"Tag & Bink are Dead" (2001): en Star Wars también puedes reír
¿Alguien vio el Rey León 1 ½? Era la segunda secuela, direct to video, de The Lion King, centrada en la pareja de Timón y Pumba, cómo se conocieron y cómo su presencia inadvertida tiene peso en distintos momentos de la película original. No es mala en sí, pero tampoco es esencial ni memorable. Bueno, Star Wars tiene su propia versión con Tag & Bink are Dead, una miniserie de dos números que tuvo nada menos que dos números posteriores para cerrar la historia. Y bueno, no es muy distinto que la de Timón y Pumba, no es esencial...pero sí se vuelve memorable de una forma curiosa, sobretodo cuando vuelvas a ver las películas nuevamente (eso sí, la idea original viene de "Rosencrantz y Guildenstern han muerto", mismo concepto pero con Hamlet).
Tag y Bink son dos soldados amigos y algo cobardes que se encuentran en la misma nave de la Princesa Leia que iba rumbo a una “misión diplomática” (pero sabemos que en verdad son parte de la alianza rebelde) al inicio del Episodio IV. Ante la clara derrota que se avecina, deciden emprender retirada de la única forma posible: se disfrazan de soldados imperiales, con la idea de poder arrancar en el mejor momento posible, momento que nunca llega. Tag y Bink no solo tienen que mantenerse disfrazados, sino en sus escasas ocasiones de escape, terminan en medio de eventos más relevantes, a saber, dentro de la Estrella de la Muerte cuando ingresa el Halcón Milenario, e incluso en la Batalla de Yavin.
La facilidad de sobrevivir de Tag y Bink son el mejor testimonio de posibilidades de más aventuras, que luego se extienden a el Episodio V y VI, y finalmente con una pequeña precuela del Episodio II y III. Y mientras Timón y Pumba estaban en lugares no vistos en la película original, con algunas interacciones curiosas, si se mantuviera el canon antiguo de Star Wars y su universo expandido, podríamos decir ahí está Tag, ahí está Bink en al menos una docena de escenas a lo largo de la saga (¡e incluso escuchar sus voces!), así como explicaciones a eventos relevantes a través de toda la saga. ¿Cómo es posible esto? Obra y gracia del anonimato de los cascos, de una cultura abundante de las películas, y un gran sentido del humor.
Porque sí, te reirás, pero eso solo es proporcional a qué tan bien conoces las películas originales, e incluso diría que aquellos que las han visto en inglés disfrutarán aún más los pequeños diálogos recogidos y reproducidos desde un nuevo punto de vista. Pero también te preguntarás si el cómic tiene algo más que ofrecer, y la verdad es que no mucho. Ni Tag ni Bink son muy desarrollados, son más bien la excusa que nos permite encaminarnos en la historia, y culpen quizás a mi lectura apresurada, pero me resultaron casi intercambiables al punto de aún no recordar cuál es cuál. Y sí, vas ganando cariño a los personajes en tanto te van generando sonrisas, de a poco importando algo más que como artefactos de risa. Sin embargo, de pronto termina, con un cierre real y abrupto, pero razonable que deja satisfecho.
Se ve difícil que Tag y Bink vuelvan para The Force Awakens, y creo que por un lado es mejor así. De todas formas, si eres fan de Star Wars acérrimo, y tienes ganas de reírte un rato conociendo a dos de los personajes más recurrentes de las películas que amas, date un tiempo y pasarás un buen momento. He intentado no spoilear demasiados chistes, porque vale la pena disfrutarla en persona.