CMM #004 - "X-Force" / "X-Statix" (2001): la fama es efímera
Seguimos con Caballeros de la Mesa Marvel, revisando algunos de los títulos de la extinta linea Marvel Knights. Como dijimos en el primer artículo de la sección, después del segundo año de vida del sello se produjo un aumento notorio en el volumen de cabeceras que aparecieron a su alero. Curiosamente, no sólo hubo producción de miniseries y números unitarios nuevos, sino que también varias series regulares "normales" que ya estaban siendo publicadas comenzaron a ostentar el logo de MK en su portada, con un motivo que no está muy claro más allá que el de aprovechar el tirón comercial que el prestigio de la línea le traería. Una de dichas series fue X-Statix, de Peter Milligan y Mike Allred.
El título se arrimó al paraguas de Marvel Knights en sus últimas horas de vida, a partir de su número #021. Sin embargo, la historia de estos personajes no comenzó solamente en los primeros números de su serie, sino que sus orígenes se encuentran en la famosa X-Force.
A principios de la década del 2000, la otrora exitosa serie mutante se encontraba en estado de coma. El grupo mutante paramilitar guiado por Cable había perdido desde hacía mucho su lugar en la franquicia X-Men, al presentar siempre muy poca sustancia tras la fachada de chicos rudos. Ni siquiera Warren Ellis con su iniciativa "Counter-X" logró rescatarla de la mediocridad en la que se encontraba. Afortunadamente, en el año 2001, Joe Quesada asignó a Axel Alonso como editor de la colección, quien realizó un violento giro de timón decididamente refrescante y valiente dentro del panorama comiquero de las majors estadounidenses. Así, a partir de X-Force #116, encontramos héroes y conceptos habituales pero retorcidos de tal forma que se volvieron algo casi nunca antes visto.
En honor a la verdad, quizá no hay otra representante que encarne mejor el espíritu de Marvel Knights que ésta cabecera. X-Force / X-Statix fue una serie arriesgada, rompedora e iconoclasta, fruto del cerebro febril del británico Peter Milligan y el trazo inconfundible del estilo pop art de Mike Allred. En ella se narran las bizarras aventuras de un grupo de mutantes que no luchan por el sueño de Charles Xavier, sino que utilizan su don para obtener fama, dinero, y vivir una vida de celebridades, más preocupados de los ceros en su cuenta corriente que de proteger un mundo que los odia y teme.
Tenemos básicamente al súper-grupo de alquiler con la mayor taza de mortalidad de Universo Marvel, totalmente sumido en la cultura de los reality shows, en el que sus cínicos miembros son tan hambrientos de cámaras y de atención mediática como inmorales los medios que usan para conseguirla. Por supuesto, en toda familia siempre hay una oveja negra, alguien que pone la nota discordante. En este caso, tenemos a Guy Smith, Mr. Sensitive, que rápidamente revela su verdadera naturaleza noble y bonachona, lo que irá en contra de los designios que la mercadotecnia y los dueños de las cadenas televisivas tienen planeado. Así, entre misiones arregladas, conferencias de prensa y alzas y bajas en popularidad, se nos narrará la historia de unos personajes que por mucho que sean íconos televisivos, nunca dejarán de sentirse como parias.
La reacción de los lectores fue muy polarizada, yendo desde un amor incondicional frente un concepto tan hilarante y original, hasta el más absoluto descontento de los fans tradicionalistas, que no podían admitir que a su serie favorita le dieran una vuelta tan radical. Posteriormente, y como un intento de imprimir un nuevo empuje a la serie, Marvel canceló X-Force y la reconvirtió en X-Statix. En las páginas de dichas obras conocimos a The Orphan, U-Go Girl, The Anarchist, Venus Dee Milo, entre otros, y al ser en forma de bola verde voladora más extraño de la cultura pop, Slimer Doop, quien incluso co-protagonizó su propia miniserie junto a Wolverine. "Autores poco comunes trabajando en una franquicia muy, muy comercial" dijo Axel Alonso acerca de la nueva X-Force cuando asumió su puesto de Editor. "Fue una toma de control hostil del paradigma de los X-Men." El título despertó la ira del infame Comics Code Authority, lo que llevó a la editorial a no someter más sus cómics a la supervisión de dicha organización, que a la postre dejó de existir.
La primera apuesta de Milligan y Allred, echando por tierra cualquier idea convencional o preconcebida, fue tan fuerte como presentar al grupo y matar a casi todos su miembros en el primer número. De ahí, comienza un viaje extravagante, fascinante y divertido por las psiques de unos personajes desequilibrados e interesados tan sólo en la notoriedad, las ventas de su merchandising y aparecer presentables durante la transmisión de sus misiones, todo envuelto en un elegante empaque de parodia y un humor negro de aquellos.
Sin embargo, bajo la aparente fachada de superficialidad, los guiones esconden severas reflexiones acerca de las vicisitudes del mundo real. Racismo, abandono, intolerancia, abuso: muchas de las miserias que forman aquella tela subyacente de la humanidad están ahí, transmitidas a color y en alta definición para que no nos parezca tan escandaloso admitirlas. Por ejemplo, X-Force #124, dibujado por un espléndido Darwyn Cooke, narra el origen de Edie Sawyer, abordando la temática del embarazo adolescente con una belleza, ternura e inocencia tan casual que asusta. Y si no fuese suficiente con sus traumas adolescentes, en otro episodio unitario protagonizado por la misma U-Go Girl, los autores nos muestran las circunstancias previas a su ingreso a X-Force, en un reflejo de la transformación de su credulidad juvenil en sueños rotos que todos alguna vez hemos tenido, y de los que no queda otra más que recoger los pedazos y seguir adelante.
