lo poco que se hace es bueno. En particular, celebro la confianza que entrega a Guy en sus capacidades y reflexiones, lo que ningún otro líder hizo previamente con él.
Por supuesto, esto es solo revisionismo histórico. Nos centramos en Wonder Woman porque es el foco de la atención de esta semana y el título mismo del tomo recopilatorio lo presenta así, pero en su momento era solo la Justice League America a secas. Pese a ello, no deja de ser interesante ver la participación de la Princesa Amazona en una serie en la que no se pretende que sea protagonista. Y es una invitación a analizarla con detenimiento en otros contextos, como en la iteración posterior de la Liga, en donde está incluso menos caracterizada que en esta selección de números —error que Morrison enmendaría con Earth One—.
Finalmente, cabe preguntarse si es recomendable esta colección. Sí, considero que es un buen ejemplo de cómics de la primera mitad de su década, y que es una digna continuación de la Liga que surgió a partir de Legends, manteniendo a varios personajes de sus primeros números y agregándole nuevos, precisamente haciendo su fortaleza en el desarrollo de éstos a lo largo de su historia. No es un volumen exorbitante, ni pasa ningún evento que afecte poderosamente la continuidad, al menos no aún, pero se disfruta como un recorrido por aquellos secundarios que obtienen la posibilidad de brillar en una revista de grandes. Si creciste con la Liga de Giffen o incluso con la de Jurgens, he aquí una digna continuación y con Wonder Woman a la cabeza.