"Wonder Woman" (2017): desde Themyscira con amor
Sin duda, una de las películas más esperadas del último tiempo es Wonder Woman. Que Elektra (2005), aquel horrible spin-off de Daredevil (2003) protagonizada por Ben Affleck, fuera la última película del género con un lead femenino dice bastante sobre la opinión de Hollywood, y no hacía sino levantar aún más curiosidad sobre el destino de esta producción. Había una serie de expectativas alrededor del film, en especial tras la tibia recepción de Batman v Superman y Suicide Squad.
En ese sentido, la cinta dirigida por Patty Jenkins (Monster, The Killing) y protagonizada por Gal Gadot debía plantar cara a los desafíos de presentar una película liderada por mujeres en un género tradicionalmente dominado por hombres, demostrando que una protagonista femenina es comercialmente rentable —y a la vez recuperar la credibilidad del DC Extended Universe—. ¿Lo logra o se queda estancada en el fango?
Lo primero que debemos destacar es cuánto creció la caracterización de la protagonista, pues supera las expectativas al encarnar a una amazona mucho más creíble de lo que vimos en Batman v Superman. No solo cumple en las escenas de acción, sino que logra dotar al personaje de una cuota necesaria de carisma. La Wonder Woman de Gal Gadot sigue manteniendo esa tendencia un poco molesta de posar con la boca semiabierta al estilo de una modelo de cosméticos, pero ahora también la vemos reír, gritar, sorprenderse y en definitiva proporcionar una superheroína con la cual podemos empatizar.
Dentro de esta misma línea, Wonder Woman entiende que en el fondo es una película con elementos de fantasía y no lo esconde, abandonando sin miedo esa premisa “realista” que el DCEU ha tratado de impulsar. Aquello se refleja en su elenco de personajes secundarios, que están estructurados de manera tal que resultan fácilmente identificables: las amazonas de Themyscira son guerreras míticas y de inmediato llaman la atención por su majestuosidad y fuerza, en especial Antiope, la tía de Diana. El principal rol masculino de la película, Steve Trevor, es carismático y proporciona un elemento humano potente.
Los villanos no tratan de vender un discurso y a ratos son caricaturescamente malos, pero de la mejor manera posible con una participación disfrutable. La película no trata de ser pretenciosa y entregar un profundo mensaje de fondo usando a los personajes como herramientas, sino que abraza la identidad del material fuente —lo bueno y lo malo— sin temor a jugar con sus elementos.
La película en general tiene un buen ritmo, fluyendo sin mucho problema de una escena a otra y de forma entretenida durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, durante el último tercio parece perder su identidad y se vuelve genérica en su clímax, esto debido a que hay cierto tipo de convenciones en el género de superhéroes que resultan difíciles de evitar, pero que en este caso se sienten innecesarias. De ninguna manera arruina la experiencia, pero sí proporciona cierta cuota de confusión dada la personalidad que hasta ese punto llevaba el filme.
En resumidas cuentas, Wonder Woman no es una película que revolucionará su género como Deadpool (2016) o Logan (2017), pero entrega una buena experiencia y por fin vuelve agradable ver a uno de los iconos de DC Comics en la pantalla grande. Acá no pagas por ver el discurso de un director pretencioso, y se nota. Definitivamente es un paso en la dirección correcta para el DCEU.