La editorial no sólo debió lidiar con hordas enardecidas de fanáticos, sino también con polémicas que en momentos se les escaparon de las manos, pues Milligan introdujo en la cabecera elementos políticos muy anclados en la realidad mundial. Desde el escándalo entre Estados Unidos y Cuba por la custodia del pequeño inmigrante Elián González hasta la indignación por parte de la Casa Real Británica por el intento frustrado del guionista de resucitar a Lady Di, pasando por las críticas a la lucha contra el terrorismo de George W. Bush, la Casa de las Ideas debió acostumbrarse a tratar con una serie que transitó todo el tiempo por el borde del cinismo y lo políticamente (in)correcto.
Claramente, el impulso editorial no sería nada sin la existencia de artistas capaces de plasmar sus ideas en obras concretas. En este caso, tenemos al guionista inglés Peter Milligan, que hoy es un escritor consagrado pero que en ese entonces venía demostrando su valor en series como Skreemer, Human Target y sobre todo en la magistral Shade: The Changing Man, para el sello Vertigo de DC Comics, donde ya podían verse pistas de ese surrealismo tan personal del que dotó a X-Statix. Según Milligan, en palabras entregadas a Comics Bulletin, inicialmente rechazó hacer X-Force pues no era su tipo de cómic. "En seguida me pregunté, ¿qué debería pasar para que sí fuese mi tipo de cómic? La obra es el resultado de mi búsqueda de la respuesta a esa pregunta". En una estupenda entrevista para nuestro sitio, Milligan afirmó que "dejo la puerta abierta para traer de vuelta al grupo por una razón muy simple: los personajes. Los amo."
El dibujo recayó en Mike Allred —con algunas colaboraciones del magnífico Darwyn Cooke—, otro autor lleno de elementos psicodélicos y extremadamente personales que lo convierten, sin duda, en el compañero perfecto para Milligan. Su obra más reconocida y extensa es Madman, en la que ejerce labores de escritor y dibujante. En Marvel, también lo hemos disfrutado en títulos como FF y Silver Surfer, donde ilustra los guiones de Dan Slott. "X-Statix / X-Force fue muy especial. Primordial", recuerda Allred de su más largo trabajo por encargo. "De manera extraña, siempre se sintió como si fuera un cómic de creación propia. Trabajaría con Peter otra vez sin dudarlo."
Luego de 14 entregas bajo el título de X-Force y 20 de X-Statix, los chicos recalan en la parcela Marvel Knights a tiempo para el último arco argumental de la serie. Previo a su número unitario final, nuestros mutantes vivirían una aventura que los llevaría a enfrentarse nada menos que a los Avengers, en el clásico ejercicio editorial de que todo supergrupo que se precie como tal debe, tarde o temprano, cruzarse con Steve Rogers y compañía. La costumbre había caído en el olvido en los últimos años, y tal vez por eso los autores decidieron recurrir a la formación clásica de los Vengadores, la de los primeros tiempos. El estilo retro también está plasmado en el detalle que todos los combates son 1 contra 1, y en que los villanos son los viejos y simpáticos soviéticos, ésta vez capaces de convertir a Doop en la mayor arma de destrucción masiva de la Tierra.
El enfoque dado por Milligan al arco es todo diversión y absurdo, siempre apoyado por reflexiones interesantes acerca de las formas del cómic de superhéroes —la inutilidad de enfrentar a sus héroes cada cierto tiempo, por ejemplo— y de la realidad, al presentar un reflejo de la sociedad mediante enfrentar al "ultraconservador blanco" Steve Rogers contra el "oprimido negro" Tyke Allicar, cuyo nombre clave es, por si el mensaje no fuese lo suficientemente claro, The Anarchist.
Luego de eso, llega el final de la serie, tan repentino como fue su irrupción. Sin arcos argumentales largos ni rimbombantes, y utilizando el ya casi extinto método de contar una historia —tremenda, en este caso— en sólo 24 paginas, Milligan le pone punto final a la andadura del grupo. Pocos argumentos hay en contra de la forma utilizada por el escritor para terminar la serie, aunque el más importante de todos es que sin duda son personajes que se ganaron un lugar en el corazón del fan mutante y nadie quería despedirse de ellos. Al menos, siempre seguirán ahí como ejemplo perfecto de los límites de creatividad que puede alcanzar el cómic como medio y expresión artística.
Posteriormente, y al margen de Doop que sigue siendo un habitual en el rincón mutante, tendríamos un último contacto con los personajes en una miniserie protagonizada por Dead Girl, y aunque el nivel de maestría volvió a ser alto, siempre la primera impresión es la que queda.
En resumen, Milligan y Allred firmaron una obra magnífica. Su nivel de locura, originalidad y transgresión dejó una imagen difícil de borrar para los fans del cómic en general y de la franquicia mutante en particular. Y hablando de imagen, quizá la mejor definición de los personajes la deja un diálogo entre un par de miembros del equipo, U-Go Girl y Lacuna:
– ¿Creerías que hay quien dice que solo hacemos esto por dinero y fama?
– Esa es sólo la imagen que proyectan. Porque representan el nuevo mundo. Un mundo donde las viejas verdades han sido borradas. Ustedes son el nuevo tipo de héroe, el único que sigue teniendo sentido. Esos que no pueden esconderse tras las certezas.
En papel
X-Force / X-Statix puede encontrarse en español, completa, en 4 tomos de la Colección Extra Superhéroes, editados por Panini Cómics.